No
basta haber ido a la universidad para ser universitario.
Y hay valores que más bien se comparten
precisamente con quienes no han dispuesto de esa oportunidad. Nada más
universitario que articular lo más universal
con el conocimiento, es decir entrelazar lo que a todos nos concierne con un
modo singular de saber. Y responder a los desafíos. Y proponer y propiciar
nuevas y mejores posibilidades de vida, de dignidad
y de bienestar. Por eso se requieren
estos espacios imprescindibles, que no se limitan a los lugares en los que se
ubican. Hemos de ser exigentes y generosos con la labor de las universidades,
con su amor y pasión por el conocimiento.
Ninguno de los retos y problemas que las acucian ha de poner en cuestión esa
vértebra constitutiva de su tarea y de su sentido. Y nada justificaría el
olvido de lo que supone en el compromiso
de promover la libertad y la justicia. La suerte de la sociedad se juega asimismo
en el destino de las universidades.
Es indispensable para ello reforzar, con versatilidad, el vínculo entre el conocimiento y el desarrollo personal y social. De no ser así, se extraviaría por los vericuetos del ensimismamiento. Ciertos supuestos desvaríos resultan necesarios y pueden llegar a resultar bien fecundos y espectaculares. Ni siquiera en tal caso cabría obviar la dimensión social de esa tarea. La actividad singular y concreta, en ocasiones un tanto solitaria, no pocas veces se enraíza con el sentido y alcance de lo más profundamente humano, que a todos nos concierte. Este valor de humanidad nos recuerda que universal no es un simple término geográfico.
No hay razones para olvidarlo, ni las urgencias presentes, ni siquiera un pormenorizado relato de experiencias, de informaciones, de casos, de incidencias o hasta de estridencias que conforman la efectiva realidad de las instituciones. Que no siempre sean justificables o presentables, ni ha de considerarse natural, ni ha de dejar de combatirse, ni ha de ser un obstáculo para asentar principios y valores que han de ser, y en gran medida son, la articulación que constituye su sentido. Además, sólo desde ellos cabe abordar en verdad la tarea de corregir errores y de mejorar, siempre mejorar. Ninguna turbulencia ha de debilitar, al menos, las convicciones.
La necesidad de las universidades no se agota en la extraordinaria importancia de formar profesionales competentes. La transmisión de conocimiento es tan imprescindible que su desconsideración conllevaría resentimiento social. Pero no basta con legar lo que recibimos. La necesaria tarea de generar conocimiento responde a que éste sólo es real como algo vivo que brota y asimismo crece y se despliega. De ahí el sentido de la investigación. Pero en tanto que parte constitutiva de la sociedad, la universidad no puede permanecer indiferente a las cuestiones que nos apremian como seres humanos, que no se reducen a los que coyunturalmente, si bien de no poca importancia, nos asaltan. Y la transmisión es entonces y a su vez transferencia. El catálogo de problemas no ha de cegar la necesidad de una labor de otro alcance.
El esfuerzo estratégico por realizar los objetivos de excelencia y de internacionalización comporta a la par mantener una avanzada dimensión social, que vincula el conocimiento con el bienestar común. Ello exige una gestión eficiente y transparencia, que implica una adecuada valoración y rendición de cuentas. Hablar de todas y cada una de las universidades significa que esas estrategias han de ser asimismo de diferenciación y singularidad, lo que comporta establecer prioridades. Y a partir de ellas encontrar la agregación para objetivos compartidos. Agregación, sobre todo, de conocimiento. De ahí el carácter de universalidad de los saberes en su conjunción. Pero también de fuerzas y de recursos. La capacidad de aglutinar agentes, entidades, organismos, instituciones, de compartir convicciones y proyectos, y de procurar medios, muestra la apertura y eficiencia para la tarea. Una universidad aislada simplemente no es una universidad.
