El salto del ángel

Con perspectiva

Por: | 18 de junio de 2013

Claire Pestaille 1
Se oye con frecuencia decir que se trata de la opinión de otro, como argumento para justificar que, dado que cada quien tiene la suya, es cuestión de limitarnos a dejar constancia de esa diversidad. Cada cual lo ve a su manera y no hay nada que añadir. Y si nos descuidamos a eso lo llamamos tolerancia. Sería tanto como admitir que nos desenvolvemos entre el máximo común divisor y el mínimo común múltiplo. En cualquier caso, algo común. Se desatendería de ese modo que precisamente lo común no es sin más algo dado, sino asimismo algo procurado, decidido, algo acordado. Se asentaría la posición individual, diciendo que cada uno dispone de la propia, y que no sólo la percepción de los objetos es diferente, sino que también las convicciones, las ideas y los valores nos hacen mirar y ver de un modo determinado. Son perspectivas.

Si bien de ello puede desprenderse con algunas razones que no hay un modo único y verdadero de proceder, ni un lugar exclusivo en el que situarse, sin embargo hay formas de atender que son más que ver. Contemplar y considerar supone no reducirse al simple constatar lo inmediato y es más un hacer con capacidad de armonizar, de dinamizar y de historizar lo visto. Y para eso se precisa activar el discurrir, a fin de que haya en rigor discurso.

Puestos a deducir con urgencia algo al respecto, semejante perspectivismo no afectaría ni solo, ni tanto, a la diferencia en el mirar, sino a la diferencia en la singularidad irremplazable de cada vida particular. Ortega y Gasset, tan traido sobre este asunto, insiste en que “lo que de la realidad ve mi pupila no lo ve otra”, pero para deducir no sobre la inconsistencia de lo que vemos, sino sobre la contundencia de quienes somos al hacerlo. “Somos insustituibles, somos necesarios”, prosigue en El espectador.

Claire Pestaille Neon Noir (Fluorescent cut) 2013
Sin duda, no sólo en Leibniz cada mónada es una perspectiva del universo, también cada palabra, incluso cada sentimiento, y, siendo en sí misma una totalidad, no agota totalidad alguna. Podría entonces pensarse torpemente que la verdadera contemplación consistiría en ir incorporando por adición los distintos elementos hasta lograr una composición total. Pero el perspectivismo de la mirada no supone que cada ver sea parcial porque ve una parte. Para empezar, porque la posición no se reduce a la situación. Incluso aunque nos desplazáramos una y otra vez, la mirada resultante no dejaría de ser una perspectiva. En la contemplación hay algo de dislocación de lo prefijado.

No basta, por tanto, con efectuar una figura con diversos elementos. Son más que ingredientes o componentes. Y sólo lo son en la medida en que se encuentran vertebrados, articulados y armonizados. Pero para ello es preciso reconocer su mutua pertenencia a algo susceptible de ser común. Así que, por ejemplo, si se habla de deconstrucción, no es una simple demolición, sino una suerte de desmontaje para efectuar otra composición. Si se habla de juicio, y de su capacidad de escindir, de discernir, o de separar, es para vincular mejor. Eso supone hacerse cargo de que toda unidad lleva inscrita una separación, una escisión, que es la que cada vez conforma una realidad.

Claire Pestaille Diamond Cut 2013
No es cuestión de ampararse en el perspectivismo para entronizar el puro subjetivismo. Y menos aún para, descaradamente, proponer lo individual como camino, a fin de sostener la propia posición fijada, en conflicto y en una lucha de poderes. Incluso para Nietzsche, inteligir es “una cierta relación de los instintos entre sí”. Cabe preguntarnos una y otra vez sobre el sentido y el alcance de esta relación, de toda relación. Pero no hemos de olvidar que algo sólo es en relación. Ni siquiera la mirada, por muy médica o clínica que pretenda ser, escapa, como Foucault nos recuerda, de acabar siendo un discurso, de pronóstico, de diagnóstico o de terapia.

No se reduce del perspectivismo que no hay nada que hacer, que dado que cada cual lo ve a su manera todo es reflejo caleidoscópico, irisaciones de lo inalcanzable. Más bien se desprende que toda palabra y toda mirada son imprescindibles y que la deconstrucción y el juicio convocan a una recomposición, que no se limita a reponer lo ya puesto sino que reactiva la capacidad de componer para procurar, tal vez, algo radicalmente otro.

El perspectivismo no es la fuente de la impotencia, ni de la resignación, ni de la desesperación, sino de la recreación. Conjunta y armoniosa, con la confianza de que procure nuevas formas y posibilidades de vida, semejante recreación no significa elaborar objetos u objetividades al margen de nuestra condición de sujetos. La perspectiva nos une, enlaza y vincula.

