por Miguel González
El Consejo Europeo celebrado el 8 y 9 de diciembre en Bruselas se desarrolló en unas condiciones excepcionales: por vez primera acudió un presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, cuyas competencias están limitadas a la gestión de los asuntos de trámite. Pero la cumbre no era en absoluto de trámite: comenzó con dos propuestas de reforma del Tratado de Lisboa (la de Van Rompuy y la de Merkozy) y acabó con la decisión de aprobar un acuerdo intergubernamental que permita avanzar hacia la unión fiscal y económica, del que se descolgó el Reino Unido. España acudía, además, agobiada por la necesidad imperiosa de poner freno a la escalada en el coste de su deuda, lo que solo sería posible si Europa lanzaba un mensaje creíble de solvencia y confianza a los mercados.
En los días previos, Zapatero y Rajoy mantuvieron varias conversaciones para consensuar la posición que defendería el primero. Ambos se felicitaron por la estrecha coordinación. Zapatero llegó a defender, sin éxito, la petición de Rajoy de que España tuviera derecho de veto en el futuro fondo de rescate (MEDE), dotado con más de 500.000 millones de euros, al igual que Alemania, Francia e Italia.
Hasta aquí, lo que ya se conoce. Lo que no se conoce es que días antes de la cumbre, el Coordinador de Internacional del PP, Jorge Moragas, llamó al jefe de Gabinete de Zapatero, José Enrique Serrano, para pedirle que un diplomático de su confianza formara para de la delegación española. Moncloa aceptó la petición y Alfonso Dastis Quecedo, de 56 años, destinado en la Representación Permanente de España en la UE, participó en los trabajos preparatorios y se incorporó a la delegación encabezada por Zapatero durante la cumbre.
Dastis tiene acreditada experiencia en asuntos europeos. Participó en la Convención Europea, que gestó la malograda Constitución, junto a la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio. Fue secretario general de Asuntos Europeos y dirigió la unidad de apoyo a la presidencia española de la UE, en 2002. Se le considera discreto y eficaz. Muchos le ven ya como el futuro embajador ante la UE, uno de los primeros puestos en el exterior que deberá cubrir el nuevo Gobierno.
Hay 1 Comentarios
¡Pobre España¡ siglos padeciendo de farsantes, disfrazados antes de cristianos y ahora de demócratas y liberales. Y para mayor desgracia, un parlanchin que no sabe como engañar a su pueblo, eso si con mucha sonrisa. Zapatero dándole zapatazos a los ilusos socialistas. No en balde su nombre josé, digo PePe, quitando la vocal e, es su mejor identidad política. No en balde PP Rajoy lo mira con mucho afecto.
Publicado por: RAMÓN | 18/12/2011 17:24:54