Es imprescindible que las universidades sitúen el conocimiento, la innovación y la transferencia en el centro de las políticas sociales y trabajen conjuntamente para propiciar la transformación de los entornos, del país, dando respuesta a las necesidades y demandas sociales, no del mercado, en los ámbitos de la formación, la empleabilidad y la mayor exigencia. Sin embargo, nada será posible sin la implicación personal, singular, insustituible, en el estudio, en la investigación, en la enseñanza, que comportan todo un modo de vivir. Sin ella, poco cabría hacer efectivamente para la contribución socioeconómica de las universidades en sus territorios de influencia. Por eso, la cuestión no es sólo de universidades, es de universitarios.
Los grandes retos
globales han de abordarse conjuntamente con la convicción de que la educación, la
promoción del estudio, de la formación, de la ciencia, de la artes y de la cultura
son el motor del desarrollo y del
conocimiento, la mejor política
socioeconómica. A pesar de la descorazonadora situación de tantas personas
cualificadas, la mayor destrucción de empleo y los mayores obstáculos se
concentran en quienes carecen de estudios. Y más que nunca, en tiempos de
enorme dificultad y complejidad, los estudiantes y toda la comunidad educativa
son agentes del cambio. Y decimos sorprendernos en ocasiones de su desconcierto, bien a tono sin embargo con el
desconcierto general. Y reclamamos también una mayor innovación social. Y el
contagio de valores. En una sociedad que en tantos ámbitos ha hecho del éxito,
del poder y de la riqueza objetivo y sentido absolutos, la universidad crítica ha de ser un espacio de reivindicación y de ejemplaridad,
de la dignidad, de la honradez, del trabajo bien hecho, de la amable
cordialidad, de la escucha, con cordialidad, con coherencia, con fuerza y con
eficacia en su acción. Puestos a emprender, a tener iniciativa, a correr
riesgos, también habrá de procederse para procurar un mundo más digno, para
combatir el hambre, la pobreza, la desigualdad y la injusticia. Eso es
radicalmente universitario. Y no cabe duda de que hay mucho que hacer.
Si hablamos con razón de los progresos en la extensión y socialización de la educación superior, es cuestión de que vaya acompañada de los necesarios pasos para garantizar procesos de oportunidad y de excelencia. De nuevo, equidad y calidad. Y se trata de ser decididos, cuidadosos y realistas, conscientes de los medios y de los recursos para garantizar decisiones eficaces y equilibradas. Y es imprescindible, que sean suficientes, precisamente por razones que afectan a toda la sociedad. El asunto es universitario porque no es sólo de las universidades. Y el esfuerzo ha de ser de todos. Una universidad implicada en el desarrollo local, territorial, social y político, en el bienestar de los ciudadanos, a partir de una clara posición en la sociedad del conocimiento, en su generación y en su transmisión, ha de hacer suya la tarea de avanzar hacia una economía sostenible, sostenible también para la justicia, hacia una nueva economía. Esta dimensión social hace que toda la labor de la universidad haya de concebirse con una perspectiva internacional y solidaria, para abordar conjunta y cooperativamente aspectos globales. Y ello exige asimismo innovación social. Trabajar universitariamente es no encerrarse en el limitado horizonte de los intereses particulares. Quien ama el conocimiento no olvida que siempre ha de considerarse a la comunidad científica y con ella a la sociedad.
Precisamente por eso, hace falta recomponer un nuevo pacto social basado en el conocimiento. Donde haya un problema social, ambiental, político, económico, ha de estar la investigación y la universidad, ha de estar el conocimiento. Es imprescindible para abordar el desafío del tiempo presente. Las universidades han de ser espacios de referencia en todos los sentidos, por la generación, transmisión del conocimiento, que es el principal valor, la gran posibilidad. Conocimiento y formación es el único camino. Para ello la universidad no ha de dejar de ser nunca universitaria.
