La bruma dorada

Por: | 25 de abril de 2011

Manuel Vicent habla de retablo ibérico para subtitular su último libro, Aguirre, el magnífico (Alfaguara). Seguramente así subraya que, más que una biografía del último duque de Alba, es una colección de momentos de su vida que sirven para contar una parte de la historia reciente de España, la de los años de la transición del régimen franquista a la democracia. Nada que ver con un relato estrictamente político: lo que hace Vicent, más bien, es desplegar una serie de situaciones que desmenuza con su habitual ironía y que pone en escena como síntomas reveladores de lo que ocurrió con buena parte de los afectos, proyectos, ideas, sueños y ambiciones de quienes se vieron embarcados en la vertiginosa transformación de una sociedad acostumbrada a vivir con miedo y que ensayaba, después de una larga dictadura, los desconocidos mecanismos de la libertad. Jesús Aguirre aparece así como la ventana a través de la que mirar un largo proceso durante el que él mismo padece una insospechada fractura, y pasa de confesar, como sacerdote, a un grupo de jóvenes inquietos que pretenden construir el hombre nuevo a reclamar, como consorte de una de las mujeres más ricas del país, un palacio en Venecia y a defender frente a la iniciativa de unos campesinos los derechos de los Alba sobre unas tierras de Extremadura. Curioso viaje el que va de un sitio a otro. Vicent levanta acta de semejante metamorfosis utilizando un fino bisturí para no dejar marcas tras la delicada operación. ¿Fue un acto de arrojo y valentía o simple oportunismo? ¿Hubo algún tipo de traición o solo un lógico cambio de prioridades? ¿Llevaba el cinismo encima desde mucho antes o tuvo que conquistarlo?

Manuel vicent en 1996 bernardo perez 
Vicent (en la imagen, de Bernardo Pérez, en 1996) habla de Aguirre, pero también se ocupa de sí mismo (siempre con discreción, como mirándose a hurtadillas). "Yo quería ser escritor, pero esta obsesión de momento no había dado ningún resultado", escribe. "Creía que bastaba con que a uno le gustaran las gaviotas". Y poco después: "Tal vez ser escritor consistía en saber expresar con las palabras exactas la sensualidad de la bruma dorada que se levantaba y se abría hasta dejar un sol blanco suspendido en la mente. Esa era mi filosofía". Quizá en Aguirre, el magnífico se aplica a hacer exactamente eso: a expresar con las palabras exactas no ya la belleza de una bajamar sino los secretos movimientos que se produjeron en el reverso de los hechos de aquellos años de la Transición. En el lado de la sombra, en los despachos del fondo donde se baraja con las cartas del deseo y la ambición, con los materiales con que se construye la vida.

Jesus aguirre y cayetana de alba en 1978 marisa florez 
Así pues, Vicent no se detiene ni en las lecturas ni en los escritos ni en las ideas de Jesús Aguirre (en la imagen, con Cayetana Alba cuando en 1978 anunciaron su próxima boda; la fotografía es de Marisa Flórez) durante ese largo periodo en el que se fue inventando como sacerdote de izquierdas, ni abunda en cómo congenió con quienes se estaban moviendo para cambiar España. No hay alusión alguna al contenido de sus sermones en la iglesia de la Ciudad Universitaria, ni se sabe de qué iban sus artículos en El País, ni hay noticias del catálogo que armó en Taurus. Vicent apunta a otra parte: quiere contar esa "bruma dorada" que su mirada construye. Aguirre viajando por la Selva Negra con un joven amigo en la época en que estudiaba teología en Múnich. Aguirre en el Palacio de Liria, donde "hablaba ya como un volteriano" y con unos zapatos que "tenían el empeine de lonilla color manteca con hormas y remaches de cuero marrón arañado y cordones con botonaduras doradas". Aguirre en la estación de Santa Justa de Sevilla, en la última etapa de su vida, cuando le pide que le lleve la maleta.

Pequeños momentos que resumen una época. El libro está lleno del ruido de la historia, de los zarpazos de aquellos días: el asesinato de Enrique Ruano, Carrero Blanco volando por las alturas, la llegada a los socialistas al poder. También están algunos amigos de Vicent, cuyas vidas sufrieron también insospechadas fracturas: fueron radicales contra todo y nada y luego se hicieron a los lujos de una izquierda acomodada. Jesús Aguirre fue hijo de madre soltera en una provincia de la dictadura y, al final, se convirtió en duque de Alba. Vicent vuelve a tocar la música de ese recorrido. Y es verdad que todo el rato se oyen risas y bromas e ingeniosos chascarrillos, pero al fondo late una melodía triste, melancólica, profundamente herida por los rasguños del tiempo.

 

Hay 6 Comentarios

QUE se hace con estos VICHOS, che?
Estám ciegos y lo demas es risa. Los negros, no so todos iguales. LOS TERRORISTAS SI
Vos COMO se los explicarías?
(APUESTO A QUE YA LO HICISTE Y NADA! NO?

Excelente reseña José, muchas gracias.

Rojo:

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Lo más inteligente que he leído sobre el libro de Vicent.

Contradiciendo la afirmación, tras una pregunta que no por lícita muestra la desorientación histórico-política del sujeto,yo por contra, pienso que EL PERSONAJE de Jesusito del "buen-pastor" que guarda lo prestado para comérselo después por mérito propio,es una buena muestra, simbólica y muy material,de la trayectoria, impostura y ascensión, de un amplio sector de la "infra-intelligentsya" hispánica post-guerracivilista que se "opuso", a lo "Mayo-68", al regimen para compartir sus resultados político-económicos( logros indudables para los vencedores y sus élites empresariales)tras sus alianzas, maridajes y demás asociaciones en aventuras lucrativas( EL PAIS, es un ejemplo), de esta forma "legitimando" su paso transicional, sin coste y de limpieza, frente a una amplia "pequeña-burguesia", real o aspirante a serlo,educada en la escuela reglada y sentimental del Franquismo.tal y como fue, ¿por qué no habrían de reclamar su derecho a compartir las mieles en pie de igualdad con sus competidores, si el favor fue mutuo?
¡Ésta es la historia de la transición, 1974-82, sociata-monárquica!

¿Para qué había de ocuparse el Sr Vicent de las lecturas, los escritos, las ideas o la labor editorial de Jesús Aguirre? Lo que le interesa es, efectivamente, la "bruma dorada" que, como Zeus sobre Dánae, hará descender sobre su bolsillo en forma de euros contantes y sonantes un público enajenado por la telebasura y ávido de chismorreos malintencionados. Nada me extrañaría que acabara participando en "debates" sobre su libro en programas como La Noria o Sálvame. Que le aproveche.

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El rincón del distraído es un blog cultural que quiere contar lo que pasa un poco más allá o un poco antes de lo que es estrictamente noticiable. Quiere acercarse a lo que ocurre en la cultura con el espíritu y la pasión del viajero que descubre nuevos mundos y que, sorprendido e inquieto, intenta dar cuenta de ellos.

Sobre el autor

José Andrés Rojo

(La Paz, Bolivia, 1958) entró en El PAÍS en 1992 en Babelia. Entre 1997 y 2001 fue coordinador de sus páginas de libros y entre 2001 y 2006 ha sido jefe de la sección de Cultura del diario. Licenciado en Sociología, su último libro publicado es Vicente Rojo. Retrato de un general republicano (Tusquets, 2006), XVIII Premio Comillas. Correo: @elpais.es.

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