A favor de (entender) la piratería

Por: | 30 de abril de 2013

La polémica que produce conversar sobre piratería audiovisual sólo es comparable con avivar ciertos debates religiosos o políticos. Yo también soy extremista, pero a favor de entender qué quiere decir todo esto. Percibo que a mi alrededor exite cierto tipo de piratería generada y consumida por nativos digitales que demandan un nuevo modelo de distribución audiovisual. O tal vez no.

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Nací en 1981, así que películas como Gremlins (1984), Cazafantasmas (1984) o Los Goonies (1985) me pillaron algo pequeño para ver su estreno en cine, y sin embargo, en cuanto pude me hice fan de ellas. Llegaron a mi tele en cintas VHS grabadas por un amigo. No sé qué excusa dar a esa piratería incipiente, supongo (y acierto) que entre todos los problemas ochenteros de mi familia, lo último que iban a barajar sería comprarme una de esas películas, y cuando por fin llegaba un regalo yo elegía algo más “tangible”. No puedo tener mucho remordimiento sobre aquello, ya de adulto creo haber contribuido con creces a enriquecer esas franquicias. Años más tarde continué “pirateando” la señal de Canal+, también vía VHS grabadas por un par de amigos. Muchos años después conocí Napster, y hoy en día me atrevo a decir que... conozco a mucha gente que sube y baja.

Ahora yo estoy al otro lado, produzco ficción audiovisual. Independiente, low cost y puede que minoritaria, pero pretendo vivir de esto. Por lo tanto soy parte activa, tanto como productor como espectador. Y aunque la ley de la industria me obliga a tachar de ilegal a la piratería y clausurar aquí el debate ocultándolo bajo la alfombra, no me resisto a tratar de entenderla. No doy un cheque en blanco para disculparla, pues cualquier creador (tanto si es de una escultura art decó como de una película de vampiros) debe tener derecho de gestionar su obra como quiera. Pero a diferencia de la escultura art decó, cuando una obra audiovisual (que matemáticamente podríamos entender como una serie de ceros y unos) se inyecta en el voraz sistema nervioso de la oferta y demanda audiovisual... las consecuencias de dónde acabará esa obra son imprevisibles. Para bien o para mal, te puedes convertir en el próximo apadrinado de Robert Redford, o no interesar ni a tus primos. La piratería también es un indicador, y tal vez un revulsivo. No me refiero a la piratería con ánimo de lucro (al top manta ni a otras formas de piratería lucrativa que rechazo sin duda), sino al P2P (intercambio entre particulares: Torrent) y a las comunidades generadas a su alrededor.

La piratería es delito, versión de The IT Crowd.

Según en qué ambiente se converse acerca de la piratería quien te acompañe podrá aportar su opinión al debate o simplemente pedir tu cabeza a ras de suelo. Hace no demasiado una distribuidora mediana y muy selecta quiso contratarme, en la segunda entrevista surgió el tema de la piratería, y lo que parecía un tema entre mil, precipitó el fin fulminantemente de la reunión con mi no-futuro jefe saliendo del despacho, raudo y sin despedirse. Nunca había hablado de este tema con un creyente tan acérrimo y su reacción me pilló muy desprevenido. Se fue sin decir adiós, pero antes sí me aclaró que la piratería roba el pan de muchas familias que trabajan honradamente en esta industria, y que sobre estos actos ilegales no pensaba ceder ni un segundo de su tiempo. Por lo fortuito, fue la primera vez que entendí que cuanto más en profundidad entendamos las razones de el otro, mejor nos irá, y que quienes se tapen los ojos acabarán abrazados a sus rollos de película, en la oscuridad.

Meses después conversaba en el despacho de otro directivo, en este caso de televisión de pago, y sin saber porqué acabamos hablando de Homeland (2011) y de cuanto nos gustaban los primeros capítulos. Pero Homeland acababa de estrenarse en EE.UU. Yo pensaba que él, como miembro de la industria, lo habría visto en algún sistema de streaming marciano, así que le pregunté... ¿Como te llegan los capítulos? Me respondió con naturalidad “Me los bajo de Torrent... no tengo paciencia para esperar a que los emitan en España a la hora en la que yo puedo estar frente a la tele... la distribución tiene que cambiar...”, me dijo.

Una evolución a la defensiva

El cine no se detiene, cada cierto tiempo parece que ya no se puede ganar más dinero del ya ganado, y sin embargo luego se vuelve a traspasar el techo marcado. Y mientras surgen tendencias que parecen que va a acabar con él, en ocasiones lo refuerzan. Los años 70 significaron un punto de inflexión interesante, fue el momento en el que los estudios fueron conscientes de que este negocio millonario podría ser brutalmente multimillonario. Ese hito lo marcaron El Padrino (1972, 86 millones  de dólares) y El Exorcista (1973, 89 millones de dólares), que generaron más beneficios de los que hasta entonces una sola producción había dado nunca, y precisamente eran proyectos en los que los estudios no confiaban, mientras que los proyectos más mimados fracasaban estrepitosamente. Y entonces llegó Tiburón (1975), la película que nadie quería producir, con unos ingresos de 126 millones de dólares. El cine nunca había visto tanto dinero, y el séptimo arte, como industria, se transformó en el monstruo verde que es hoy, que sólo quiere crecer. Pero ahora lo consumimos en un mercado global, el usuario ha conseguido tener voz y obligar a la industria a reescribir ciertas reglas...

Clásicamente la piratería es entendida como anti-sistema, yo lo veo completamente al revés. Cierta piratería audiovisual es un latido potente de lo más profundo del sistema: el espectador, que obliga a la industria a adelantar sus estrategias y a ofrecer otras vías. Ya no es sólo cuestión de qué consumir, sino de cuándo y cómo hacerlo. El fax murió en favor del email, el SMS tras sistemas como WhatsApp, y el DVD está agonizando en favor del VOD (video on demand). En EE.UU. Netflix ya tiene más usuarios que HBO. En España plataformas como Filmin o Canal+Yomvi se merecen todos los respetos porque son una respuesta directa ante lo que la piratería parece apuntar. La mejor forma de "vencerla" es entenderla, imitar sus bondades y cobrar por ello algo razonable.