(Imágenes: Pinturas de Armando Barrios)
Hay 14 Comentarios
Si os interesa el debate sobre la educación pública en España podéis seguir a Factor Universitario.
Factor Universitario es un evento de la Universidad de Sevilla que reúne voces cualificadas de la opinión pública para debatir la necesidad de una educación y Universidad pública. http://cicus.us.es/factor-universitario-la-educacion-publica-a-debate/
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Publicado por: Factor Universitario | 07/02/2013 13:42:28
ODA A LA CORRUPCION
El movimiento vibrátil / de cientos de gusanos/ cebándose en un trozo de carne/ que se pudre.
El olor que exudan al alimentarse/ del muerto.
Los vapores de la putrefacción/ flotantdo sobre los cuerpos.
El rumor imperceptible, húmedo/ casi invisible del proceso.
Ver a las larvas engordando/ ver sus cuerpos brillantes y grasos/ henchidos, reclamando espacio.
Ver descomponerse la materia tumefacta, / percibir la transformación de los fluídos/ en polvo ceniciento.
Y ver salir a las moscas.
Publicado por: Bon Appetit | 07/02/2013 10:18:16
Me gusta especialmente el apunte inicial que dice “Y hay valores que más bien se comparten precisamente con quienes no han dispuesto de esa oportunidad”, la de ir a la Universidad. Esto, junto con el final “Conocimiento y formación es el único camino”, me hacen reconocer que siempre los seres ilustrados, las gentes de letras y los trabajadores responsables, con oficio o con la formación de saber y querer trabajar, que no es poco, han logrado precipitar los mejores avances de la humanidad.
De nuevo estamos convocados a la tarea de asumir la responsabilidad de hacernos cargo de la situación: universitarios, intelectuales, trabajadores de todo tipo y condición. Es el tiempo de retomar un proyecto de país desde aquellos que lo único que queremos es tener una vida digna, sencillamente digna. Pensemos universitariamente para que volvamos a tener un país decente y retomemos las alianzas.
Gracias a todos aquellos universitarios que han dejado y dejan su vida por esta institución.
Publicado por: LEICHEGU | 06/02/2013 22:13:15
Ayer oí a algunos responsables del Ministerio dirigirse a los Rectores. ¡Qué pena!
Da la impresión de que algunos sólo quieren la autonomía universitaria para crear profesionales de "elite". ¡Qué tristeza!
Publicado por: AZUCENA | 06/02/2013 19:46:25
Algunos cometarios son dignos de diván. Yo no pude ir a la Universidad y disfruto hasta la emoción cuando mis hijos me cuentan lo que están haciendo y aprendiendo. Les observo madurar con un espíritu crítico y con ganas de aprender. Todo lo que digan malo de la universidad no puede superar la inigualable palanca de progreso que supone para las personas. En mi familia mis hijos van a ser los primeros licenciados. Siempre soñé con esta realidad, le moleste a quien le moleste.
Publicado por: Carlos Garcia | 06/02/2013 16:04:37
Sr. Gabilondo le leo con atención , a veces no comprendo todo lo que dice, pero lo intento porque me interesa mi desarrollo personal e incluso social, acudo a su blog porque encuentro en sus palabras la pedagogía necesaria para hacerme ciertas preguntas que no me haría sin ayuda de otros . Hoy he acudido a su espacio después de recibir por mail una curiosa noticia en la que a ud. se le cita. No tengo demasiadas dudas al respecto de que ud. intenta, y así deberíamos hacer todos , que " las turbulencias no debilitasen nuestras convicciones", Y creo qe los firmantes de un pacto necesario y urgente en este pais siempre estarían de acuerdo en afirmar que la formación la ciencia, las artes y la cultura son el motor y desarrollo del conocimiento y serían la mejor política socioeconómica, como ud. dice, pero a veces ocurre que los progresos en la extensión y socialización de la educación superior, es cuestión de que vaya acompañada de los necesarios pasos para garantizar procesos de OPORTUNIDAD Y EXCELENCIA, y ´despues de tanto transcribir por fin copio el enlace a la noticia que engarza con su artículo de hoy, con el que estoy plenamente de acuerdo, Ojalá alguien algún día consiga un pacto por la educación pero para eso hay que querer invertir a largo plazo, invertir en los mimbres de la universidad para poder dar a todos oportunidad de ser excelentes. Luego también habría mucho que decir a cerca de la dignidad , honradez y el trabajo bien hecho de ciertos doctores y catedráticos, que escatimando esfuerzo y rigor no ofrecen a los alumnos un ejemplo donde mirarse .
