Elemental es un blog eminentemente literario, pero muchas veces me da rabia no tener la oportunidad de adentrarme en otras facetas del mundo del crimen. Vicente Garrido y Nieves Abarca acaba de publicar El hombre de la máscara de los espejos (Ediciones B) un entretenido thriller con el que se puede aprender mucho de este submundo y, sobre todo, de los procedimientos policiales y criminológicos.
Garrido es profesor universitario, una eminencia criminológica y el primer experto en España en elaborar un perfil criminal para ayudar a capturar a un asesino. Abarca es especialista en perfiles criminales y ha realizado estudios de anatomía patológica y medicina legal. Con estos currículos se pueden imaginar sus respuestas a preguntas como cuáles son los cinco grandes asesinos de la historia o sobre la psicología del serial killer. Hablamos con ellos, por mail y con respuestas elaboradas por los dos como si fueran uno, sobre su libro y sobre la realidad del crimen en España. He aprendido mucho. Espero que disfruten.
CONCURSO: Ganen un ejemplar del libro.
PREGUNTA : ¿Los criminales son estúpidos?
RESPUESTA: Desde luego, hay criminales estúpidos, y otros inteligentes, como en cualquier otro ámbito de la vida. Pero si la pregunta se refiere a los asesinos, la mayoría son relativamente fáciles de descubrir. El 90% de los homicidios en España son aclarados por la policía. Los asesinos en serie con una dosis alta de inteligencia son escasos. Cuando son difíciles de detectar normalmente es por la dificultad intrínseca de atrapar a alguien que mata a desconocidos sin un motivo lógico o aparente. Dicho esto, es seguro que existen asesinos en serie, en cualquier país, que incluso logran evitar que se detecte que existe una vinculación entre sus diferentes asesinatos… lo que constituye el mayor éxito de un asesino de esta naturaleza.
P: ¿A qué se debe ese furor en la novela negra española por los asesinos y los psicópatas si vivimos en un país con un historial pobre en este sentido?
R: Hay más asesinos en serie de los que se piensa en este país. Pero en realidad ese tipo de criminales fascinan a toda la sociedad occidental por lo que tienen de transgresor, del mito del lobo feroz que surge de la nada y te destroza sin que puedas hacer nada para evitarlo. El psicópata es el gran villano desde que la civilización se trasladó del campo a la ciudad. Los psicópatas —que, obviamente, no tienen por qué ser asesinos en serie— se mueven como serpientes en la política, en la banca, en el trabajo, arte, en el amor, y no son fáciles de detectar. Los asesinos en serie nos fascinan porque alimentan nuestro morbo, lo prohibido, el miedo a regresar a casa de noche y no llegar a meter la llave en la cerradura a tiempo. Porque a casi todos nos fascina el mal, y la representación del mal en esta etapa está protagonizada por el psicópata. Y literariamente dan mucho más juego que cualquier otro tipo de delincuente.
P: ¿Cuál es el caso real de los últimos tiempos que más les movería a hacer una historia de ficción?
R: En el extranjero, el coronel Russell Williams, el asesino en serie con la mayor graduación militar en la historia, jefe de la base de la OTAN en Trenton, Canadá. Después de años de robar ropa interior de las mujeres, pasó a violar y finalmente matar de forma sádica a mujeres que vivían cerca de su casa. En España el caso de la niña Asunta encierra interrogantes angustiosos para todo criminólogo, donde se mezcla el terror y secretos de familia.
P: Michael Connelly explica así el fenómeno de los asesinos en serie en EE UU: “No sé por qué se da en esta medida. Supongo que es porque este es un país grande, con mucho sitio para esconderse. Tiene muchos espacios abiertos y en esos espacios abiertos crece el miedo.”. ¿Están de acuerdo? ¿Cómo explican que el fenómeno se dé más en EE UU que en el resto del mundo?