Birraseries2
En España las comunidades sobre series son algo muy serio. Tantos seguidores de lo último y lo mejor de la ficción de EE.UU. va en contra de esa idea tan extentida por las cadenas nacionales sobre que lo único que funciona aquí son los gustos de "La señora de Cuenca", no es cine español lo que se piratea en España precisamente. A la fuerza, todo lo que consume esta nueva generación de vanguardia tal vez no es lo que rigurósamente se emite y distribuye en España (o no)... En la foto un encuentro BirraSeries (por Llegaron para quedarse).

I want it all, and I want it now

En España la cultura de series es colosal, y como en el resto del mundo tenemos un interés insaciable por lo último. Pocos minutos después de que en EE.UU. se emita cualquier serie, el capítulo ya está disponible en Torrent. También lo están los subtítulos para sordos en su idioma orginal. En España ese texto es recogido por varias comunidades de subtituladores aficionados y comienza así su vertiginosa traducción. Ellos tienen sus propios manuales de estilo, karmas y metodologías de trabajo que permiten que en cuestión de 24 horas cada capítulo ya esté traducido en un castellano impecable, y pocos minutos después también lo esté en catalán y español latinoamericano. Algo tiene que significar que tantas personas formen parte de una cadena de trabajo ilícita pero sin ánimo de lucro, sólo para ofrecer a otros el disfrute de entender su serie favorita apenas 24 horas después de su emisión original. Es más, si las personas que traducen los subtítulos tienen un dominio tan avanzado del inglés como para conseguir traducciones intachables en tan poco tiempo... ¿Por qué no se limitan a ver la serie y a seguir con su vida? ¿Por qué regalan el don del idioma a otros que no lo tienen? ¿Son tan malos que prefieren traducir líneas de súbtítulos antes que beber cerveza en un bar?

Mi única explicación es la pasión, una pasión que desde el anti-sistema fuerza a al sistema a avanzar, a perfeccionarse y evolucionar. Obligadas, las televisiones españolas comenzaron a emitir los capítulos de la series más candentes con apenas 24 horas de diferencia a su emisión en EE.UU., Cuatro abrió la veda con Lost y luego le siguieron Canal+, FOX... Los sistemas de distribución deberían ser, como mínimo, tan rápidos y ágiles como la piratería. No es una cuestión meramente económica (robar por no pagar) sino de exigencia del espectador. Durante tres décadas se nos ha educado en la impaciencia. Si algo mola, lo queremos ya. Si hay algo que ver, queremos verlo en directo. Si hay algo que poseer, queremos ser los primeros. Piratear no es ni lo más ágil ni lo más divertido, y sin embargo para disponer de muchos contenidos, y tenerlos ya, para muchos es la única opción. Pero consumir series o cine no es un derecho, no es lícito robar sólo porque algo no está disponible para tu consumo. Pero consumir tampoco es una obligación, por lo que todo rasgo de la piratería que denote una carencia del mercado debería ser tenida en cuenta para hacerlo mejorar y no solo para defenderse.

Por favor, pirateen mis canciones

Hace casi dos décadas surgió un término visionario: economía de la atención. Fue utilizado en 2002 por José Cervera en un artículo que decía así: “El nuevo mercado de la atención es como un ecosistema: el objetivo es que los memes se reproduzcan cuanto más mejor, de manera que ocupen un nicho razonable y consigan suficiente atención como para alimentarse. Cualquier forma de restricción es autodestructiva, pues va en contra del interés fundamental del creador de los memes en cuestión: acaparar tanta atención como sea capaz”. Y aun no existía Twitter, ni la TDT, ni webseries, ni AMC.

Hace ya varios años tomé un café con otro directivo de televisión de pago. Aquella noche su canal iba a estrenar en televisión un super-taquillazo de Hollywood, y según  lo comentábamos entró en el bar una china ofreciéndonos DVDs piratas. La primera peli que nos enseñó fue el mismo taquillazo que su cadena iba a estrenar esa noche, yo sonreí. Al irse ella le pregunté ¿que te parece esto? Él me respondió muy serio: “fenomenal, nos hace publicidad”. Todo esto parece una broma, pero no hace mucho el presidente de HBO hizo públicas unas declaraciones similares ante el record de descargas ilegales de Juego de Tronos, Michael Lombardo vio en ello una confirmación del gancho de la serie y definió las descargas ilegales como un complemento publicitario.

También en 2002 Ignacio Escolar, que por aquel entonces aún no dirigía periódicos y trataba de vivir de la música publicó otro artículo titulado “Por favor, pirateen mis canciones”, otro hit con frases como estas: “Si hubiese dedicado a repartir pizzas el mismo tiempo que he empleado en la música habría ganado más dinero sólo con las propinas. La creación artística no peligra —ni mucho menos— con la distribución gratuita en Internet. Use Napster sin remordimientos, a los músicos nos hace un favor”.

Precisamente la piratería del P2P (Torrent) no es eterna ni masiva. Sólo están disponibles los contenidos más demandados y más recientes, los que demuestran “merecer atención”. Eso es porque para poder sostener un flujo de descargas cómodo el mismo contenido debe estar bajándose en cientos de ordenadores a la vez. Se trata de un almacén ilegal, pero temporal y colaborativo. Los contenidos que no tienen una repercusión razonable apenas son accesibles, y con el tiempo todos ellos desaparecen, pues se trata generalmente del disco duro de uso cotidiano de los usuarios que se conectan, donde no se puede almacenar enteramente cualquier cosa.

 En México el trailer contra la piratería tiene tempo de cine francés.