Atte.
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/cerdos-ministros-y-espacio-escolar_828253.html
Publicado por: Maria José | 06/02/2013 14:01:22
"El esfuerzo estratégico por realizar los objetivos de excelencia y de internacionalización comporta a la par mantener una avanzada dimensión social, que vincula el conocimiento con el bienestar común" ¿Por qué no se estudia ética aplicada a la profesión, como asignatura, en las diferentes carreras y en FP? ¿Hay comités de ética o de respeto al código deontológico en las facultades? ¿Tienen los alumnos alguna forma de protesta o denuncia de malas prácticas como las que expone Witness y que a todos nos resultan "familiares"? ¿Por qué los departamentos no investigan para empresas u organismos públicos remunerando con becas o contratos a tiempo parcial a los alumnos que participen de los proyectos? ¿Existen asignaturas para formar en la creación de pymes o proyectos de emprendimiento y de emprendimiento social?
Publicado por: Adam Ant | 05/02/2013 20:16:53
"Universitariamente" burocráticas, "universitariamente" desconectadas de la realidad social, "universitariamente" endogámicas,"universitariamente" creadoras de déficits y parados, las universidades españolas ostentan el merecido timbre de mediocridad que proporciona el hecho no tener ni un sólo Premio Nobel en sus claustros y de ostentar, además, uno de los más bajos índices de patentes por dinero invertido en investigación. Y digo bien al emplear la palabra "ostentar" porque, sin embargo, con este panorama general, todavía hay quien escribe loas a la enseñanza superior española sin que se le caiga la cara de vergüenza.
Publicado por: Witness | 05/02/2013 17:31:37
1.-
Los tiempos cambian; los vicios permanecen. El rector que caza partidas de gasto autonómico a lomos de coche oficial con chófer; el catedrático que selecciona a un grupo de adeptos para tener controlado el departamento; el grupúsculo ideológico conjurado para promocionar a sus afines en todos los estamentos directivos del centro; el profesor que oposita ante un tribunal amigo del jefe que espera reciprocidad; los presupuestos de departamento cuya liquidez sobreabunda en abultadas facturas de material fungible; las publicaciones "científicas" enviadas a la revista de un amigo; los proyectos de investigación cuya ambición es sólo superada por el volumen de aparatos "científicos" en posición de stand by, cuando no a la sombra del cartón de embalaje; las dietas pasadas por congresos adornados con pintureros posters por completo irrelevantes; el líder estudiantil que encuentra acomodo de ayudante en una asignatura tan marginal que permite pasar lista contando sólo con los dedos de una mano...y, en fin, el largo etcétera de razones cotidianas por las que no hay ni una universidad española entre las 200 mejores del mundo.
