"El cante es una reflexión sobre la vida. Yo siempre lo he visto como una herramienta que, más que para aliviar las penas o expresar las alegrías, sirve para explicárselas uno y explicárselas a los demás; el alivio viene después, cuando se ha compartido el estado de ánimo. Viene a sustituir a las palabras, porque los pobres siempre han sido de pocas palabras. Fíjate en las letras clásicas: no es que hablen de penas o alegrías, es que son penas y alegrías. Por eso hay que tener tanto cuidado con lo que se canta en el flamenco. No vale cualquier cosa". El comentario es del guitarrista Gerardo Núñez, y forma parte de uno de los diccionarios —junto a los de Enrique Morente y Eva Yerbabuena— incluidos en La voz de los flamencos (Siruela), la colección de retratos y autorretratos que Miguel Mora acaba de publicar. El jueves pasado se presentó en Madrid.