“Es en color”

Por: | 12 de junio de 2009

Vals_con_bashir_08 Al final de Vals con Bashir, la película de animación de Ari Folman que narra la guerra del Líbano de principios de los ochenta, de pronto irrumpen imágenes reales. Son trozos de películas de archivo, de noticiarios de la época seguramente, y no tienen grandes pretensiones artísticas. Más o menos son las mismas imágenes que vemos con relativa frecuencia cada vez que se nos informa de un conflicto: mujeres llorando, expresando su impotencia, dando bocados de furia contra un mundo impasible y terco, indiferente a su sufrimiento. 

Si esas imágenes tienen, por así decirlo, una fuerza letal en la película de Folman es porque antes nos ha ido contando las cosas en otro registro. Los dibujos tienen siempre un aire de inocencia infantil, y puedes ver a esos soldados disparando incansables contra el paisaje, sea lo que sea lo que pueda encontrarse ahí detrás, como si la capacidad de destrucción de sus armas no hiciera mella contra nada. Acaso Folman se ha servido de ese lenguaje y de esos procedimientos porque no encontraba otra manera de enfrentarse a aquellos horrores en los que participó sin enterarse de la envergadura de los mismos, sin asomarse de verdad al dolor y al sufrimiento de los otros. Quién sabe. La película cuenta eso: voy a enterarme de lo que hicimos en aquella guerra, dice uno de los personajes, y se pone a preguntar. La cosa se resuelve en viñetas, donde se utilizan unos cuantos colores (amarillos, verdes, marrones…). Y ahí van los jóvenes israelíes y entran en Líbano y llegan a Beirut. Luego ocurren, en el oeste de la ciudad, las matanzas de Sabra y Chatila, los campos de refugiados donde estaban refugiados los palestinos. Los soldados israelíes están afuera, como turistas que asisten impertérritos al espectáculo del horror, tirando (como mucho) bengalas para iluminar el trabajo sucio de las milicias cristiano-falangistas.

Ves todo eso, y al final salen las mujeres de verdad y los cadáveres de verdad. Joder, ¡qué cosa más seria, qué disparate! Así que me iba acordando de dos libros que cuentan desde los ojos del soldado la calamidad de las guerras (de las de hoy: ejércitos poderosos que masacran a poblaciones débiles que se defienden recurriendo al terror, indiferencia por las poblaciones civiles, ambiente de locura en las tropas que nada saben de lo que hacen…). Uno es el de Arcadi Babchenko, La guerra más cruel (Círculo de Lectores / Galaxia Gutenberg), donde trata de Chechenia, y habla justo de colores:

"Siempre había pensado que la guerra sería en blanco y negro. Pero es en color. No es cierto que los pájaros no canten y que los árboles no crezcan. En realidad, la gente era asesinada en medio de colores brillantes, entre el verde de los árboles y el azul del cielo. A nuestro alrededor la vida brotaba esplendorosa, los pájaros gorjeaban y las flores crecían. Había muertos sobre la hierba, y sin embargo no daban miedo, porque formaban parte de ese mundo de color".

El otro hace referencia a la mirada de esas víctimas inocentes, y es de Hirbet Hiza. Un pueblo árabe (Minúscula), de S. Yizhar. Y se puede aplicar a los palestinos que son evacuados de Sabra y Chatila antes de que se produzcan las matanzas:

"Nos miraban estupefactos, desesperados y con esa pizca de curiosidad que suele aflorar del pavor, de la ofensa, del abatimiento, del desastre y de la sorpresa que causa una desgracia que acaba de ocurrir, y como, al parecer, tenían la impresión de que ahora todo se les iba  aclarar, lo único que esperaban es que pasara algo excepcional y cuanto antes".

Hay 3 Comentarios

Bravo Javier!!! has escrito lo que yo estaba pensando

La guerra. Es un tema tan grande que disuade hacer comentarios sobre esa catastrofe que es matar a otras personas de ese modo, planificado, absurdo. Aun asi hay gentuza como ese jugador de futbol, Cristiano Ronaldo, que dice que le gusta ver el odio en la mirada de otros: !!!deberian mandarlo a una guerra!!!, todo el dinero del mundo no le serviria para quitarse de encima esas miradas, si las sobreviviese.

Anoche vi la pelicula,y me impresiono mas de lo que esperaba,me llamo mucho la atencion los colores,siempre los mismos y el mundo a su alrrededor era todo real.Me dio que pensar,si realmente cosas como estas pueden ser borradas de la memoria,hasta llegar a dudar si ocurrieron realmente.He leido el libro de la guerra mas cruel y tienen la coincidencia de que en ambas situaciones son apenas crios,los que las viven,significa eso que llevan niños a la guerra? en paises supuestamente civilizados? y que ocurre despues con estos chicos,que secuelas les quedan? o simplemente lo borran de su memoria y no ha ocurrido?

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El rincón del distraído es un blog cultural que quiere contar lo que pasa un poco más allá o un poco antes de lo que es estrictamente noticiable. Quiere acercarse a lo que ocurre en la cultura con el espíritu y la pasión del viajero que descubre nuevos mundos y que, sorprendido e inquieto, intenta dar cuenta de ellos.

Sobre el autor

José Andrés Rojo

(La Paz, Bolivia, 1958) entró en El PAÍS en 1992 en Babelia. Entre 1997 y 2001 fue coordinador de sus páginas de libros y entre 2001 y 2006 ha sido jefe de la sección de Cultura del diario. Licenciado en Sociología, su último libro publicado es Vicente Rojo. Retrato de un general republicano (Tusquets, 2006), XVIII Premio Comillas. Correo: @elpais.es.

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