Claire Pestaille Neon Noir (Vamp Maquette), 2013

Ampararse en el perspectivismo para relativizar las posiciones supone ignorar que estas son determinantes para liberar otros ámbitos y procurar diferentes alternativas, a fín no sólo de montar o de construir otras edificaciones, sino de procurar conformaciones, que no son simples establecimientos.

Preguntado un invidente que con anterioridad pudo ver sobre su recuerdo del color, contestó que es importante, pero que lo más decisivo es tener memoria de la perspectiva. Lo interesante fue en su día apreciar sus efectos. Mediante cajas ópticas y cámaras oscuras se transmitió el paso del tiempo. Y con ello su relieve espacial. Y de eso se trata. La perspectiva da densidad y nos libera de la lectura unidireccional, plana, sin fondo ni forma, y nos confirma los pliegues en los que se desenvuelve cualquier mirada.

Desautorizar la posición de alguien por considerarla un simple punto de vista es no considerarla en absoluto. La cuestión no está en ternerlo. Al contrario. El problema consiste en no contemplar el de los demás. Y un modo frecuente y rudimentario de hacerlo consiste precisamente en asentir que es peculiar y propio, para reducirlo a algo carente de interés salvo para cada quién. El diálogo adereza con destreza los diversos componentes,  los recompone,  hasta conformar y configurar otra nueva realidad. Por muy insuficiente que resulte este acuerdo discordante es, según Heráclito, como el del arco y la lira, verdadero lógos, auténtico decir.

Claire pesataille The Screenwriter 2013

(Imágenes: Foto-collages de Claire Pestaille, s.t. en The Crystal time, 2012; Neon Noir -Fluorescent cut-, 2013; Diamond Cut-Starlet I-, 2013; Neon Noir -Vamp Maquette-, 2013; y The Screenwriter, 2013)

Hay 18 Comentarios

muy interesante el articulo! Gracias por compartirlo.

Una luz olvidada.
Un dispendio de luz.
Una luz derrochada en nuestro honor,
a la salud de todos y ninguno,
otra abundancia más con la que nos adula el mundo prospero.

La lámpara encendida por capricho,
y que ilumina la materia inerte,
y el universo vivo de sombras,
populoso de espectros en el aire.

Así suceden todos los hallazgos,
lo revelado al hombre así se cumple:
por un lujo casual,
por otra plenitud de lo más ínfimo,
topamos con la luz de vuelta a casa,
parábola de un fuego que aún asombra,
fábula de una llama que no quema.

No hace falta saber qué descubrimos,
nos basta con sentir lo descubierto
y que el descubrimiento nos admita.

Sin dibujo, sin número,
sin acorde y sin letras
sobreviene la alarma,
y existimos;
la turbación asiste
y nos conocemos.

La luz esta encendida cuando vuelves.

Una olvidada luz, perenne, alumbra
el claroscuro impar de nuestras vidas.

( Carlos Marzal )

Oo: Castells tiene mucha razón.... efectivamente también he leído en este blog en algún momento lo interesante que resulta "desdisciplinar las disciplinas" supongo que esta es una de las tareas de la filosofía, cuestionarse el mundo que tantos prentenden ordenar, encasillar, segmentar, sectorializar, clasificar, explicar, responder... para poder leer su complejidad y al menos procurar acercarnos a la imagen que la realidad nos devuelve sin engañarnos a nosotros mismos. Un poco de heterodoxia, por favor. Singulares y plurales para tener otra perspectiva

Magnifico articulo y muy interesantes los comentarios.
Os dejo aquí un programa que se llama Pienso luego existo por si os interesa. El otro día hablo Manuel Castells que esta ahora interesado por la comunicación y sus relacione con internet.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/pienso-luego-existo/

Mi lenguaje es práctico y por tanto sencillo y simple, más matemático que filosófico, tal vez por eso me he explicado mal. Lo que he querido decir es que las matemáticas, el pensamiento matemático es una regla exacta, que se cumple aquí y allá, que se cumple siempre independientemente del dónde. No ocurre eso con la filosofía, que analiza los problemas y propone soluciones basadas únicamente en el pensamiento. El filósofo piensa y pensando llega a la conclusión acertada o no, compartida o no, de que las cosas son así, son buenas o malas, ocurren o no por eso, su conclusión.

Sin perspectivas

ECO.
Quizás algo de antagonismo tienen los matemáticos pero no lo se muy bien porque de ellos se exige que todo sea calculado medido y comprobado como la ciencia en los que algunos aspectos no pueden demostrar teorías.
Pero discrepo que un filosofo sea antagónico porque no solo se mueve en un campo sino en la psicología, biología, matemáticas, sociología, tecnología y si me apuras en el logos, etc... es decir que no sólo se mueven en una doctrina y opinión sino entre diversas materias que les unen para equipararse y otra cosa es la cultura de cada país.
Lo único que necesitan saber es como decía Fichte " La filosofía que uno elige depende de la clase de ser humano que es".

