Es complicado escribir sobre quienes investigan crímenes subidos a lomos del poder omnipresente de las dictaduras del siglo XX. Por eso quizás aquí hemos hablado de Bernie Gunther y Martin Bora con pasión y en breve lo haremos de Arturo Andrade, el personaje creado con tan buen pulso por Ignacio del Valle.
En este contexto, hoy traigo a un policía novato en el ámbito literario español pero digno merecedor de un sitio junto a estos antihéroes de la novela negra. Con Aguacero (Ediciones B) Luis Roso nos presenta a Ernesto Trevejo, un inspector de la Brigada de Investigación Criminal franquista que tendrá que enfrentarse a un siniestro caso en un pueblo de la sierra de Madrid.
Una historia con una atmósfera cargada, dura, protagonizada por un personaje que puede ser rastrero y ruin, pero también inteligente y complejo. Una obra situada en los años cincuenta del siglo XX en España, una década oscura y asfixiante. Una novela con diálogos potentes, ironía y una buena estructura. Un libro escrito por un autor de 25 años que esperemos nos dé más alegrías. Pasen y lean.