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Fernando Garea

lleva más de 15 años pisando diariamente el Congreso y escribiendo sobre política en distintos medios. Responsable de información parlamentaria en EL PAÍS, colabora en diversas tertulias en radio y televisión.

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Contracrónica de la actualidad política. Lo que se mueve en los pasillos del Congreso, más allá del escenario del hemiciclo, y análisis de la vida política.

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04 nov 2011

Depresión grave

Por: Fernando Garea

Los expertos en psiquiatría sostienen que cuando se está sometido a una situación de depresión grave es mejor no tomar ninguna decisión, porque todas las que se toman en esas cicunstancias son siempre las más negativas y autodestructivas. Por eso la depresión conduce, en casos extremos, al intento de suicidio. En todo caso, son siempre decisiones erróneas y dañinas. En esas situaciones lo mejor es someterse a tratamiento y, sobre todo, no tomar decisiones y recuperar la autoestima. Siempre con la idea de que el mundo no se acaba al minuto siguiente, sino que hay un día después, luego una semana siguiente y más adelante un mes y un año... Estos principios básicos de psiquiatría son aplicables al PSOE ahora. Vive desde hace tiempo en situación de depresión grave por estrés continuado y todas las decisiones han sido autodestructivas y erróneas, dañándose a sí mismo. Y también a otros inocentes. Como la decisión de adelantar la elecciones, la de saltarse las primarias y otras que han sido dañinas. Que se esté quieto Zapatero, que no pase nada y que Rubalcaba aguante el tirón. Al PSOE le queda apretar los dientes, recuperar la autoestima y pensar que el mundo no se acaba el 20-N, sino que luego puede venir un Congreso, una refundación o un líder que haga la travesía del desierto. Y cuando haya pasado el tiempo necesario será momento de hacer autocrítica, dar explicaciones o pedir perdón por tantos errores. Diculpas por decisiones tomadas bajo presión y que dañan a otros. "¿Qué se puede hacer con unas expectativas como estas? Nada, hacer como que no lo ves y tirar adelante". Eso es lo que dice un asesor de comunicación, experto en campañas electorales que considera que lo mejor que puede hacer Rubalcaba es seguir adelante con el plan previsto. Lo último que se le debe hacer a un deprimido es reprocharle errores mientras no lo supere, aunque sea justo. Rubalcaba sólo tiene la baza del debate, no para remontar, sino para apoyarse para el futuro. Sólo puede aspirar a los 125 escaños de Almunia en 2000 que siguen marcando la frontera entre el fracaso absoluto y el fracaso sin más. En situaciones de depresión hay que apoyarse en lo que se cree que se puede hacer bien y a Rubalcaba le cabe apoyarse en un posible buen papel en el debate. Le sirve para superar la depresión apoyarse en algunos buenos datos de su valoración según la encuesta del CIS. De la depresión se sale con paciencia, apoyándose en los suyos y con mucha actividad. Eso hace Rubalcaba: mensajes a sus bases, campaña intensa y pensar más allá del 20-N. La medicación en estos casos tarda unas tres semanas en hacer efecto, es decir, ya no hay tiempo para estas elecciones, pero luego la vida seguirá. Y a Rajoy le queda no dar impresión de abuso. Humildad.

El País

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