Lo sentimos. Suecia no es un paraíso. No. Es un país carcomido por la imposibilidad de un sueño, dominado por la ineficacia de un Estado gigantesco y burocratizado, feo, en el que la policía es un mal necesario. En el mejor de los casos. Ese es el esquema que, siguiendo su estilo habitual, desarrollan Maj Sjöwall (1935) y Per Wahlöö (1926-1975) en su décima y última novela, Los terroristas, que el jueves publica RBA y de la que hoy adelantamos en exclusiva el primer capítulo.
Escrita y publicada por primera vez en 1975, la última obra de los padres de la novela negra social, de los fundadores de la corriente nórdica de la ficción criminal (que tan buenos y malos resultados literarios ha dado hasta hoy) Los terroristas es una novela impecable, un retrato certero de tres formas de terrorismo y, sobre todo, una crítica despiadada de un país que no es como nos lo han contado.Publicada en el año de la muerte de Wahlöö, marido y compañero en la tarea de escribir y en el activismo político y social de Sjöwall, iba a ser de todas formas la novela que cerrase la carrera de su detective.
Por cierto, un apunte. Padres de la novela negra sueca que no están siempre muy contentos con sus hijos. En una excelente entrevista que publicamos mañana a Maj Sjöwall realizada por Aurora Intxausti, la escritora confiesa que no le gusta Henning Mankell porque es aburrido y le falta humor. Ahí queda eso.
Lea el primer capítulo de Los terroristas.
Se trata, pues, de la última aventura de Martin Beck, un policía con una vida sentimental sin sobresaltos, separado de Inge, enamorado de la vital Rhea. Beck es un inspector meticuloso, genial, tenaz, que ha ganado en matices y cicatrices a lo largo de las 10 novelas de la serie, pero a quien, como bien dice el maestro Dennis Lehane en el prólogo de esta edición , “su carga de melancolía no le lleva al grado de autocompasión masoquista que tan a menudo enmascara la cosmovisión trágica del clásico héroe duro”.
La oscura muerte de un productor de cine porno que se aprovechaba de adolescentes incautas; el destino de la pobre Rebecka Lind, una joven que sabe muy poco del funcionamiento del sistema y termina atrapada y destrozada por él y una trama de terrorismo internacional con senador conservador estadounidense incluido se entrelazan a lo largo de las páginas de Los terroristas para conformar un conjunto adictivo, envolvente, algo frío a veces, es lo que tienen los nórdicos, pero con buenas dosis de humor y mucha calidad.
La trama terrorista, con la banda criminal, ultraprofesional e internacional ULAG dedicada en cuerpo y alma a generar el caos que beneficie a los regímenes racistas, domina la segunda parte de la novela, que mejora en cada página. Pero, como en otras obras de Sjöwall y Wahlöö lo interesante es que los autores utilizan la seguridad, la lucha contra el terrorismo y el puro devenir de la acción para realizar una crítica destructiva sobre la sociedad sueca de la época.
He aquí algunos extractos deliciosos (La traducción de esta excelente edición es de Elda García Posada).
“Gran parte de la policía metropolitana eran considerados unos corruptos, unos matones ignorantes o unos sinvergüenzas en uniforme que se dedicaban a dar órdenes estúpidas y brutales (...) "Detrás de todo esto gobernaba un partido que se hacía llamar socialdemócrata, pero que, con los años (recordamos que estamos en 1975) ya no era ni socialista ni democrático, ni en la pequeña medida en que lo había sido siempre, y cuyo nombre constituía una cortina de humo cada vez más delgada para un puro poder estatal capitalista” (...) "Hoy en día, el estado de abatimiento de Martin Beck se debía más bien al hecho de ser consciente de que él era un oficial de relativo alto rango en una sociedad donde nunca nada parecía mejorar".
Suecia es, además, siempre según los autores, un sitio feo de feos amaneceres y un país insolidario que construye una central nuclear a media hora en ferry de sus vecinos daneses. Y todo esto en los setenta, en plena era Olof Palme, histórico primer ministro al que no tienen empacho, no en la novela, sí cada vez que han hablado, de calificar de “estafador”. Lo extraño es que los creadores de Martin Beck hayan sobrevivido tanto tiempo en ese infierno.
