El salto del ángel

La belleza rebelde

Por: | 08 de noviembre de 2013

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En el Calígula de Camus nos encontramos con que “vivir es lo contrario de amar”. Y entonces se nos despiertan tantas cuestiones y con tanta celeridad que solo cabe pensar que, adormecidas, sin embargo estaban ya al tanto, en duermevela, en alerta, esperando ser liberadas por un desafío. Para afrontarlas estamos conminados a una determinada inocencia y a un espectáculo, el de en alguna medida lo nunca visto, al menos no del todo, el de la belleza, que no se limita a lo que se deja retener por la mirada.

Se trata de propiciar una voluntad y de emprender una tarea, la de llegar a ser bello, y no simplemente por el aspecto, sino por la forma de vivir. Ser artífice de ello. Sócrates ya había anunciado a Alcibíades, al oír su declaración: “Debes de estar viendo en mí, supongo, una belleza irresistible y muy diferente a tu buen aspecto físico”. Sólo así la belleza es provocación que arrasa, más allá de su inmediata utilidad o sentido previos. Y bello no solo por la forma de vivir, sino de hacer vivir, de procurar vida y condiciones para vivirla.

De ahí que Tipasa, el lugar de las bodas y de los retornos, de la luz de un mediterráneo siempre por venir, sea para Camus un espacio de imposible rechazo. “Jamás he podido renunciar a la luz, a la dicha de ser, a la vida libre en que he crecido”. Y el de la necesidad de sentirse y de estar “cerca de los hombres silenciosos que no pueden soportar el mundo que les toca vivir”. La dicha no es resignación, ni cumplimiento absoluto. Y así, Tipasa abre el espacio de la comprensión de lo que denomina gloria, “el derecho a amar sin límites”. Pero todo retorno no es sin más una vuelta, y menos aún a un lugar previamente definido y clausurado.

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Las luchas y las batallas han sido y son suficientemente contundentes como para no desconsiderar el nuevo rostro de la belleza, el de otra luz, el de un modo de saberse vivo y de hacer vivir. Se trata de otro amor, que no contravenga absolutamente a la vida. Y ello nos convoca a no dilapidar nuestras propias posibilidades. No es cosa de dejarse precipitar por la fascinación. Sin embargo, resulta imprescindible sustentarse en el desplazamiento que supone la sensualidad de lo que no parece necesitar demasiadas explicaciones. Más bien es un espacio en el que cabe situarse, desplazarse, respirar y desear. Y no es cuestión de sobreañadir ingredientes, sino de vivir libremente. “La única manera de lidiar con este mundo sin libertad es volverse tan absolutamente libre que tu mera existencia sea un acto de rebelión” Y esta es nuestra oportunidad para ser mejores, la libertad de serlo.

Ya no es cuestión de elegir entre un mundo de perfumes a la orilla del mar, iluminado por la luz dorada y la intensidad del encuentro, y la frenética actividad de una monotonía insípida, empapada por el aburrimiento diario de lo supuestamente transformador. Cabe la belleza rebelde, la belleza de la rebeldía, de esa libertad que es a su vez pasión y acción. Entonces se comprende hasta qué punto “hay que guardar intactas dentro de uno mismo una frescura, una fuente de alegría; amar al día que escape a la injusticia y volver al combate con la luz conquistada.”

Argonautas-en-blanco-2009.-
El retorno es ahora a su vez un texto, un gesto de escritura, una experiencia bien singular, la de la literatura y el pensamiento en su conjunción, en la que se constata que también a su modo se desplazan sus orillas con uno mismo. La luz ya no es solo algo exterior que alumbra o deslumbra. El gozo no se reduce al ruidoso vaivén y la libertad no es únicamente vérselas en la dificultad de rehacer el mundo vivido. Quizá, reconciliando la labor y la cultura, la cultura como cultivo y labor, es cuestión, a decir de Camus, de impedir que el mundo se deshaga. La recreación no pasa necesariamente por eludir todo retorno. Y no tanto por el afán de revivir sino de pervivir, de ir más allá o más acá de nuestra rutina cotidiana, de abrir espacios en los que quepa siquiera la posibilidad de no rendirse. Es otra salud, la que es el ritmo de la vida, la que afronta y se confronta con la injusticia, que entre otras veleidades es tan contundente como la vulgar mediocridad.

