El salto del ángel

Lo mejorable

Por: | 18 de diciembre de 2012

Robert Clark congaree

 Buscamos mejorar. Al respecto, ninguna objeción. Todo es susceptible de hacerlo y no es necesario subrayar explícitamente en cada ocasión que es eso lo que se pretende, que nuestras acciones y nuestras decisiones obedecen a que deseamos que algo resulte de otro modo que consideramos mejor. Y por ello preferible. Pero podría ser al revés, que lo queremos y eso nos basta para afirmar que realizarlo es mejorar. Y entonces crecen las incertidumbres. Casi resulta llamativo que se subraye y proclame con ostentación que lo que se persigue es la mejora. Sólo faltaba que interviniéramos con la intención de empeorar. Pero aceptando esta disposición, queda claro que el sentido de algo no descansa ni reside en la intención de su autor. Por ello, puestos a efectuar estas llamadas mejoras, conviene atender a una serie de cuestiones, por ejemplo, a su alcance, a sus posibles efectos, a los medios, a las implicaciones, a la situación general y, en definitiva, a las circunstancias y agentes para lograrlas. Sería de lamentar que no lo fueran, ni tanto, ni para tantos, ni para tanto. Quizá sí para la consideración de qué es mejor para quien decide o propone. Pero no estaría mal que, puestos a buscar lo mejor, no demos por supuesto en qué consiste.

Estimar que es suficiente con enunciar loables objetivos y con aseverar la directa relación de lo adoptado con el logro de tales metas y con la resolución de los problemas exigiría otro proceder. Para empezar, la evaluación o valoración de la situación, que no se reduce a los resultados, sino asimismo al análisis de las causas y a su relación, a través de los medios, con el estado de la cuestión. Inquietan quienes ya presuponen las razones o las atribuyen simplemente a que no se dan las condiciones que ellos prefieren. Por tanto, es preciso modificarlas “para mejorar”. Así ejecutan lo que desean asentados en algo tan necesario como en tal caso indeterminado. Porque, efectivamente, la situación es mejorable. Y ya animados, dicen, “insostenible”. Y ya lanzados, “desastrosa del todo”. Sin más matices.

Sin embargo, aún así, también puede empeorar. Es lo que tiene lo mejorable, que asimismo es capaz de retroceder. Y no pocas veces al amparo de la mejora se persigue cierto retorno. La dirección está clara. Más confusión produce el sentido. Y podríamos marchar entusiastas hacia lo que no es adecuado y, en definitiva, en lugar de avanzar, sencillamente volver. O al pasado, o a un supuesto origen para propiciar un impoluto nuevo comienzo. Pero para mejorar es preciso ser generoso también con el estado de la cuestión y de la situación. De lo contrario, lo único que retornan son los problemas, eso sí, agravados. Que algo sea mejorable no significa necesariamente que es impresentable y ha de ser desarticulado.

Robert clark lookin-at-lucky-painting2

A falta de un cuidado análisis sobre las causas, es hora de esgrimir los prejuicios. En lugar de atender a su complejo y variado origen, resulta significativa e inquietante la naturalidad con la que algunos tienen tan claras las medidas que han de adoptarse, dado que el diagnóstico les viene dado por la mirada escorada desde su posición. Por tanto, en una determinada caracterización de la mejora, como el logro de sus propios propósitos, todo se asienta en un juicio, no en el razonable de que la cosa puede progresar, sino en el de que es desastrosa. Ello justificaría bien a las claras la intervención, y sin muchos miramientos.

Tal planteamiento impediría o haría innecesario el debate previo y la participación para conjuntamente adoptar las debidas decisiones. Sus razones, sus motivos, su evolución se reducirían a determinados resultados, pero sólo a algunos. Entonces, sería importante desconsiderar los logros. Sin embargo, con eso no se evitaría la determinante cuestión de qué tienen que ver las medidas propuestas con la supuesta solución de los problemas que nos aquejan y en qué sentido con las decisiones que se adoptan no se originan otros de no menor alcance. Considerar que siempre será mejor que lo actual, sólo puede sustentarse en razones que ignoran que no ha de ser necesariamente así. Las “mejoras” también vienen acompañadas de sus complicaciones y algunas se anuncian desde bien pronto.

