La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, pronunció ayer un discurso con motivo de un acto de concesión de entrega de microcréditos en Buenos Aires y aprovechó para criticar al expresidente de Bankia, a quien llamó David en vez de Rodrigo Rato.
Ya que hablamos de bancos, se me viene a la memoria, no voy a hablar de nada de acá para que nadie diga nada, pero si en estos días ha tomado estado público un banco, con el nombre Bankia, en España, que – como todos ustedes saben, aunque no todos deben saberlo - porque fue una noticia que muchas veces ocultan prolijamente, aquí en la Argentina, el Gobierno del presidente Rajoy debió auxiliar a este banco porque si no se caía a través de operaciones que seguramente no estaban muy bien hechas en 23.000 millones de euros. ¿Escucharon la cifra? Todo lo que se puede hacer con 23.000 millones de euros en materia de generación de trabajo, de generación de producción…
Pero lo interesante, lo más interesante de todo, si puede decirse que es interesante, es que el presidente de este banco era o es todavía David Rato, quien fuera titular del Fondo Monetario Internacional -no, no no... no silben, no silben-, David Rato, que nos dirigió parrafadas pero memorables a la Argentina y a su modelo de crecimiento a partir del año 2003, críticas furibundas de los organismos multilaterales de crédito y sobre todo de él.
La verdad que cuando uno ve esas cosas y cuando ve que un banquito de crédito con 525 millones de pesos ha generado 165.000 unidades productivas y 247.000 puestos de trabajo, la verdad que no es para creernos mejor que nadie. Pero la verdad que nos sentimos muy orgullosos, muy, muy, muy orgullosos porque demuestra que este modelo que hemos venido haciendo tan heterodoxo, tan horroroso para algunos otros, en realidad sigue generando trabajo y ¿saben qué sigue generando? Esperanza, que es lo que una sociedad no puede ni debe perder nunca, esperanza, alegría y agradecimiento a Dios por las cosas logradas. (Aplausos)
No quiero terminar porque también sucedió algo muy lindo, que también marca un cambio de época: esto de que un exdirector del Fondo Monetario haya fundido literalmente, porque en definitiva es eso, ha fundido un banco y daba lecciones a todos los demás sobre cómo teníamos que administrar las finanzas y cómo teníamos que administrar el país, es notable. Pero además, los corifeos locales que aplaudían las críticas que se le hacían a la Argentina y se ponían del lado, bueno, del que se han puesto siempre muchos de ellos, de todo lo que sea en contra de Argentina, como si la Argentina fuera un país ajeno, como si no estuvieran sus hijos, sus padres, su historia aquí. Algo que debemos cambiar, porque no puede ser que las diferencias políticas puedan hacernos tan mezquinos y tan pequeños, sobre todo cuando estamos comprobando las cosas que están pasando.