Como me decía el escritor Maurizio de Giovanni en una entrevista reciente “descubrir que tras la fachada linda y limpia existe el mismo odio y muerte que existe en otros sitios, quizás sea un alivio”. No sé si un alivio pero, muchas veces y esta es una de ellas, sí una auténtica gozada literaria.
Hay 47 Comentarios
Carlos: muchas gracias por tu comentario. Efectivamente, también pensé en el 4.7 para justificar la concordancia. De todas formas, creo que es el típico caso difícil (la lingüística no es una ciencia exacta y la lengua evoluciona constantemente), y haciendo una ronda de consultas, hay a quienes les suena mejor y a quienes peor. A los que les "chirría", están en su derecho a señalarlo: lo que no entiendo es la acritud con que algunos lo hacen. Del mismo modo que tampoco entiendo la acritud de determinados comentarios dirigidos al autor de este artículo (creo que sobraban perlas como por ejemplo "la estás cagando lindo") ni a los autores de la novela. Estos, independientemente de que se pueda estar de acuerdo o no con su ideología y con la visión que dan de la Suecia de los años 70, están considerados clásicos dentro de la literatura sueca en general (no solo dentro del género negro), la utilización que hacen del lenguaje ha lllevado a que el Diccionario de la Real Academia Sueca cite a menudo frases suyas como ejemplos ilustrativos de vocablos, y, en definitva, tienen virtudes literarias innegables: entre otras, la ironía y el sentido del humor (que tanto echa de menos Maj Sjöwall en sucesores como Mankell, según la entrevista publicada ayer en este mismo blog; humor que concretamente en este último libro de la serie alcanza proporciones farsescas en pasajes absolutamente hilarantes), el ritmo, y una magnífica construcción de los personajes (en particular de Martin Beck) que hace de la lectura de sus libros una delicia. Por supuesto, para gustos, los colores: pero entre discrepar y pasar a la descalificación personal hay un trecho...
Publicado por: Elda | 25/01/2013 13:20:19
Elda: aunque la traducción es correcta, la explicación a la que te remites para justificar la concordancia, creo que no es exactamente la que buscas. Es más bien el punto 4.8 (Sujeto de cuantificador + de + sustantivo en plural) y no el 4.7 (los sujetos colectivos). La oración "Gran parte de la policía eran considerados unos corruptos...." en mi opinión es una oración con el verbo en voz pasiva "eran considerados", a la que le faltaría el agente (por la gente, por el público, etc) con complementos predicativos "unos corruptos, unos matones"... El hecho de que quede mejor en plural es porque lleva complementos predicativos... No habría atributos porque no es una oración copulativa, sino una pasiva del verbo "considerar".
Entonces, según la RAE: "Los sustantivos cuantificadores son aquellos que, siendo singulares, designan una pluralidad de seres de cualquier clase; la clase se especifica mediante un complemento cuyo núcleo es, normalmente, un sustantivo en plural: la mitad de los animales, la mayoría de los profesores, una minoría de los presentes, el resto de los libros, el diez por ciento de los votantes... La mayor parte de estos cuantificadores admiten la concordancia con el verbo tanto en singular como en plural, dependiendo de si se juzga como núcleo del sujeto el cuantificador singular o el sustantivo en plural que especifica su referencia, siendo mayoritaria, en general, la concordancia en plural: «Hacia 1940 la mayoría de estos poetas había escrito lo mejor de su obra» (Paz Sombras [Méx. 1983]); «La mayoría de los visitantes habían salido» (Marías Corazón [Esp. 1992]); «Una veintena de personas ocupaba la sala» (Chavarría Rojo [Ur. 2002]); «Una veintena de curiosos observaban de lejos a un piquete» (PzReverte Maestro [Esp. 1988]); sin embargo, cuando el verbo lleva un atributo o un complemento predicativo, solo es normal la concordancia en plural: «La mayoría de estos asesinos son muy inteligentes» (Mendoza Satanás [Col. 2002]); «La inmensa mayoría de las casas permanecían vacías» (Savater Caronte [Esp. 1981])."