R: EEUU es un país, en efecto, muy grande, pero también muy competitivo y despiadado; mucha gente se ve privada de apoyo humano y camina sin rumbo por la vida…, donde el materialismo y el consumo tienen un profundo efecto despersonalizador. Hay muchos mundos en Estados Unidos, pero es fácil pensar que ese particular culto al dinero y al placer excite a sujetos psicológicamente poco empáticos, sin un grupo social que le dé estructura y hábitos saludables de vida. Por otra parte, piénsese en la facilidad de conseguir armas de fuego, lo que aumenta el potencial destructivo de los sujetos inclinados a la violencia, y los asesinos en serie no tienen por qué despreciar esa ventaja.
P: ¿Qué le pasa a una sociedad que genera en sus entrañas a tipos como Ted Bundy?
R: Bundy pertenece a la época dorada del asesinato en serie en EEUU: los años 70…, representa al killer que puede ser nuestro vecino, simpático e inteligente, y es un reflejo de la profunda ansiedad y desconcierto que vivió ese país después de los esperanzadores años sesenta… no se olvide que un film como Taxi Driver es de aquella época, y simbolizaba bien la paranoia y el miedo que corrió libre en aquellos años.
P: Una maldad : Digan los cinco grandes asesinos en serie de la historia y por qué ocupa cada uno ese lugar.
1. Ted Bundy. Es el asesino en serie moderno, inteligente, cruel y pervertido, viajero, escurridizo. Inspiró a Thomas Harris el Lecter de sus novelas.
2. Erzsébet Báthory. La condesa sangrienta de Europa, que se bañaba en la sangre de innumerables doncellas de la villa… Un icono del asesino en serie histórico, ¡y además mujer!
3. Jack el destripador. Inicia el asesinato serial en la ciudad industrial que alumbra la sociedad del siglo XX. Y porque es un mito imperecedero.
4. El doctor Holmes. Construyó una casa del horror como nadie nunca hizo después, en los albores del siglo XX, donde perecieron un número indeterminado de mujeres que acudían a vivir la vida en un Chicago que se preparaba para la Exposición Universal del fin de siglo. Con pasadizos, suelos que se abrían, laberintos y cámaras selladas, construyó un auténtico parque temático del terror.
5. Charles Manson. Marcó una época, y su sombra todavía es alargada, desafiándonos desde la cárcel. Nos recuerda el poder hipnótico que pueden llegar a tener los asesinos sobre otras personas.
P: ¿Se han encontrado cómodos escribiendo a cuatro manos? ¿Cómo han planteado la novela?
R: Todas nuestras novelas presentan una estructura compleja, como ríos que al final confluyen en cierto modo.
P: En El hombre de la máscara de espejos hay violencia. No hay recreación malsana en esa violencia, pero sí pasajes crudos. ¿Cómo han tratado este aspecto? ¿Se han puesto algún límite?
R: Siempre tenemos miedo e intentamos controlarnos. Necesitamos encontrar el punto exacto: no ser demasiado blandos, pues es una novela negra y tiene que mostrar lo peor de la sociedad, pero ha de mostrar la violencia de un modo casi atrayente, y no caer jamás en el gore, que a ambos nos desagrada. Nos gusta sugerir más que mostrar, aunque a veces tengamos que ser crudos. Y lo que más nos gusta es crear incomodidad en el lector, ese momento en el que está leyendo algo que le gusta a la vez que le parece aborrecible.
P: En España, al menos todavía, no se mata a gente para colgarla de un puente como le ocurre uno de los personajes. ¿No tuvieron miedo de alejarse de la realidad, de parecer demasiado ‘peliculeros'?
R: Lo de ese personaje (NOTA: en la entrevista surgió el nombre, que eliminamos para evitar spoliers) está basado en el caso de Roberto Calvi, el banquero del Ambrosiano que apareció colgado de un puente en Blackfriars. No es un lugar muy lejano, es Londres...No, nosotros pretendemos hacer que parezcan reales fantasías oscuras y enfermizas, no tenemos miedo de parecer peliculeros, estamos escribiendo novelas, no haciendo documentales. La trama y la escritura han de tener un ritmo que no le permita al lector plantearse ese dilema. ¿Están siendo muy imaginativos? No me puedo imaginar a Dumas preguntándose si estaba siendo demasiado fantasioso. Por ejemplo, la trama del prólogo, la del Peluquero...¿es muy peliculera? Luego vimos el caso del Pederasta de Ciudad Lineal y se nos pasaron las dudas.
