El salto del ángel

Discursos para sanar

Por: | 10 de febrero de 2015

Deborah Scott Stalemate 2009

La vida es breve, el arte es larga, la ocasión fugaz, la experiencia resbaladiza y el juicio difícil”. El conocido aforismo de Hipócrates nos previene de algunas precipitaciones. Y de ciertas euforias. Y nos sitúa adecuadamente en estos tiempos tan propicios a perseguir convencer, o, más exactamente, a buscar adhesiones. Vuelven las palabras, proliferan los discursos. Como siempre, como nunca. Y en ocasiones con una pretensión de ser remedio incontestable y con la voluntad de concebir el sanar como un “cortar por lo sano” a los concebidos como enfermos y de enterrar a los considerados como muertos. Sin duda precisamos de discursos consistentes, decididos y dispuestos. Precisamente por ello, hemos de participar y de corresponder con nuestra palabra. Lo que no supone necesariamente asentir.

Los discursos activan los humores del alma como los fármacos los del cuerpo. Es cuestión en definitiva de lograr la proporción debida. Gorgias recuerda que se trata de que produzcan deleite, aflicción o, quizá, terror. Son un ensalmo que puede llegar a infundir en el alma placer y evacuar la pena. Ya su maestro Empédocles, un médico singular, considerado el padre de esta retórica prerretórica, curaba por la palabra, remediaba con ella. Se trata, por otra parte, de lograr la persuasión de los ciudadanos, de crear mundos y de encantar, deleitar y cautivar almas. Lo que importaría no sería tanto la verdad cuanto el efecto producido. Pero no es cosa solo de agradar. Es cuestión de ser convincente, de generar sentimientos compartidos, de ganar adeptos, o de marcar distancias, y de producir actos, a través de opiniones verosímiles y aceptadas.

Tal vez por ello Platón, que considera en el Fedro que el orador es un médico de las almas, tiene una diferente consideración de la salud, no acepta el planteamiento de Gorgias y emprende el sinuoso camino del discurso verdadero. Y, más aún, Aristóteles. Brota otra verosimilitud, no ya simplemente la de las creencias u opiniones, sino la de la búsqueda de lo más justo, aceptable y argumentable posible. Eso exige decir de modo distinto, quizá menos altivo. Nos movemos entonces en el terreno de lo probable y de lo admisible. Nada menos, y nada más. Ello induce a ser exigentes incluso para desconsiderar los discursos ajenos. Y a buscar conciliar la palabra ajustada con la palabra justa. Y a cuidarse de ser incontestable.

Deborah Scott Balance 2010

Asumir que las cosas pueden ser también de otra manera nos libera de ciertas contundencias. No se pretende ignorar el arte de la palabra, sino reconocer su alcance y sus límites. Y su importancia para ser alguien cultivado, precisamente en la medida en que no se reduzca a un arte de la mera elocuencia, o de la pronunciación u ornamentación verbal. Sus frutos han de brotar en la conducta privada y en la vida pública. La retórica viene a ser así toda una educación, que exige, como Quintiliano subraya, un gran componente ético. No basta con ser experto en hablar en público, se requiere ser bueno. Bueno y versado en el decir. Y eso es mucho más que una mera caracterización moral. Cuando Marco Aurelio responde, “mi oficio es ser bueno”, dice algo diferente, dice algo otro. Implica asimismo, un conocimiento, un saber. Y, como Cicerón destaca, un comportamiento, toda una sabiduría, una forma de relación de cada quien con ese saber.

Y una sintonía que tiene en cuenta a quien uno se dirige, y que lo hace porque importa, porque nos importa. Que haya que ser prudente y fuerte para hacerlo no excluye que se busque ser justo. Y respetuoso con los derechos. Solo así la retórica no pierde esa fuerza que permite que Quintiliano la considere educación global, nosotros diríamos, integral.

Pero la persuasión no es la mera adscripción, ni un simple modo de embaucar o de engañar. Supone la asunción basada en argumentos y buenas razones que, no siendo todo, no es poco. En especial, en asuntos en los que lo probable o lo adecuado, sin pretender imponerse como verdad absoluta, pueden resultar convincentes y verídicos, sin tener que ser por ello una argucia o artimaña de engaño u ocultación. El desconcierto nacería de exigirles demasiado o de no concederles alcance alguno. Y en el extremo, de considerar que por muy justificadas, argumentadas o bellas que se ofrezcan, las palabras son vacuas y carecen de enjundia.

Sin embargo, parecemos no requerirlas menos. Y mejores. Adecuadas, consistentes, con implicación, pero necesarias. Y efectivas. Y nos reunimos, y nos disponemos, con ellas y en su espera. Buscamos su validez cognoscitiva, y no solo ornamental, y precisamos motivos, no solo preferencias. Y ante los cuales hemos de ser capaces críticamente de reaccionar, y de responder, y de escoger valores y acciones. Participamos y seleccionamos. No hay mera transmisión. No solo recibimos, sino que también reactivamos o rechazamos. Únicamente así nos dicen.

