Si los festivales literarios son un extraño desparrame, el de Gijón lo es más. Un sitio donde puedes entrevistar a alguien a los pies de una noria mientras se presentan tres libros a la vez y media ciudad se va de fiesta es un sitio diferente. La comunidad que se forma alrededor de esta fiesta de la ficción criminal también lo es, y como muestra esta serie de fotos de Daniel Mordzinski.
En la primera, el fotógrafo comete dos osadías. Por un lado, la de reunir a los argentinos aquí presentes, que son unos cuantos y uno nunca sabe qué puede pasar, a qué secta pertenecen. Por otro lado, los sacó de la cama para hacer la foto a las 10 de la mañana. Algunos, no diremos quiénes, no hacía mucho que se habían ido a dormir.
¿Y quiénes son estos osados playeros que tratan que la literatura argentina vuele?
Pues empezando por la izquierda, Gabriela Cabezón Cámara, la única que no despega a pesar de la capa, que ya fue finalista del Silverio Cañada por La virgen cabeza. Le sigue Mariano Quirós, ganador del Silverio Cañada del año pasado. Hay otro Quirós por ahí danzando, costarricense, y les ha tocado compartir habitación. Qué cosas.
Muestra de los perfiles que uno se encuentra por este rincón del Cantábrico es Tatiana Goransky, escritora, cantante de jazz, autora de las novelas de Lúlupe María T y dueña de una mirada muy particular. Está escoltada por Selva Almada, autora de Chicas muertas, un libro sobre la violencia de género que ha gustado particularmente. Como aquí se mezcla todo, uno se entera ahora de que Almada también está en el patio de columnas de EL PAÍS. Bienvenida. Jorge Yako fue médico durante más de 30 años y es militante comunista desde el principio de los tiempos. Muchas vueltas ha dado la vida para que termine en una playa de Gijón, dando saltos con Carlos Salem a las diez de la mañana. Ayer también estuvo presentando su propia y documentadísima mirada sobre lo que pasó en Argentina durante la dictadura en El oro de Berlín.
Salem es el maestro de ceremonias por aquí, dicta lecciones magistrales a la luz de la noche en el teatro de la terraza del Don Manuel, presenta aquí y allá, habla, ríe, provoca. Y, además, en esta Semana Negra también anda haciendo perfiles criminales con Mordzinski. Loyds, el hombre del salto entusiasta que viene a presentar Merca, precede a Matías Néspolo, escritor y como tantos de los que aparecen en esta foto portador del virus del periodismo, en su caso en La Nación. María Inés Krimer es otra prueba de que el festival este año ha apostado fuerte por la denuncia de la violencia machista. Me han recomendado tan encarecidamente a Pablo de Santis que no voy a decir nada más hasta que no lo lea.
Y cierra el círculo Marcelo Luján. Tiene los pies casi en el suelo, alza los brazos y pone la cabeza en postura de rematador futbolero. Su vuelo es breve pero como demuestra en Subsuelo, su literatura ha alcanzado velocidad de crucero.
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