A estas alturas del año las ideas se achicharran en el cerebro y cuando hay que cogerlas ya no hay más que ceniza y chatarra. Seguramente el entusiasmo permanece inalterable, contra todo pronóstico, pero de tanto en tanto hay que dejarlo descansar, no vaya uno a convertirse en un compulsivo insoportable. Se ha constatado, para no provocar inquietud alguna, que el mundo sigue su curso. Pero este rincón cierra por vacaciones. Ya los encargados están vaciando las mercaderías de los escaparates, habrá que renovar el género al abrir la nueva temporada. Es tiempo de hacer balance.