
Este señor se llama Jorge Toselli. Y cometió la imprudencia de declarar en Clarín que a raíz de las restricciones impuestas por el Gobierno para comprar dólares las ventas de su inmobiliaria se desplomaron. La presidenta, Cristina Fernández, leyó el domingo sus palabras y ordenó que se investigaran las cuentas del empresario. Resultó que Toselli, según Fernández, no ejercía la declaración jurada desde 2007. Es decir, no declaraba a la Hacienda argentina, conocida como la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Y ahora, los muchachos del fisco han suspendido a la inmobiliaria su Códido Único de Identificación Tributaria (CUIT). O sea, la empresa no podrá operar hasta que no presente sus declaraciones fiscales.
Pero, ¿qué habría pasado si Toselli hubiese tenido sus cuentas en orden? ¿Nos habríamos enterado alguna vez de que el domingo mismo en que la presidenta leyó sus declaraciones descolgó el teléfono para que el jefe del fisco investigara sus cuentas? ¿Podemos estar convencidos de que eso mismo, investigar las declaraciones patrimoniales por el procedimiento de urgencia, no se ha hecho alguna vez con otros críticos y no nos hemos enterado porque en ese caso las cuentas estaban en orden?
La presidenta demostró una gran puntería a la hora de cazar al evasor. Y la caza fue retransmitida en directo mediante la difusión de un discurso presidencial en todas las emisoras nacionales. No cabe duda de que la medida ha sido ejemplarizante; y la práctica es mucho más saludable y segura que cazar animales de distinto tamaño y pelaje. Pero lo ideal sería demostrar el mismo tino, celo y ahínco con todos los contribuyentes. De lo contrario, se podría pensar que, más que el afán de una honesta recaudadora de impuestos, a la presidenta le movió algo tan poco creíble en un estadista como el ansia de venganza. Si hubiese actuado por motivos meramente emocionales, que no lo creo, cualquier argentino que pretenda expresarse a partir de ahora en contra del Gobierno escuchará como una voz interior que le diga: ¿Por qué no te callas?