¿Hay un estilo literario de mujer?
Esta es la pregunta que nos reunió recientemente en el Instituto Cervantes de Toulouse, y la suerte quiso que el debate coincidiera con la concesión del Nobel a Alice Munro. La candiense no es solo una gigante de las letras. Mal que nos pese el eterno debate sobre el género, reconozcámoslo, es también una gigante del universo de la mujer, y este premio es una fiesta para los que creemos que la mujer está infrarrepresentada en galardones, cargos e instituciones. Elvira Lindo recuerda que la hija de la Nobel, Sheila, cuenta en Vida de madre e hijas. Creciendo con Alice Munro que cuando ella y sus hermanas entraban en el cuarto de la plancha, donde ella solía escribir, su madre retiraba su cuaderno para dar a entender que hacía algo tan prosaico como la lista de la compra. Que ellas eran prioridad. Rosa Montero aporta una reflexión interesante con la que coincido: "Cuando un escritor hace una novela protagonizada por un hombre se considera que está hablando del género humano, pero cuando una mujer escribe una novela protagonizada por una mujer, se considera que está escribiendo sobre las mujeres. No es así. Todos, escritora o escritores, hablamos sobre el género humano". Y la muerte de Doris Lessing alienta de nuevo el debate.
Pero en el intenso y divertido debate de Toulouse, dentro del Festival Polars du Sud, la escritora Reyes Calderón, Georges Tyras (catedrático en Grenoble y traductor de Vázquez Montalbán) y quien suscribe hablábamos de novela negra, y en ella hay que reconocer que el factor hombre/mujer es mucho, mucho más acusado, especialmente en lo que se refiere al universo que retrata.Pero vamos por partes. Primero haremos un test. Después, cinco propuestas para la reflexión.
Primera pregunta. ¿Hay un estilo en la literatura de mujer? En una escala de 0 a 10, pongamos un 6. Es decir, sí, pero muy poroso, elástico, tanto como la clase social, la procedencia o la edad. La sensibilidad que exhala Tana French o Kathy Reichs tiene elementos distintos a los de Connelly, Connolly o Black.
Segunda pregunta. ¿Hay un impulso especial por ser mujer? En una escala de 0 a 10, pongamos un 8. Es decir: creo que, sin duda, sí. Estoy tan segura de que la motivación que te empuja a escribir está redoblada por el hecho de ser mujer como de que esto se trata de una convicción, de que no lo puedo demostrar.
Tercera pregunta. ¿Hay una calidad especial en la literatura de mujer? En esa escala de 0 a 10, pondremos un 0. Evidentemente no hay una relación.
¿Hay una mirada de mujer? Sí. Esta respuesta marca un 10. Vamos a explicarnos. Debo reconocer que me animé a escribir novela negra, entre otras razones, espoleada y cabreada por lecturas masculinas que me alentaron a buscar, reflejar y disfrutar de mi universo en negro, diferente al que describe la mayoría de los hombres, y que creo más actual, más real, de mujeres capaces de sacar brillo a su cerebro más allá de su habilidad para despertar con sus escotes los deseos acuciantes de investigadores maduros con la copa entre las manos. Me pasó igual que con la comida. Paladeo la pasta con erizos de Montalbano y las cervezas y -no tanto- los fish and chips de Tana French en Dublín, pero aprecié desarrollar una trama entre platos de boquerones y tortilla de patatas. Mi mundo no es Sicilia ni Dublín, como tampoco lo es el de los hombres misóginos o solitarios. Adoro a Camilleri y su Montalbano, adoro a Vázquez Montalbán y su Carvallo, adoro a Connelly, a Black y muchos otros. Y sin embargo me “harté” de leer cómo babeaban ante mujeres sinuosas de pechos abultados con inteligencia escasa o, con algo de suerte, casual.
Intentar contar el nuevo universo en el que muchas mujeres toman cada día decisiones, a veces entre jefes y compañeros que siguen observándolas con desdén, era demasiado tentador.
He intentado definir una lista provisional y apresurada de las características de la literatura de mujer. Con dudas. No significa que los hombres no las compartan, solo simplemente que en las mujeres, sean autoras o protagonistas, son más abundantes. A veces, como simples herramientas más conscientes. No son verdades. Son propuestas para la reflexión.
1. Empatía con otras vidas. Tana French en Faithfull Place inyecta una trama en una saga familiar en la que el lector acaba sintiendo compasión por casi todos sus miembros, desde el detective Frank a su madre descuidada y también víctima, o por cada uno de sus hermanos, los buenos, los malos y los peores. No hay bien y mal absoluto en ninguno de ellos. Solo hay reacciones distintas, algunas tipificadas en el Código penal, pero casi todas comprensibles en una vida miserable sin una oportunidad. El alcoholismo, el abuso, el maltrato, el amor, el desamor y la traición provocan altas dosis de comprensión de la actuación de cada personaje hasta la desazón.
