En ocasiones empleamos despectivamente la expresión “la gente”. Parecería un signo de distinción hacerlo, una señal, en efecto, de nuestra voluntad de distinguirnos, que mostraría nuestro propio y mejor criterio, mediante el simple procedimiento de diferenciarnos de ese supuesto conglomerado. “Ya se sabe”, se dice, “es que la gente…”, “la gente es …”, “a la gente le gusta…”, “la gente no sabe que…” En última instancia, para que quede claro que nosotros que, por lo visto no nos consideramos gente, somos de otro modo.
Esta desconsideración indiferenciada y global resulta inquietante. En definitiva, tiene que ver con la puesta en cuestión de lo que significa el público. Con ello se retoman importantes debates sobre lo que quiere decir una opinión compartida, sobre lo que suponen las mayorías, sobre los índices de aceptación o de audiencia y hasta sobre el sentido y alcance de la democracia. Desde luego estos asuntos de diferente calado son, sin embargo, determinantes. Y hemos de ser, por tanto, cuidadosos. Para empezar, no hablando con ligereza de “la gente”.
No se trata sólo de pensar en el público, se trata de pensar con él, desde la convicción de que el pensamiento no es un acto simplemente interior o solipsista, o meramente mental. La búsqueda del discurso verosímil, el hecho de pensar de una u otra manera con otros, hace necesario que no se considere al público como un recipiente o un receptáculo, sino como un interlocutor.
No es cuestión de identificarnos, sin más, con lo que el público ya es. Al convencer, también se crean auditorios. La palabra es asimismo voluntad de transformación. Y nada convence más que lo que es conveniente, que no es siempre lo que creemos que más nos conviene. Para Aristóteles, “es conveniente aquello que salvaguarda la ciudad”. Y ésta es toda una tarea.
La permanente presencia del público en nuestra mirada, en nuestro pensamiento, no significa la reducción de la palabra a espectáculo, sino el inicio de otra implicación. Vivir por y para los ciudadanos es a la par vivir con ellos incorporados en nuestro decir, que es más que hablar. Han de ser nuestro sentido y nuestra referencia si buscamos la palabra justa. Y ello sí modifica de modo determinante nuestra mirada y nos hace cuidar lo que vivimos.
¿A quién mira Velázquez en La Meninas? ¿A quién miran el pintor que está fuera del cuadro y el pintor que está retratado en el mismo, que a su vez representa la escena? El Velázquez del cuadro, al mirar fuera de él, viene a mirar a quienes contemplamos el cuadro, si bien busca a quien ha de pintar. El reflejo en el espejo del monarca Felipe IV y de su esposa Mariana de Austria nos sitúa en su lugar, mientras se retrata a la infanta Margarita. “En el momento en que colocan al espectador en el campo de su visión, los ojos del pintor, lo apresan, lo obligan a entrar en el cuadro, le asignan un lugar a la vez privilegiado y obligatorio”, nos dice Foucault, casi al inicio de Las palabras y las cosas.
En esta dinastía de la representación, entre las satisfacciones del público que contempla la obra está la de sentirse situado en el lugar del rey y, a la par, al lado de Velázquez que, fuera del cuadro, lo crea. “Nos vemos vistos por el pintor, hechos visibles a sus ojos por la misma luz que nos hace verlo.” De este modo, el público constituye el cuadro mismo, es pueblo cultivándose, recreándose, ocupando un lugar determinante y decisivo.
Tal presencia del lector en el texto, del espectador en el cuadro, moderniza la creación. Hoy se habla también de “la lectura de edificios y de cuadros”. Al incorporar a los lectores y a las lecturas como parte de una obra, no sólo escrita, el público no es un simple destinatario exterior, sino artífice y partícipe, sin el cual la obra no dice nada, no nos dice nada.
Ignorar al público, en todos los órdenes y sentidos, artísticos, sociales, políticos, reduciéndolo a una lectura clausurada, como la que se nos ofrece en una inadecuada utilización de la expresión “la gente”, desvirtúa el sentido de la ciudad, de la polis, de lo conveniente y de lo convincente, de lo necesario, de lo justo. De proceder así, nos dirigiríamos a los demás, como si estuvieran de más, como si fueran un apósito, en lugar de reconocer que son parte determinante de nuestro propio decir, al menos si pretendemos decir efectivamente. No hay derecho a dirigirse al público si la palabra no proviene a su vez, en cierto sentido, también de él, si no cuenta con él. El logos es ethos y, a la par, polis. La palabra es ciudad pública.