Yo sólo quiero ver princesas

La semana pasada compré a mi hija de tres años una película de su gusto. Me gasté casi 20 euros. Fue ella quien metió el DVD en el aparato y lo primero que apareció en pantalla fue un anuncio alertándonos en primera persona sobre que si a nosotros (repito, un padre y su hija de 3 años) alguna vez se nos ocurriera robar un coche iremos a la cárcel, que si robamos un bolso también, y que si robamos esta película nuestro futuro no será mejor. Yo ya había visto este anuncio muchas veces, pero nunca con ella a mi lado (babeando por que empiece su medicina audiovisual), y entonces pensé: “Os estáis equivocando de tipo, y de niña, precisamente sí hemos pagado para escuchar esto...”.

Traté de hacer pasar el anuncio, o por lo menos acelerarlo, pero la sintonía marcial no cesa, está programada para inyectarse quieras o no. Mi hija mira la pantalla contrariada: “¡Esto no son las princesas que me prometió mi padre y las quiero ya!” Mientras, yo pienso en cómo hacer una copia privada de esta película omitiendo los residuos aledaños, pues auguro que veremos la película de princesas unas 100.000 veces durante los próximos tres meses. Pienso en el trabajo que me supone descargar un programa de rippeo, investigar cómo quitarle las protecciones, y sueño con que alguien lo haya pirateado ya para poder descargarlo y disponer de ello con un poco más de facilidad. He pagado por ello, ¡y lo quiero ya! Y no lo digo sólo por el anuncio anti-piratería, sino porque después aparecen en mi pantalla hasta media docena de trailers y ninguna forma de pasar directamente a las princesas, que es lo único que quiero ver. Este es un perfecto ejemplo de mercado kamikaze, lo normal...

Hay 30 Comentarios

Descargar peliculas y musica en la red es totalmente legal en España. Existe una ley que es el "Derecho a copia privada" que dice que mientras no se gane dinero con ello, no hat delito. De esta forma es legal descargar una cancion y llevarla en tu mp3 o una pelicula que meteras en tu disco duro.

Asi que porfavor, la gente que este en contra de la descarga de contenidos audiovisuales, dejen de decir que descargar es robar, porque al hacerlo no se comete ningun delito ni se quebranta ninguna ley. Saludos

Que "ansset" y yo, como él dice,"vivimos en mundos diferentes", me parece a mí obvio. Se equivoca, sin embargo, al suponer que yo estoy "defendiendo un modelo de negocio que quedó obsoleto hace 13 años". Yo no defiendo ningún "modelo de negocio", ni obsoleto ni no obsoleto. Me da exactamente igual cómo se vendan los productos creativos. Lo que sí pretendo es que, de la manera que sea (y que, repito, me es del todo indiferente), se vendan, no se roben. Ya dije a "ansset" que, igual que en los videojuegos que él crea o ayuda a crear, es obvio que él y sus socios, como creadores y propietarios de ellos, tienen todo el derecho a ser ellos mismos, y no ninguna otra persona, quienes decidan sobre los beneficios que su comercialización pueda generar (firmando para ello, si lo consideran conveniente, los contratos que sean del caso, y sabiendo que la ley protege los derechos que por ello les corresponden), exactamente lo mismo debe ocurrir con quienes creen productos literarios, cinematográficos, musicales, o cualesquiera otros que puedan difundirse por esos medios. Yo apoyo que a "ansset" y sus amigos nadie les robe, sino que quien quiera hacerse con los productos que ellos puedan generar lo haga mediante la compensación a que, como creadores y propietarios, tienen derecho. Y lo hago porque me parece de justicia. Exactamente igual, y por las mismísimas razones, lo apoyo en el caso de los demás creadores a que me refería. Si eso le parece "andarse por las ramas", lo siento; yo creo que mi postura es clarísima, y no da lugar a equívocos. El cómo haya de articularse en concreto, a nivel legal y jurídico, dicha protección necesaria, es cosa sobre la que no puedo pronunciarme (no es mi especialidad); pero que dicha protección debe existir y ser tan eficaz como se pueda hacerla, tanto para "ansset" y sus amigos como para cualquier otro creador, no me ofrece a mí ninguna duda. Es más: no entiendo que para "ansset" sí pueda ser dudoso. ¿Acaso a él le es indiferente que alguien se apodere del producto de su trabajo, e incluso lo explote (si fuera el caso), sin que a él le llegue nada? Y si, como supongo, no le es indiferente, ¿acaso no entiende que el mismo derecho que él tiene a que su creación se proteja lo tienen los demás?

La piratería se puede canalizar para convertirla en un canal legal. Nadie lo hace por que si.

Si hubiese un mercado legal completo, algo como Netflix, las cosas serían muy diferentes. Pero los canales comerciales caros son los que promueven esta actividad.

Es evidente que la justicia ha dejado claro que las descargas de P2P NO son ilegales (intente editar el texto pero ya estaba enviado). De hecho el termino "descargas ilegales" es un éxito del lobby de la industria audiovisual norteamericana (que es la que principalmente se descarga).
Te andas mucho por las ramas pero sigues repitiendo lo mismo, P2P NO es robar. Ademas de que existen modelos de negocio mas allá del clásico productor/creador/distribuidor, subvención/taquilla/DVD.

Entiendo que desde tu punto de vista crees estar defendiendo el trabajo del creador, pero no haces mas que defender un modelo de negocio que quedo obsoleto hace 13 años...

Ya te he dicho (sin ninguna acritud) que me parecía que vivimos en mundos diferentes, ahora lo tengo bastante mas claro que antes.