2- Frescura. El desparpajo de la antropóloga Brennan moviéndose entre los miembros y restos humanos desperdigados de un vuelo estrellado en Canadá o entre las ruinas sospechosas de un lugar abandonado quita el hipo. Puede que sufra, pero el desaliento se lo guarda dentro como todo aquel que ha luchado por llegar a una meta antes vedada.
3. Mirada distinta, distinta sensibilidad. Un personaje de Alice Munro (recuerda de nuevo Elvira Lindo) dice que cuando un hombre sale de su habitación, todo lo ocurrido queda ahí. Cuando sale una mujer, lo ocurrido sale con ella. Es un gran recurso por parte de la Nobel de Literatura ponerlo en boca de uno de los personajes, porque simplificar es errar. Pero el universo complejo y generalmente silencioso de la mujer, la relación de ideas que teje en su mente, la preocupación por no gustar, por no encajar, por no triunfar, por no valer, por no elegir, posiblemente le ha dado herramientas para captar las razones de la debilidad.
4. La vulnerabilidad queda acentuada. Hay un personaje femenino elaborado con un acierto y valentía que han sido claves para su éxito comercial, independientemente del género: Lisbeth Salander. La pequeña sueca flaca y maltratada, architatuada, cargada de piercings, bisexual, residente en los recovecos más marginales de la sociedad en el país del bienestar fue el contraste que sirvió a Stieg Larsson para forjar una nueva imagen de ese país. He ahí un personaje que permanecerá. Triste, seria, golpeada, y sin embargo imbatible. La vulnerabilidad sufrida le ha hecho extremar sus dotes para salir del fango. El investigador de las novelas policiacas siempre tiene heridas viejas, graves puntos de vulnerabilidad nunca del todo superados. Cuando se trata de una mujer, todo eso es aún más fácil. La propia talla física menor y la debilidad serán fortalezas si están bien tratadas.
5. El machismo como blanco de la risa, de la ira, o como acicate. Las investigadoras, o las investigadoras que me gustan, suelen tener una ventaja sobre sus compañeros: no pierden el tiempo alardeando de su vida sexual.
La primera vez que un periódico se ocupó de Alice Munro, en 1961, el periodista tituló la entrevista: “Ama de casa encuentra tiempo para escribir relatos”. Era The Vancouver Sun. Lo más probable es que la entrevista la hiciera un hombre y que hoy, 50 años después, la hiciera una mujer. ¿Y cuál sería el título hoy? No nos atreveríamos, pero “periodista/economista/escritora encuentra tiempo para ser madre”. Porque la verdadera heroicidad, tengámoslo claro, sigue siendo conciliar.
Hay 16 Comentarios
Mi intención no es recomendar no la novela cubana del genéro erótico sentimental Las Mil Y Una Ping. Solamente hacerles una invitación a leerla. Gracias
http://www.amazon.com/Las-mil-una-ping-er%C3%B3tica-sentimental-ebook/dp/B011KE75EI
Publicado por: Mayda Saborit | 29/09/2015 23:04:53
PERDÓN. Le he dado a enviar el comentario antes de terminar de escribirlo. Decía que esa venganza (matar al hijo para vengarse del progenitor), que tan masculina es y tan frecuente cuando se trata de que sea el padre el que mate a los hijos para venganse de la madre, es muy raro encontrarla escrita desde el otro lado del espejo y por una escritora mujer (y feminista, eso se palpa). Historias (novelas) tan complejas y renovadoras como ésa sólo pueden serlo (complejas y renovadoras) si el asunto de la maternidad-paternidad-parricidio nos lo cuenta ahora una mujer consciente de su realidad como mujer y dispuesta a subvertir las bases del patriarcado. Claro, claro que existe una literatura de las mujeres. Negarlo es negar que sea necesaria y/o diferente. Y es necesaria y es diferente. Hablar sólo de la buena o la mala literatura no nos aclara el debate. Es una simplificación absurda que sólo se usa para tratar de esconder las barreras que a mí, qué más quisiera yo, me encantaría no esconder, sino derribar. En la novela que os comento, por seguir con el ejemplo, hay dos niveles de venganza, la que podríamos llamar, pero falsamente, privada y la venganza política, pública, revolucionaria de un tal GRUPO PARA LA GLOBALIZACIÓN DE LA DESTRUCCIÓN, que se propone hacerle pagar a los países ricos (quemando sus parques naturales) la destrucción de los bosques de los países pobres (la Amazonía). Bien, pues la descripción de la investigación policial para tratar de encontrar a la cúpula de este Grupo, toda la segunda parte de la novela, es un tratado magnífico sobre lo que el feminismo ha podido aportar, probablemente sin quererlo, como teoría de análisis de la realidad, a los cuerpos de élite de las policías internacionales. Otra espléndida demostración de que hay historias políticas (no sólo hagreñas) que sólo pueden ser contadas (completas) por las mujeres protagonistas. El silenciamiento histórico de la voz de las mujeres en la literatura (como de la voz de los hambrientos y analfabetos africanos) nos ha privado de conocer la otra mitad de nosotras/os mismos. Es una voz diferente y es necesaria. Para nosotras es imprescindible. Y eso es la literatura.
