Dos héroes cotidianos condicionados para siempre por los traumas vividos, con el interior roto y la personalidad herida, unidos por el dolor y el deseo de justicia. Una trama que se mete en las cloacas de Italia, donde el poder obra atendiendo a intereses particulares y no al bien general, donde jueces, policías y servicio secreto están más interesados en moldear la realidad que en hacer justicia. Esos son los elementos esenciales de No está solo, la novela de Sandrone Dazieri (Cremona, 1964)que llega ahora a España (Alfaguara, traducción de Xavier González Rovira).
Un thriller que se sale de lo convencional gracias a unos personajes nada típicos. Por un lado, la policía Colomba Casseli, una mujer atractiva, algo macarra, impulsiva e inteligente que triunfaba en un mundo de hombres hasta que fue destrozada por lo que ella llama El Desastre. Por otro, Dante Torres, un joven que estuvo metido en un silo 11 años y que ahora se dedica a sobrevivir a buceando en sus recuerdos y poniendo su poderoso intelecto en la búsqueda de desaparecidos. Un hombre demediado, un tipo hundido que encuentra en esta aventura un camino a la redención. Un extraño secuestro del que ni policía ni jueces quieren saber nada les une.
El thriller está estructurado al estilo clásico: narración en presente, algún flash back y pequeñas píldoras con sorpresas. Pero no falla. Sorprende que Dazieri nos diga que no tiene pensada la estructura al empezar porque si no se aburriría. Aunque está de paso por Madrid, hablamos con él en la distancia y nos cuenta algunas claves más de su novela. Estará en la Semana Negra de Gijón el sábado.
Aquí les dejamos el post con toda la información de la Semana Negra.
PREGUNTA: Le hemos oído decir algo tan atrevido como que la novela negra está muriendo en beneficio del thriller. A pesar de la excelente salud del thriller ¿No es un poco osado?
RESPUESTA: No creo que la novela negra esté muriendo porque si fuera así no habría tantas novelas negras tan malas. Yo creo que el thriller es más adecuado para contar la época actual. Para mí la novela negra es hija de una época romántica en la que aún podía creerse que los héroes podían salvar el mundo, solitarios, como caballeros. No creo que siga siendo posible. Bajo el nombre novela negra, como al final ha triunfado, se ha publicado mucha morralla y el mío era un intento de ruptura en esa dirección.
P: ¿Hasta qué punto se puede jugar con el lector? ¿No tuvo miedo de perder credibilidad según desarrollaba el argumento?
R: No. Siempre es un riesgo, hay lectores a los que no les gustará lo que escribo. Yo consigo seguir adelante y creer en lo que escribo hasta que no siento que me apasiono. Puedo equivocarme pero estoy seguro de lo que hago porque lo hago con sinceridad, por eso cuando no encuentro una solución para una parte de la trama se convierte en una obsesión hasta que lo resuelvo. Mi amor se convierte en algo terrible y es difícil estar a mi lado. Trato de hacerlo lo mejor posible.
P: Los protagonistas tienen el Bien de su lado. Sin embargo, están continuamente violando la ley. ¿Hasta qué punto cree que se puede hacer el mal para castigar al crimen o no dejarlo impune?
R: En la vida real no tengo ni idea. Lo único que puedo decir es que lo que mueve a mis protagonistas no es ni la venganza ni el castigo a los culpables sino salvar a las víctimas. Y creo que si tienes que salvar a alguien de una violencia intolerable casi cualquier medio es lícito. Dante es sobre todo una víctima que quiere que a nadie le suceda lo que le sucedió a él y se juega la vida para lograrlo.
P: La estructura de la obra, clásico thriller de muñeca rusa en el que cada parte destapa poco a poco una sorpresa, funciona muy bien. ¿La planea desde el principio? ¿Deja algo a la improvisación?
R: (Risas) Dejo mucho espacio a la improvisación porque cuando empiezo a escribir sé las líneas generales pero podría llenar como mucho 50 páginas, el resto sale según escribo, según crecen y se mueven los personajes, yo creo la historia pero al mismo tiempo la vivo mientras la creo, es una inmersión total. No consigo planificar todo antes. Si sé ya todo no me divierto y no me apasiono, es como si ya lo hubiera escrito.
