El Hombre Orquesta

Sobre el blog

En esta película de bajo presupuesto el guionista también ejerce de director, productor, cámara y sonidista, cual hombre orquesta. Este blog trata de ordenar el proceso de gestación de la película, además del flujo de ideas, personas y tendencias que bailan alrededor.

Sobre el autor

David Navarro es realizador, guionista y productor hiperactivo. No se ha planteado pedir una subvención ni esperar el visto bueno de una televisión. Compagina los rodajes con la docencia y cosas peores. Desarrolló las series independientes “Oído Caníbal” y “Nada que celebrar”, ambas emitidas en CANAL+.

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El cine low cost no existe

Por: | 02 de enero de 2014

Director5Cartel promocional de #LittleSecretFilm por Calle13

Hace poco vi unas declaraciones de Joaquín Reyes en las que se sorprendía de que a él le asocien con los proyectos indie/low cost cuando él siempre ha trabajado para grandes corporaciones y cobrado por lo que ha hecho. Empezó en 2002 en Paramount Comedy, con un programa que disponía de algún presupuesto y a él le pagaban por su trabajo. Así que no era ningún friki onanista con su handycam. Cuando vi esas declaraciones de Reyes me sentí un poco tonto, un poco friki onanista, porque no hay día en el que no esté a punto de caer de nuevo sobre mi handycam (DSLR).

A veces no me atrevo a decir que soy director de cine (o realizador, o guionista…), y me presento con cualquiera de mis oficios anteriores. Me da pudor decir que soy “eso”, porque tal vez es mentira. Porque los proyectos que suelo hacer son low cost.

 
Hace cinco años me pasó una anécdota que he tratado de no airear mucho...  hoy me resarciré, porque es bastante ilustrativo ver como han cambiado las cosas después del tiempo.

Yo acababa de producir mi primer proyecto (Oído Caníbal, 120 minutos), y después de casi dos años de trabajo inicié la fase más dura: venderlo. Sin contactos directos, intenté que alguien influyente lo viera y me diera su opinión o apoyo. Toqué los hilos que tenía en mi mano, pocos. Ninguno era “el contacto definitivo”, ninguno era el Presidente de Columbia Pictures, o Jesucristo, pero sí tenía en mi agenda a algún director de cine, productor y distribuidor nacional, amigos de amigos, de amigos.

Varias personas influyentes accedieron a asistir a un visionado (individual, con la presión que eso significa), y tras permanecer en su asiento dos horas me dieron algunas opiniones y consejos. Una de esas personas fue quien me presentó a Canal+ y quien motivó que mi vida siguiera por este camino. A aquel tipo, como al resto, no les conocía de nada, repito, sólo eran amigos de amigos, de amigos (el director de United International Pictures en España, un responsable del ICAA, un productor europeo muy importante de los 70-80…).

Pero había un tipo al que yo sí conocía (algo más que al resto), un director de cine. Alguien con quien yo había conversado y a quien hice un favor con los extras de su última película. Le telefoneé y me citó en su despacho. Me senté frente a su mesa, y sólo me hizo una pregunta “¿Cuánto dinero ha costado producir tu proyecto?”.  Yo le admiraba, y creía que teníamos una micro-relación afectuosa, aunque nunca habíamos tomado Fantas juntos, ni mucho menos. Así que le hablé del cash, en metálico cuando me había gastado. La respuesta que di fue “3.000 euros”. La respuesta que debí dar fue “100.000 euros” que es el coste general de sueldos que se habrían pagado si hubiéramos tenido auténtico cash (y aun así sería low cost del más bajo). Hablé con total sinceridad porque me sentía en confianza, pero no lo estaba. Aquel hombre que había ganado varios Goya por una película de autor y que era calificado por la crítica como un creador sensible y experimental me dio estas indicaciones que me picaron sobre el recuerdo mucho tiempo, tanto que soy capaz de reproducirlas sin miedo a equivocar una coma:

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David Trueba en un fotograma de la película Ilusión (Daniel Castro)... donde ocurre una situación algo similar.

  • La grabaste en vídeo. Yo aborrezco el vídeo, el único cine que es cine es el químico. ¿Ves esa torre de ahí? (señalando a unos DVDs), son cortos del Premio Caja Madrid, todos hechos en video: una basura. Los veo porque soy jurado y me pagan.

  • Si viera tu película tal vez se me ocurre algún circuito o alguien a quien hablarle de ti, pero si lo hago… me estoy cerrando puertas, porque yo mañana tendré que mover MI PELÍCULA y ya habré usado ese contacto para ayudarte a ti.

  • Te aconsejo que hagas como yo. No hagas cine. Dedica tu esfuerzo a hacer amigos entre los directores de los festivales, colabora con ellos como puedas, en los festivales, en la crítica... Y así, cuando logres hacer una película, ellos te ayudarán a moverla. Los festivales son la forma de meter la cabeza. Yo estuve casi diez años trabajándome las relaciones antes de hacer mi primera película.

