Imagen promocional de Black Mirror (Channel 4)
El día de las elecciones coincidí con un viejo amigo en el colegio electoral, el apoderado de Podemos. Y tras saludarle retomamos nuestro eterno tema recurrente, la series de televisión. Concluimos (una vez más) en que hace falta un canal que apoye otro tipo de ficción en España, que aquí la televisión nos trata como a ancianitas de Cuenca, y que precisamente ni siquiera ellas son tan ancianas ni tan de Cuenca como se les trata. En ese momento nos interrumpió una anciana (lo juro) con un sobre y una papeleta de Podemos y le preguntó a mi amigo si había que hacer algo más que introducir la papeleta en el sobre.
La calidad de las series españolas no es un tema de interés nacional, como la política. Pero vivimos en una sociedad puramente audiovisual. El lector más voraz y pudiente del siglo XX apenas conseguiría igualar la cantidad de audiovisual consumido por el espectador medio del siglo XXI, y, sin embargo, todo ese caudal de ideas, historias y vivencias no está diseñado más que para pasar el rato que hay entre pausa y pausa publicitaria. Pasar el tiempo, seguir consumiendo. Una de las invenciones de Charlie Brooker que quedaron fuera de Black Mirror es un mundo en el que te quitan 10 minutos de vida por cada carga del móvil, pues ver la tele no suma vida precisamente, no en España.
Fotograma de Wall-E: cuerpos viendo la tele, twitteando y consumiendo.
Las series forman parte de la cultura de sus espectadores, y es de esperar que si esas historias tienden a la relevancia eso será mejor que el pasatiempo puro. Y por pasatiempo puro entendámoslo como lo que generalmente es: ideas de usar y tirar. Es decir: ideas que se transforman en basura una vez que son consumidas. Y por tanto, malas ideas.
Hay tres posibles productores de series en España. Las cadenas de la TDT (Atresmedia y Mediaset) que no tienen ninguna necesidad de cambiar el modelo porque ganan dinero con lo que hacen. Las cadenas públicas y en concreto RTVE, que falta a su compromiso con la cultura nacional no apostando por nuevos contenidos (pero de eso no voy a hablar hoy). Y la televisión de pago, las cadenas llamadas a salvarnos del pensamiento único audiovisual.
Los refuerzos de la tv de pago no vendrán
Es razonable pensar que exista una televisión para la masa: gratuita, generalista y con historias inofensivas; y que la innovación delicatesen se encuentre en la televisión de pago, o por lo menos así ocurre en EE.UU., (con HBO, AMC, Showtime y el propio Netflix). ¿Pero qué televisión de pago tenemos en España? Franquicias de cadenas americanas de pago que ofrecen contenidos que allí son en abierto, series inofensivas, precocinadas y enlatadas. Cadenas completamente superfluas que en ocasiones emiten reposiciones del contenido que ya viste en la TDT. Cero inversión en producción nacional, y cero apuesta por la inteligencia del españolito.
Esto me recuerda al spot de McDonalds en Australia de hace unas semanas. McDonalds, que se curra la publicidad nacional para decirte que la ternera que comes es 100% extremeña, y que además eres un tipo muy guapo y cool comiendo en sus restaurantes, mientras en Australia retrata al español como lo que es para el mercado internacional (la auténtica Marca España), un koala en coma.
España, olé.
Puede que en España tengamos muy buenas ideas, pero no las busques en la televisión. Y si una multinacional americana de fast food retrata la "intelectualidad" del segundo o tercer mundo (porque lo mismo hace con Brasil) de esta manera es porque puede, porque forma parte del imperio y nosotros somos una colonia a la que ordeñar. Cosa parecida pasa con la televisión de pago en mano de gigantes americanos, FOX, Turner (TNT), NBCuniversal (Calle13 y SyFy) y Viacom (Comedy Central, MTV): fast tv, pero de pago.
Ahora, siempre hay gente por debajo de uno. Hace unos años un amigo colaboró en un proyecto de cooperación en Bamako (Malí), allí desarrollaron una televisión local, algo que no existía: producción propia audiovisual. Me contó que en Malí, como en casi todo África, la televisión que se consume se limita al satélite en abierto, y en el caso concreto de Malí es televisión generalista francófona. O sea, que la población infra-urbana de África consume referentes audiovisuales de un mundo que jamás ha vivido y que probablemente jamás vivirá. Y no los mejores contenidos, sino programación generalista pura y dura. Por lo menos aquí sí tenemos producción propia, y muy cara, como Cuéntame y Velvet, pero vamos… que no es como para salir a corearlo por la calle.
En España: la tv premium (de pago) no es premium (pero sí es de pago)
La producción propia de las cadenas de pago españolas está por debajo de lo esperable, sólo CANAL+ ha logrado soltar dos perlas como Crematorio y ¿Qué fue de Jorge Sanz? (ambas en 2011), pero muy insuficiente para lo que cabría espera de la principal cadena de pago en España. Sin tomar en cuenta programas de sketches, documentales o realities, lo cierto es que ninguna cadena de pago destina presupuesto a la producción propia de ficción: TNT sólo produjo una serie en 2010 (Todas las mujeres, un buen comienzo interruptus con Mariano Barroso a la dirección), Paramount Comedy produjo otra serie en 2009 (El divo, esperpéntica y olvidable), y FOX, COSMO, SyFy y Calle13 nada, salvo esta última un experimento con Little Secret Film, pero en mi opinión fue una iniciativa más enfocada al marketing de la cadena que a la emisión (aunque salieron algunas joyitas).