Lidia Martí.
Yo diría más bien que al revés. Los matemáticos agotado su campo de conocimiento, de estudio, incapaces de dar solución a un problema entran en la filosofía a divagar, a pensar, en busca de otro tipo de explicaciones no matemáticas.
Desde mi modesta opinión, pues solo soy aficionado a la filosofía, considero que el pensamiento matemático y el filosófico no son distintos sino antagónicos. El pensamiento matemático es universal, único y puro, entendiendo por puro que los razonamientos, las explicaciones, las soluciones que se derivan de las matemáticas no se ven afectadas por aspectos geográficos, culturales o religiosos, los cuales si condicionan el pensamiento filosófico. Por ejemplo el concepto del bien y el mal varía de un contexto geográfico a otro, estando condicionado por las características culturales, religiosos, y políticas del mismo.
Sin lugar a dudas muy complicada la filosofía, tanto que muchos razonamientos filosóficos han sobrevivido durante cientos de años sin que surja nadie que logre modificarlos, ni siquiera minimamente.

La posmodernidad sostiene que no hay paradigmas universales, alguien podra decir que eso es un paradigma universal. Dice Ud que no hay un modo unico y verdadero de proceder, me pregunto, muchas miradas subjetivas hacen una mirada objetiva o si quiere en lugar de muchas todas las miradas hacen una mirada objetiva.Al no tener verdades de valor universal toda mirada subjetiva es valedera.El individualismo o el colectivismo, ahi esta el dilema
Jose Luis Espargebra Meco desde Buenos Aires

Ocurre a las personas hijas de cada época, de cada momento o de cada cultura, donde nuestra mente intenta acomodarse al momento, bajo la única presión de sobrevivir en cada realidad.
Siendo lo anterior como un ejemplo de lo que pasó en otras circunstancias, que no por fuerza tiene que pasar ahora igual aunque se le parezca el momento.
Refugiados dentro de nuestra atalaya, oteamos a nuestro alrededor, para sacar nuestras propias conclusiones.
Según nos pega el sol a nosotros mismos y según nos calienta.
Que no es igual, para los que estando al lado mismo, siempre están a la sombra.
Esos vecinos lo ven todo más oscuro, no porque no vean, que si ven, es porque no se les deja ver el sol tal cual sale y tal cual es.
Y claro, que no es igual.
Poliédricos dicen algunos, sobre sentires y personas.
La vida poliédrica, debe ser sin duda, que la misma se manifiesta bajo las mil formas.
Aspectos y maneras.
Dejándonos embobados cuando podemos respirar en un alto del camino, y pegar como de soslayo un vistazo rápido a nuestro alrededor.
Siempre que el sol pegue y podamos distinguir bien las sombras.
Lo cual no siempre es fácil.
Con suerte nos podemos quedar asombrados.
Y sin palabras.

La perspectiva y nuestra posición también nos la vamos fabricando y generando. Efectivamente nos recuerda un pensamiento matemático, matematizar los tiempos para poder orientarnos en el laberinto y procurar un discernir que nos ayude a comprender la complejidad de la sensación y del pensamiento, sólo así es posible avanzar. Hay pliegues de la conciencia que prefiero no explorar y soy consciente del privilegio que es poder elegir en este terreno.


Una y otra vez nos preguntamos por lo mismo "Una cierta relación de los instintos entre si"
Y no será que ellos están relacionados en una instancia superior de nuestra conciencia como mencionaba Aristóteles.
Y no será ECO que los filósofos también tienen algo de matemático. En cuanto se plantean la vida matemáticamente y no solo dialogadamente.
Y no será la perspectiva entre si algo que une, enlaza y vincula como dice Gabilondo para componer algo radicalmente otro.

" La operación que para los vivientes resulta más natural de todas (...) es la de producir otro ser igual a si mismo, con objeto de participar, en la medida que sea posible en lo eterno y en lo divino. Todos aspiran a ello y éste es el fin por el cual llevan a cabo todo lo que realizan por naturaleza (...). Puesto que los vivientes no pueden participar con continuidad en lo eterno y divino, por razones de que ningún de los seres corruptibles pueden permanecer idénticos y numéricamente uno, entonces cada uno de éstos participa en la medida en que es posible participar, unos más otros menos, y permanece no él, sino otro semejante a él, y no uno en cuanto número, pero sí uno en cuanto especie." Aristóteles
En este proceso de nutrición y crecimiento hay presente una especie de regla que proporciona magnitud y crecimiento que seria inexplicable si no existiera algo más allá llamémosle percibir o perspectiva.