La belleza de la consistente rebeldía hace de este retorno algo más que una revuelta, o un mero volver. Se trata de una rebeldía asimismo contra la pérdida de la memoria que es a su vez sabor y aroma, un verdadero saber. El retorno a Tipasa es el regreso a algo más que a las ruinas del territorio de la infancia. La búsqueda de esa otra coherencia e intensidad, que es emoción y motivación, es un gesto de insurrección ante las vicisitudes de lo que ocurre y una reivindicación del amor sin medida. Esta desmesura de la rebelión, cuando es libertad de la existencia, es sin embargo la mesura de la vida, su belleza.

Dos-lunas-2012.-
(Imágenes: Pinturas de Joan Bennàssar: Buscando un ideal azul, 2002-2005; Nadadores nocturnos, 1988; Argonautas en blanco, 2009; y Dos lunas, 2012) Véase www.bennassar.com

Hay 19 Comentarios

@mareada, la mirada del observador no modifica lo observado, el el hecho de querer observar i modificar el entorno natural para observar lo que modifica lo observado.

En un entorno donde la observación es lo natural (es decir, en un entorno donde existe alguna "luz" que capacita naturalmente para la observación), lo observado no es modificado por quien observa. En todo caso, lo visto por el observador puede no ajustarse a lo que realmente es.

Me encanta esta frase, “La única manera de lidiar con este mundo sin libertad es volverse tan absolutamente libre que tu mera existencia sea un acto de rebelión”, es una gran verdad. Buscamos la libertad pero es difícil tenerla, no siempre se consigue lo que pretendemos.

“¿No es más bella la vida de mi corazón desde que amo? ¿Por qué me distinguíais más cuando yo era más arrogante y arisco más locuaz y más vacío?

¡Ah! La muchedumbre prefiere lo que se cotiza,las almas serviles sólo respetan lo violento.Únicamente creen en lo divino aquellos que también lo son.”


Hölderlin halló la medida. ¿Rebeldía? Al ser, le basta el amor para encontrar el parangón de la belleza. Un amor que Platón descubría ya en la idea del amor. La belleza no responde a la rebeldía sino a la sumisión; cuando alguien quiere cosechar el amor, imponerle un estado de demanda para que descienda hasta la voluntad y participe en un juego de arrogancias, la belleza acaba por perder su asiento interior y necesita del imperio de la palabra o de la revuelta del desasosiego para manifestarse sólo como posesión, como cotización de las almas serviles, que no son las sumisas al amor sino las que hacen de la belleza un componente superfluo en la oscuridad del instinto y en el mercado de los afectos. Por eso, al amor, lo mismo le da la belleza del atardecer que la belleza de un poema o que la belleza de una pieza musical; esas formas en que se decanta la opinión ajena, surgidas a partir del consenso estético de grupos más o menos restringidos, pasan a ser metáforas de una vivencia profunda sin rebeldía, puro anhelo de correspondencias que necesita de la facilidad de una referencia inmediata para ser aprehendido en su espontaneidad porque no tiene dimensión, ni cabe en palabras, ni es contenido por la armonía, ni despunta con el sol. La única rebeldía deseable en el amor es la rebeldía contra la rebeldía.

Según los postulados de la física cuántica la mirada del observador modifica lo observado.
Así pues, partiendo de la premisa de que existen el imaginario colectivo actual y el mundo de las ideas del excelso Platón, el acceso a dichos espacios donde habitan el Bien, la Belleza y la Justicia, no tendría el mismo grado de apertura para todos los humanos, sino que requeriría una búsqueda en el dial del mundo inmaterial, lo que permitiría sintonizar una emisión de ondas que le darían un vuelco al mundo conocido, pasando al otro lado del espejo que nos contaba Lewis Carroll, donde la mirada se muda de la mediocridad del mundo actual de la política, el consumo y el espionaje, accediendo a la magia ya percibida por los hermanos Grimm y Hans Cristian Andersen, de donde emanan las hadas que todo lo pueden, los finales felices, la justicia que siempre vence, los príncipes encantados y las princesas inocentes.
Quizá en la búsqueda de esas ondas electromagnéticas se encuentre la teoría de la unificación final donde las interacciones nos lleven a la verdadera Cultura Universal.