Se suele decir que la televisión de pago en España no tiene dinero porque, comparandos con EE.UU., sus ingresos no dan para rentabilizar el esfuerzo porque (entre otras cosas) somos de los países de nuestro entorno con menos abonados a la televisión de pago, pero la culpa no creo que sea de nuestro carácter latino-pirata, o de nuestro desinterés por la calidad y la cultura, sino de que la televisión premium (de pago) en España no es premium, pero sí es de pago. ¿Porqué vamos a pagar por ver lo que ya hemos visto, ya estamos viendo, o ya veremos? Comedy Central (el antiguo Paramount Comedy): emite Aída (cómo también lo hace FDF en la TDT), La Hora de José Mota (disponible en la web de RTVE), La que se avecina (a la vez que FDF), Friends y películas como Colega donde está mi coche... TNT emite de estreno: The Big Bang Theory (reposiciones en NEOX), El Mentalista (LaSexta) y así el resto de franquicias americanas de pago en España, o sea, lo mismo que emiten los canales secundarios de la televisión en abierto. ¿Hay una buena razón para amar a esas cadenas? Si les intercambiamos el logo ¿las diferenciaríamos? ¿Alguien siente expectación por saber con qué nos sorprenderán mañana? ¿Cómo es posible que muchos españolitos sepan qué es HBO y no sepan decir si cuando CANAL+ dejó de emitir en abierto para convertirse en Cuatro desapareció la televisión de pago en España?
Simplificando: en el caso concreto de CANAL+ (que siempre fue la única cadena en la que depositar nuestras esperanzas) uno de sus problemas fue su apuesta ciega por el futbol. Siempre se entendió que en España una cadena premium debería disponer de, como poco: todo el futbol. Entonces el precio de este subió hasta el colapso, y no quedó dinero para más. Y ese es a grosso modo y simplificando brutalmente uno de los problemas. El poco dinero que resta del futbol se dedica a taquillazos y programas de importación.
Y sin embargo, casi todas las cadenas de pago (esas que apenas hacen nada) están obligadas por ley a destinar un 5% de sus beneficios a la producción nacional. ¿Dónde está el resultado de ese dinero invertido en ficción española? La respuesta: en sucedaneos de ficción que no lo son o intacto en sus cuentas bancarias. Pues muchas de ellas hacen oídos sordos y se niegan a invertirlo esperando a que la ley cambie y el gobierno de turno se lo perdone. El Ministerio de Industria tiene online los informes hasta 2011.
¿Hace falta tirar la casa por la ventana para hacer las cosas bien?
¿Es por dinero que España no se puede permitir una producción propia "relevante"? Producciones caras sí tenemos, el coste de cada capítulo de Cuéntame está en unos 700.000 euros, e igual precio tuvo Águila Roja, Velvet y tantas otras. ¿Hace falta gastarse casi un millón de euros por semana para producir 70 minutos de ficción de calidad? En mi opinión NO. E incluso me parece indecente.
Mi ejemplo más claro es Louie, una serie americana que tiene en España una razonable legión de seguidores de muy amplio nicho, quienes consideran que Louie es una de las mejores series de la década. Los hijos de la Señora de Cuenca, mayores de edad, consumidores al uso. Louie es una serie que las cadenas generalistas tachan de indie pero que en mi opinión podría tolerar hasta la mismísima Señora de Cuenca, porque la Señora de Cuenca que veía el Un, Dos, Tres ya está bajo tierra, y la que ahora le sustituye ha aprendido a ligar vía Meetic, trabajó, tuvo hijos, tal vez se divorció, ha sufrido la incomunicación, las eternas ironías de las relaciones humanas, pierde el metro en hora punta... Louie no es para la Señora de Cuenca que ama Velvet, no todo es para todos, pero si a la audiencia la tratas con madurez, tal vez te sorprendas. Y no poca sorpresa habrá sido ver cancelarse infalibles series generalistas al cuarto episodio de emisión, tantas veces.
Louie cuesta cuatro duros, y si se rodara en España costaría una décima parte, se puede hacer rozando la gratuidad, pero es que no es un problema de dinero. Es de tomarse esto en serio, tratar al espectador como adulto, e intentar que cada día se avance un palmo del terreno. Louie la produce en EE.UU. el canal de pago FX, y en España la emite FOX, pero no como parte de su parrilla de verdad, sino de la de mentira. En la madrugada del sábado al domingo a las 5:45, porque saben que en España no le va a interesar a nadie que vea la televisión en un horario normal, no... Louie sólo le interesa a los 6 trasnochadores depresivos que serán los únicos que vean FOX un sábado a esas horas. Ese es el nivel. (Pero fue CANAL+ quien estrenó Louie en España, en un horario nada despreciable: 21:30 todos los días, como en su día emitió Seinfeld y otras series históricas).
¿Queda esperanza? Para mi la esperanza pasa por todos los guionistas, realizadores y actores que seguimos tomando notas en el margen de nuestros cuadernos de supervivencia. Y empresas, como Filmin, pequeños pero muy ágiles, capaces de fijar una reunión por Skype hoy mismo si creen que tienes algo que decirles; no tienen grandes medios, pero piensan rápido. Y Movistar TV, sé que parece "el gigante tonto" pero puede que con la compra de CANAL+ por parte de Telefónica cambien algunas cosas. O tal vez no, es más, creo que no..
Hay 1 Comentarios
Una entrada estupenda y muy interesante. Voy a seguir leyéndote, seguro. Ojalá que las esperanzas de las que hablas se materialicen en realidades.
Publicado por: Elena | 02/06/2014 17:03:22