No es una cuestión menor que, dado que han de ser mejoras, signifiquen una mayor oportunidad, unas mejores condiciones. Y puestos a atender en su singularidad y diversidad diferentes aspectos o colectivos, se sostengan en similares posibilidades. Nada desincentiva más que el hecho de que, si se trata de competir, se desconsideren los puntos de origen o de partida, los medios, las dificultades, las peculiaridades y, desde semejante desatención, todo se reduzca a clasificar según los resultados, para proceder a seleccionar. De no ser velar por esas condiciones y oportunidades, la competencia es desleal, en cargas, distancias y obstáculos. Para que algo sea mensurable y comparable es preciso tener bien en cuenta los contextos y las situaciones, personales y sociales. Y ha de trabajarse para atender las peculiaridades. De lo contrario, el resultado pondrá en evidencia factores de otra índole.

Robert clark 2005 Kentucky Derby

Así que, incluso para mejorar, con la más digna de las intenciones, conviene no mezclar lo que preferimos con lo deseable y, menos aún, lo que buscamos con lo que es preferible y, en ningún caso, proceder con ocasión de la mejora a ser desatentos con lo que hay de positivo en lo legado. Atribuir a ello la causa sería confundirla con las consecuencias. Y, entonces, llamaríamos mejorar a dilapidar en esa transformación también los logros y las conquistas conjuntamente conseguidas. La mejora ya no sería la de lo mejorable, sino que se trataría de la mejora de nuestra propia posición, la implantación de nuestros planteamientos, el establecimiento de nuestros principios, con el argumento, o la excusa, de que así se evitarían los males presentes.

En tal caso, tal vez, no mejore el estado de la situación, sino la satisfacción de quien propone. Y, entones,  si la cosa va bien, se logran esos propósitos, a los que llamaríamos “lo mejor”. Y no se pone en duda que lo es para quien impulsa tamaña travesía. Convendría,  sin embargo,  no solo contrastar lo propuesto, ni  simplemente abrir espacios para comentarlo o hacer sugerencias al respecto, sino compartir la evaluación de la situación y  la elaboración de las medidas mediante la participación y el acuerdo. No sea que lo que mejora sean las brechas y la oportunidad se resienta, reduciéndose a la necesidad de situarse en los polos cada vez más distantes de la misma. Y ya invocar el necesario esfuerzo sea para algunos agudizar su impotencia para alcanzar ciertas metas. A veces simplemente por la desigual posición inicial de partida, no resuelta al desconsiderar la igualdad de oportunidades.

La loable tarea de mejorar resulta inquietante cuando se hace ostentación de ello, como una peculiaridad, ya que, por supuesto, toda decisión siempre persigue ese objetivo. Más bien dicha labor trasluce el concepto que se tiene de en qué consiste tal mejora. Incluso en el caso de comprender que las medidas pudieran ser vertientes interesantes de la misma, a veces queda demasiado evidente que acaban siendo versiones interesadas, según un modo de entender que, ese sí, queda bien patente.

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(Imágenes: Pinturas de Robert Clark; Lookin at Lucky; Congaree; 2005 Kentucky Derby; y Limehouse)

Hay 13 Comentarios

Lo mejorable de la certidumbre no es cuestionable. Bueno sólo admite la categoria del buen trabajo hecho y realizado. Su hilo conductor es y será lo constituido y dado.

Vaya incompetentes no se a dónde vamos a llegar. Está todo fatal a falta de un buen cambio. Haber si se aregla con esta gente que lo esta moviendo porque se ve pero que muy negro.

Quieres crear, leer, informar. Todo con la esencia de cada uno. Quieres ver hasta qué punto somos diferentes. ¿Cómo o qué piensa la gente? http://www.towmin.com

Me habian hablado del salto del Angel y me parece muy interesante el artículo y los comentarios. Magnificas vuestras propuestas de educación y economía. Haber si algún día hablais de filosofía de la ciencia. No concibo la vida sin ella.

