Cuando cumplió catorce años, Lee Morgan recibió de regalo una trompeta. Se la habían comprado su hermana Ernestine y su madre. Su padre era pianista de góspel, así que la afición estaba firmemente arraigada en casa. Vivían en Philadelphia, y el muchacho no tardó en participar en diferentes jam sessions con tipos de la localidad, como John Coltrane y Benny Golson. Las primeras sesiones de grabación las hizo con Horace Silver y Hank Mobley. En 1956, cuando tenía dieciocho años, entró en la big band de Dizzy Gillespie. Luego formó parte de los Jazz Messengers de Art Blakey entre 1958 y 1961. Fue ese año cuando regresó a casa, a Philadelphia, enganchado a la heroína. En 1963 entró en los estudios de Blue Note para grabar The Sidewinder. Al poco tiempo el tema batía todos los récords de ventas en el mundo del disco del jazz. Su elegancia permanece intacta.
Son un par de notas del bajo las que abren The Sidewinder y luego ya los músicos van deslizándose por la canción como arrastrados por una suave corriente. Van repitiendo el leit motiv, y luego ya entran en los solos. No hay alteración de ningún tipo, todo fluye. Ningún subrayado inútil, ninguna salida de tono para llamar la atención, no hay énfasis, ni demostraciones superfluas de destreza. Si escribieran, se diría que lo que hacen es poner sujeto-verbo-predicado, nada de dislates. Sidewinder es el nombre de una serpiente de la familia de las serpientes de cascabel. Pues háganse la idea, la música se mueve con la finura con que se deslizan esos bichos.
Tanta elegancia y ese estilo tan sobrio y medido y cordial me cautivaron. Así que el año pasado empecé a dar saltos, y el primero de ellos me llevó hacia esos Jazz Messengers que empezaron bajo la batuta de Horace Silver y luego siguieron con Art Blakey al frente. Iba saltando de un lado a otro y casi siempre fui encontrando lo mismo: esa discreción para tocar como dioses sin que se les moviera el sombrero, como si alguien les hubiera dado un soplido y recorrieran el mar sorteando las olas con frágiles quiebros.
Conviene ver, además, a Lee Morgan en algunas viejas grabaciones. Delgaducho y embutido en un traje, sacando de su trompeta con extrema facilidad esas notas que simplemente te ponen en marcha. El 19 de febrero de 1972 estaba tocando en un club de Nueva York, el Slug’s, y llamó a su mujer para que le acercara su pistola. Acababa de tener una bronca con el dealer a propósito de una cantidad de cocaína. Lo malo es que cuando la chica llegó Lee Morgan estaba en los brazos de otra. Se puso furiosa, disparó y tuvo buena puntería. Lee Morgan, que este año hubiera cumplido 70 años el 10 de julio, murió antes de que llegara la ambulancia.
Hay 4 Comentarios
"Sidewinder",es el "crótalo".serpiente sonajera de cascabel de los desiertos, como los de ARIZONA.
Bueno fue su novia quién disparó contra él, LEE MORGAN, con lo chulo que era y ligón, y no su mujer, y además a pelo, sin más. Bueno.
Publicado por: GRAMSCIEZ | 24/12/2008 23:29:01
Me has hecho recordar la muerte de mi querida Lady Day, por no nombrar algún otro grande del Jazz.
Parece que además de su maestría para llevar las melodías donde querían, también estaba para dirigir sus vidas de la manera más torpe y en ocasiones absurda.
Quizá es parte de la grandeza del Jazz ese punto entre la improvisación, lo vertiginoso de sus acordes y de sus vidas.
Un saludo
Publicado por: Mónica | 20/02/2008 21:06:36
Vaya manera mas tonta de morir... tanta calidad y talento desperdiciadas por no acordarse que su mujer venia...
QUieres verme perder 60 kilos?
http://sinbarriga.blogspot.com/
Publicado por: Hugo | 04/02/2008 4:47:11
Coincidencias: siempre he pensado que Rosset y Lee Morgan tenían algo en común. Algo así como un clasicismo sin academias o una renovación natural. Si no tienes Song for my father, de Horace Silver, ya va siendo hora. La misma revolución sin estridencias.
Y de Lee Morgan, otras joyas como The Delightfullee Deggie, The Rajah, Search for the New Land.
Qué feliz es la vida con esta música.
Publicado por: Carlos | 31/01/2008 17:38:56