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Fernando Garea

lleva más de 15 años pisando diariamente el Congreso y escribiendo sobre política en distintos medios. Responsable de información parlamentaria en EL PAÍS, colabora en diversas tertulias en radio y televisión.

Sobre el blog

Contracrónica de la actualidad política. Lo que se mueve en los pasillos del Congreso, más allá del escenario del hemiciclo, y análisis de la vida política.

Últimas entradas

20 jul 2011

Convicto y confeso

Por: Fernando Garea

Finalmente, ha hecho lo que tenía que haber hecho antes de las elecciones: renunciar y dimitir. Camps dice que es en beneficio de Rajoy, pero de verdad le hubiera hecho un favor si hubiera renunciado a presentarse a las elecciones.

Y se ha negado a ir ante el juez a admitir su culpabilidad, como sí han hecho otros coimputados. Aceptar una condena es admitir los hechos que te imputan y se pasa automáticamente a ser un delincuente. En el curriculum profesional y vital se añadirían antecedentes penales. Rajoy le hizo elegir entre declararse convicto y confenso o quitarse de enmedio y él ha tenido clara la elección. Otros dos procesados se han declarado culpables, pero para nada, porque irán a juicio igual.

En este caso, si conformara pasaría a ser también un mentiroso confeso,  porque el afectado dijo que no conocía a los miembros de la trama, luego afirmó que se pagaba los trajes y más adelante alegó que los abonaba con el dinero de la caja de la farmacia de su mujer.

Ahora ha admitido que fueron regalos de su "amigo del alma" al que quería "un huevo". Todo es más grave porque quien hizo los regalos se forró en su proximidad al Gobierno autonómico. Y por quien fue expulsado de Génova por sospechas fundadas de irregularidades.

No se entiende que Rajoy haya permitido que se llegue hasta aquí. Que no fuera capaz de obligarle a no presentarse a las elecciones. El PP hubiera arrasado en Valencia con cualquer otro candidato y por eso no se entiende la estrategia de Rajoy.

En el camino, el líder del PP se deja jirones de credibilidad y nos regala vídeos impagables con sus palabras de respaldo a quienes ahora se confiesan delincuentes y mentirosos. ¿Qué necesidad tenia de llegar hasta aquí?

La pena para un político no es solo una multa, es la dimisión. Y tiene suerte porque si esos mismos hechos se produjeran ahora , tras la ultima reforma del Código Penal, se añadiría la de prisión e inhabilitación. Su asesor, Federico Trillo, lo sabe porque fue uno de los ponentes de esa reforma que, si se pudiera aplicar con retroactividad, llevaría al presidente valenciano a la cárcel.

Juicio habrá en plena campaña, pero sin un presidente autonómico en el banquillo y con curiosas complicaciones para designar el jurado.

13 jul 2011

Versión apócrifa

Por: Fernando Garea

La policía vigilaba desde hace cinco años el local que la organización terrorista utilizaba para cobrar su extorsión. Todo el que entraba y salía era controlado y grabado y se llevaba puesto en el coche una “chicharra” o localizador.

Durante años la policía obtuvo de esa vigilancia información valiosa de la banda terrorista y sobre su funcionamiento.

Pero alguien relacionado con el local se percató un día de las cámaras instaladas y quiso denunciarlo. Un policía se puso en contacto con él y logró convencerle de que permitiera mantener la vigilancia.

La vigilancia policial estaba judicializada, es decir, controlada por un juez de la Audiencia Nacional. Ese magistrado se ausentó de forma temporal y un compañero asumió sus casos para, como suele ser habitual, tramitar los asuntos urgentes a la espera de la vuelta del titular del juzgado. Sin embargo, el sustituto no resistió la tentación y decidió dirigir una operación policial para desmantelar la trama de extorsión de la banda terrorista.

Los policías intentaron convencerle para que no lo hiciera, porque seguían obteniendo información valiosa. El magistrado siguió adelante y los mandos policíales decidieron avisar al ciudadano que había visto las cámaras y al que habían convencido para que permitiera la vigilancia durante años.