Efectivamente, ¿qué entendemos por mejora? Cuando una palabra entra en protocolos cerrados, que se repiten masivamente, corre el riesgo de perder su significado. El sistema actual somete a control de calidad todo, absolutamente todo, lo cualitativo y lo cuantitativo. Y lo hace mediante procedimientos obsoletos que terminan siempre con un apartado de "propuestas de mejora". Es posible que ciertos protocolos sean necesarios, aunque lo dudo, pero me consta que, en muchas ocasiones, se llevan a cabo sin rigor y sólo consiguen agotar las palabras. Se mide la calidad pero, ¿qué es la calidad? Desde que llevamos midiendo tanto hemos conseguido ciudadanos más competitivos, pero no más competentes y, a la vista está, no hemos conseguido ciudadanos más felices. Además, ¿qué es lo mejorable? Pues depende de quien responda. Y aquí está una clave. Se dice que la educación es un fracaso, pero la educación es un reflejo de la sociedad y viceversa.
Me gusta esta definición de Santaló (LA EDUCACION MATEMÁTICA, hoy): "La educación es la ciencia con la cual cada sociedad inicia a su generación joven en los valores, técnicas y conocimientos que caracterizan su propia civilización y modo de vida, mediante el desarrollo y perfeccionamiento de las facultades intelectuales y morales del niño y del adolescente. Cada civilización, por tanto, tiene su propia educación." Sin embargo, parece que la nuestra, no se pone de acuerdo en cuales son esos esos valores, técnicas y conocimientos que quiere transmitir a sus niños y jóvenes. Y mientras ese acuerdo no se produzca, fracasará la educación y fracasará la sociedad.

Así es Joen aunque no exactamente como una secta pero parecido. Hay organizaciones empresariales que tienen retos marcados para desbancar el sistema nacional financiero que no tienen como objetivo a las personas. Dónde introducen a psicólogos, filósofos y toda una corte de licenciados y doctorados en el arte del engaño que se encargan de encontrar el beneficio de sus funciones para competir en el mercado y competir. Estrategias no solo para promover proveedores, cliente y sociedades también operan en un ámbito más amplio como los cursos adjuntos que proporcionan para especializar su formación. En ellos vuelcan sus ideales llegando incluso a situarse en las universidades y cursos alternativos de apoyo.
Bochornoso aunque parece que hay por ahí personal cualificado donde consta que el sistema financiero así no funciona y luchan para crear un sistema financiero sostenible.
Esta por ponerte un ejemplo IESE que son empresas que parece que se están moviendo para crear iniciativas y dar una nueva visión de ideas a las empresas. Además hay libros de referencia que defienden estrategias exitosas como los de Jaume LLopis o Joan Enric Ricart.
Pero aún así les queda mucho que hacer y que cambiar.

Increible, no me lo puedo creer. Que haya tales inhumanos por ahí creando tales maquinas destructoras. ¿Qué pasa con la gente que se añade a los gupos, no se entera para que los estan formando?
Funcionarán como sectas entonces, dónde les comen el coco con buenas palabras.

Conviene no equivocarse en los modelos de mejora no vaya a ser que generemos la perversión de la frustración porque hemos elegido metas inalcanzables. Tanto modelos sociales, como estéticos, como éticos han de ser alcanzables y posibles. A ver si ahora vamos a querer ser los primeros de la clase; de una clase que hemos idealizado tanto que resulta que es irreal en nuestra sociedad, llena de talentosos, súper dotados y políglotas, rígidos, religiosos y todos iguales... ya sabemos que todos los padres tienen el niño más listo del mundo, quizá algunos hablan sólo para los que se creen los mejores y que los mediocres son los otros.

Lo mejorable es una insatisfacción de mirar el riesgo ¿Qué nos proponemos? Buscan estrategias para competir y apropiarse del fondo de la visión del insatisfecho en un entorno competitivo dónde mirar, imitar e imaginar sus inquietudes y necesidades. Su desarrollo es crear grupos, formarlos y conservarlos. Planificando las nuevas necesidades para crear a los mejores que describan las responsabilidades, crear sus equipos y gestionar el talento. A la vez dejan los equipos que crezcan se desarrollen profesionalmente dejando que tomen sus decisiones y comentan sus errores.
Para ser mejorables es tiene que ser capaz de atraer talentos y contar con un alto potencial para un continuo proceso de mejora y desarrollar una mentalidad autocritica donde se compartan los nuevos valores en los diferentes niveles. Y construir una organización sobre las personas y seguir buscando nuevos contactos que se impliquen en la solución de problemas haciendo un continuo seguimiento de prioridades y objetivos.
Ahora juzguen quién es insaciable o mejorable. También diferencien y distingan. Ah!! Y pregúntese por el que se muere de hambre, joder.

