¿Y ahora qué?

Por: | 20 de marzo de 2014

Daniel-castro

Hoy escribe: Daniel Castro


Hola, éste es el blog de El Hombre Orquesta, pero yo no soy David Navarro. Soy Daniel Castro y “dirigí” una película llamada Ilusión. David me sugirió que podría escribir en su blog sobre lo que ocurre cuando una película de bajo presupuesto está terminada, como es el caso de Ilusión.

(Dejadme que os explique porqué he puesto el verbo dirigir entre comillas; según mi experiencia, “dirigir” una película es como subirse a un caballo en un rodeo: la cuestión no es llevar al potro hacia donde quieres, sino durante cuánto tiempo puedes fingir que lo haces. Y el deseo ferviente de que sea durante esos fugaces instantes cuando tus seres queridos vengan a verte al rodaje. En mi opinión, "dirigir" es tener la testarudez de subirte una y otra vez a una bestia que insiste en escupirte cada vez más fuerte, cada vez más lejos).

Una vez hecha esta aclaración, vamos al asunto.

En primavera de este año acabamos la posproducción de nuestra película: Roberto terminó de limpiar los diálogos y mezclar las pistas, Bienve intentó corregir e igualar el color y Cris sacó los archivos definitivos de su ordenador.

¿Qué pasó a partir de entonces?

Emocionalmente, un poco de todo. Supongo que depende de la personalidad del director, pero, en mi caso, se han sucedido fases de aborrecimiento de la película (y de autocrítica feroz por no haber sabido solucionar los fallos a tiempo) con momentos de entusiasmo incrédulo, porque hemos tenido la suerte de que Ilusión ha tenido una acogida muy positiva. Ahora mismo, y esta sería la tercera fase, la película en sí, su contenido, ha pasado a ser algo extraño a mi, algo de lo que hablo con cierta distancia porque ahora me ocupo de…

Los pósters y todo lo demás.

Una vez acabada la película, el cineasta low cost, hombre orquesta, o como le queramos llamar, debe ponerse varias chaquetas. Debe seguir llevando la de productor, pero, además, debe hacer de jefe de marketing, agente de prensa y encargado de logística entre otras cosas.

Primero hay que decidir qué imagen se da la película. Cuál será su cartel, su título definitivo (si no está decidido aún) y montar su trailer y teaser (si lo hay). La imagen debe ser atractiva pero también coherente con la película. Al no tener casi presupuesto, conviene arriesgar un poco para que lo que se muestre sea original y memorable. Creo que a una película pequeña la gente le perdona cierto descuido formal (que casi se da por supuesto) pero no que sea convencional.

1381275_10151921715607254_1201289053_n Prueba de impresión del poster.

Dependiendo de la fecha en que haya acabado la posproducción de la película, conviene pensar en cuál puede ser el mejor escaparate para "lanzarla". Pensar en los festivales de cine apropiados para el tipo de película que uno ha producido (casi todos tienen una "línea editorial") y, dentro de ellos, cuál sería la sección más adecuada. Obviamente, las secciones oficiales a competición son las que reciben más atención de los medios pero, por ahora, es difícil que películas tan pequeñas entren en las secciones oficiales de festivales de cierta importancia. Además, la atención de los medios puede ser un arma de doble filo: uno casi preferiría no estar en una sección importante de un festival si el precio es que críticas devastadoras llenen los medios de todo el país. Lo ideal, y lo difícil, es encontrar el sitio adecuado.

Nuestro sitio, el de Ilusión fue la sección Zonazine del Festival de Málaga. Obviamente recibimos mucha menos atención que las películas que competían en la Sección Oficial, pero, tuvimos nuestro propio y algo ridículo paseo por la alfombra roja y, el ganar tres premios en esa sección paralela, ayudó muchísimo a la película. De pronto había interés por verla y algunos medios de comunicación (algunas revistas, algunos periódicos, muchos blogs, no nos engañemos, sobre todo blogs) hablaron sobre ella.

1396019_10151921713902254_1946228697_n Bárbara Santa-Cruz en la alfombra roja del Festival de Málaga.

¿Qué hubiera pasado si no hubiéramos ganado ningún premio o ni siquiera nos hubieran seleccionado? Supongo que habría minado algo nuestra moral, pero hubiéramos seguido presentando la película a diferentes festivales hasta poder participar en alguno.

Algo que he olvidado comentar: presentarse a festivales implica también una inversión en tiempo y dinero.

En cuanto un festival tiene cierto tamaño, los requisitos comienzan a ser más exigentes: la proyección debe hacerse en DCP (disco duro con archivo entrelazado de imagen y sonido, el estándar para las proyecciones digitales), hace falta material promocional (carteles, press book, pero también cortes de audio y video de algunas secuencias para los medios) y mucho tiempo dedicado a irritantes cuestiones logísticas (averiguar las fechas de actores disponibles para acudir a presentar la película, pedir vuelos, comprar billetes de tren, reservar habitaciones de hotel, escribir mails de información al equipo, recopilar datos para acreditar a invitados...) Es cierto que son problemas derivados de algo bueno; la participación en un festival de cierto tamaño, pero para un “cineasta” sin equipo en el que delegar y poco dotado para la planificación como yo, puede tratarse de la fase más estresante de la carrera de una película.

1379972_10151921547112254_2104989800_nEl DCP de Ilusión posando junto a una caña, lo que antaño fueron latas de película.

Supongo que el consejo que debería dar a un director novato que se encontrara en esta situación es: “busca ayuda”. Pero yo no lo he hecho, sigo vivo y he acabado disfrutando levemente de esta parte también. Como le dijo el escorpión a la rana, cuando ambos iban a ahogarse en el río, “es mi carácter”.

Una vez acabada la participación de la película en su primer festival, si ésta ha tenido algún tipo de repercusión, se suele plantear la maldita pregunta. ¿Y tenéis ya distribuidor?

Esa es otra historia. Y, si David me vuelve a dejar un hueco aquí, intentaré hablar de ella otro día.

Hay 2 Comentarios

¡Muchísimas gracias por el comentario y, sobre todo, por ver la película, Arturo! Un abrazo y sí, espero poder seguir haciendo películas así. Bueno, un poco más de pasta no nos vendría mal...

Muy interesante lo que comentas, no era consciente de todo lo que implica una película, por modesta que sea.

Y debo darte mi más sincera ENHORABUENA por tu película, pude verla a través de filmin.es y me sorprendió gratamente (además la mostré a otras personas cercanas y opinan lo mismo); es fresca, divertida, imaginativa, reflejo de nuestro tiempo, y hasta emociona.., una delicia.

Gracias por crearla, y sigue así!

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El Hombre Orquesta

Sobre el blog

En esta película de bajo presupuesto el guionista también ejerce de director, productor, cámara y sonidista, cual hombre orquesta. Este blog trata de ordenar el proceso de gestación de la película, además del flujo de ideas, personas y tendencias que bailan alrededor.

Sobre el autor

David Navarro es realizador, guionista y productor hiperactivo. No se ha planteado pedir una subvención ni esperar el visto bueno de una televisión. Compagina los rodajes con la docencia y cosas peores. Desarrolló las series independientes “Oído Caníbal” y “Nada que celebrar”, ambas emitidas en CANAL+.

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