De la droga y la cárcel al éxito, o cómo un perro te cambia la vida

Por: | 28 de agosto de 2014

Shoreditch High Street (Credit - Rob Weir)
Un violento ataque de tos inicia la conversación telefónica. Al otro lado de la línea, en Londres, habla John Dolan, un exconvicto, exdrogadicto y, según dice, muy pronto exfumador. Desde hace solo un año, es un reconocido dibujante objeto de dos exposiciones en el barrio trendy de Shoreditch, con autobiografía recién publicada y colaboraciones con los mejores artistas callejeros del mundo.

“Si no fuese por el perro, no habría tocado el papel y el lápiz”, confiesa John, 43 años, la voz gangosa que atraviesa una boca sin dientes, herencia de dos décadas de calle, prisión y heroína. George, un Straffordshire bull terrier que heredó de dos vagabundos que no pudieron llevárselo con ellos a una casa cedida por las autoridades, es el causante del tremendo giro de su vida y también el protagonista de la exposición que se puede ver hasta el 21 de septiembre en la galería Howard-Griffin de Londres.

  Georges (1200)

George, posando con los dibujos de John Dolan. HOWARD-GRIFFIN GALLERY

Con George a su cargo, John tuvo que dejar de delinquir. Si entraba en la cárcel, le perdería. Así que se sentó en la calle principal de Shoreditch y puso un vaso de cartón frente al animal. Para escapar a la humillación de mendigar, un día dibujó el viejo edificio de enfrente. “Inmediatamente sentí una gran excitación. El dibujo salió de mi sin esfuerzo y el barullo de alrededor pareció calmarse al tiempo que perfilaba los detalles de la arquitectura”, cuenta en sus memorias.  Fue un recuerdo de sus habilidades de la infancia vivida en una familia humilde que escondía una pavorosa verdad: la hermana de John era en realidad su madre. Cuando lo supo, a los 10 años, el niño se perdió: empezó a esnifar pegamento y visitó el primer correccional. Al encontrarse con George estaba, según escribe en su biografía, “atrapado en una puerta giratoria de falta de vivienda, crimen, prisión, depresión y droga durante muchos, muchos años”.

John Dolan - George The Dog Drawing-9

Uno de los dibujos de John Dolan de su perro George.

John atribuye al perro algo que trasciende el efecto beneficioso de una especie que convive y trabaja con nosotros desde hace siglos. Cierto, son una gratísima compañía; y auxilian a invidentes, autistas o enfermos mentales. Pero ¿llegan a ser salvavidas y mentores?  “Fue George el que hizo que el artista que hay en mí se levantase y saliese de la oscuridad”, dice el creador en la introducción de su autobiografía, John and George, the dog who changed my life.

John Dolan along Shoreditch High Street (Credit - Rob Weir)

Rutina diaria: John Dolan con su perro George, en la calle. ROB WEIR

John sobrevivió vendiendo a los viandantes sus dibujos durante tres años. George, el perro por el que un escocés loco pidió a cambio tan solo una lata de cerveza fuerte, siempre estaba a su lado. Participó en 2011 en un libro que tenía como protagonista al vibrante barrio del Este de Londres, Shoreditch Unbound, en el que célebres vecinos como Gilbert y George o Tracey Emin aportaron su trabajo. Pero fue un amante del arte callejero que solía encabezar paseos guiados por la zona, Richard Howard-Griffin, Griff, el que le propuso hacer una exposición el pasado año invitando a otros artistas underground a plasmar su visión sobre los dibujos de John.

Así cuenta el galerista via correo electrónico su encuentro: "Hallé a John en octubre de 2012 en Shoreditch High Street en el lugar donde se había sentado durante los últimos tres años dibujando, con George a su lado. Me asombró la incongruencia entre su situación en la calle y el nivel de su trabajo artístico. Inicialmente me interesó también su obra porque dibujaba su interpretación de las creaciones de artistas callejeros y grafitis presentes en los edificios de Shoreditch. Yo conocia a algunos de esos artistas y me pareció interesante".