Publicado por: Witness | 05/02/2013 17:30:44
Cuenta Emilio Lledó en algún sitio que, a la hora de opositar para la cátedra de filosofía de Barcelona, la prueba, examen o como se llame el trámite, consistía en aquella ocasión en "saber" de Platón tanto como de Aristóteles o de Plutarco junto hasta alcanzar al mostacho de Niezsche, etcétera, etcétera, más, si uno era generoso y un portento a carta cabal, destilar algún detalle de las respectivas madres y abuelos de los pájaros mentados...Por lo visto, tenía que saberse y tener a todos esos más o menos controlados, a poder ser quietos ahí y más tiesos que la mojama sin que la intención fuera que se les esfumasen por una rendija tal y como tienen por costumbre hacer esos cabezas.Sigue contando que solventó el escrutinio(o bulto) con unos meros apuntes "secos" que, para el caso, debió sazonar para que así parecieran momias más reales y auténticas, siendo esto, se queja Lledó, lo que aún se sigue (des)estilando en esos claustros donde apenas corre el aire después de que haya pasado tanto tiempo desde que Lledó se buscaba sus primeras habichuelas.Pero lo más sorprendente o chistoso del caso es cuando recuerda lo que le parecía esto a Karl Löwith y Gadamer, que era contárselo y verlos a los dos echarse las manos a la cabeza con lo que representa que esos dos, claro, se quedaran de piedra (elemento este que tienen por metáfora las universidades de España).Por mi parte, lo último que recuerdo es haber escuchado a un profesor de filosofía( un tanto anárquico, algo sabihondillo y cultureta que va de topo con sueldo estatal llamado José Luis Pardo ) de la Complutense invitado a dar una conferencia y leer un montón de mamarrachadas en 45 minutos, de cara al público y sin levantar cabeza del papel y del que escarmenté en la primera fila.Fue una tortura y desde entonces ya sólo espero que Platón o Aristóteles vuelvan a dar una conferencia para volverme a molestar por ir a ver a cualquier lumbrera.
Publicado por: Rantamplán Malaspina | 05/02/2013 14:51:34
El carácter futurista de las universidades es no sólo designar los limites de una auto posesión soberana.
Publicado por: Pardo | 05/02/2013 14:21:36
Universitariamente que cada vez significa más "secundariamente" en todos los sentidos: para empezar en la influencia sobre la vida de la mayoría.
Se tiende de nuevo a encapsular a la Universidad en una burbuja de clase privilegiada, a oponer como antaño la vida universitaria a la implacable universidad de la vida.
Para los que tuvimos la suerte de asistir, de vivir universidad está claro que entender el mundo sigue pasando por estar al tanto de las conclusiones de tantos estudios e investigaciones universitarios, y de haber aprendido a cribar o cuestionar morralla tendenciosa y sin fundamento científico que igualmente viene propulsada desde universidades financiadas desde los grandes intereses...
http://enjuaguesdesofia.blogspot.com
Publicado por: zenon de pelea | 05/02/2013 10:21:45
Lo que parece, es que las poblaciones civiles de todas las latitudes andan buscando desde siempre un estatus social más digno.
Y nunca lo consiguen.
Una organización social digna, que tutele a las personas como se nos dice que nos merecemos por el hecho de ser personas.
El derecho romano, el derecho civil, y también la religión siempre ya ponían a las personas en un nivel de dignidad y respeto por encima de los demás seres.
Algo que luego está lejos de la realidad.
Los esclavos han existido reconocidos hasta hace bien poco, el derecho de la mujer en la sociedad aun hoy está en entredicho en muchos sitios, y los niños, o los ancianos etc.
Ese doble rasero entre la teoría y la realidad es de verdad el meollo de la cuestión social.
Separar la responsabilidad y el deber del mandatario del compromiso aceptado para con los demás.
Y que nadie nos lo pueda exigir con un control de la gestión, para anular el contrato.
No nos falta conocimiento para entenderlo, lo que nos falta es valor para meternos todos en la misma medida y llevarlo a la práctica.
Publicado por: Miguel | 05/02/2013 9:56:28
España continua sus esfuerzos en la campaña canadiense, país que ya ha perdido la mitad de sus territorios a manos españolas.
En clave interna, la derecha liberal por fin consigue un proyecto aglutinador, frente a una izquierda dominante aunque decadente.
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Publicado por: Canra | 05/02/2013 8:52:37