Una de las canciones habla de un barco a la deriva y de que hay que llevarlo a casa. Estamos en Dublín y un músico callejero se gana la vida interpretando canciones populares para ganarse unas perras. Por la noche se transforma e interpreta sus propios temas, que cuentan la vieja historia de un amor roto. La película se le ocurrió al antiguo bajista del grupo irlandés The Frames. Tras desertar el actor que se fichó como protagonista, fue el propio guitarrista y cantante de la banda el que decidió encarnar al músico callejero (ya había hecho sus pinitos en The Commitments, donde interpretó también al guitarrista). La chica fue una colaboradora del grupo. La película se llama Once, se estrenó hace unas semanas, tiene la frescura del trabajo bien hecho y con poco presupuesto y es un musical romántico.