Los sesudos análisis previstos para el próximo miércoles 7
de noviembre sobre por qué perdió Romney las elecciones del martes o por qué
fallaron todas las encuestas tendrán que aguardar en Argentina hasta el jueves
para poderse leer sobre el papel. El 7 de noviembre es el día del canillita, lo
que viene siendo el día del niño que subía y bajaba de los tranvías voceando el
nombre del periódico, como en las películas, extra, extraaa, se hunde el Titanic, regresa Perón... Empezaron en 1867
con La República, siguieron en 1869 con
La Prensa y en 1870 con La
Nación. Llevaban las canillas al aire y un periodista y
dramaturgo uruguayo elevado a la gloria en los altares
del tango, de nombre Florencio Sánchez, escribió una obra de teatro que se
llama Canillita y
que en ese enlace que el apresurado lector habrá sabido ignorar, se podrá leer tranquilamente
en PDF una vez que terminemos esta pequeña joya repujada de periodismo río-plateresco.
Sánchez fue a morirse en Milán el 7 de
noviembre de 1910 aquejado de tuberculosis. Y en 1947 el gobierno de Juan Domingo Perón instauró el día del
Canillita. Los diarios no pusieron mucha resistencia, porque por aquella época Internet
sólo existía en los cuentos de Borges. Los propios periódicos se tomaron también su día
feriado el 7 de noviembre.
Con el tiempo dejaron de ser niños explotados como el de la foto. Poco tienen que ver ya con aquel retrato que pintó el amigo Florencio Sánchez:
Hay quien recuerda con nostalgia que, aún cuando ya dejaron de ser niños, los canillitas seguieron voceando los diarios hasta hace apenas 20 años y cada uno tenía su "cantito" y su forma de adornar con comentarios las noticias. Algunos titulares se volvían picarones en sus bocas y arrancaban la sonrisa del transeúnte.
En la década menemista del 2000 vinieron años de caída de ventas y los distribuidores empezaron a conversar con el sindicato para anular el feriado. Les dijeron que el lector está acostumbrado a que se le prive del periódico un primero de enero o de mayo, pero un miércoles de noviembre, así de sopetón, la gente no se levanta pensando que es el día en que murió Florencio Sánchez de tuberculosis en Milán. Los distribuidores alegaron también que algunos canillitas abrían sus puestos mientras otros dejaban pasar un día sin ingresos. Y acordaron levantar el feriado, aunque se siguiera festejando igual el día del canillita. Así vivieron durante unos ocho años. Hasta que se consagró como líder del sindicato de canillitas el diputado del kirchnerista del Frente Para la Victoria Omar Plaini. Y luchó por retomar el feriado. Ahora, los canillitas son adultos muy conscientes de sus derechos, trabajan en sus kioskos al resguardo de las inclemencias del clima y ojo con escamotearles un 1% en su porcentaje de beneficios sobre el precio del periódico. Cuando acuerdan montar una huelga sorpresiva, como hicieron la semana pasada, el éxito es demoledor. La Nación y Clarín tuvieron que tragarse los cientos de miles de ejemplares que habían imprimido sin conseguir vender uno solo en la calle. Por supuesto, ese día en Argentina tampoco salió a la calle EL PAÍS, que se distribuye con La Nación.
Mientras Internet avanza de forma implacable, minuto a minuto, tableta a tableta (¿se pilla la aliteración tictactesca?), sobre las rotativas y los puestos de venta, en Argentina los canillitas aún pueden permitirse el lujo de mantener 24 horas en la sala de espera a Obama y a la legión de sabios analistas del día después, como aquellos tiempos en que daba igual leer una crónica de Vietnam una semana después de que la enviase el reportero.
Así que... Buen día del canillita. Y muy buena suerte.
Ni Obama ni Romney: los canillitas
Los sesudos análisis previstos para el próximo miércoles 7 de noviembre sobre por qué perdió Romney las elecciones del martes o por qué fallaron todas las encuestas tendrán que esperar en Argentina hasta el jueves para poderse leer sobre el papel. El 7 de noviembre es el día del canillita, lo que viene siendo el día del niño que subía y bajaba de los tranvías voceando el nombre del periódico, como en las películas, extra, extra. Empezaron en 1867 con La República, siguieron en 1869 con La Prensa y en 1870 con La Nación. Llevaban pantalones cortos, las canillas al aire, y un periodista y dramaturgo uruguayo elevado a la gloria en los altares del tango, de nombre Florencio Sánchez, escribió una obra de teatro que se llama Canillita y que en ese enlace que el apresurado lector habrá sabido ignorar, se podrá leer tranquilamente en PDF una vez que terminemos esta pequeña joya repujada de periodismo río-plateresco. Sánchez fue a morirse a Milán un 7 de noviembre de 1910 aquejado de tuberculosis. Y en 1947 el gobierno de Juan Domingo Perón instauró el día del Canillita. Los diarios no pusieron mucha resistencia, porque por aquella época Internet sólo existía en los cuentos. Los propios periódicos se tomaron también su día feriado.