Hay 10 Comentarios
Tengo curiosidad por conocer cuáles son las claves que el autor del blog va a emplear, o está empleando, para actuar como Velazquez, para que aparezca el diálogo, para que el blog no sea monólogo con aditamento de comentarios.
Es complejo... Responder a cada comentario no es viable, ni por disponibilidad de tiempo ni por concepto. Como no hubiese sido viable que Velázquez hubiera pintado pensando en cada persona que pudiera ver su obra...
Así que tengo curiosidad por saber cómo se va a resolver el contacto del autor con el público de su blog... :)
Publicado por: José Luis Castillo | 22/02/2012 14:44:38
La gente, son personas en general, sin especificidad. El público delante de un cuadro son gente espectadora. Los espectadores delante de un cuadro no son lo mismo que en una representación teatral. En el teatro la gente aplaude o patalea según le guste o no la función, y en el museo se contempla un cuadro con reverencia y recogimiento. Pero no se argumenta la respuesta que se da a lo que se le muestra. Es una reacción emotiva. Después ya sí, se conversa sobre ello, se presume de adhesión, de erudición, o de subversión, -que yo sepa no se presume nunca de ignorancia- y entonces es cuando se argumenta. Si un actor o un pintor se nos encarara y nos pidiese argumentos para la reacción dada como espectadores sería incómodo. En un blog, como una representación, se tiene derecho a réplica inmediata y eso genera reacciones emocionales. En un foro es diferente, porque la relación es horizontal y no vertical, cada participante puede abrir un tema, y puede participar en los temas de otros.
Publicado por: Visi | 22/02/2012 0:19:41
Noam Chomsky y las 10 Estrategias de Manipulación Mediática
1. La estrategia de la distracción El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales .
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de
seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para
acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como siella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella
tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad .
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores .
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…
9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.
(citas del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)
Publicado por: JESUS LOZANO FUENTES | 21/02/2012 12:24:02
Ha ya tiempo que Julio Iglesias, el cantante (ya saben: ¡Me encanta España, por eso vivo en Miami!), utiliza la expresión "las gentes", en lugar de la "gente".
Sospecho que lo hace teniendo en cuenta que en el idioma inglés se dice" the people are" y no "the people is"; o sea, "las gentes son".
Tal vez sea más acertado puesto que cuando hablamos de la gente, en realidad, nos estamos refiriendo a una pluralidad de individuos y no a la singularidad que puede presentar cada uno de ellos.
Publicado por: @GarciaCabrerizo | 20/02/2012 19:23:29
Si pudiésemos ver lo que Velázquez pinta en el cuadro, veríamos que pinta a quienes miran el cuadro. Ese es el juego, pues es el público, el pueblo, quien se coloca en el punto de vista de los reyes, es el público quien se refleja en el espejo del fondo, y Velázquez espera paciente que vayan pasando ante el cuadro para retratarlos, como si este pueblo fuera el verdaderamente digno de ser pintado, pues de este pueblo salen las vírgenes y santos, los dioses clásicos. Generaciones enteras van pasando por el fotomatón de Velázquez.
Publicado por: lht.yqu | 20/02/2012 17:20:03
En la primera foto, se ve al fondo el cuadro y dentro de este el otro cuadro que Velázquez pinta, asomándose por el lateral, pintando a quienes miran la pintura. También las infantas, pajes y ayos parecen mirarnos desde ese mundo tan cercano, tan real y cotidiano desde el mismo momento en que por el genio de Velázquez nos introducimos en la pintura. Es asombroso que en una época de tanta pompa y boato, el pintor sevillano brindara al público la posibilidad de contemplar el poder con esa cercanía, cercanía que tanto echamos de menos en estos tiempos que llamamos democráticos.
