
NOTA DEL COORDINADOR: Hoy tenemos la suerte de que Marta Marne nos regale su tiempo y su trabajo para contarnos lo que ha ocurrido estos días en Pamplona negra, otro de esos maravillosos sitios a los que no nos da la vida para ir. Las fotos son de Rubén López, otro ser generoso, otro amigo. Lean y disfruten.
MARTA MARNE
Los entendidos en literatura dicen que acertar una vez y publicar una buena novela puede ser un golpe de suerte, pero que la prueba de fuego viene con la segunda. Y esto también puede aplicarse a los festivales negro-criminales. Quizá tener un buen puñado de ideas se puede lograr una vez. Pero no dos. Cuando realizas una primera entrega en la que todo el mundo, sin excepción, afirma que es impecable, novedoso, original y enriquecedor, el listón queda muy arriba. Pero Carlos Bassas ha vuelto a lograrlo.
En más de un par de ocasiones me quedé mirándole para ver si salía humo de esa maquinaria que no debe descansar ni de noche ni de día. El número de festivales actuales es ingente y lograr aportar algo nuevo es prácticamente imposible. En Pamplona Negra hemos tenido interrogatorios judiciales, cómic en directo, lecturas dramatizadas, música y hasta gastronomía. Y todo ello desde un punto de vista literario ¿Puede pedirse más?