Casas ahorcadas: tercera entrega criminal

Por: | 29 de abril de 2015

Alexis
Alexis Ravelo en Cuenca | Foto: RUBÉN FERNÁNDEZ

NOTA DEL COORDINADOR: Marta Marne, la responsable de Leer sin prisa, lectora brillante y adicta y generosa compañera de fatigas negro criminales nos trae la crónica del festival que con tanto entusiasmo organiza Sergio Vera en Cuenca. No pudimos estar, pero tenemos una gran crónica. Vive le noir!

POR MARTA MARNE

Tres han sido ya las entregas del festival negro-criminal de Las Casas Ahorcadas de Cuenca, el segundo al que he tenido el placer de asistir. Y el salto cualitativo respecto al año anterior es más que significativo. En estos 362 días que han separado un evento del otro ha pasado de ser casi una reunión más del club de lectura a un festival en toda regla. 

¿Y qué diferencia hay entre un concepto y otro? Las Casas Ahorcadas es un club de lectura. Cada dos viernes sus miembros se reúnen para comentar el libro escogido religiosamente por el capo Sergio Vera, que es quien lleva la batuta de todo esto. Cuando las circunstancias son propicias esta reunión se lleva a cabo con el autor del libro comentado, y que Dios le pille confesado porque son implacables y no dejan títere con cabeza. A raíz de esos encuentros quincenales han surgido los anuales, tres días intensos con una cantidad ingente de mesas y charlas. En esta entrega el multiformato ha sido uno de los puntos destacables: novela, poesía, televisión, música, talleres e incluso un festival del humor negro-criminal.

La gran parroquia

Esencial este año ha sido el perfecto equilibrio entre tradición y actualidad. Tres han sido los homenajes que se han hecho a padres del género en nuestro país: Andreu Martín, Carlos Pérez Merinero y Julián Ibáñez, con entrega de placa conmemorativa incluida. Por otro lado, hemos tenido a gran parte de lo mejor del género patrio: Alexis Ravelo, Víctor del Árbol, Rosa Ribas, Jon Arretxe, Carlos Zanón, Jerónimo Tristante, Carlos Salem… El resultado es un cóctel perfecto en el que desde el más veterano al recién llegado aportan puntos de vista novedosos.

El propio Andreu Martín destacó lo bien organizado que estaba el evento al afirmar que siempre crees que visto un festival de este calibre los has visto todos. Y no. Aún se pueden exprimir más los temas e irte de vuelta a casa con una buena saca de conocimientos adquiridos. Prueba de ello han sido las charlas que se han generado en las comidas y cenas posteriores a las programadas, en las que los temas seguían entre plato y plato y las ganas de aprender nunca se agotaban. Se ha hablado de periodismo de sucesos, de guiones de cine y televisión, de dictadura, de la profesión policial, de novela juvenil, de humor, de putas y hasta de Rock & Roll.

Ópera, cuerdas y plomo

Uno de los aspectos que resultan llamativos en el balance, que el coordinador de las jornadas Sergio Vera ha tratado de buscar con las mesas, es la interdisciplinariedad de los autores negro-criminales. En un género en que los lectores se tiran al cuello del que se sale un poco de la norma establecida, si miramos bien veremos que Carlos Zanón no solo es novelista sino también poeta, al igual que Salem. Andreu Martín, Julián Ibáñez y Alexis Ravelo son prolíficos en literatura juvenil. Carlos Bassas combina su faceta de guionista con la de escritor de novela negra y de juvenil japonesa. Tocando otras cuerdas, concretamente las de la guitarra, tenemos a Paco Gómez Escribano y a Javier Márquez Sánchez. Rafa Melero y Pere Cervantes compaginan la pluma con el plomo de las balas. Hasta tenemos a Jon Arretxe que además de haberse introducido también en el género juvenil, es cantante de ópera y nos deleitó con un magnífico recital.

Familia
Foto de familia | RUBÉN FERNÁNDEZ

Con todo esto, creo que queda bastante claro que los festivales de novela negra van mucho más allá del género. Se habla de literatura como punto de partida, pero lo que se busca es generar una inquietud por la cultura en todos sus soportes y formatos. Como apuntaba Del Árbol, en la escritura hay dos facetas: la de escribir y la intencionalidad de que lean lo que escribes. Los escritores no son meros suministradores de entretenimiento, sino que buscan crear emoción, reflexión, abrir nuestras miras y que nuestras mentes adormecidas sufran un golpe de efecto.

Las resacas

Como ya viene siendo tradición en este tipo de eventos, no hay festival que se precie que no otorgue un premio de honor. En Cuenca se otorga el Tormo Negro, que en su primera edición ganó Joe Álamo por Tom Z Stone. Además, Lorenzo Silva, Del Árbol y Ravelo han sido los premiados en los años siguientes. En el discurso de entrega de este año, Ravelo sentenciaba que al igual que los Óscar están hechos del material con el que se forjan los sueños, el Tormo Negro está hecho del material con el que se hacen las resacas.

Hubo preguntas incómodas, confesiones acerca de himnos soviéticos, escritura en directo de un guión, ataques de migraña, bailes en salones de boda, fotografías con admiradores del cuerpo de la policía, autores que escriben esquemas de los capítulos de un libro entre la multitud, firmas de libros, sogas de ahorcados, adolescentes cantando sevillanas, miedos inconfesables al viento de Levante y promesas de actos en triquini.

El número tres ha marcado el compás de la ciudad de Cuenca este fin de semana. Tercera entrega del festival, tres homenajes a reconocidos autores del género en nuestro país, tres brillantes novelistas llamados Carlos, tres días de literatura, enseñanzas, charlas, comida, risas y buena compañía. Dicen que no hay dos sin tres, y añado a esta sentencia que ojalá que no haya tres sin cuatro, porque estoy convencida de no ser la única que espera con ganas el IV encuentro de los Ahorcados.

Hay 2 Comentarios

¡Ole, ole y ole!
Fantástica crónica, Marta, doy fe.
Para los despistados: Hay que estar en Casas Ahorcadas y degustar los pétreos abrazos de la Cuenca más oculta.
Nos vemos el año que viene.

Sabía del evento en Cuenca por el inefable Paco Gómez Escribano. Un gran placer tener cumplida noticia del encuentro. Gracias.
Me encanta la frase: " Los escritores no son meros suministradores de entretenimiento, sino que buscan crear emoción, reflexión, abrir nuestras miras y que nuestras mentes adormecidas sufran un golpe de efecto."
Marta Marne, ¡¡¡genial!!!

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