Me explica "ansset" que él nunca ha dicho ni pensado que los creadores no tengan que ser remunerados por su trabajo. Me alegro de veras, porque, como quizá él mismo sepa, hay mucha gente que sí lo piensa, y lo dice.
Por lo demás, se explica de una manera que encuentro (culpa mía, sin duda) un tanto dificultosa. Dice, cito, que no hay que "seguir con la cantinela de que las descargas son ilegales, pese a que la justicia lleva años diciendo que si que lo son". Si, como él afirma, la justicia lleva años diciendo que las descargas son ilegales (no todas, en cualquier caso: hay descargas perfectamente legales), no veo cómo ese hecho apoya su argumento de que no hay que discutir más sobre el tema; más bien parecería contradecirlo. Temo, aunque no pueda asegurarlo, que esté diciendo exactamente lo contrario de lo que pretende.
Y, por fin, él nos habla de su dedicación profesional, que tiene exactamente que ver con el mundo electrónico y digital y no podría existir (ni siquiera sería concebible) sin ellos. Y nos explica cómo él y sus socios se adaptan sin ninguna dificultad a las condiciones que impone ese mundo. Lo que sería, a mi entender, algo así como si un pez se jactase de su facilidad para adaptarse al agua. No parece que se le ocurra que ni todos los animales son acuáticos, ni todos los creadores (podría discutirse si el título corresponde a "ansset" por lo que nos explica que hace; si su muy respetable trabajo es esencialmente el mismo que el de, digamos, Cervantes, Mozart o Velázquez; pero éste no es el lugar) digitales o electrónicos. Y, en todo caso, no es eso lo que discutimos, o no, al menos, por mi parte. Aunque una novela, por ejemplo, no sea una creación electrónica, sino del todo ajena a ese mundo, que sólo puede relacionarse con ella como medio de difusión una vez escrita, yo no discuto que esa difusión pueda, y en ciertos casos hasta quizá deba, hacerse por esos medios. Lo que digo es simplemente que si ese modo de difusión ha de volverse con el tiempo exclusivo, o al menos mayoritario, habrá que cambiar o adaptar muchas cosas, y que eso no va a ocurrir ni en dos días ni en dos años. Y que mientras tanto, los creadores están viendo robados sus derechos AHORA, en este mismo instante y ya desde hace tiempo, y que esos derechos, legítimos, hay que protegerlos YA. Como habría que proteger los del propio "ansset" si esos videojuegos que él crea o ayuda a crear (y le felicito por ello) fuesen robados por alguien que no les proporcionase, a ellos que los han creado, ni un euro por su trabajo. Supongo que eso le parecería atroz e ilegal. Pues es exactamente lo mismo. Digo más: incluso si él estuviera dispuesto a regalarlos (y, por lo que dice, no pienso que sea el caso), ésa sería una decisión suya, del todo respetable y legítima como creador y propietario que es, pero que de ninguna manera podría obligar a quienes, con la misma legitimidad de propietarios de lo que han creado, no quieran regalar ni que les roben sus propias creaciones.

No te confundas Ladino, yo nunca he dicho ni he pensado que los creadores no deban de ser remunerados por su trabajo, pues de hecho es el mio.
Porque lo entiendas un poco mejor te hablare de mi experiencia personal, ahora mismo estoy escribiendo el guión de un videojuego, autoproducido por un grupo pequeño de personas y que pensamos rentabilizar, eso si, con un sistema freemiun de micropagos y a traves de distribuidoras digitales como Steam.
Lo que parece que no terminas de entender es que internet y los nuevos sistemas de distribución digital han cambiado todas las reglas del juego, por eso que sea importante empezar a encontrar soluciones sobre como gestionar los derechos de autor en esta nueva era y no discutir sobre el sexo de los angeles.
PD: Discutir sobre el sexo de los angeles viene a ser por ejemplo seguir con la cantinela de que las descargas son ilegales, pese a que la justicia lleva años diciendo que si que lo son. P2P no es robar, de hecho las películas mas descargadas de la historia a la vez son las mas taquilleras...

Leo ahora a "Pedro", quien se refiere, hablando de este pobre comentarista, a "vuestra industria y caradura". No me extraña nada su delicadeza; ya dije antes que vamos camino a un país más zafio y más salvaje. Pero quisiera informarle que nada tengo que ver con industria alguna; que desde los 15 años he trabajado, hace ya casi treinta, en una empresa privada ajena del todo al mundo cultural, y que el insulto no es, en contra de lo que él cree, una forma particularmente aguda del argumento.

Dicho todo lo cual, me referiré a su larga argumentación de entrada, que él mismo resume en la frase "ya he pagado por ese medio una vez". Me gustaría saber cómo y a quién paga por descargarse ilegalmente una película o un disco (o un libro, si es el caso). Respecto a las descargas o las compras legales, ninguna objeción que hacer a que, si adquiere un libro, disco o película, los preste, y aun los regale, a quien desee (yo mismo lo he hecho muchas veces, y pienso seguirlo haciendo). Pero los dichos discos, libros o películas llevan hace muchísimos años una indicación prohibiendo la difusión PÚBLICA (el subrayado es mío) de esas obras, y advirtiendo que el hacerla lesiona derechos protegidos por la ley. Si, en efecto, él se sirve de cualquiera de esas obras sin pagar por ellas ni siquiera esa vez, o las difunde (no digamos ya si las explota) públicamente, olvidando convenientemente los derechos que asisten a quien las creó, no seré yo quien le llame "caradura" (ése lenguaje pertenece más bien, pienso, a quienes se pasan los derechos ajenos por allí mismo). Sí le diré, en cambio, que es él, no yo, quien falta no sólo a la ley (que también), sino además a la justicia, ya que no respeta el derecho que todo creador tiene sobre su obra.

A no ser que piense, claro, que una novela que pueda escribir, una película que pueda realizar, etcétera, son en cuanto las termine no más suyas que del primero que acierte a pasar por la calle. Sería ése un pensamiento extraño; pero he de reconocer que, a estas alturas y en este tema, uno tiene derecho (incómoda palabra ésta) a extrañarse por muy poquitas cosas.