Días después fueron detenidos todos los implicados en la trama de extorsión de la organización terrorista.

La película podía haber terminado ahí, pero siguió y la Justicia procesó a tres mandos policiales por la llamada que alertó de la operación. No les encausó por revelación de secretos, sino por colaboración con banda armada, como si con su llamada estuvieran ayudando a la actividad terrorista.

El principal partido de la oposición decidió utilizar políticamente ese caso contra el ministro del Interior. El interlocutor de ese ministro y responsable de Justicia del partido de la oposición seguiá en política tras haber visto cómo eran condenados varios de sus subordinados por falsear la identificación de cadáveres tras un accidente aéreo.

A pesar de todo, ese partido de la oposición acusó al ministro de responsabilidad política por el procesamiento de sus subordinados.

¿Se puede sostener que el ministro del Interior y los mandos policiales que desmantelan a la banda terrorista colaboran con ella?

11 jul 2011

Tiritas para aguantar tres meses

Por: Fernando Garea

Para tres meses que quedan, mejor poner una tirita para taponar la herida y aguantar.

Los retoques en el Gobierno apuntan a que Zapatero (y Rubalcaba) ha pretendido limitar el cambio al mínimo posible, lo que da una idea clara de que está pensando en anticipar las elecciones a noviembre. Solo si en septiembre, en el momento de convocar, se vive algún tipo de turbulencia financiera las elecciones serían en marzo.

Si Zapatero estuviera pensando en agotar la legislatura se arriesgaría a más cambios, pero que el ministro de Fomento sea portavoz del Gobierno indica provisionalidad.

Eso unido a que ocho meses de bicefalia son muchos meses, es decir, si Rubalcaba ha salido ya del Gobierno no es para estar hasta marzo solo como candidato.

El nombramiento de Camacho lanza también el mensaje de continuidad en Interior y de que, de alguna forma, Rubalcaba sigue al tanto de la lucha antiterrorista, a la que le ha dedicado muchos años. Desde que redactó en la oposición el pacto antiterrorista hasta ahora.

El caso de Blanco solo supone oficializar algo que, en la práctica, ya ocurre desde hace años: que él ejerce como portavoz del Gobierno y hasta avanza medidas futuras como las subidas de impuestos. Solo faltaba que compareciera los viernes tras los consejos de ministros y ahora ya lo hará.

Hay otra posible lectura: si Rubalcaba inició el sábado el proceso para separarse del proyecto de Zapatero, han decidido que Blanco se quede del lado del presidente del Gobierno amortizado. Si Rubalcaba quiere ser la imagen del nuevo proyecto que pretende ilusionar con medidas nuevas, Blanco será la imagen del que está ya acabado y enterrado.

Según esa lectura, Blanco forma parte del equipo de Zapatero y se irá con él. Se inmolará con él. Le queda una salida: ser candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia, que para eso se encargó de poner al frente del partido en esa comunidad a un dirigente que le puede facilitar esa maniobra.

De nuevo, se demuestra que a Zapatero no le gusta Ramón Jáuregui. Aceptó que fuera ministro, pero antes le mandó a Europa y le cerró el paso al Gobierno y a otros cargos, y ahora no ha querido hacer el movimiento natural de hacerle ministro de Presidencia y portavoz. Ha preferido al ministro de Fomento como portavoz, en una compatibilidad de funciones insólita en España.

Y atención a los dirigentes del PSOE que a partir de ahora, cuando la separación sea más evidente, pueden verse en la tesitura de tener que elegir entre el proyecto de futuro de Rubalcaba y el de pasado de Zapatero.

07 jul 2011

El desembarco del delfín

Por: Fernando Garea

Hace un año Alfredo Pérez Rubalcaba ya sabía que José Luis Rodríguez Zapatero quería que él fuera su sucesor. Se lo había comunicado así, con la idea de que lo fuera después de unas primarias y tras anunciar el presidente del Gobierno en los primeros meses de 2011 que renunciaba a presentarse por tercera vez a las elecciones generales. Era su delfín, aunque, por primera vez, el salto generacional era hacia atrás.

