Puede que el protagonista no sea lo que parece y que el asesino no resulte ser el que temíamos, pero este espacio sí lo es. Un blog de novela negra para comentar y compartir críticas e informaciones sobre clásicos y novedades del género. Realizado por periodistas de EL PAÍS de distinto origen pero con una pasión común.
Es complicado establecer una fecha para la novela negra: su nacimiento, el arranque del género, una ubicación más o menos precisa. Se convierte en misión cuando el interés puede con la curiosidad. Encuentro entre William C. Gordon y Claude Mesplède. Autor de novela de género y estudioso del tema, respectivamente. Se desmadeja todo, como una trama, y el mecanismo deja de parecer intrincado. Todo queda claro tras una conversación de dos días.
Francia y EE UU. Dos hombres. Toulouse y San Francisco. Dos personas que descubrieron y se preguntaron, cada uno en su momento y situación, por el Juez Dee. Que quisieron establecer un orígen a su pasión compartida. Y lo hicieron.
NOTA DEL COORDINADOR: Hoy traemos una crítica irreverente, por decir algo y quedarme corto, de ese excelente lector y mejor persona, aunque quiera aparentar lo contrario, que es Sergio Vera. Además, este loco es el responsable de Las casas ahorcadas, que ha vuelto a juntar para este abril un plantel excepcional. Aquí tienen más información.
POR SERGIO VERA
Esta no es una reseña más de una novela policíaca más. Porque esta novela no es una novela policíaca. Esta novela es de una colección de terror.
Viernes 00.10 de la noche. Sede de la escuela de negocios EADA en Collbató, a los pies de Montserrat, Barcelona. Un grupo de estudiantes de postgrado se afanan infructuosamente en la búsqueda desesperada de copas para seguir la fiesta en la terraza del hotel. El bar ha cerrado a medianoche. En medio del salón cuatro escritores y dos periodistas se beben dos botellas de vino de la zona conseguidas a deshoras gracias a las habilidades de las que carecían los chicos de la escuela de negocios. Hacía unas horas que se había inaugurado la segunda edición de Collbató Negra y los seis locos de la ficción criminal tenían mucho que comentar.
Trifulcas y rencillas literarias, lecturas predilectas o decepcionantes, personajes perdidos de novelas acabadas, o no, y un pobre ñu cojo, víctima perfecta, que siempre es devorado en los documentales salieron a la luz antes de que el cansancio pudiera con los allí presentes, que debían guardar fuerzas para el día siguiente, el gran día en Collbató, el día en que los organizadores, el Ayuntamiento y un voluntarioso pueblo de algo más de 4.400 habitantes iban a demostrar que para celebrar un festival interesante y divertido lo primero que hace falta es creérselo.
Imaginen el sitio perfecto para retirarse de sus estresadas vidas de gran ciudad, o pequeña, de la necesidad conciliar vida y trabajo o su búsqueda, de convivir con la contaminación, con las decepciones, con las carreras. Imaginen ahora que encuentran ese mundo en una Canadá bilingüe, no lejos de la frontera con Vermont, a una hora en coche de Montreal. Imaginen que llegan, se acomodan, se acostumbran a vivir sin policía, alcaldes o leyes más allá del sentido común y se que enamoran de un lugar paradisíaco, pequeño, tranquilo, con una comunidad variopinta, culta y amigable, que enseguida da conversación y comparte un whisky con cualquier excusa. Imaginen, por último, que todo eso se rompe para siempre por un asesinato que transforma a la comunidad y saca lo mejor y lo peor de ella.
Este es el planteamiento más o menos clásico que domina el inicio de Una revelación brutal, (Salamandra Black, traducción de Ana Herrera), quinta novela de la serie del policía Gamache escrita por Louise Penny (Toronto, 1958) publicada ahora en España. Pero no se fíen: ahí se acaban todos los lugares más o menos comunes y se despliega ante el lector una novela basada en las relaciones entre unos personajes muy fuertes, en sus sentimientos, en sus miserias, en eso que tenemos todos dentro y que si se pudre puede llegar a envenenarnos. Una historia compleja, dura, con toques de humor y costumbrismo pero, sobre todo, dominada por la codicia, el bien y el mal y la dualidad del ser humano. Insisto: no se fíen.
La novela negra francesa goza de buena salud, ya lo sabemos. El escritor Víctor del Árbol me recomendaba hace unos meses cuatro voces absolutamente originales. Marc Fernández en su Alibi, ese proyecto suicida y maravilloso, lo hace en cada número. Bernard Minier lo hizo en este artículo de Elemental. Voces distintas, literatura llena de vigor y vida y muerte. A pesar de estar tan bien rodeado y aconsejado, no se me había cruzado el nombre de Karim Miské, el autor de Arab jazz, Gran Premio de la literatura policial en Francia 2012 y que ahora publica en español la editorial Adriana Hidalgo.
Un asesinato de una azafata en un barrio de inmigrantes marcado por los radicalismos religiosos y la delincuencia sirve de arranque a un libro hipnótico, con un lenguaje potente, unos personajes fascinantes y una descripción del lado oscuro de Francia alejada de cualquier versión del buenista de la vida.
Luján con Saccomanno en una entrevista con EL PAÍS . / LAURA MUÑOZ
El escritor argentino Marcelo Luján acaba de publicar Subsuelo (Salto de página), una novela de las que deja tocado al lector, una novela de verdad según comentaba Alexis Ravelo hace unos días en este blog. Qué mejor momento para rescatar este pequeño atraco que le hice hace unos meses y que estaba inédito. Lector de los buenos e intensivos, imagino que Luján anda ahora leyendo otras cosas, pero las respuestas siguen llenas de sabiduría lectora.