En una revista reciente se intenta explicar la evolución del cosmos desde el mismo instante en que la nada explotó sin saber como.
En nuestras mentes actuales, es impensable situarnos en una nada que de golpe se hace universo.
Y nos lleva hasta donde estamos ahora.
Cuando la energía no se crea ni de destruye según reza el canon universal.
Un universo creado para sostener la razón de las personas y el pensamiento.
Y sobre el pensamiento, la libre elección en libertad para poder decidir y elegir.
Si pensamos en la germinación de la vida, en una planta, un ser vivo cualquiera, las células se amontonan en orden y forman un ser vivo completo que generando fruto se reproduce otra vez.
Trasladando la vida a otros siguientes y con ella la experiencia y el conocimiento.
Y así de forma indefinida.
Siendo el aire el vehículo que en la mayoría de veces, se lleva el germen de un lugar a otro.
Y con ello, el conocimiento y la belleza como sucesos que un día brotarán como por generación espontánea.
Y según dice la religión, Dios se quedó satisfecho contemplando el final de su obra.
Debe ser algo así.
La evolución del sentir a partir de la nada.

ATENCIÓN ATENCIÓN
“Queda más de la mitad de la legislatura, y os aseguro que veremos crecimiento sostenible y creación de empleo y cuando volvamos a presentarnos a los españoles en las elecciones podamos decir las cosas están infinitamente mejor que cuando las cogimos en el año 2011”.
MARIANO RAJOY 09-11-2013


Quien vilipendia la inteligencia de los demás, merece ser objeto del mismo trato hacia él.
"El que desprecia demasiado, se hace digno de su propio desprecio"
AMEIL, HENRI FRÉDÉRIC


Ya no es cuestión de elegir entre un mundo de perfumes a la orilla del mar, iluminado por la luz dorada y la intensidad del encuentro, y la frenética actividad de una monotonía insípida, empapada por el aburrimiento diario de lo supuestamente transformador

Sí, la verdad que Camus tiene o tenia una visión de como conciliar la belleza y en este caso el espacio de la belleza rebelde porque tiene verdadera necesidad de los demás para vivir y sobre todo de su maestro en su vida y obra_" Camus no se entiende sin Grenier , y su libro sobre él es el más profundo que se ha escrito nunca sobre Camus". Dicen que : "..no fue un filosofo ni un pensador, sino un hombre que habita entre nosotros, un narrador de mundo, un extranjero". Además sabemos que su verdad y método culmina en el extranjero, esté ha quedado para siempre escrito para la gente que se pregunta las mismas cosas que los otros.
Aun sí la belleza rebelde de Camus se asemeja a una realidad muy presente aunque se haya celebrado ya su centenario, él no había sido comprendido en su tierra que era Francia pero demostró que el extranjero quedaría para siempre. Según indica su hijo " interrogaba al mundo sobre el absurdo destino de la gente decente que obligaba a vivir en medio de la abyección moral y sometida a la arbitrariedad de fuerzas colectivas y anónimas."

Don Angel en primer lugar reconozco que su reflexion de hoy supera mi capacidad de comprension por eso mi comentario sera sobre eso que no comprendo, cuando dice que vivir es lo contrario a amar cuando se puede vivir amando y amar viviendo si ambas cosas se hacen con verdad y profundidad y supongo que se puede aplicar a la belleza el splendor veritatis porque lo que es verdad es bello y lo que es bello es verdad porque ambas son la perfeccion vista desde distintos aspectos y la perfeccion atrae ya sea fisica moral o de cualquier otra indole
Jose Luis Espargebra Meco desde Buenos Aires

Precioso final.
"El hombre rebelde" creo que fue el libro que más animó a interesarme por la filosofía allá por los 16 años, cuando uno aún goza de su rebeldía como petrimetre metafísico.
Al estas alturas la rebeldía de esa luna que se le resiste a Calígula, y le procura una desazón angustiosa por ello, es la rebeldía que uno termina apreciando como saboreador más avezado.
Con la misma frucición con la que amó a aquella bailarina, al fútbol de su juventud, a su madre o a Argelia, fue la misma con la que se consumía a cigarros. Pero siempre Camus...