Aquí se plantean muchas cuestiones para mejorar.
¿Quién decide lo que es mejorable? El profesor, las instituciones, grupos, amigos, enemigos, el individuo etc..
¿Cómo decidir entonces lo superable? Qué es lo decible a mejorar. Decir que algo es mejor no es fácil de evaluar si no se sabe que hay que cambiar. Y por supuesto cuestionar qué quieres mejorar si hay algo a haya que evaluar. Siempre hay alguien que te aconseja, advierte que es lo que más te conviene. ¿Qué es lo que se quiere en realidad extraer de lo mejorable?
Llegados a este punto la cuestión sea no tanto quién decide ni cómo sino cómo decidir mejor. Discernir sobre algo que es mejorable, es susceptible de distinguir si se quiere mejorar. No sé si coincidirá con lo que ha planteado Gabilondo.

Lo mejorable es aquello que hay que optimizar, reparar, perfeccionar, corregir, regenerar, renovar, reformar. Mejorable es un adjetivo derivado de mejorar proveniente del latín melior de las que también provienen desmejorar y MEDRAR. Así que habrá que preguntarse no sólo para que si no para quienes, para quien y acosta de que y quien y de quienes. Por último las buenas intenciones puede que el periodista al igual que el militar la hombría deba presuponerla .Pero al resto de la sociedad tiene que ir demostrándonoslo y según mi parecer no son trigo limpio. La prueba la deconstrucción del estado del bien estar que están efectuando

¿Por qué no se prepara mejor a nuestros maestros?
Como toda pregunta, esta que acabamos de plantear ya contiene la mitad de la respuesta: la palabra “mejor”, que es un juicio de valor. ¿Mejor para qué o para quién? Si se considera que la función de la escuela consiste básicamente en instruir, en proporcionar las instrucciones necesarias para hacer algo de una determinada manera, la preparación consistirá en formar instructores o monitores; si, en lugar de impartir conocimientos, lo que se persigue es mostrar al alumno la forma de adquirirlos por sí mismo, ayudándole y alentándole en el proceso, la forma de actuar y, posiblemente, los preparadores, serán otros.
http://www.otraspoliticas.com/educacion/el-valor-anadido

Estéticamente se puede mejorar desde la óptica de los demás, según nos quieren, o según nos vean.
Pero cada uno de nosotros como personas con criterio propio mejoramos, ante nosotros mismos y por lo que somos y según nos vemos.
Cotejando más aspectos de nosotros que la sola apariencia.
Muchas personas dicen que son como son por culpa y a causa del trato recibido en la vida.
Por su origen, por sus circunstancias, por su cuna, por su genética, por su salud o por su mala o buena suerte.
Sin embargo, es muy de tener en cuenta la voluntad propia de cada cual, a la hora de perfilar el retrato de lo que somos, y en función de lo que hemos sido capaces de construir a partir de las herramientas que nos fueron dadas.
También somos el producto de nuestra fuerza de voluntad, de nuestra capacidad para mejorar, para luchar, y para avanzar en la vida como personas.
No siempre el hábito hace al monje.
La capacidad de sufrimiento para lograr una meta también imprime un carácter que luego se perpetúa en nuestra personalidad, e incluso hay quien dice que se da en herencia a os hijos.
Repartiendo en otros los esfuerzos y logros conseguidos por el trabajo de las generaciones anteriores.
Algunos lo llaman linaje, estirpe, y otros ideosincracia.

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Sobre el blog

El salto del ángel es un espacio de reflexión, de pensamiento sobre la dimensión social y política de los asuntos públicos, sobre la educación, la Universidad, la formación y la empleabilidad. Busca analizar los procesos de democratización, de internacionalización y de modernización como tarea permanente, con una actitud de convicción y de compromiso.

Sobre el autor

Angel Gabilondo

Ángel Gabilondo Pujol es Catedrático de Metafísica de la Universidad Autónoma de Madrid, de la que fue Rector. Tras ser Presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, ha sido Ministro de Educación.

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