P: ¿Cómo les ha afectado o influido su perspectiva profesional a la hora de escribir la novela? Está claro que da realismo a algunos aspectos pero, ¿Tuvieron reticencias a la hora de utilizar mucha información? ¿Miedo a que fuera una novela de criminólogos?
R: Lo cierto es que no. Siempre pusimos por delante las características literarias del thriller o de la novela negra; teníamos claro que la criminología debería limitarse a la aportación investigadora de los protagonistas y nunca debería ocupar el lugar de una buena trama o de la correcta creación de los personajes.
P: Valentina Negro es uno de los grandes valores de la novela. ¿En qué se han basado para crearla?
R: Nos basamos en personas normales y corrientes. Trabajé (Garrido) muchos años en la Policía Local y en la comisaría había mujeres atractivas, fuertes, de gran belleza. Consideramos que es muy machista que casi sea obligatorio que una policía tenga que ser fea o madre, como si una mujer hermosa y soltera no pudiera empuñar una pistola como cualquier otro miembro de las fuerzas de seguridad.
P: ¿No creen que hay un déficit de personajes femeninos potentes en la novela negra española?
R: Creemos que hay bastantes personajes femeninos potentes, pero a veces puede que los autores no arriesguen más para no parecer políticamente incorrectos.
P: ¿España es un país violento?
R: No. Es muy poco violento. Si hablamos de homicidios, está en el 25% inferior de la lista de países que contabilizan fiablemente este delito. Si hablamos del robo con violencia en la calle, del atraco, entonces sí, España está entre los primeros de Europa.
P: Garrido fue el primero en elaborar un perfil psicológico de un ‘malo’ ¿Cuánto se ha evolucionado la criminología en ese sentido?
R: La criminología vive un momento de gran expansión universitaria que, por desgracia, no se corresponde con la rentabilidad que las instituciones extraen de los alumnos graduados. Por diferentes razones, hay pocos puestos de trabajo en las diferentes policías o en las Administraciones para los criminólogos, lo que es un hecho lamentable. Por lo que respecta al ‘profiling’ el adelanto en los últimos 15 años ha sido notable, y hoy en día existen unidades de Ciencias de la Conducta (donde se realiza esta labor) en la mayoría de los países del mundo Occidental y también empieza con fuerza en América Latina y Asia.
P: ¿Cuánto daño les ha hecho C.S.I?
R: No mucho… Avivó el interés por la Criminología, aunque sea confundiendo ésta con la Criminalística…
Hay 4 Comentarios
"Los asesinos en serie nos fascinan porque alimentan nuestro morbo".
Eso será lo que le ocurre al entrevistado. A muchas mujeres los asesinos en serie no nos dan ninguna clase de morbo. Más bien cabreo. ¿No será que la novela negra, con su consabida y aburrida trama, entretiene esa fascinación?
Publicado por: Barrow Owen | 30/11/2014 12:09:33
Excelente descripción del pensamiento abstracto de los asesinos en serie, apasionante si se tiene en cuenta que también aquí en España se ha desarrollado ciertas conductas que no dejan de ser sorprendente.
Véase(El arropiero,El Mesón del Lobo, La asesina de ancianas .etc .etc. Creo que ningún país del mudo esta exento de poseer por desgracia a este tipo de psicópatas.
Publicado por: josep manel lopez peña | 30/11/2014 9:40:53
Charles Manson nunca fue condenado por asesinato...
Publicado por: Anonimo | 28/11/2014 15:51:46
Interesantísima entrevista!
Publicado por: Isabel | 28/11/2014 13:54:43