Cierto; como ya dije, gentes como "ansset" y yo no vivimos en el mismo mundo. En el que yo vivía (ya se ve que hablo en pasado) se entendía que los creadores tenían derecho a un respeto por sus creaciones cuando éstas eran valiosas, y también (perdón por autocitarme) "a una compensación económica justa y razonable por lo que crean". Pero "ansset" me informa gentilmente (gracias) que tales cosas "están superadas hace años". Supongo, en consecuencia, que es a Cáritas a donde deben dirigirse. Cierto que ellos, y las restantes ONG, están un poco desbordadas actualmente, pero es lo que hay.
Y "Jordan", sin duda por lo mismo (es decir, porque el tema de los derechos de los creadores "está superado hace años"), lo pasa por alto hábilmente y nos habla de sus necesidades y de sus deseos. Que ésos, entiéndase, son intocables, faltaría más; no así los de quienes crean las series que le gusta ver, las músicas que le gusta oír (si tiene afición a la música), los libros que le gusta leer (ídem). Que ésos no sólo no son intocables, faltaría más, sino que no merecen el más mínimo respeto (ni siquiera merecen, como se ve, que se los mencione, superados como están hace años).
Yo supongo que la superación se refiere a la invención de la esclavitud (que, en efecto, es antiquísima), y en la que, es verdad, los derechos de los esclavos (¿qué es eso?) no tienen (casi) ninguna importancia. Porque sí es cierto que, al menos, disponían normalmente de comida, vestido y techo, cosas que en este otro caso a nadie parece importarle que se garanticen. Pero en fin, son temas absolutamente superados, de los que no merece la pena ocuparse.
Es más: los esclavos lo eran a la fuerza, y a los creadores nadie les obliga a seguirse dedicando a cosa tan anacrónica como crear. Que trabajen, como todo el mundo (todo el mundo que puede, claro), en lugar de tocarse los mismísimos escribiendo novelas, haciendo películas y todas ésas lamentables maneras de hacer el vago. Sólo faltaría que, encima, pretendiesen cobrar por ello. Qué superados están, y qué poco se enteran de la realidad. Así les va. Y esto, por su bien se lo digo, no ha hecho más que empezar.

Vamos a ver Ladino, cuando un abogado me realiza un servicio por escrito, yo podré utilizar ese escrito donde quiera sin tener que volver a pagarle, y si un medico me opera, le pagaré una vez, no cada vez que muestre la cicatriz o visione la operación en video. Lo de los cantantes, que cobren cada vez que canten la canción en un concierto, correcto, pero si yo compro un disco, con esa propiedad podre hacer lo que quiera, incluso colgarla de una ventana para ahuyentar a las palomas, independientemente de lo que haya grabado. Ya he pagado por ese medio una vez. El frutero no me cobra cada vez que me como una manzana del kilo que le he comprado. He pagado una vez y me la como o la troceo como quiero,, como si la quiero regalar. Comprendes que todos vuestros argumentos tienen contra-argumentos. Vuestra industria y cara dura ha terminado. Tendreís que trabajar todos los dias como los demás, es lo que toca.

Para todos los defensores del sistema: Daos por vencidos. Estoy harto de pagar con mis impuestos producciones infumables, si, eso es lo que son la mayoría de los bodrios que los pseudointelectuales con pajas mentales dan a luz verdaderos. A ver cuando os dais cuenta que es una minoría muy minoritaria, y valga la redundancia, la que apoya y va a ver estos pestiños. Si fuera tan extendido, no cerrarían las salas del llamado cine de autor. No confundais, los cinefilos seguimos viendo cine, pero no nos gusta que nos roben.
Siguen gustándome Allen, Coppola, Triffau, Fassbinder, Von Trier o Ang Lee, pero me niego a pagar ni un euro por pestiños de gente que solo conoce el subsecretario de cultura de una comunidad autonoma porque es hijo de alguien o cuñado de la querida de...
La cultura de la subvención está muerta, haceos a la idea, y en cuanto a la pirateria... mirad a ver cuantas peliculas de cine de autor españolas encontrais en los P2P. Probablemente...NINGUNA.

Me gusta el cine independiente, el cine minoritario, el cine de festivales. Voy a unas multisalas y veo que en 8 de las 16 está Iron Man, y en el resto películas cuyo interés para mi es igualmente nulo, sin embargo, las recientes finalistas de los mejores festivales no aparecen por ningún lado. Espero... siguen sin aparecer. Sigo esperando.... en balde. Qué hago?? esperar a que salgan en DVD (si es que tal cosa acontece) y pagar 20 euros por él??.... mi respuesta es clara y la digo sin ningún remordimiento: Y-UNA-MIERDA...... BITTORRENT!!!, seguiré engachado a él mientras exista, he podido ver auténticas joyas gracias al P2P. Y que conste que no soy de los que he dejado de ir al cine, voy con relativa frecuencia, pero quiero ver más cosas de las que habitualmente ponen. Sorry, es lo que hay.

Por cierto, los de HBO saben de que va este negocio, dar manga ancha a los guionistas, arriesgar con productos difíciles y respetar a sus creadores, ver las descargas como publicidad...
A lo mejor el problema es que gracias a internet he podido ver sus series y claro, al lado de joyas como The Wire o Los Soprano hay cine que no quiero ni regalado...

Ladino, estoy alucinando con tus comentarios, parece que no vivimos en el mismo mundo.
Marcas el debate en unos puntos que creía muy superados hace años, la tecnología que lo ha cambiado todo ya esta aquí desde hace años, el debate tiene que ir centrándose en como encontrar soluciones.
PD: Que conste que no hablo desde fuera, he estudiado guión y literatura y me dedico a producir contenido audiovisual.