Los canillitas siguieron voceando el nombre de sus diarios hasta hace solo unos 20 años. Hay quien recuerda con nostalgia que cada uno tenía su cantito diferente y su forma de adornar con comentarios las noticias. En la década menemista del 2000 vinieron años de caída de ventas y los distribuidores empezaron a conversar con el sindicato para anular el feriado. Les dijeron que el lector asume que se le prive del periódico un primero de enero o de mayo, pero un miércoles de noviembre, así de sopetón, la gente no se levanta pensando que es el día en que murió Florencio Sánchez de tuberculosis en Milán. Los distribuidores alegaron también que algunos canillitas abrían sus puestos mientras otros dejaban pasar un día sin ingresos. Y acordaron levantar el feriado, aunque se siguiera festejando igual el día del canillita. Así vivieron durante unos ocho años. Hasta que se consagró como líder del sindicato de canillitas el diputado del kirchnerista del Frente Para la Victoria Omar Plaini. Y luchó por retomar el feriado. Ahora, los canillitas son señores respetables, que trabajan en sus puestos al resguardo de las inclemencias del clima. Cuando acuerdan montar una huelga sorpresiva, como hicieron la semana pasada, el éxito es aplastante. La Nación y Clarín tuvieron que tragarse los cientos de miles de ejemplares que habían imprimido sin conseguir vender uno solo en la calle.
Mientras Internet avanza de forma implacable hora a hora, tableta a tableta, sobre las rotativas, los kioskos y los canillitas, en Argentina los canillitas aún pueden permitirse el lujo de mantener 24 horas en el congelador a Obama y a la legión de sabios analistas del día después, como aquellos tiempos en que daba igual leer una crónica de Vietnam una semana después de que la enviase el reportero.
Hay 7 Comentarios
yo mismo a los 10 hasta los 12 años vendia un periodico vespertino y puedo asegurar que de niño explotado nada de nada, ahorraba dinero para mis bicicletas, tiempos felices.....mi vieja no queria saber nada.
Publicado por: manuel jorge | 06/11/2012 23:39:46
Buena y bonia historia, bien contada e interesante.
Todo mi cariño y admiración hacia estos chicos con las pantorrillas desnudas que nos acercan un poco más al componente humano del perdiodismo y la información.
¡¡Feliz y descansado día para ellos!!
Publicado por: batracio | 06/11/2012 18:37:51
Qué bellas y amorosas palabras ! Soy periodista, de niño, canillita. Cuántas madrugadas caminadas sobre la escarcha..cuántos mediodias con las cabezas quemadas por el sol del verano. Cuánta libertad ! Cuántas páginas desde la izquierda, a la derecha...desde la moda, al box. Desde los caballos, a las yeguas casi desnudas. Diarioooooo !
Publicado por: Paco Viana | 06/11/2012 17:28:28
Gran blog. Excelentes las "traducciones" argentino-españolas de las primeras entradas.
Solo un minúsculo y puntual "pero" a la entrada de éste: mejor "el" 7 de noviembre de 1910.
Un saludo
Publicado por: José Luis Fernández | 06/11/2012 17:09:23
En el interior de Argentina , aun hay canillitas se los puede ver en las esquinas desde la cuatro de la mañana. Feliz día para ellos
Publicado por: nina | 06/11/2012 12:45:11
Pues yo leo hoy los diarios por Internet, pero mi madre sigue recibiendo su periodico todas las mañanas en la puerta de su departamento... porque junto con el sodero son las unicas personas que tienen entrada permitida en los edificios sin problemas...el canillita no solo vende en la calle, sino que reparte a domicilio todas las mañanas a las 6:30..... Recuerdo cuando mis padres nos levantaban para desayunar antes de ir al colegio... y el periódico se repartia en 4.. uno la seccion principal, el otro deporte, el otro espectáculos y por ultímo el ejemplar del día... y nos lo rotábamos mientras desayunábamos... FELIZ DIA CANILLITA
Publicado por: Debbie | 06/11/2012 12:34:25
Feliz día del canillita, pero realmente no sé cómo van a seguir sobreviviendo, porque en mi caso leo todos los diarios por Internet y creo que no son pocos los que hacen lo mismo.
Publicado por: SusanaBarth | 06/11/2012 0:58:00