Saludos cordiales, Carlos Ibero
Publicado por: Carlos | 24/01/2013 12:23:25
http://www.youtube.com/watch?v=EZ0GYlIVqts
Publicado por: subliminal | 23/01/2013 22:38:17
Deseas tener la oportunidad de expresarte de una manera diferente en la red y a su vez ver como se expresan otros usuarios, cada uno con su propia esencia? Escribir y escribir es lo único que se hace en esta plataforma: http://www.towmin.com [para darse de alta hay que escribir :D]
Publicado por: Towmin | 23/01/2013 22:10:00
La opinión de dos claros integrantes del gremio de los de la ceja, en este caso suecos, lo que se llaman "izquierdas de Volvo" (jamás una uña rota o negra), sobre una época determinada de la historia sueca (hace décadas, ya que estamos) no confiere a este libro carácter de dogma sobre el asunto. Es como si le preguntáramos a José Luis Pérez Díez, de ERC, sobre su opinión de España como un todo, o a Farruquito sobre moral y ética. Y lo que dijeran tuviera carácter de ley. Hora de espabilarse y terminar de crear dioses simplemente por que comparten la ideología del autor de la nota; un poco de honestidad intelectual, por favor...
Publicado por: AES - Barcelona - España | 23/01/2013 21:12:49
Esperaba un comentario como el de Fredrik, que agradezco porque da una respuesta impecable a un artículo en que la literatura no parece sino un pretexto para criticar la socialdemocracia y presentar lo que son referentes reales y modelos sociales que funcionaron como mitos irreales, y todo ello, asómbrense, en base a una novela negra escrita en los setenta y de cuyos autores nos ha dado unas pinceladas adecuadas Fredrik.
El tiro por la culata, Juan Carlos Galindo.
Publicado por: Esquilador | 23/01/2013 21:01:25
Gracias a todos por tan interesante debate. Conozco Suecia, aunque no he pasado largas temporadas allí. Tengo una opinión bien formada. La que pongo aquí es la que dan los autores. Y lo especifico. Tanto cuando hablan de lo que consideran la sociedad sueca y sus fallos como cuando hablan de Olof Palme. Y a los que insisten en lo del traductor, decirles que lo he corregido a las 9 de la mañana. Un saludo a todos.
Publicado por: Juan Carlos Galindo | 23/01/2013 20:25:43
"Y cuyo primer capítulo hoy adelantamos en exclusiva" habría sonado infinitamente mejor, y más en un blog de Cultura.
Publicado por: T. Rible | 23/01/2013 20:10:46
Que lástima leer un artículo que no se si trata de ser crítica literaria o intenta hacer un analisis de la Suecia del 75 que es, sí diferente de las Suecia del 2013. No se cual es el punto pero debo decir que el autor debería informarse un poco más primero del background de ambos novelistas (hubo muchos como Bergman y Lindgren que al igual que Depardieu ahora) se sintieron ofendidos por pagar impuestos y se volvieron enemigos del gobierno sobre todo de Palme; la coyuntura sueca de los 70´s no due tan simple blanco y negro como se pinta en la novela, gracias a la social democracia cuando yo naci y creci en Estocolmo entre los 60-70's mi madre espanola pudo criarme con seguridad gracias al acceso a salud y educacion gratuita que le brindo el estado sueco por tener una pareja sueca (mi padre) y si hubiera sido inmigrante tambien hubiesemos tenido los mismos beneficios. Como sueco me indigna leer una Suecia mal descrita y criticada por gente que no tiene idea de como funciona las cosas aquí y me da verguenza ajena, que algunos espanoles critican los sitemas nórdicos como si los conocieran a fondo, suena mas a envidia que a una rigurosa y sincera critica, y para terminar este par de escritores, que se hacia llamar comunistas nunca vivieron como comunistas, muchos del vänster partiet los criticaron porque eran comunistas de boca para afuera, es muy largo explicar todo el contexto pero por favor sean mas serios al lanzar artículos, informense más y si no saben sobre lo que escriben mejor no publiquen. La Suecia solidaria y social democrat aesta agonizando ahora, gracias a los Moderados y su coalicion lo mas cercano a su PP, senor Galindo porque no escribe sobre la novela negra espanola y el espantoso aparato de poder espanol dirigido por el PP que no conoce términos como bienstar social, derecho a la educacion y salud gratuita y solidaridad, seguro tendra mejor idea para hablar sobre eso sue para hablar sobre mi país.