¿Estamos asistiendo al final del monopolio de PP y PSOE en España? Entra en Vergüenza de país yestheycan.blogspot.com/2013/11/ppsoe-el-ocaso-de-los-grandes.html

Gracias profesor. Alguien que pervive se las desea. Un saludo.

Cuánto hay de Pasolini en este Camus de cuerpos y deseo.
Leyéndolos dan ganas de vivir.

"Me basta vivir con todo mi cuerpo y testimoniar con todo mi corazón". "Así se dice en Bodas en Tipasa.
Desuncido y nietzscheano, sea bienvenido este Camus, filósofo solar.
Un saludo

Si me fuera al pasado histórico de seguro que la belleza rebelde estaba en reinas legendarias como Semiramis (de Asiria), y Cleopatra (de Egipto). En la mayoría de las mujeres la belleza no es rebelde, es mas bien una especie de imán que alborota a sus compañeros de lucha.

Hay múltiples aspectos de aquello que nos hace humanos que apenas se contemplan en las escuelas, entre ellos la sensibilidad y, yendo más allá, la capacidad de reconocer la belleza. Y esa capacidad se puede desarrollar; aunque el concepto de belleza sea impreciso y subjetivo, como también lo son los conceptos de amor o de felicidad.

Si tuviéramos la suficiente sensibilidad, deberíamos ser capaces de distinguir entre una obra de arte y un artificio, entre la labor de un artista y la aplicación de un truco o de una técnica, por muy virtuosa que esta sea; es decir, podríamos reconocer lo que es auténtico y percibir la impostura. De alguna manera, al buscar la belleza también nos estaríamos aproximando a la verdad. Tal vez eso explique porque tenemos certezas que no somos capaces de justificar.

Todavía no sabemos lo suficiente para educar este tipo de percepción de modo sistemático, pero al menos debemos ser conscientes de que existe e intentar fomentarla, propiciando las circunstancias para que se produzca, para que haya que utilizarla.

http://www.otraspoliticas.com/educacion/educar-para-la-belleza

La belleza de la persona también se debe a su estado de ánimo, y en estos tiempos de corren, donde la necesidad va consumiendo las ilusiones, es más que difícil mostrar esa belleza que uno lleva dentro. No hay mejor estampa de alguien cuando se le sorprende en medio de un momento de felicidad.
http://interesproductivo.blogspot.com.es

http://nelygarcia.wordpress.com. La belleza interior, emerge en la persona que la posee. Sócrates decía que, la belleza física atrae al amor en un principio, y después se dilata hasta cubrirlo todo; y ese sentimiento conduce hacia el puente de la, sabiduría.
Imagino que ser bello interiormente, no depende de hacer esfuerzos ascéticos, o de otra índole sino, de haber reunido los ingredientes necesarios, como cuando una planta florece.
La felicidad puede ser el encontrase bien consigo mismo, y con los demás; mientras eso no ocurra, o habiendo ocurrido, el deseo porque todos lo disfruten, estimule a las personas con inquietudes, deseosas de que la vida transcienda lo absurdo, en aras del bienestar común y supuestamente, ese afán empujó a Camus.


Conmovedor homenaje a Camus: una explosión de vida. El hombre rebelde siempre ha tenido, en mi pensar y en mi hacer, esa belleza. Desde hace muchos años que me sirve de guía en las oscuridades de la vida. Y sí, es vida así, belleza.
Está usted en vena. Cada artículo trae esperanza, reflexión, deseo de empujar nuesta vida y nuestro país hacia un lugar habitable. Tal vez Tipasa.
La busco esta temporada recorriendo el país de la infancia a través de la literatura en http://www.lashojasvuelven.blogspot.com.es.
Siempre me gusta dar las gracias a quien nos regala lo que usted nos da en su salto del ángel.

Siempre nos quedará Tipasa...

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Sobre el blog

El salto del ángel es un espacio de reflexión, de pensamiento sobre la dimensión social y política de los asuntos públicos, sobre la educación, la Universidad, la formación y la empleabilidad. Busca analizar los procesos de democratización, de internacionalización y de modernización como tarea permanente, con una actitud de convicción y de compromiso.

Sobre el autor

Angel Gabilondo

Ángel Gabilondo Pujol es Catedrático de Metafísica de la Universidad Autónoma de Madrid, de la que fue Rector. Tras ser Presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, ha sido Ministro de Educación.

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