Publicado por: María de la Revolución | 03/12/2013 20:50:23
El punto de vista, sí, justamente, eso es lo que hace literatura a la literatura. Y por eso, mientras el mundo siga siendo, en sus fundamentos, machista, el punto de vista de las mujeres será distinto del de los hombres. Se me dirá que también tendrá un punto de vista distinto del mío al obserbar nuestra realidad española (sin ir más lejos) un emigrante negro que llegó en patera, Y será cierto. Pero si ese emigrante negro y pobre es machista, su punto de vista se parecerá mucho al del opulento obispo de Granada que publicó CÄSATE Y SÉ SUMISA y al de la italiana que escribió el libro completamente alienada como mujer. Quiero decir que lo que existe es el machismo y la pobreza y lo que nos diferencia a unas y a otros es el punto de vista que adoptemos frente a esas realidades. Las mujeres somos sujetas protagonistas de la observación de nuestra propia realidad y las únicas voces autorizadas para construir nuestra revolución. Se admiten amigos y compañeros solidarios, pero no voces cantentes que nos suplanten, ni siquyiera para ayudarnos. Dicho lo cual, en plan declaración de principios (necesaria, petinente, como si hubiéramos retrocedido a los años 70), creo que, por poner el ejemplo de lo último que he leído, una novela (deslumbrante, por cierto) como LA VENGANZA DE FILOMELA Y PROGNE, una interpretación así del mito de Ovidio, tan moderna, tan "negra" y tan lúcida, sólo puede estar escrita por una mujer. Sólo una mujer (y sólo contemporánea, ni siquiera de hace un siglo) es capaz de profundizar desde un punto de vista tan nuevo en uno de los mitos más complejos (narra la violación que comete un hombre, Tereo, contra su cuñada Filomala, y la venganza que urden ella y su hermana Progne contra él; una de un hombre y la venganza contra él de dos mujeres que matan al hijo propio y lo cocinan para servírselo en bandeja al padre) y sirviéndolo de comer al padre y violador)
Publicado por: María de la Revolución | 03/12/2013 20:20:23
El debate es, obviamente, otro: ¿cómo reacciona la mujer que escribe, las escritoras, ante toda una corriente machista que llega a dudar incluso de su capacidad para hacer literatura y tener un estilo propio? ¿Cómo influye eso en su trabajo?
Publicado por: HjorgeV | 30/11/2013 8:09:50
¿EXISTE EL AGUA QUE MOJA?
El otro día en el gimnasio, escuché a una mujer decir:"Es que yo a los hombres me los conozco de ida y vuelta". ¿Puede una mujer ser especialista en hombres?, pregunté al aire, pero para que me escucharan. Los presentes me quedaron mirando raro. Las mujeres enojadas, algunas curiosas. La mayoría de hombres, satisfechos. "Claro", dijo la mujer. "¿Por qué lo pregunta?" Porque siempre me ha extrañado, respondí, que los curas se muestren expertos en cuestiones de sexo y matrimonio y las mujeres en el tema masculino. "¿Tiene algo en contra?", me preguntó la mujer. No, de ninguna manera, respondí. Y es que no solo sea porque creo que los mismos hombres no nos entendemos, sino que siempre me ha llamado la atención de que 'ninguna' mujer reconozca siguiendo esa misma lógica, que los hombres podamos ser expertos 'en' mujeres. Quise explicarle que lo mismo valía para los hombres, pero su irritación ya era mayúscula y lo dejé. No me entendió. Bueno, pues. De la misma forma: ¿qué sentido tiene preguntar si hay una literatura de mujer? En todo caso, tanto sentido como preguntar si hay una literatura de hombre o una literatura de madrileños, monjas, futbolistas o pederastas. Es, por lo menos, ridículo y delirante que toda una institución académica se dedique a 'dilucidar' si existe un estilo literario de la mujer. ¿Hará lo mismo para dilucidar si existe un estilo literario de-el hombre? ¿Existirá? ¿Existe el agua mojada? Qué dudas bien pagadas, dios tuyo.
Publicado por: HjorgeV | 30/11/2013 7:59:04
Comparto que hay buenos y malos libros... pero al mismo tiempo si existen diferentes sensibilidades del que lee.