Publicado por: bmh | 20/02/2012 17:05:23
La gente normalmente dice lo que dice la gente y hace como Vicente, que va siempre adonde va la gente.Se hace aquello porque es la gente quien lo hace, se piensa aquello también porque es supuestamente lo que toda la gente piensa, se critica porque la gente critica y se es pesimista u optimista o se habla de lo que la gente habla.Es lo que hay: voy a la moda porque es lo que se lleva, ¿quién lo lleva?, pues mayoría de la gente.La gente no es nadie en particular.La gente es anónima.Nominal.Esa es su peculiaridad.La gente es nadie( que dice Ortega).Así, cabe decir cualquier cosa de la gente ( mala gente que camina, como dice el verso de Machado o buena gente, por aquel a quien tenemos o nos tiene distanciado de "otras" posibles malas(?) gentes ), de donde sólo intuimos, que allí, aparte de gente, pueda haber "alguien con quien hablar".¿Hay alguien ahí? Muchas veces se forma un "público" en torno a la gente cuando empieza a aparecer y a "amontonarse" y indistinguirse la gente( se podría decir que esta es la manera que tiene la gente de dar rienda a su bobería), indeterminada porque la gente posee esa capacidad o particularidad, que es la de ser también irresponsable de cara a otra gente que no es nadie en particular, a las que yo no reconozco ni ellos a mí tampoco, ante las que puedo ser a mi vez irresponsable o un santo, "hacerme el loco", gentuza y a la vez no tener nada que ver con lo que hace o ha hecho la gente. Ser otro más es lo que cabe ser ante el gentío, hacer y ver indistintamente como quien tiene a bien todo el cotarro allí montado. Yo puedo participar con la gente, pero no puedo "conformarme" con toda "esa" gente que desconozco.Sólo cabe conocer a gentes entre las gente, con quienes puedo participar.En cuando al cuadro de Velázquez, tenemos hechos comprobados de que la gente visita los museos como suele hacer Vicente.
Publicado por: Rantamplán Malaspina | 20/02/2012 13:50:17
queria decios que me siento indignado con la manera de que este gobierno esta llevando las cosas,an empezado por los recortes cosa que en parte me parece,correcto pero deverian de empezar por sus jornales,sus jubilaciones,esos cochazos que me llevan,podrian llevar,unos mas baratos,y gastar ese dinero en crear empleo,y no hacer tantos recortes en cosas necesarias,deverian de poner a un politico como padre de famia,sacando a delante a una familia con un jornal de pena,y eso el que lo tiene,loque no entiendo como pueden dormir tranquilos vienda en la porqueria de pais que nos estamos combirtiendo,cuendo van a pensar realmente en los ciudadanos,y envezde recortar a los currantes,sacalo de el dinero que invertis en vosotros recortandoos el cinturon,gastandolo en familias necesitadas,estamos asi por buestra gestion,y lo tenemos que pagar los contribullentes,conte que no ablo por los de ahora ni por los de antes,pues no soy de ningun partido,y critico en general,estamos en una democracia,pero nos manejan como quieren,pues celebramos el dia de la contitucion española,pero no hacemos nada de loque ella representa,me avergüenza que mis antepasados allan luchado en guerra y estado presos en el alcazar de toledo como prisionero,pues por lo que lucharon se lo targo el polvo,las leyes y la politica,empezad a dar ejemplo,y recortaros buestros gastos,y administraros los presupuestosd de los cochazos y las dietas,con esto espero que alguien o entre todos pongamos fin a esta crisis que esta poniendo encrespacion,impotencia y preocupacion por nuestros hijos pues el estado en que se encuentra su futuro esta muy muy cuesta arriba,esperamos una solucion.
Publicado por: roberto | 20/02/2012 13:29:12
Velazquez nos incorpora en su espacio, en su taller del antíguo palacio de los Austria, en igualdad con todos los personajes a la vez que capta el "instante" la patada del niño al perro, los Reyes entrando...¿ que verá el pintor dentro de un rato ? no sabemos como se van a comportar
todos estos personajes.
¡ Gracias Sr.Gabilondo por hacernos este regalo al empezar el día !
Publicado por: MARGARITA | 20/02/2012 9:06:27
Enhorabuena profesor Gabilondo.
Suscribo todo lo que ha dicho arriba, y en consecuencia hago PÚBLICO mi pensamiento de que lo que dice es UNA VERDAD.
Gracias
Publicado por: Sirius | 20/02/2012 7:55:21