Terminó el encuentro de nuevos narradores que organizaron la editorial Seix Barral y la Fundación José Manuel Lara, y Sevilla queda ya muy lejos. Se había escuchado durante alguna de las jornadas anteriores el topicazo de que la crítica no sirve para nada, pero estrictamente fue ayer el día que se había establecido para tratar de este género tan desprestigiado. Podía haber resultado un asunto enojoso, pero reinó el buen humor. Acaso siguiendo la práctica de muchos novelistas, que tanto petróleo han sacado de la muerte de la novela, los críticos proclamaron ayer que la que estaba de verdad muerta era la crítica. Así que decidieron enterrarla.