Las que quieran leer pequeñas historias eróticas, aquí una buena dirección:
Publicado por: Alan | 28/11/2013 0:42:24
Muchas gracias por todos los comentarios. Luisa: creo que los mejores contemporáneos hoy del género que a mí me gustan más son: Camilleri, Benjamín Black, Connelly... La lista es grande. Qué tipo te gusta? Tal vez así te pueda recomendar mejor.
Si lo que buscas es una protagonista mujer: Kathy Reichs es interesante.
Intentaré ir contestando a los demás, gracias
Publicado por: Berna | 22/11/2013 19:13:17
Después de conocer a Lisbeth Salander ,nada de lo que leo me es tan atractivo. Por favor me pueden sugerir a otro/a autor/a de novela negra que supere a lo logrado por Stieg Larson? Gracias
Publicado por: luisa hernández | 22/11/2013 19:05:49
Muy interesante la entrevista. Por 3 décadas se ha descrito lo que escribo como 'demasiado femenino', eso no impidió que recibiera premios en Argentina y Chile. Mi Trilogía es "sobre/por/para mujeres" como la describió el critico Español quien tuvo comentarios muy positivos. Y el WASP (white-anglosaxon, protestant) que reviso mi libro en EEUU concluyo q las 3 protagonistas y su discurso eran 'banales'. Posteriormente descubrí que habían hojeado y no leído integralmente la novela. Tal vez pensó que revisar 432 paginas era demasiado trabajo para lo que le pagaron? Tomo todo esto como un desafío. Ser resilientes es lo que caracteriza a las mujeres y yo estoy orgullosa de mi genero.
Publicado por: nuria garcia arteaga | 21/11/2013 11:35:44
Muy buen post. Y sí, el problema es conciliar, por supuesto. Y Lisbeth Salander es como es porque no tiene ese problema. Está sola, si tuviera pareja o hijos o alguien a quien amar no podría actuar como actúa. En Los intocables, la familia de Elliot Ness es amenazada por Al Capone. Él les pone a salvo, pero en ningún momento le pasa por la cabeza dejar de perseguir a Capone. "Conciliar" no es una cuestión para él. Si Ness hubiera sido una mujer, ¿habría actuado igual?
En "Carnaval" una obra de Jordi Galcerán, un psicòpata secuestra a un niño y amenaza con asesinarlo. Quien le persigue es una comisaria. Al final el niño aparece vivo con una nota: "solo hice eso para demostrarte que puedo hacerlo. El próximo será tu hijo. Deja la policía, vete a tu casa o mataré a tu hijo". Y ella deja la policía.
Publicado por: jordi | 19/11/2013 9:42:06
No hay literatura para hombres o mujeres. Hay buenos y malos libros. Sin más.
http://elmejorhumorinteligente.blogspot.com
Publicado por: Luna | 19/11/2013 8:13:11
Un artículo genial. Me gusta mucho la novela policíaca. El personaje de Lisbeth Salander es fantástico. Últimamente estoy leyendo todas las novelas de Camila Läckberg y me encanta, es muy recomendable leer sus novelas. ¿Hay una especia de boom en la novela policíaca sueca, o es mi impresión?
http://www.laplumadepandora.com
Publicado por: Dora | 18/11/2013 15:52:05
"babeaban ante mujeres sinuosas de pechos abultados con inteligencia escasa". De acuerdo con lo de babear, puedo aceptar sinuosas, no hay pruebas sobre los pechos abultados pero inteligencia escasa se lo ha sacado usted de la manga.
Y Lisbeth Salander ejemplo de literatura de mujer? Pues tambien Brigid O'Shaughnessy o Sancho Panza lo son.
Publicado por: jmms | 18/11/2013 13:38:50
SI se refieren a novela negra para chicas es la última moda. Bebés, cunitas, partos, matar a papi, un par de asesinatos pero poco cruentos y un par de inspectoras feas pero aseadas en su punto de cocción, muchos hijos en plan Camilla y ahí tiene su novela para chicas chick lit.
Publicado por: Luis | 18/11/2013 12:14:34
Si lees a Virginia Wolf o a Katherine Mansfield, que no se someten a las reglas de una novela de género, te das cuenta de que hay una forma especial de literatura femenina que nada tiene que ver con lo que la mayoría de la gente piensa que es literatura femenina.
Muy buen post. Recomiendo la lectura de Alexandra Marinina, género negro en Rusia...
Publicado por: Lucía | 18/11/2013 11:02:47
Muy buen post!! Lo de conciliar es nuestra tarea pendiente. Y cada día está más complicado!!
http://areaestudiantis.com
Publicado por: AreaEstudiantis | 18/11/2013 9:28:18