Publicado por: Fredrik | 23/01/2013 20:07:12
Madagascar, Marzipan, no se trata de que la traducción sea buena o no; es algo mucho más básico. Se trata de que la traducción es un vehículo indispensable para leer cualquier texto cuyo autor ha redactado en un idioma que el lector desconoce; y casualmente, el traductor también es autor según la L.P.I; así que merece que su nombre se cite con el mismo derecho que el autor original. Por otra parte, quienes ignoran la existencia del traductor, también suelen ignorar que, con más frecuencia de lo que sería deseable, muchos fallos que aparecen en la edición final no los ha cometido el traductor, sino algún editor o corrector que no sabe hacer su oficio; del mismo modo que un mal traductor se puede cargar un buen texto, un mal corrector se puede cargar una buena traducción.
Publicado por: KV364 | 23/01/2013 19:36:13
Madagascar y Marzipan: según las normas de concordancia de la RAE, en el caso de los sujetos de nombre colectivo, cuando van en oraciones cuyo atributo no es un adjetivo, sino un sustantivo (en este caso un adjetivo sustantivado y dos sustantivos), tanto el verbo como el atributo van en plural: «Esta gente son asesinos» (Universal [Ven.] 7.4.97). V. http://lema.rae.es/dpd/?key=concordancia. En todo caso, las otras dos opciones propuestas por Madagascar son igualmente correctas y es posible que, si hubiese dispuesto de más tiempo para la revisión, hubiese optado por una de ellas. "Tanto hablar de los traductores": el problema es precisamente que no se habla, salvo para señalar una (supuesta y discutible) incorrección. Y ello se añade a las condiciones perentorias en que tenemos que trabajar, com plazos cada vez más cortos ,y ni reconocidos ni pagados. Ojalá esta sea, en una novela de 450 páginas, la única cosa que "chirrríe": me temo que las habrá peores. Y esta es la razón por la que quienes nos dedicamos a un oficio tan ingrato, a pesar de todo agradecemos las sugerencias y críticas: cuando son constructivas...
Publicado por: Elda | 23/01/2013 19:31:10
Todos saíamos que en el Norte están podridos menos los paletos, que son la lacra de España. De Alemania también.
Publicado por: OSkarchen | 23/01/2013 19:06:17
Pues la traductora será excelente, pero para muestra un botón. Estoy de acuerdo con madagascar, chirría.
Publicado por: Marzipan | 23/01/2013 19:05:57
Juan Carlos, es mejor que escribas de Golf, tu deporte favorito, o de España que conoces bien. Pero si no conoces Suecia no comentes lo que no sabes. Porque la estas cagando lindo.
Publicado por: Ana Cristina Mora | 23/01/2013 17:53:52
bueno, pues yo después de 14 años viviendo en Suecia, no sé de que me está hablando esta reseña...
"Lo sentimos. Suecia no es un paraíso. No. Es un país carcomido por la imposibilidad de un sueño, dominado por la ineficacia de un Estado gigantesco y burocratizado, feo, en el que la policía es un mal necesario."
eso es crítica literaria? vive el que Juan Carlos Galindo en Suecia para poder hacer esa nota tan drástica? qué datos maneja? pues que yo sepa, es una novela policiaca y no un libro de historia o estudio de sociología...
Beck y el universo en el que vive, que es una obra literaria de Sjöwall y Wahlöö y no una realidad con datos, no debe ser sacado de su contexto literario y generalizado tan extrañamente por este crítico. Personalmente, viendo que Suecia, el país en el que vivo y del que soy ciudadano, pues no entiendo de qué habla este artículo...