  • Deja que haga un cálculo… si tu peli la ven 60 personas, date por compensado. Puedes encontrar 60 frikis entre tus amigos y familiares. Mi suegro hace butifarra pero no se le ocurriría ir a una tienda “de verdad” a venderla, porque la hace para los amigos y familiares…


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Daniel Castro en un fotograma de Ilusión (Daniel Castro)...

Supongo que él no era consciente de que estaba grabando algunas de sus palabras a fuego en mi memoria. Estuve casi una hora escuchando su monólogo, no abrí la boca y cuando él terminó salí de allí cojeando como su hubiera caído del World Trade Center en plena colisión. ¿Fui tonto, debería haberme “defendido”? supongo que no hacía falta.

Han pasado cinco años. El cine químico ya no existe, las dos películas que este director goyarizado rodó y produjo después han sido un fiasco monumental. El Premio de Cortos de Caja Madrid ya no existe. Ahora los que hacemos pelis low cost/indie (o lo que sea) somos legión y contamos con cierto eco y visibilidad. Yo ahora cuento en mi haber ser el creador de dos series “indies” emitidas en Canal+ y actualmente trabajo en Paramount Comedy como realizador y guionista (como Joaquín Reyes, pero sin vestirme de payaso) y creo que vivo de esto… por ahora. Pero mi post de furia gratuita de año nuevo no termina aquí.

Director4El futuro es prometedor... (Fotograma de Ed Wood de Tim Burton)

En 2013 todo por fin parece maravilloso, cuando en los medios de comunicación hablan sobre el cine low cost se refieren a creadores tan brillantes que no parecen españoles, desarrollando proyectos apoyados por gente anónima, actores desinteresados, energía como para lanzar un transbordador a Marte… el futuro. Pero cuando escarbas un poco te das cuenta de que ese brillo no sólo es ficticio, sino que bajo de esa capa de alegría hay cierto picor incómodo.

Recientemente conocí en un evento a un director de cine con larga trayectoria (desde finales de los 80), al que me presentaron como el bloguer de El País. Yo expliqué que en mi blog suelo hablar sobre cine low cost, y que de hecho acababa de producir mi tercer proyecto… Entonces me dijo (sin anestesia) que estaba completamente en desacuerdo con que existiera este tipo de cine. Parafraseando: “El cine low cost no es cine, nadie lo ve, nadie lo necesita, y sin embargo hace mucho daño a la gente que sí queremos vivir de esto, porque acostumbra al sistema a que las cosas no cuesten”. Y entonces en aquel lugar todo el mundo empezó a hablar del cine low cost/indie (todo en el mismo saco) dentro del marco de la piratería: que un trabajo creativo no se pague. Yo apenas entré en el debate, así terminó antes. Pero todos teníamos algo de razón.

Hay gente que lleva 20 años subiendo escaleras, peldaño a peldaño, desde cuando las películas se hacían en un laboratorio químico y todo costaba cientos de millones (de pesetas). Hay personas que llevan labrándose los amigos a capa y espada… pagando cenas y poniéndose hasta arriba de CocaColas, apostándolo todo, pero apostándolo poco a poco, hasta que por fin, 20 años después, parece que hacen la película que quieren (o tal vez no). Dile a esas personas que tú tienes una Canon 7D, que acabas de escribir un guión y que te basta con tener a un puñado de personas que te apoyan (bien sea equipo técnico/artístico dispuesto a no cobrar, o inversores de micro-mecenazgo).

Director6Algunos estamos en la planta 7,5 (fotograma de Cómo ser John Malcovich de Spike Jonze)

Pero es verdad que las películas low cost/indie españolas “no las ve nadie”. Lo pongo entre comillas porque me da reparo y lástima expresarlo a las claras. Para mi el 2013 ha dejado el listón tan alto en cuanto a repercusión del low cost en los medios y en la crítica que creo que no lograremos ni rozarlo en 2014. Ilusión (Daniel Castro) y Gente en sitios (Juan Cavestany) han sido lo más de lo más… me pongo a sus pies. Pero ¿qué espectadores que no sean indies o del gremio las conocen? Por desgracia muy pocos, y de mi agenda: cero. Y eso que han tenido eco en medios tan poco minoritarios como el Telediario de La1 y la sección de cine de El País (también en la impresa). Tal vez el establishment tiene razón y son películas que nadie ve, pero sin duda, en mi carrera como cineasta prefiero subir escalones haciendo cine que haciendo “relaciones”.

El título de este post dice que el cine low cost no existe, porque todo lo que tiene valor cuesta algo. Suma el trabajo de todas las personas que colaboran en cualquier película low cost producida en 2013, jamás baja de los 150.000 euros. Una película que cuenta con esos activos podrá ser barata, pero a sus creadores no les ha salido gratis, es más, al no contar con el cash necesario habrán tenido que pelear y sufrir más duramente cada una de las fases de desarrollo. No existe el cine low-cost, si por low cost entendemos “gratis”, simplemente: hay personas no hacen las cosas sólo para ganar dinero. Y hay proyectos que merecen ser rodados, sea como sea. Por eso, cuando empiezo un nuevo proyecto me gusta decir esta frase “El dinero no es un problema”.

El País

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