Cada autor modela a su gusto cómo debe ser el detective encargado de escarbar entre la basura que generan nuestras acomodadas sociedades. Los hay de toda clase y condición pero el de Don Winslow acaba de cumplir 11 años y está sin blanca. Nada en él resulta destacable. ¡Mejor!, la capacidad para pasar desapercibido entre la multitud es una buena cualidad para un carterista. Pero la vida es una mierda y cuando uno cree haber sacado unos cuantos pavos llega el tipo que te persigue se quita el brazo y te lo lanza a la cabeza. Claro que la cosa puede arreglarse y lo que en principio huele a fracaso puede ser el inicio de una gran amistad:
- "Quieres un trabajo?", le pregunta el manco que ya ha recuperado la prótesis
-"Sí,cuándo empiezo"
Así fue como Neal Carey consiguió un puesto para trabajar en Amigos de la Familia, una organización dedicada a tapar los trapos sucios de los amos del mundo. Un soplo de aire fressco, que ahora publica en español Mondadori, es la primera novela del autor de El poder del perro y con ella inaugura una serie, dedicada a este peculiar investigador. Winslow, que parece dominar todos los registros, no decepciona tampoco aquí. La novela contiene unas buenas dosis de acción, diálogos chispeantes, una buena historia de amor y, lo mejor, un detective que prepara el posgrado de literatura y que sueña con dar clases de literatura. Su carrera, todo hay que decirlo, la costea la Familia, pero Neal sabe que siempre debe estar disponible para ellos. Por eso, ahora, con 26 años recién cumplidos, cuando lo reclaman para buscar a la descarriada y mimada hija de un senador que tiene altísimas aspiraciones políticas, no duda en salir de la cama de su amante y aplazar los exámenes finales hasta la siguiente convocatoría.
La busqueda de la niña transcurre entre Nueva York y Londres en los años ochenta del pasado siglo. A través de las páginas de Un solplo de aire fresco viajamos al underground de la capital británica, donde el punk y las drogas más duras parecen haberse adueñado de todos los antros donde se expende música para saltar, esa que anima a chocar unos cuerpos contra otros e impregnarse con el sudor del contrario.
Con continuos flash-back, Winslow nos va relatando la vida de Neal y la trama en la que se ve envuelto. La noche, los camellos y los politicos que, en realidad son lo contrario de lo que pregonan, juegan un papel importante. Memorables las páginas donde Joe Grahan, el famoso manco, convertido en preceptor de Neal y en su padre putativo, lo instruye en las artes del buen ¡detective! y que, básicamente, pasan por aprender a moverse haciendo menos ruido que una sombra, llevar a cabo un seguimiento, lo mismo de frente que de espaldas o escalar edificios. Cada lección incluye un pequeño truco pero eso mejor descubrirlo en el libro. Todo ello conjugado con información de Tobias Smollet el autor elegido por Neal para su tesis y una de sus obras fundamentales, Las aventuras de Peregrin Pickle.
Un soplo de aire fresco forma parte de Rojo & negro, colección dirigida por Rodrigo Fresán en la que se abarcan todas las texturas del género. La idea, según su director, es mostrar que el llamado arte de matar, además de un arte, nada tiene de simple. Precisamente la primera novela de la colección fue El poder del perro, la particular versión de Winslow sobre el tráfico de drogas que no en vano fue bautizada como El padrino en versión narcomex.
Pie de foto: Johnny Rotten, líder y cantante del grupo punk de música los Sex Pistols, durante un concierto celebrado en Londres.
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Escritor novel convoca un concurso literario y gana el primer premio. http://rubeskeitel.blogspot.com.es/
Publicado por: Rubes Keitel | 24/02/2013 21:10:47