Eso sí, la novela, como todas las de la serie, es genial.
atentamente.
Publicado por: Carlos | 23/01/2013 17:18:38
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Publicado por: Adela | 23/01/2013 17:16:10
Vaya, vaya... ahora resulta que San Olof Palme era un criptofascista. Lo que hay que ver... y yo sin enterarme.
Publicado por: gramaticus | 23/01/2013 16:45:13
El autor del artículo parece estar aliviado de tener en sus manos las pruebas de que ningún modelo es digno de confianza.
De alguna manera le ayuda pensar que lo que pasa y ha pasado en España pasa en otros lugares, incluso nórdicos.
Pues, quizás, pero es cuestión de proporción. Los suecos critican cosas de su estado que en España no llegarían ni siquiera a la página de sucesos de "El Caso".
Cualquiera que haya vivivdo es Suecia se da cuenta que las relacciones entre las personas, y entre las personas y la administración son indiscutiblemente más fluidas y menos violentas que en la Europa del sur.
Publicado por: Blas | 23/01/2013 16:37:25
"Gran parte de la policía metropolitana eran considerados unos corruptos..." Con todos mis respetos... a mí esta frase me suena a cuerno quemado... ¿no debería decir: "gran parte de la policía metropolitana era considerada corrupta", o bien "gran parte de los miembros de la policía metropolitana eran considerados unos corruptos, o bien "gran parte de los policías metropolitanos eran considerados corruptos"?
Tanto hablar de traductores... la reseña que insertan en esta mini-crítica me parece sencillamente letal para hacer lectores.
Publicado por: madagascar | 23/01/2013 15:16:40
No Suecia no es el paraíso. El paraíso es España.... elparaíso para los mangantes,los chorizos y los corruptos.
Es que también, hay que joderse...
Publicado por: Juan | 23/01/2013 14:58:05
Dice Max Sjöwall que no le gusta Henning mankelll poruqe es aburrido y le falta humor. Bien, a mí, precisamente lo que me fascina de las novelas de Wallander es precisamente eso, que un personaje tan depresivo, con una trama a menudo inconsecuente y llena de reuniones rutinarias, comida rápida en restaurantes anodinos, visitas al médico, viajes en coche de aquí para all´ña por una región no demasiado extensa, consultas al termómetro para saber que jersey hay que ponerse, y rutinas aburridas por el estilo, una s novelas repletas de estos elementos sean capaces de engancharme e interesarme, a pesar de ser, adem,ás, unos tochos considerables.
Sobre lo de que no tiene sentido del humor, sin embargo, estoy de acuerdo. De ahí que mi asombro sea aún mayor.
Publicado por: Jonan | 23/01/2013 14:40:07
Leo algunos comentarios y flipo en colores. Desde confundir o no saber (o querer, que para el caso es lo mismo) que la opinión de un señor no es la de PRISA), hasta identificar a Corea del Norte a quien critique cosas de Suecia. Una presunta ironía no vale como salvoconducto en este último caso, aunque me la voy a permitir yo: es una paradoja decir que en Suecia hay criminales pero no personajes como Guindos.Y estos serán de los que vayan exclamando a diestro y siniestro que no nos merecemos a estos políticos, cuando se comportan exactamente como ellos. Como bufanderos.
Por mi parte, gracias Sr. Galindo, quizás haya ganado un par de lectores como poco para estos dos escritores.
Publicado por: J | 23/01/2013 13:39:27
Aplaudo la corrección de Galindo. Apúnteselo para la próxima reseña.
Publicado por: Gabriel | 23/01/2013 13:16:57
Por fin la última novela de la mejor serie de novela negra que he leido. Antes de criticar la visión que dan de la Suecia de los 60-70 mejor leerse los libros
Publicado por: Ant | 23/01/2013 13:08:52
Me asalta una curiosidad... ¿la novela no tiene traductor?
ISP
Publicado por: Íñigo Sánchez Paños | 23/01/2013 13:03:56