Lemaitre y la tentación del asesinato

Por: | 04 de febrero de 2016

 

De izquierda a derecha, Álvaro Colomer y Pierre Lemaitre
De izquierda a derecha, Álvaro Colomer y Pierre Lemaitre

Miércoles. El sol ha perdido potencia. Tercer disparo. La tarde despunta perfiles extraños e invita a la locura. Ya entenderán el rasgo. No todos los días el café se toma entre paredes de mármol blanco. No se suben escaleras impolutas que parecen trazar el camino perfecto y definido a una ficción. Tampoco es habitual que en la mesa negra esté sentado, esperando, el ganador del Premio Goncourt, de dos Dagger Awards, del Permio Best Novel Valencia Negra y del Premio de Novela Negra Europea. Pero hoy sí.

Sabrán entender por qué se quiere a los festivales. Por qué BCNegra "es bien". Este miércoles por la tarde, en plena Diagonal y tomando un café con Pierre Lemaitre, justo antes de encontrarse para charlas con el periodista Álvaro Colomer en el Conservatorio del Liceo. El creador de la serie con nombre. De mujeres. El motivo por el que uno se siente agradecido, sabrán comprender. Sí.

Pueden leer las otras crónicas de esta serie sobre BCNegra aquí

 

Desorienta la personalidad arrolladora, que trata de esconder bajo un halo de pretensión, y su mirada tímida. Aunque luego quieres llevártelo a casa. Y que te cuente. Qué tiene en la cabeza (oh, mon dieu!). La maravilla de sentir que el proceso de selección natural hace su trabajo y es capaz de, a través de la literatura y con origen en una biblioteca, acercarnos creadores de tal potencia. 

Pierre Lemaitre
Pierre Lemaitre

Escuchar la conversación que Pierre Lemaitre mantiene con Colomer, es uno de esos momentos llenos de sorpresa y risa; el instante en que uno quiere saber más, leer más. Que escriba más. La intención clara de dejarse embaucar por el gesto amable, después de un frunce severo, y que se termine respirando el proceso de creación. Entrar en su mundo. Saber que una mujer, vaya usted a saber si también es "culpable" de los títulos, fue el motivo-motor que hizo posible que hoy esté presente la fascinación. Después de leer a Lemaitre. Incluso antes. Porque esto es lo que ocurre cuando un público llena la sala: las ganas. Por esas ganas inoculadas, no importa si se ha leído o no. Porque lo harán. Irremediablemente, lo van a hacer.

Aunque la justicia casi no entra en la trama de la mesa de hoy, sería una vergüenza no hacer una disección. Un pequeño reflejo del interior de las páginas.

Irène, prueba de que Lemaitre disfruta ejerciendo crueldad sobre los personajes de la serie de Camille Verhoeven. Y Camille, un  policía rock star que, además de marido de la embarazada Irène, vive en un cuerpo de metro y medio de rabia. Eso sí, con mucha clase. Un hombre que ve truncada su vida de guión-maravilla por un salvaje asesinato. Toca investigar. Y descubre una serie de crímenes anteriores que otorga al "novelista", por su coincidencia en el modus operandi. Las novelas negras. Presentes y vinculantes. No puede ser casualidad. Cada muerte parece maquillada de un clásico noir. Pelea intelectual servida en bandeja y Camille que se apoya en entendidos de la materia que, no tiene muy claro, podrían ser culpables.

Y Alex. La mujer. Atractiva y seductora y fuerte. Ha sido raptada. ¿Es lo que parece? No, nunca lo es. La sorpresa llega cuando los investigadores consiguen localizar al secuestrador y su zulo. Pero no queda rastro de Alex. Un misterio dentro de otro. Y el "no olvido ni perdono" de una treintañera mucho más inteligente que su captor. 

Tercer salto mortal con la comprimida y visionaria Rosy & John: una serie de atentados perpetrados por un joven que ha perdido a su novia, el trabajo y hasta a su madre. Todo, vaya. Esta última es su principal apoyo, aunque haya sido encarcelada. Es curioso que Lemaitre escribiera esta novela años antes de los atentados ocurridos, recientemente, en Francia. Y no es que Pierre tenga una bola de cristal, sino que "presentía que nuestras sociedades son muy frágiles". Y Camille, claro. Que recibe los chantajes de John, después de que se haya entregado tras la primera explosión. 

Y ahora sí: Camille dentro Camille, el último título de la saga que, en unos meses, podremos leer en España.

Después de la pequeña radiografía al universo Lemaitre, es casi obligatorio saber dónde y cómo ubica al género: aquí y allá. Y declara que, efectivamente, "hay una ola de novela negra francesa que coincide con la depresión de la escandinava, que ha tenido un éxito enorme en Europa". Aparece el tema Larsson, por supuesto. Y las confesiones, que también tienen espacio en la conversación. Y casi de forma natural, Larsson y "las ganas de matar que todos hemos sentido alguna vez" se convierten en tema único. Porque hubo un titular. El Times de Londres. Autor halagado, siente la emoción, quiere ver el reportaje. Ya, lo quiere ver. El Times!; "Pierre Lemaitre, que soy yo, en el diario británico Times". Una especie de mantra que el autor no paró de repetir frente a su mujer.  Con ilusión. Y las ganas. Pero lee el titular: "El nuevo Stieg Larsson". El autor, cómico, cuenta los virajes de su gesto al no encontrar, en la gran y negra tipografía del titular, su nombre. Una de tantas anécdotas que Lemaitre ha compartido con el público asistente. Por supuesto, añade, si yo he sentido ganas de matar a alguien, ha sido a un periodista.  

El miércoles dice aur revoir. Antes, los valientes: las respuesta a la pregunta que no puede ser mencionada ni escrita.

Elena Torres Girbau: Nuestra protagonista ha hecho de su casa en Llançà su refugio, el lugar necesario para encontrar el equilibrio preciso para seguir con su vida, el escenario donde mantiene a raya sus miedos, sus pesadillas y sus demonios. Porque,en definitiva, la tranquilidad, la serenidad es un estado de ánimo que, teóricamente y entre otros factores, te puede proporcionar un lugar del que guardas recuerdos que son reconfortantes, un espacio donde aún percibes la presencia de todos los que te amaron y protegieron. Pero el miedo también.

Nacho Abad: Siente frustración por haber interpretado mal los datos, por no haber sido más crítico, por haber hecho mal el trabajo que se le ha encomendado, por haber fallado.  Se siente avergonzado,  hundido, con rabia hacia sí mismo y con culpabilidad por las consecuencias. Es un golpe en su orgullo, que él mismo se da, una lección de humildad aprendida que le provoca un gran sufrimiento.  Y le corroe el remordimiento por el daño que le ha causado a otra persona privándole de su libertad.

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Buenos días me gustaría hacer alguna puntualización sobre la redacción del artículo. Al referirse a Roxy y John: "Es curioso que Lemaitre escribiera esta novela meses antes de los atentados ocurridos, recientemente, en Francia." La novela, concretamente, se publicó en 2013, bastantes meses/ años antes.
También decir que en España, Alex se publicó traducida en 2011; antes que Irene.

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