Rubalcaba era entonces el ministro del Interior. Muy apreciado en el PSOE, con una influencia notable en el Grupo Parlamentario Socialista por su etapa de portavoz y con una proyección pública reconocida.

Hace un año se inició en el partido un movimiento que, en su momento nadie interpretó como relacionado con la sucesión de Zapatero: la operación para cambiar a Tomás Gómez como candidato en Madrid. Pero entonces empezó el postzapaterismo.

Rubalcaba fue el impulsor de la operación, obviamente en sintonía con Zapatero, con el objetivo de iniciar el control del partido a través del PSM. La idea era no solo cambiar a Gómez al frente de la candidatura para las autonómicas, sino, después desembarcar en el partido con algún dirigente próximo a Rubalcaba, como Antonio Hernando.

Pero Gómez se resistió y ganó las primarias a Trinidad Jiménez y la operación se vino abajo. Rubalcaba comprobó que había perdido todas las batallas orgánicas que había dado en su vida política, desde Almunia a Bono, pasando por Gómez y otros de Madrid.

Se data en esos días la decisión de Rubalcaba de evitar competir en unas primarias, aunque Zapatero mantenía entonces su intención de ser sucedido con esa fórmula.

Rubalcaba fue nombrado número dos del Gobierno y fue situado por Zapatero en el escaparate, para que fuera su sucesor.

En febrero, Carme Chacón mantuvo una conversación con Zapatero y le expresó su intención de presentarse a unas primarias, si es que él decidía no repetir como candidato.

La ministra de Defensa fue informada de que Rubalcaba era el candidato preferido por Zapatero y ella pidió al presidente del Gobierno competir en igualdad de condiciones.

En abril Zapatero anunció que no se presentaba, Chacón mantuvo sus intenciones y Rubalcaba siguió en su idea de evitar las primarias, e incluso no presentarse si las había.

Tras el descalabro del 22-M se produjo el movimiento encabezado por Patxi López para evitar las primarias, como quería Rubalcaba. Lo hizo bajo amenaza de promover un congreso extraordinario, lo que hubiera provocado la dimisión de Zapatero, el final de la legislatura y quién sabe qué.

Pese a la apariencia de golpe de Estado triunfante y la imagen de un líder socialista tomado como rehén, las consecuencias de la amenaza eran tan enormes que Chacón, presionada por históricos líderes socialistas, cedió. No habría primarias y Zapatero aceptó las condiciones de sus barones en la reunión de La Moncloa, previa al Comité Federal.

Rubalcaba salió como sucesor y los barones se blindaron hasta después de las elecciones generales, al retrasar los congresos regionales. Ese era el acuerdo.

Y Rubalcaba iniciará el sábado su camino como candidato. Inaugurará la bicefalia e intentará diferenciarse de Zapatero y desmarcarse con un proyecto propio. Con dudas sobre si será creíble que él presente propuestas diferenciadas a las que ha defendido en el Gobierno. Y con traspiés como el debate abierto por José Blanco sobre los nuevos impuestos y tasas, en el momento en el que se pretende remontar la enorme ventaja del PP y frenar la sangría.

Zapatero ya estaba muerto (políticamente) y el sábado empieza su entierro. Ya solo está para el homenaje.

Las quinielas apuntan a que Rubalcaba saldrá del Gobierno en los próximos días; será sustituido por su secretario de Estado, Antonio Camacho, y después del verano Zapatero y él decidirán si las elecciones son en noviembre o en marzo. Si sale ya del Gobierno será una pista de que las elecciones pueden ser en noviembre.

Su equipo ya ha tomado posesión de Ferraz: Elena Valenciano, Ignacio Varela, Antonio Hernando, Óscar López.....

El País

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