 Deborah Scott Poet 2011

Lo que se dice, sin ser independiente de la voluntad del que habla ni de la situación del acto de habla, nos vincula asimismo a la cuestión de quién habla y de la posición y del horizonte de expectativas de quien escucha. Y hemos de preguntárnoslo. De ahí que tratar de influir implique información y conocimiento, y no impida, antes por el contrario posibilite, la adecuada comunicación. Nos importamos y compartimos. Es en esa medida en la que cabe decir que la palabra nos viene del otro o, mejor, con el otro, Cuando deseamos contarle algo sin contar con él no hay propiamente sino solo palabras. Por eso no basta con estar o quedar bien o con resultar afortunado. Ni siquiera con mover o conmover a los oyentes. Es indispensable abrir espacios de efectivo diálogo. Habermas dirá que con rectitud y con lealtad. Salvo que tengamos otros específicos intereses, que se resumen en la efectividad de encontrar adeptos.

La cuestión no es sin embargo la adhesión, ni la simple aceptación de lo propuesto, sino la deliberación y la decisión compartidas para una acción razonable. Pero esto no es resultado sin más de un mensaje transmitido, sino que es una tarea, la de generar conocimiento para la pertinente resolución y realización. Y eso exige conversar. Y de cerca. Este sería ya otro balcón, en caso de seguir siéndolo. Puestos a narrar historias, no es indiferente que destelle algo así como lo verdadero. Y que resulte justificado, verosímil y plausible. Eso supone que también pueda ser de otra manera y problemático. Por eso resultaría delator quien, para sanar socialmente, propusiera caminos inexorables, o por resignación o por iluminación.

Pero más inquietante resultaría aún considerar que no es para tanto, que ya todo parece resolverse, o creer que es suficiente con enunciarlo para que ocurra. Valga al respecto el conocido texto de Kant: “Un médico no hacía sino consolar a su enfermo todos los días con el anuncio de la próxima curación, hoy diciéndole que el pulso iba mejor, mañana que lo que había mejorado era la excreción, pasado que el sudor era más fresco, etc., etc. El enfermo recibe la visita de un amigo: ¿cómo va esa enfermedad?, le pregunta nada más entrar. ¡Cómo ha de ir! ¡Me estoy muriendo de mejoría!

Deborah Scott Magician 2010

(Imágenes: Pinturas de Deborath Scott. Stalemate, 2009; Balance, 2010; Poet, 2010; y Magician, 2010)

Hay 14 Comentarios

Pérdone, he seguido escuchándole pero ahora le tengo que corregir. Eso que a usted le gustó de Galeano sobre el horizonte y la utopía, él se lo escuchó decir a Fernando Birri y me parece injusto que hasta las personas con mayor cultura tiendan a expropiar el verdadero genio. Aunque, ciertamente, a Birri no le importaría, porque él creía en el artista colectivo.

Don Ángel, los mejores discursos para sanar los hará desde su posición actual. Siga con sus clases y no acepte el ofrecimiento de Pedro Sánchez para la candidatura de la Comunidad de Madrid. Con todo mi afecto, Jara (Granada)

Profesor, a mi hay dos situaciones que me han puesto siempre muy nerviosa, soy una persona tímida o cobarde, según como se mire, pero hay dos cosas que me cuestan muchísimo; por un lado, hablar en público, eso me mata, cuando era joven los exámenes orales eran superiores a mis fuerzas, por lo tanto los discursos ni me los he planteado en mi vida, por favor, tanta gente mirando,oyendo todo lo que dices, en fin que no sirvo; y otra cosa que me ha dado siempre mucha vergüenza es ser yo la primera en dar un paso en una relación, pienso que me van a dar una negativa y eso no lo puedo soportar, asi que como la otra persona no dé un paso adelante, en esas me quedo, debe ser sicológico ¿qué le parece?

"¿te viola con todas?" ¿Qué demonios significa eso? Ay,cuánto daño han hecho esas 50 sombras. También hay discursos para enfermar, para enfermar de amor.

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Angel, me gustaria que leyeras esto. http://madrid-jetaime.blogspot.com/2014/10/en-catimini.html
Un saludo, Maria

El sr.T.Gomez es una persona honrada, bien preparada y un socialista integro. ¿Pero que es lo que ha ocurrido durante su gestion del PSM?:1º.-) el PSM ha perdido la mitad de su militancia.2º.-) los resultados electorales en la CCAA cada vez han sido peores con su candidatura, hasta el punto de que segun encuestas se convertiria en un partido residual, superado no solo por el PP, sino tambien por Podemos,.....(cualquier directivo de cualquier empresa, cualquier dirigentes que lleva a su organizacion a la ruina, es rapidamente destituido).3º.-Los conflictos en las agrupaciones locales del PSM con la secretaria general del PSM no han dejado de crecer-Leganes, Parla,Aranjuez, Mostoles, Alcorcon,...4º.- El s. general se ha mantenido apoyado por el sector Gay del PSM, y por algunas agrupaciones poderosas fieles (I.Socialista), y poco mas. 5º.- Abrir investigacion sobre el tema del tranvia en este momento no es causal es para causar daño al PSM electoralmente (sabemos que T. Gomez saldra inocente, pero el daño al partido sera irreparable)....6º.-....Debemos apoyar al sr. Pedro Sanchez por el bien del partido.

