El escritor Toni Hill sigue con su crónica diaria de lo que ocurre en BCNegra en clave de ficción.
Un forma diferente de acercarse a la actividad de la que estos días se convierte en la capital mundial de la novela negra. El festival sigue con la presencia, inevitable, de los autores nórdicos y crece la obsesión de nuestro protagonista hacia Julia.
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Y Julia llega por fin, con ese aire lánguido y relajado que la caracteriza. Son las seis y la sala está prácticamente llena, así que debe conformarse con un asiento en las últimas filas. Le está bien empleado, pienso, al tiempo que respiro aliviado al ver que viene sola, sin desconocidos de manos largas que la acompañen.
Los siguientes autores proceden de Noruega y Finlandia y los presenta un escritor de Barcelona de nombre poco barcelonés, Toni Hill. Anne Holt, llegada desde Oslo, aborda en su novela “Lo que esconden las nubes oscuras” un caso de malos tratos infantiles. Es una mujer enérgica, que habla con claridad, contundencia y una pizca de humor. El finlandés es Antti Tuomainen, y ha situado su obra, “El Sanador”, en un Helsinki devastado por las consecuencias del cambio climático. En ese entorno de resonancias kafkianas, palabras del presentador, un poeta intenta encontrar a su mujer desaparecida a la que ama con locura.
La mención del amor, de ese sentimiento poderoso y a la vez lacerante, me lleva irremediablemente a levantarme de la silla y dirigirme hacia el fondo de la sala, donde está Julia. No me basta con saber que está allí. Necesito verla de cerca: leer en su rostro si está contenta o triste, esperanzada o taciturna. Me quedo de pie al final de su fila de sillas y la observo de reojo. A primera vista solo parece cansada pero enseguida su rostro cambia. Se ilumina, y no solo por el brillo de la pantalla del móvil que tiene delante sino por una sonrisa radiante que posee un significado inconfundible. Él va a venir. O, mejor dicho, ya está aquí.
Julia se levanta y se dirige hacia mí, casi me aparta en su afán por salir. Y, claro, allí, en la puerta, la espera él. Noto un sudor que me hiela la frente y por un momento temo desmayarme. Cierro los ojos y, poco a poco, me voy recuperando. Debo hacer tan mala cara que un caballero se me acerca para indicarme que hay un asiento libre, más adelante, ofrecimiento que rechazo porque aún no sé si deseo quedarme. Es obvio que ella no va a volver.
Permanezco de pie. La mesa ha sido ocupada por dos mujeres, una inspectora jefe de la Policía Nacional y una autora, Alicia Giménez Bartlett. Dan la impresión de ser amigas y comprendo lo útil que resulta a los cultivadores de este género poder contar con amistades que les proporcionen detalles técnicos que luego ellos amplían y retuercen con su imaginación. Se me ocurre que deberían contar también con algún aliado en el bando contrario: en la Mafia, en los cárteles de traficantes de drogas, o incluso algún conocido de rasgos psicópatas que les hablara de primera mano sobre lo que es el ansia de matar.
A pesar del malestar que me invade, sonrío. La autora es simpática y me encantaría ofrecerle mis experiencias si algún día las necesita.
Hay 1 Comentarios
muy bueno hoy también la verdad
jeje
me vas a tener enganchado un dia más :))
saludos
Publicado por: pinganillos | 07/02/2013 22:24:24