Es perfectamente inútil. Da igual que uno explique que a mí la industria no me importa nada, que lo que me importa son los derechos de los profesionales que crean los productos artísticos. Como a eso no hay respuesta, simplemente se deja fuera de la discusión, y pasamos a otra cosa. Hacer una película en condiciones cuesta muchísimo dinero. Si la gente no paga por verla, o sólo está dispuesta a pagar una cantidad que no puede cubrir los gastos técnicos y de personal necesarios, no se hará. Y no se puede piratear lo que no existe. Ya que los derechos de los creadores (y la simple justicia) parece que no importan (yo debo pertenecer a un mundo en extinción; en él, se entendía que un creador artístico que invierte toda su vida no sólo en producir cine, música o literatura, sino en formarse, aprender, afinar su sensibilidad y su inteligencia para poderlo hacer, tiene derecho a una compensación económica justa y razonable por lo que crea), al menos que quede claro eso: LO QUE NO EXISTE NO SE PUEDE PIRATEAR, se pongan los piratas como se pongan. Si todo esto sigue así, España se convertirá, culturalmente hablando, en un país del Tercer Mundo. Quien quiera vivir, culturalmente hablando, en Zambia o en Nigeria, está en su derecho, supongo. A mí me parece una situación triste. Un país que no tiene sentido de la justicia, o que está dispuesto a pasarlo por alto en cuanto pueda permitírselo sin riesgo, y que encima es un país culturalmente subdesarrollado y está a gusto siéndolo, es un país en el que no me gustaría vivir. Un país de gente espiritualmente empobrecida, más zafio y más salvaje. Decía Larra que "escribir en España es llorar", y se quejaba de una situación en que los creadores españoles de su tiempo estaban reducidos prácticamente a la indigencia o a dedicarse a otra cosa, porque por ejemplo con respecto a las obras de teatro (el equivalente de entonces al cine, que no existía), decía mayoritariamente el público de entonces, y lo cito textualmente, "traduciditas del francés me las han de dar en el teatro". En términos de hoy, traduciditas del inglés me las descargaré en internet. Eso, mientras Hollywood o sus equivalentes puedan mantenerse. Luego..., bueno, siempre estará el fútbol. Eso de la cultura es (¿quién lo duda?), un lujo para quienes tienen tiempo que perder. ¿Cine, música, literatura, conocimiento? Chorradas. Donde esté un buen partido y un buen jamón, ¿para qué más? Es lo que yo digo, ganas de complicarse la vida. En fin, pobre Larra, que se quejaba de vicio. Si viera cómo están las cosas hoy, pensaría que la situación de su tiempo era un lujo. Vamos hacia atrás, como los cangrejos, y encima nos encanta. Pues está muy bien, oiga.

para mi es muy sencillo, si los piratas venden barato y le ganan, la pregunta es ¿porque los productores no venden sus originales baratos? si vendieran barato el margen de ganancia de los piratas seria muy marginal y la pirateria no existiria, entonces lo que vemos es la multiplicacion de utilidades en funcion de los difrentes intermediarios que participan en la venta hasta el consumidor final, parece simple, pero ya vemos que no lo es.

Es una industria -cine, musica, editorial- donde el negocio es mas importante que la persona que ha creado el bien a comercializar... ahora mismo, parecen hacer artistas al vapor que solo duran un par de años o un lustro y nadie los recuerda posteriormente, asi que es mas que obvio quien vive de quien o quien explota a quien, de los realitys ni hablemos que es pernicioso a mas no poder... Creo que la pregunta que todos evitan en los medios es: Como hacemos para que el sello discografico, estudio de cine o editorial (que estan acostumbrados a ganar un tremendo porcentaje en las utilidades de cada producto vendido) acepte ganar menos o repartir de otra manera la utilidad? Y como hacer eso -cobrar-, cuando es tan facil para el usuario final no pagar en absoluto, de tal manera que no solo el ¨empresario¨ se queda sin ganancia, si no también el autor?... venga que ahora mismo lo que molesta a la industria de los medios no es que se haga pirateria en detrimento del autor, es mas bien la reduccion de sus utilidades, al final, el mas afectado es el que ha creado la obra, no quienes se denominan ¨empresarios de medios¨.

Tengo la impresión de que hay algo que debiera ser perfectamente claro, pero que para mucha gente, increíblemente, no lo es. Una película requiere mucho dinero, y el trabajo de mucha gente durante meses. Si lo que ocurre es que después de terminada no va a producir nada, porque todo el mundo que quiera la ve gratis, ¿quién les paga? Y, si no les pagan, ¿de verdad se espera que los cámaras, los iluminadores, los maquilladores, sastres, decoradores, actores...,en fin, todos los que son necesarios para hacerla, dediquen meses a hacer un trabajo especializado y difícil sin ninguna compensación económica? Eso, con absoluta certeza, no va a ocurrir. Y es justo y natural que no ocurra. De modo que quienes defienden el "todo gratis" tendrán que conformarse con el cine ya existente, y en todo caso con alguna que otra película que pueda hacerse con medios muy limitados y entre amiguetes dispuestos a no cobrar. Cualquier otra posibilidad, si nadie la paga, dejará de existir.

El problema no son las grandes corporaciones (por mí, que desaparezcan; no las voy a echar de menos). El problema es que si los creadores no cobran, tendrán que dedicarse a otras cosas para poder vivir. Y hay algunos tipos de creación que son más o menos compatibles con eso. Se pueden escribir poemas y trabajar en una oficina, un taller o un mercado. Pero otras no lo son en absoluto, o lo son muy difícilmente. Yo NO HABLO de los negocios de las grandes corporaciones, que no me importan absolutamente nada. Hablo del derecho que asiste a un novelista que se toma en serio su trabajo, y se tira cinco años para escribir una novela que realmente merezca ese nombre, hablo del profesional del cine, hablo de tantos otros cuyo derecho a una remuneración honesta y razonable por su trabajo parece no preocupar para nada a algunos.

Si alguien cree de veras que si el trabajo artístico deja de ser remunerado, los resultados (quiero decir, las nuevas creaciones) no van a resentirse y todo va a ser maravillosísimo, disparata o sueña. Un trabajo artístico hecho a conciencia requiere una larga inversión de tiempo, de conocimiento, de muchas cosas, en nada inferiores a los que invierten en sus propios trabajos el abogado o el cirujano de mis ejemplos. Y 1) no se le puede decir a ninguno de ellos que lo que hacen no vale nada, y por tanto no cobran. Es absurdo e injusto. Si se hace eso con los médicos, la sanidad sufriría decisivamente, y con ella la salud de todos. 2) tampoco se les puede decir que son ellos quienes tienen que "adaptarse", y que mientras eso no ocurra (y tardará; son muchas las cosas que tendrían que cambiar, y del todo imposible que ocurra en dos días), que ellos y sus familias vivan del aire o se suiciden. Tienen un derecho, legítimo, que se está lesionando YA, en este momento y desde hace tiempo, y que hay que proteger eficazmente, o al menos intentarlo, YA, no dentro de seis meses o catorce años. Y si hay gente que no comprende algo que debiera ser tan evidente, lo siento por su ignorancia.