El mejor alcalde, El Rey (?)

Quizás ahora tengas oportunidad de demostrarlo desde tu nuevo cargo al frente de los "socialistas" madrileños...

Cuidado ex-ministro, como verás en el enlace, algunos sabemos lo que son 8 largos años aguantando un alcalde autoritario aunque sea del PSOE (?)

probando

Digame una cosa profesor ¿acaso tienes que aguantar a un marido que te viola con todas el dia que te casas, los siguientes y además te maltrata?, ¿qué haces si te enamoras profundamente entras en una depresión de caballo que no sabes los años que vas a durar, tu ex no está decidido a esperarte y del que te enamoras se las pira? ¿qué haces si otra vez casada al cabo de los años viene el mismo que se las piró te vuelva a seducir y luego no te hace ni caso?, yo se lo voy a decir, haces el gilipollas y el tonto, porque no te ha dado ni tiempo de hacer discursos, han sido bofetadas de las grandes y a todas luces, otros, sin embargo, se las dan de ser unos perfectos y luego hacen y deshacen a su antojo, a escondidas para que nadie les critique ni les diga nada y sigan siendo impolutos ¡¡¡anda ya con la hipocresía!!!!!

Seguro que Ud profesor sabe quien dijo esta aforismo: Las palabras mueven los ejemplos arrastran no por la fuerza y contra la voluntad sino por la fuerza del convencimiento de quien vive en total acuerdo con lo que dice y que resume muy bien la sabiduría popular: Obras son amores y no buenas razones. Hoy asistimos en todos los ámbitos de la vida a multiples discursos que no sanan porque no tienen correlato con la vida de quienes lo pronuncian
Jose Luis Espargebra Meco desde Buenos Aires

La retórica harmoniosa, e inteligente, se introduce en los sentidos como una música irresistible, y cuando las convicciones, dan lugar a creencias absolutas, se convierten en un peligro capaz de aniquilar la voluntad de los seres humanos, a veces hasta el punto de morir por defender las supuestas verdades. La solución para escuchar a los versados sin peligro, consiste en que los auditores sean cultos y capaces de discernir los pros y contras, escogiendo la parte de los discursos más conveniente para sus necesidades, que se alejen de las medidas insuficientes, que conocen y sufren, teniendo en cuenta el que también se pueden equivocar.

Hay valores incontestables, que trascienden las épocas y se anclan en todas las personas que existen o han existido a lo largo de los siglos.
Como el sol que repite cada día aunque esté nublado.
Realidades que responden a las exigencias de todo nuestro intelecto aferrado por entero al cuerpo vivo que calienta el sol, con los cinco sentidos atentos.
Vivamos en la época que vivamos, nuestra naturaleza responde y resume en función de lo que somos o estamos hechos, hombres o mujeres.
De carne y hueso, con mocasines o con zapatos de charol, respiramos el mismo aire.
Desde hace miles de años, y en algo nos repetimos desde que el mundo es mundo, no avanzando en sabiduría en bloque sino de uno en uno.
Durante el corto periodo de tiempo que duramos despiertos sobre la faz de la tierra.
Quedando escrito algo de lo que nos pasa por la cabeza si nos queda margen para ello.
Resumiendo en el mejor de los casos las consecuencias de los hechos para sacar algo en limpio, en función del tramo del camino por el que andamos.
Es nuestro trabajo diario en el presente, de cada época.
Es el mismo motor, solo se cambia el aceite que se va gastando por el uso, y una vez repostado el vehículo se queda como nuevo y capaz de recorrer otra buena tirada sin pararse.
Pero aceite y combustible hay que poner de vez en cuando, eso lo sabe todo el mundo.
O incluso llevarlo al mecánico de vez en cuando.

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Sobre el blog

El salto del ángel es un espacio de reflexión, de pensamiento sobre la dimensión social y política de los asuntos públicos, sobre la educación, la Universidad, la formación y la empleabilidad. Busca analizar los procesos de democratización, de internacionalización y de modernización como tarea permanente, con una actitud de convicción y de compromiso.

Sobre el autor

Angel Gabilondo

Ángel Gabilondo Pujol es Catedrático de Metafísica de la Universidad Autónoma de Madrid, de la que fue Rector. Tras ser Presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, ha sido Ministro de Educación.

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