El lunes por la noche es el día del Veracruz. Una discoteca popular, con los excesos decorativos de una discoteca popular, y con orquesta en directo. Hay mesas y sillas para apurar los tragos y una enorme pista central. Autores, editores, ilustradores, distribuidores, impresores, empresarios del mundo del libro, periodistas, organizadores, bibliófilos, músicos, trabajadores varios de mantenimiento y limpieza, artistas, lectores e, incluso, algún trapecista que pasaba por allí: todos van al Veracruz, todos toman su tequila y casi todos bailan. Y digo casi porque en la pista no caben todos. Allí coinciden auténticos maestros en mover el esqueleto y chapuzas (pero no por ello menos entusiastas). Estamos en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y todavía no les había explicado de qué va la vaina.