Seguramente habrá mucha gente que esté a favor del "todo gratis", pero yo no creo que el artículo defienda eso.
Creo que se habla de otros modelos de negocio, de otras maneras de financiar y pagar a los artistas y de cambiar las tarifas que la industria pretende mantener (y que dudo que sea justa con los artistas).
Yo tengo claro que una cosa es pagar a los artistas y otra financiar mansiones y cochazos a directivos (o a solamente los artistas de gran renombre).
Por otra parte, un abogado, un cirujano o un taxista (como se plantea anteriormente) realiza un trabajo diferente cada vez que trabaja. Un disco de un artista supone mucho tiempo y esfuerzo de trabajo (eso no lo niega nadie), pero una vez que se ha hecho ese trabajo, lo siguiente es solo reproducirlo una y otra vez. Es lógico que se pague ese trabajo, pero claro, teniendo en cuenta que debería irsele pagando por ese trabajo según las veces que se reproduzca (porque por mucho que nos guste, que yo me esfuerce mucho, no quiere decir que eso le guste al público, y eso significa que tanto en ese como en otros trabajos, puede no resultar trabajo ese esfuerzo), las tarifas deberían ser diferentes y no los que la industria demanda.
Por otra parte, el dinero que se paga por esas obras no se reparte bien (entre directivos y artistas famosos), e incluso la promoción no es equitativa ni justa. Así que los usuarios, que tenemos otra forma de pensar y compensar, actuamos de acuerdo a como nos apetece.
En todo caso, me parece que insultar y criminalizar me parece un error en vez de acercar posturas, hacer ver el bien que eso produce y buscar soluciones que satisfagan a una mayoría.

Pero vayamos mas allá ...

es legitimo crear escasez donde no la hay?
Un pescado es un bien escaso una canción no

es legitima la propiedad intelectual?

Les recomiendo esta lectura con un enfoque "distinto" de la propiedad intelectual

http://www.liberalismo.org/articulo/329/69/53/propiedad/intelectual/

He leído, con divertida incredulidad, el comentario de "akhasis", que empieza por informarnos de que "el único argumento que tiene en contra de la piratería es que no le parece ético que nadie se lucre con el trabajo de otros". O sea, que si alguien se apodera de un bien propiedad de "akhasis" sin intención de venderlo, sólo de disfrutarlo personalmente, ninguna objeción habría por su parte. No digamos si "akhasis" prestara un servicio del tipo de los que decía en mis comentarios anteriores: si opera a alguien como cirujano, atiende a alguien como abogado, etcétera. Dado que sus clientes no se lucrarían con ello, es legítimo que no le pagaran.

Por lo demás, le recomendaría que aprendiera a leer; es una habilidad que a veces puede ser útil. En contra de lo que afirma, yo ni he dicho, ni pienso, que, le cito, "no podemos pedir a la industria audiovisual que cambie de mentalidad para adaptarse a los retos que traen las nuevas tecnologías". Claro que podemos y debemos pedírselo. Lo que no es admisible no es eso (perfectamente natural), sino que en el intervalo consideremos que podemos robar tranquilamente el trabajo de un creador (o de varios, porque muchas creaciones, por ejemplo las películas, son colectivas), y él o ellos, mientras tanto -es decir, mientras esos cambios, que en ningún caso pueden ser inmediatos, no lleguen-, que se j... NO; ellos, como los abogados o los médicos, tienen un derecho, que es del todo legítimo y que hay que proteger, a que su trabajo no se robe.

Y conste que yo no tengo ningún interés personal en ello; no estoy defendiendo unos ingresos que a mí personalmente me afecten (no es el caso), sino sencillamente la lógica y la justicia. Aunque tengo la impresión, Dios me perdone, de que a dichas señoras "akhasis" (y no sólo "akhasis") no debe conocerlas ni de vista. Lástima, si es así: son buena gente, se lo digo en serio.

Me gustaría estar en contra de la piratería.

El único argumento en contra que tengo es que no me parece ético que nadie se lucre con el trabajo de otros. Pero eso no afecta a los usuarios que compartimos sin ánimo de lucro (aunque he oído cómo algunos pervierten el lenguaje para incluir el disfrute visual o cultural como una forma de lucro).

a.ladino dice más arriba que no podemos pedir a la industria audiovisual que cambie de mentalidad para adaptarse a los retos que traen las nuevas tecnologías. ¿Puede esta industria cruzarse de brazos y limitarse a pedir que vuelvan los tiempos fáciles y responsabilizar al consumidor si no vuelven?

Dado que, parafraseando el artículo, una vez se libera un producto visual éste "se queda flotando en el aire" al alcance de todos

Cuando la etereidad de los contenidos audiovisuales empezó a resultar un problema para los productores, intentaron contrarrestarlo bajando los precios de los productos y ofreciendo más ventajas de adquirir el producto original (ediciones más cuidadas, complementos como figuras, libros, etc). Justo lo que los consumidores llevábamos años pidiendo, y que la industria nos negaba por "imposible", y que se encargaron de demostrar que sólo era improductivo, si el consumidor no tenía más opción que pagar más por menos. (Sé que esto abre el debate de "¿y qué pasa si la máquina es capaz de copiar un plato de un gran chef?", y no tendría una respuesta fácil).

Quién sabe qué habría pasado si, cuando la opción más fácil era comprarme un CD original, me hubieran acostumbrado a tener todos mis discos con unas ediciones espectaculares, librillos completísimos y algún regalo de merchandising por unos 10 euros. ¿Seguiría conformándome con un CD mal impreso guardado en un sobrecillo y sin la seguridad de que al llegar a casa va a funcionar? De nuevo estamos pidiendo cuentas al consumidor por la falta de políticas preventivas de los productores.

Incluso para el consumidor bien intencionado es difícil no consumir gratis un producto que está "en el aire". Por caricaturizarlo, es como si me pidieran que me tape los oídos cada vez que pasa un coche con una canción que me gusta bien fuerte.