La mirada en atenta escucha, el oído en disposición de ver, el pensamiento plagado de olores para entender lo que realmente somos, presente y proyección.
Cuando de niño miraba por el caleidoscopio no tenía ni idea que estaba educando mi cerebro a través de la luz y que siempre sería ese esfuerzo multiplicador de la realidad el que me mantendría despierto y joven. Sin pensar en los demás es imposible acertar, también la alteridad es perspectiva.

Efectivamente para evitarnos el "adanismo" procurémonos la perspectiva. Bien traído el recuerdo del invidente, no hay más ciego que quien no quiere ver. Sin relación con la historia y sin el necesario reconocimiento a quienes nos han traído hasta aquí, es imposible reconocer las cosas que están bien hechas y procurar los mínimos retoques que hacen posible un cambio cualitativo de la realidad.
Como siempre magnifico soporte gráfico, profesor

Yo no se si es una mirada con perspectiva, pero si os puedo decir que ésta es la mirada más sensual que yo he visto en mi vida: http://xurl.es/1kf3v

El siempre complejo y discutido conocimiento de la realidad.

Que sea muy difícil ser objetivo no debe conducirnos a pensar que todo es subjetivo, pues hay siempre una visión objetiva de la realidad, única y verdadera. Una misma realidad con diferentes explicaciones, pero indiscutible.

No me gusta el relativismo. Lo que dice la mayoría, producto por ejemplo de lograr un consenso, es importante pero no tiene porque representar la verdad.

La aceptación de perspectivas falsas no creo que sea un buen cemento, un buen vinculo, para ningún tipo de unión. La unión se debe sustentar en la existencia de un mínimo común denominador, sin él toda unión es muy frágil, por falaz, y lo único que suele llevar a las personas a aceptar la mentira es el miedo. El miedo en alguna de sus formas, el miedo a perder algo que poseen, el miedo a perder algo que quieren o desean, el miedo a una agresión física.

En mi opinión el consenso se debe logar buscando un mínimo común denominador basado en verdades, indiscutibles, evidentes, y no en falsas visiones de la realidad.

No logro comprender la evolución que han tenido algunos matemáticos, como Leibniz, hacia el mundo de la filosofía. El estudio matemático es según mi opinión no complementario sino antagónico al filosófico. El matemático parte de lo complejo para simplificándolo explicarlo. El filósofo por el contrario tiende a convertir en complejo lo simple. La verdad matemática es siempre única, en cambio para el filósofo es muy difícil acceder a una verdad única. EL matemático busca verdades que aplicadas den soluciones a problemas, el filósofo por el contrario únicamente discute sobre la existencia de dichos problemas. Por ejemplo lo que ocurre con el concepto del infinito, para el matemático su explicación está clara, pero no así para el filósofo, el cual divaga, discute sobre la existencia de diferentes perspectivas verdaderas sobre lo que es el infinito.

Detrás de toda imagen distorsionada e imperfecta hay siempre un original perceptible.

A raíz de la nota sobre el perspectivismo que hace Ortega y Gasset hay que decir que, pese a su amplia mira al respecto sobre el asunto, él rectifico con el tiempo mucho de lo dicho en su día en El espectador.No diremos que no estuviera de acuerdo con lo dicho ( ¡cómo no iba a estarlo!) pero sí vino a hacerse una especie de "crítica" más o menos con la visión que plantea Gabilondo.La idea es muy leibniziana. Donde Gabilondo ha puesto "contundencia" yo hubiera dicho "consistencia", más acorde con lo que hubiera querido decir el maestro.Dicho sea esto como un divergente "componente" de perspectiva histórica.

http://nelygarcia.wordpress.com. La percepción personal es real, pero también lo es, lo que se percibe conjuntamente: Algunos eruditos, sostienen que solo existe la unidad, pero que en ella se desarrolla la diversidad y la evolución de esas diferencias, consiste en conseguir la armonía: por lo tanto la realización de la humanidad, debe se ser integral y su desarrollo, o perspectiva, incluye lo individual, y lo colectivo.

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Sobre el blog

El salto del ángel es un espacio de reflexión, de pensamiento sobre la dimensión social y política de los asuntos públicos, sobre la educación, la Universidad, la formación y la empleabilidad. Busca analizar los procesos de democratización, de internacionalización y de modernización como tarea permanente, con una actitud de convicción y de compromiso.

Sobre el autor

Angel Gabilondo

Ángel Gabilondo Pujol es Catedrático de Metafísica de la Universidad Autónoma de Madrid, de la que fue Rector. Tras ser Presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, ha sido Ministro de Educación.

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