Se compara con bastante frecuencia el desolador paisaje de nuestros días con los tiempos convulsos de los años treinta del siglo pasado. La crisis económica que estalló en 1929 desató una larga cadena de trastornos, que empobrecieron a millones de familias, y provocó una serie de episodios conflictivos que, de alguna manera, estuvieron detrás de la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial. Lo que no tiene sentido es hacer comparaciones facilonas o establecer nexos causales donde no los hay. Por eso conviene volver sobre aquel periodo para despejar la tentación de establecer paralelismos que no siempre son afortunados. Una buena fórmula es acudir a los libros. Por lo que se refiere a cuanto sucedió en este continente, el año pasado el historiador Julián Casanova publicó en Crítica una rigurosa síntesis de esa época crucial. Europa contra Europa, 1914-1945 se sumerge en las complejas tramas de aquel periodo y permite, con un afán pedagógico que lo honra y con un pulso narrativo muy efectivo, hacerse una idea bastante completa de lo que ocurrió entonces. No es fácil resumir en 200 páginas la crisis y el desarrollo de la llamada Gran Guerra, la revolución bolchevique, la llegada del fascismo a Italia, la crisis de la República de Weimar y la emergencia de la arrolladora maquinaria del nacionalsocialismo o, en fin —entre otros sangrientos y no tan sangrientos episodios—, la trágica deriva a la que llevó el fallido golpe militar de Franco y otros militares rebeldes en España. Casanova lo consigue: combina la narración e interpretación de los hechos con abundantes citas que les van dando color y con las imprescindibles cifras que impiden cualquier especulación gratuita. El 28 de julio de 1914 Austria declaró la guerra a Serbia y, unos años después, aquel mundo de vastos imperios territoriales gobernados (casi todos) por monarquías hereditarias se había ido a pique.
La sucesión de conflictos fue vertiginosa. Pronto el mundo entero se llenaba de sangre con la guerra que estalló tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo. No había pasado mucho tiempo cuando la monarquía de los Romanov caía estrepitosamente en Rusia y se abría un periodo de vandalismo, crímenes, saqueos y violencia generalizada: la chusma ajustaba cuentas de siglos con la nobleza. La República de los Soviets de Trabajadores no tardaría mucho en consagrarse a la violencia para combatir a sus enemigos: "La revolución, la guerra, el terror, el hambre y las enfermedades llevaron a la tumba a diez millones de personas entre 1917 y 1922", escribe Casanova (la foto es de Gorka Lejarcegi) a propósito de lo que ocurrió en Rusia.
La violencia formaba parte de la atmósfera de la época. La idolatraban los jóvenes y la celebraban algunas vanguardias artísticas. En Italia se galvanizó alrededor del fascismo. Mussolini concentró todo el poder en enero de 1925 y pronto la aceptación popular consagró su autoridad a través de la fórmula "credere, obbedire, combattere". En Alemania, la frágil República de Weimar entró con la crisis económica en un fulgurante proceso de descomposición. En julio de 1932, los nazis obtuvieron más de trece millones de votos: el 37,4% del total. La mayoría procedía "de los distritos rurales, de las pequeñas y medianas ciudades, de los terratenientes y medianos propietarios de tierra". El 30 de enero de 1933, Von Hindenburg entregó el poder a Hitler. El nuevo canciller contaba con un partido de masas totalmente subordinado y podía disponer de la violencia de su organización paramilitar que reunía a cientos de miles de hombres armados. No iba a pasar mucho tiempo para que Alemania se quitara la espina del Tratado de Versalles, y se aplicara a conquistar el mundo. Polonia fue invadida en septiembre de 1939. La aniquilación de los judíos empezó poco después.
Todo suena a sabido: Rusia, Italia, Alemania, la Guerra Civil en España y la brutal represión de la dictadura; los totalitarismos del siglo XX; la debilidad de las democracias; la brutal crisis económica y sus aciagas consecuencias. Todo suena a sabido (lo que no siempre es asÍ), pero todo vuelve a tomar vida en el libro de Casanova con el rigor que procede de una síntesis ágil y que recoge las últimas investigaciones. Se dice que conviene conocer la historia para no volver a repetirla. Quizá no sirva de mucho ser tan solemnes o ambiciosos: jamás se repite la historia tal cual, los hechos suelen enmascararse para presentarse con el brillo de la novedad. Hay que conocer lo que ha pasado simplemente para tener mejores herramientas para entender el presente. Este libro las ofrece. Y, créanme, son cada vez más necesarias en un mundo que naufraga al tiempo que arrincona los viejos saberes. Lo que ocurrió entre 1914 y 1945 confirma que la peor pócima es la que mezcla miedo e ignorancia. El mejor caldo de cultivo para la explosión de los peores y más letales populismos nacionalistas.
Hay 4 Comentarios
Querido José Andres, históricamente, la historia siempre se repite auqneu con matices. Las lecciones del paso no sirven.
Un abrazo, Verónica
Publicado por: Veronica Ormachea | 01/12/2012 13:34:45
Aunque la historia no evolucione del mismo modo lo que está claro es que los ciclos se repiten, y lo más triste de todo es que es la ignorancia de la gente lo que lo permite.
Publicado por: pinganillos baratos | 28/11/2012 18:45:21
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Publicado por: ★★BLOG ELIMINAR LA GRASA ABDOMINAL★★ | 28/11/2012 17:38:56
Absolutamente de acuerdo con el redactor de este blog. En contra de las apariencias, la Historia nunca evoluciona del mismo modo por mucho que se produzcan determinadas coincidencias, que deberían ser atribuidas a, eso sí, las similitudes entre los intereses de los individuos de todos los tiempos. Soy historiador y economista, desde las dos disciplinas se realizan análisis que pretenden igualar la crisis del 29 con la actual, incluso con los gráficos de las cotizaciones bursátiles (por mucho que éstos desmientan la hipótesis). Nuestras circunstancias actuales son diferentes y, en un mundo globalizado, la evolución de la crisis y sus consecuencias son, aún, impredecibles. Si disponen de un minuto les invito a conocer un blog que pretende narrar, desde un punto de vista humorístico y escéptico, unas crónicas de la austeridad. Un saludo cordial.
http://lluviaderatones.blogspot.com.es/
Publicado por: Juan | 28/11/2012 17:09:43