Mi historia es mi vida

Por: | 08 de junio de 2011

En una sala del Guggenheim de Bilbao se puede visitar estos días, dentro de la exposición El intervalo luminoso, la instalación Küba del artista turco Kutluĝ Ataman. Son cuarenta televisores, cada uno de ellos colocado encima de uno de esos típicos muebles concebidos para sostener semejantes aparatos y situados frente a un sillón, todos distintos, todos un poco cutres, comprados en tiendas de segunda mano, con esas marcas tan particulares que tienen las cosas vividas y que revelan en su muda presencia la atmósfera del mundo del que proceden. En cada televisor hay una persona que habla de su vida y cuenta su historia, sus historias. Un anciano recuerda que su padre mató a alguien y que su hermano también mató a otro y que, por tanto, se tuvo que ir, y habla de las dos mujeres que tuvo y explica que fue panadero y que fue pastor y que luego abrió un negocio. Lleva un jersey lleno de dibujos geométricos en tonos marrones y la cortina que se ve detrás del sofá desde el que habla en medio del salón de su casa tiene unas inmensas flores rojas. Un joven con barba sugiere que muchas de las muertes de sus amigos por inhalar propano fueron suicidios encubiertos y hay otro, en cambio, que cuenta que le gustaría comprarse una casa, instalarse, encontrar un trabajo. Una mujer madura habla de su alcoholismo y otra, kurda, confiesa que está muy preocupada por su hijo menor: "es muy obstinado", dice, y teme que se embarque en algún lío político y que lo metan preso o lo maten. Un niño transmite su entusiasmo por el fútbol y otro joven explica que, si se buscan drogas, en aquel lugar las hay de todos los tipos y formas. De un televisor a otro, en una sala poblada por un murmullo permanente, que no acaba nunca, esas personas que ha filmado Kutluĝ Ataman se agarran a sus historias y las exponen con todo detalle. Es lo que tienen, es en realidad lo único que tenemos todos: una vida que contar.

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Kutluĝ Ataman nació en 1961 en Estambul, y muchas de sus obras forman parte de las colecciones de algunos de los grandes museos del mundo (el MoMA, la Tate Gallery…), ha participado en las citas artísticas más relevantes (Documenta, Bienal de Venecia, de Sao Paulo…), ganado prestigiosos premios y es uno de los artistas y directores de cine asiáticos con mayor proyección internacional. En buena parte de sus trabajos se ocupa, como hace en Küba, de los caminos que siguen los hombres y las mujeres para construir su propia identidad, y cómo se desenvuelven en los terrenos pantanosos que separan la realidad de la ficción. En Paradise (2006), por ejemplo, filmó a una serie de personas hablando de su idea del más allá, y en Twelve (2004) recogió los relatos de seis miembros de una comunidad aleví que se pronuncian sobre la reencarnación. Women Who Wear Wigs (1999) es una videoinstalación con los testimonios de cuatro mujeres turcas que se ven obligadas a llevar siempre pelucas y en Column (2009), que forma parte de su serie titulada Dramaturgias de Mesopotamia, se inspira en la columna de Trajano para colocar 42 televisores con los rostros silenciosos de los habitantes de un pueblo de la Turquía oriental: un homenaje a la postergación económica, política y social de Anatolia.

La idea de que la decadencia, la destrucción y la descomposición pueden ser motores idóneos para la creación es central en la exposición del Guggenheim, que ha comisariado Katherine Brinson y que reúne obras de más de 30 artistas procedentes de la D. Daskalopoulos Collection. Hay piezas de nombres de referencia de los ochenta y noventa, como Louise Bourgeois, Mike Kelley, Paul McCarthy o Robert Gober, pero también propuestas de figuras nuevas como Paul Chan o Wangechi Mutu. William Kentdridge se sirve de tres pantallas para proponer un singular recorrido por el cuerpo humano, Thomas Hirschhorn levanta un sorprendente pasadizo “cavernícola” con materiales de deshecho, John Bock despliega desde las entrañas de un coche unos tentáculos que contienen las más diversas basuras  domésticas e industriales, Mona Hatoum ha montado un inquietante rectángulo repleto de bombillas… Y, bueno, está Küba, con sus cuarenta televisores emitiendo otras tantas historias personales e intransferibles.

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Kutluĝ Ataman pasó una larga temporada en Küba (en la imagen, algunas de las personas que participan en la obra), una barriada de chabolas de los suburbios de Estambul, para filmar esas vidas. En todas ellas hay una violencia latente y pobreza, dolor, marginación. Y sueños y proyectos. Y, vaya, ese adolescente está contando que se ha enamorado de una chica que juega al baloncesto y que no le hace caso. ¿Les suena? Hay cosas que, por diferentes que sean las personas y los lugares, parece que pasan en todas partes.

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La force du soleil naissant.

Quand le
souffle du
soleil trasforme
l'harmonie en
un chant silencieux
je sens, dans
la mer, la voix
perpétuelle d'une
rime délicate.

Francesco Sinibaldi

Hola, bueno esta es la primera vez que doy click al País y que leo detenidamente algo que me llame la atención como lo es este blog y esta entrada. Sí, acabo de descubrir el rincón del distraído.

Sólo quiero decir que esta entrada es tan bonita, quisiera tener una tele así en un lugar especial para hablar de mi vida, aunque no sea tan emotiva. Uno siempre puede hablar, pero hacerlo de esa forma resulta emocionante. Tantas veces he pensado que aunque somos tan distintos en todo el mundo, muchas cosas nos hacen parecernos, esas emociones primarias.

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Sobre el blog

El rincón del distraído es un blog cultural que quiere contar lo que pasa un poco más allá o un poco antes de lo que es estrictamente noticiable. Quiere acercarse a lo que ocurre en la cultura con el espíritu y la pasión del viajero que descubre nuevos mundos y que, sorprendido e inquieto, intenta dar cuenta de ellos.

Sobre el autor

José Andrés Rojo

(La Paz, Bolivia, 1958) entró en El PAÍS en 1992 en Babelia. Entre 1997 y 2001 fue coordinador de sus páginas de libros y entre 2001 y 2006 ha sido jefe de la sección de Cultura del diario. Licenciado en Sociología, su último libro publicado es Vicente Rojo. Retrato de un general republicano (Tusquets, 2006), XVIII Premio Comillas. Correo: @elpais.es.

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