Para domesticar el acontecimiento, explica Jean-Franklin Narodetzki, la memoria reactiva desarrolla cuatro estrategias: la condensación, que roba la palabra al protagonista anónimo y se la entrega a los líderes; el desplazamiento, que empuja a un segundo plano las cuestiones esenciales dándole protagonismo a las secundarias; la figurabilidad, que reduce la complejidad de un fenómeno a unas cuantas imágenes, y la elaboración lineal, que otorga inteligibilidad a una situación imprevisible y abierta a través de un relato con un final rotundo. Lo cuenta Amador Fernández-Savater en la presentación de la colección Mayo del 68, futuro anterior, una ambiciosa iniciativa de las editoriales Acuarela & A. Machado que pretende recuperar, frente a las reducciones simplistas, la complejidad de cuanto ocurrió en Francia hace cuarenta años.
En el primero de los cuatro libros que esta colección rescata, Mayo del 68 y sus vidas posteriores, Kristin Ross escribe: “Hablamos de un movimiento que barrió las categorías y definiciones sociales y forjó unas alianzas y encuentros imprevisibles entre sectores sociales y gente muy diversa que trabajaban juntos para resolver sus problemas de forma colectiva. ¿Cómo es posible que dicho movimiento se reubicara dentro de categorías ‘sociológicas’ tan restrictivas como ‘el medio estudiantil’ o ‘la generación’?”.
Junto a los cuatro libros que integran la colección citada, un ciclo de cine, que han coordinado el propio Fernández-Savater con David Cortés y que se titula Mayo del 68: el comienzo de una nueva época, pretende también que vuelva a circular un poco de aire por lo que ocurrió entonces, liberando así al episodio de los corsés que le revientan sus dimensiones más críticas. Películas de William Klein, Guy Debord, el Grupo Medvedkin de Besançon, y Chris Marker y Mario Marret forman parte de un programa que pretende dinamitar las correas que sujetan el fenómeno. No fue solo una algarada estudiantil que cambió las costumbres de un capitalismo que se estaba quedando viejo, quiso ser otra cosa.
Con los aniversarios ocurre que terminan cansando y, seguramente, el de mayo del 68 no será una excepción. Durante un tiempo la revuelta pasó a un segundo plano, pero eso sólo ocurrió después de que la generación que la protagonizó abusara de su glamour hasta extremos intolerables. El ambicioso trabajo que hay detrás de esta colección de libros y del ciclo de cine invita a salirse de los caminos trillados y, sobre todo, vuelve a poner en órbita diferentes cuestiones, un tanto clausuradas desde la caída del muro de Berlín: ¿es posible hacer política más allá del sarao de los políticos?, ¿quedan caminos por explorar para recuperar el talante antiautoritario y la vocación de justicia y solidaridad?, ¿se han cerrado las puertas del espacio público y ya sólo queda la esfera privada? Y etcétera. Pregunten ustedes mismos, rompan la versión oficial.
Hay 1 Comentarios
Independientemente de lo que diga Narodettzki sobre la memoria reactiva es importante nombrar a la mas intolerable consecuencia de ésta: la de recrearse una y otra vez en hechos pasados que es lo que hacen los 68`s por todo lado del mundo!
La revolución sólo sirve a los que la hacen.
Publicado por: Horacio | 23/04/2008 7:41:21