El argumento de que no podemos pedirle a, por ejemplo, un frutero que busque sus propias soluciones si el día de mañana pudiéramos no pagar por sus frutas me parece falaz. ¿En serio si mañana se inventara una máquina que permite que la comida aparezca en tu nevera, sólo apretando un botón; una máquina que pusiera la comida al alcance de una gran mayoría y casi regalada, seguiríamos "obligando" a comprarla? En esas condiciones, un frutero que nos diera una manzana a cambio de unos céntimos sería como los que van por los bares dejando ramitas de romero a los clientes y pidiendo "la voluntad".

Tampoco es inaudito que los avances técnicos vuelvan obsoleto un modelo de negocio. Pero no creo que nadie critique que, cuando se hizo común el uso de los frigoríficos domésticos, la gente dejara de comprar hielo a los trabajadores que vivían de repartirlo a domicilio. (O lecheros VS tetra-brik).

Muchos empresarios decidieron que era mejor nadar a favor de la corriente para mantener su negocio (supongo que mucho lecheros se reconvertirían en productores de tetra-briks en lugar de llamar ladrones a los que ya no le dejaban en la puerta la lechera por las mañanas). Sin embargo parece que para la industria audiovisual es más fácil calificar que adoptar hasta las soluciones más sencillas.

Y soluciones, hay. Yo, como mucha gente, lo primero que hago al comprarme un CD es ripearlo para poderlo escuchar en mi reproductor de mp3. Yo preferiría comprar una edición en un pendrive con el diseño del disco y los extras.

Muchas cadenas de tv permiten ver sus contenidos en su página web, en el momento que el espectador quiera. Rentabilizan este modelo con anuncios en la página y durante el episodio (por lo menos, lo hacen más rentable de lo que sería que el espectador se descargara los episodios por su cuenta). Sería interesante poder ver los capítulos de juego de tronos en la página de HBO, con anuncios localizados. Incluso podrían aprovechar las legiones de fans que traducen colaborativamente los subtítulos, facilitando la subida de éstos y poniendo a su disposición los originales.

Pero todas las soluciones implican que sea el productor el que coja las riendas del cambio, y a nadie le gusta cambiar algo establecido y cómodo.

Mañana voy al cine a ver Iron Man 3. Y cuando esté en internet con buena calidad, me la descargaré.

"Juanjo" utiliza aquí un argumento que he oído o leído muchas veces: el de que los discos o los libros se pueden copiar, mientras que el pescado o la fruta, no. No repara, o no le interesa reparar, en que yo no sólo ponía ejemplos de productos, sino también de servicios. Es evidente que el pescado o la fruta se consumen, y en consecuencia no pueden reponerse sino consiguiendo otros. Pero no ocurre así con los servicios de un taxista., un cirujano o un abogado, a los que también citaba. Podemos utilizar sus servicios y no pagarlos, y no por eso perderán la capacidad de seguirlos prestando. Lo cual, sin embargo, no justifica que dejemos de pagarlos. Dichos servicios suponen un gasto de su capacidad, su conocimiento y su tiempo, que son esencialmente lo que pagamos al abonar sus respectivas facturas. Supongo que "Juanjo" no creerá que los libros, los discos o las películas crecen en los árboles, y que quien los ofrece al público se limita a recolectarlos y ponerlos a la venta (o, en este caso, al robo); que comprenderá, a poco que lo piense, que si el conocimiento, la dedicación y el tiempo de aquellos profesionales vale un dinero, no hay ninguna razón válida para imaginar que los que los autores tienen que poner en sus creaciones, y sin los cuales naturalmente no existirían (como no existirían tampoco los servicios de que hablaba) no valen, en cambio, nada, y por tanto es legítimo apropiarse de ellos, y a los autores que les vayan dando. O, mejor dicho, no, que no les den nada, que de eso se trata. No pagar a un cirujano que nos ha operado es, naturalmente, un delito que la ley persigue, aunque no nos llevemos al hacerlo nada físico de su propiedad. Lo mismito ocurre con dichos creadores, cuyo tiempo y talento, a su parecer, no valen nada, o nada al menos que él tenga que pagar.

Hace años compré un DVD para que mis hijos lo vieran en nuestro PC portátil durante un viaje en avión. Al ponerlo, descubrimos que la película tenía una "protección" que para evitar que la ripearan, directamente impedía que se pudiera reproducir en un ordenador. Los niños se quedaron sin verla. La siguiente película que les puse en un avión no venía en un DVD. Y esa no nos dio ningún problema.

Esto es precisamente lo que he pensado toda la vida (que lleva internet en mi vida). Y lo que no entiendo es como los que están en el negocio (los de arriba) no han pensado eso antes. Puede que ese sea el problema. Que los que están arriba dirigiendo el negocio no tienen ni idea de lo que tienen en las manos. Al margen de eso, la cultura musical en España se basó en "los 40 principales". Machacando las radios con los temas de los artistas de las discográficas grandes, las que pagaban la pasta para que sonara una y otra vez la misma canción. La gente compraba sus discos. Pero lo hacía para escuchar una o dos canciones, las que habían oído una y otra vez en la radio. Y cuando llegó internet, ya no hacía falta comprar el disco entero. Te bajabas la canción. Rápido y gratis. Y ahora, los mismos que años atrás crearon una sociedad llena de personas sin cultura musical, son los que se rasgan las vestiduras.

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El Hombre Orquesta

Sobre el blog

En esta película de bajo presupuesto el guionista también ejerce de director, productor, cámara y sonidista, cual hombre orquesta. Este blog trata de ordenar el proceso de gestación de la película, además del flujo de ideas, personas y tendencias que bailan alrededor.

Sobre el autor

David Navarro es realizador, guionista y productor hiperactivo. No se ha planteado pedir una subvención ni esperar el visto bueno de una televisión. Compagina los rodajes con la docencia y cosas peores. Desarrolló las series independientes “Oído Caníbal” y “Nada que celebrar”, ambas emitidas en CANAL+.

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