Personajes marcados por el dolor y el afán justiciero
P: Me gusta mucho Colomba: macarra, amante de la Roma oscura, traumatizada, leal, capaz de firmar un pacto con el diablo para buscar la justicia. ¿Qué influencias ha tenido a la hora de crear el personaje?
R: La primera influencia fue una tumba que vi en Florencia, en el cementerio de los románticos, donde había un nombre: Colomba Castelli, y pensé que tenía que ser el nombre de la protagonista. La segunda fue cuando empecé a escribir una serie de televisión: Equipo antimafia en el que había un personaje que era un poco como Colomba, que se las arregla muy bien en un mundo de hombres, nunca conseguí representarla como quería pero me quedó dentro y cuando he tenido la posibilidad le he dado vida.
P: Dante es un tipo muy extraño y atractivo, con un amplio conocimiento teórico y vital sobre el secuestro y el trauma ¿Investigó mucho para crearlo? En general, ¿hay un trabajo a fondo de investigación en la novela?
R: Sí, sobre todo respecto a Dante me he documentado, para tratar de entender cómo reaccionan las víctimas de traumas, de encierro y he leído mucho sobre traumas infantiles. Una gran ayuda para construir el personaje me lo ha dado mi psicoanalista porque hace 14 años que me hago análisis y hablamos sobre la influencia de mi infancia y mis lutos en la construcción de mi persona. En Dante hay mucho de mí, de algún modo él encarna mis temores pero amplificados.
P: ¿La elección de personajes que sufren tanto busca que el lector empatice mejor con ellos?
R: Por supuesto. Yo trato de tocar las cuerdas de los lectores y de transmitir emociones auténticas pero no con emociones falsas sino tratando de hacerles revivir algo a través de mis personajes. Quiero que encuentren una parte de ellos mismos en Colomba y Dante, porque estoy convencido de que la tienen.
P: Cremona, su localidad natal, aparece en la obra. ¿Hay, además, algo personal puesto en estos personajes, en sus traumas, en su sufrimiento?
R: Sí, como decìa antes hay mucho de mí en la construcción de esta historia. Me fui muy joven de Cremona, aún era menor de edad y durante una parte de mi vida Cremona ha sido algo sin resolver, huí de esa ciudad. Ciudad que me provocaba angustia y malestar y como Dante al final estoy volviendo, estoy tratando de superar mi malestar. Los lugares a los que van los protagonistas en Cremona son los que yo recuerdo, a los que yo voy.
P: ¿Las cloacas de Italia siguen tan podridas como se ve en la novela? ¿La judicatura y la policía siguen llenos de personajes como estos?
R: La respuesta podría hacer que me imputaran pero creo que existen. Noo tengo ni idea de en qué proporción pero he conocido personas que se aprovechaban de su poder, en cualquier sector, solo que si eres policía haces más daño. Mi intención era crear un mundo donde no te puedes fiar de nadie y la gente que tratas te puede hacer daño porque es malvada, corrupta y sobre todo sirve a sus propios intereses. Creo que uno de los principales problemas de mi país es que dentro de las instituciones muchos sirven más a su interés que al colectivo y creo que también sucede en la UE. A veces lo hacen por avidez, por interés, pero a veces solo por estupidez. Si quemas la barca en la que vas para calentarte, al final te hundirás con los demás pasajeros, pero de esto no se da cuenta todo el mundo.
Hay 1 Comentarios
Héroes que salvan al mundo... es un título muy sugestivo. Por supuesto que se refiere al mundo humano, que heredó del mundo animal la ley del mas fuerte. Está claro que el mundo está regido por la dualidad del bien y el mal. ¿Quién es el salvador, el que posee garras y colmillos, el que posee armas de destrucción masiva, el que sabe mentir con sentido político, el que saquea. a través de un negocio? La respuesta es sencilla... un salvador es alguien que cura, que rescata de un naufragio, que enseña a un niño a leer y escribir, Un salvador no es un guerrero que gana las batallas.
Publicado por: RAMÓN | 13/07/2015 13:06:35