“Aquello estaba lleno de gente”, rememora el artista sobre la exposición que le lanzó. "John es el Hogarth [por el dibujante satírico británico del siglo XVIII William Hogarth] de nuestro tiempo", asegura su descubridor. "Va a ser realmente interesante y emocionante ver su ascenso en el mundo del arte, tanto en el Reino Unido como en todo el mundo". Por su parte, el artista habla sin descanso sobre su vida. En la época de su primera exposición, consiguió acudir al médico y desengancharse de la heroína.

Richard, el hombre que dejó su trabajo en la City para perseguir sus sueños, sigue mostrando en su galería el trabajo de los artistas callejeros y John dicta conferencias, viaja a Los Angeles y planea una exposición en Belfast. Solo su depresión pervive. Pero tiene a George.

La exposición John and George, de John Dolan,puede verse en la galería Howard-Griffin de Londres hasta el 21 de septiembre.

La fotografía que abre este post, donde se puede ver a John Dolan dibujando junto a su perro George en Shoreditch High Street, es de Rob Weir.

Hay 29 Comentarios

Estimados Señores de El País,

Se agradecería si publicasen en el titular la raza del perro, ya que cuándo este tipo de perros daña a alguna persona, no escatiman en publicar la raza bien grande, incluso cuándo el animal que atacó tiene un hocico puntiagudo y pelos de medio metro.

Ya que mencionan la raza en el artículo, se agradecería que como periodistas que se supone que son, publiquen el nombre de forma correcta. Es un Staffordshire Bull Terrier, no un straffordshire.

Muchas gracias.

Lo cierto es que yo tampoco puedo llegar a comprender cómo un perro puede cambiarnos tanto la vida de esa manera, pero es totalmente cierto. Hay un no se qué en estos animales que es maravilloso.

Hace unos meses que se vino a vivir a casa Kira, una bretón español de una de las compañeras de piso. Nunca jamás había compartido espacio con un perro y debo decir que es una de las experiencias más satisfactorias que existen. Nos hicimos muy amigos en poco tiempo y al final casi era yo el que más la bajaba.
En mis paseos con Kira conocí a Liberty, el perro de un invidente. Este perro fue adiestrado primero durante un año en una escuela especial, luego estuvo otro año más con un preso en un programa de reinserción, y por fin acabó con su actual dueño. Me contó bastantes cosas interesantes sobre el modo en cómo educan a estos perros para la obediencia inteligente. Todo un mundo aparte.
Por si a alguien le interesa, adjunto uno de mis post que va sobre por qué no podemos llevar a los perros a la playa.

Un saludo.

http://lashuellasdelabestia.blogspot.com.es/2014/05/por-que-no-puedes-llevar-tu-perro-la.html

Qué alegría que George haya escogido a John y le haya acompañado a darse cuenta de que su vida podía ser diferente. Eso hacen los perros. Te dan una perspectiva diferente de quién eres tú y quién puedes llegar a ser. No hay nada como ser contemplado bajo la luz de la mirada de tu peludo que siempre es perfecta y amorosa.

Mi perra Tula me sacó de una depresión, ahora ella anda todo el día en veterinarios y menos mal que me saqué un seguro para ella, os recomiendo http://micompi.com/

Si no existieran los perros habria que inventarlos.

Claro que me encanta todo lo de John pero tiene un gran valor para mí,la unanimidad de los comentarios.No siempre es así._Los saludamos,Daysi(ovejera aleman)y yo._

Me encantan sus dibujos, dan una peculiar imagen de Londres

La persona que se interesa por el bienestar del artista, debe pensar seriamente en la estrategia a seguir, con la ayuda de un sicologo o similar, cuando george desaparezca.

Qué bella historia! Gracias ;)

Cuanto tenemos que aprender de ellos y cuando sales no te pregunta donde vas sino temira como diciendote aqui estoy cuando vuelvas.porque no lo dudes.....ESTARA

Es el unico ser que ni te pide ni te reprocha y encima es un auxiliar valiosisimo si estas enfermo

Muy relacionada está la historia de James Bowen y su gato Bob, muy famosa sobre todo en Inglaterra. Muy recomendables los dos libros.

Esta historia es perfectamente comprensible para los que tenemos y entendemos nuestros perros. De esta manera se evidencia el intenso vínculo que se puede establecer entre un animal y su propietario y viceversa. A un perro se le puede querer como a una persona, por eso no es de extrañar que John no quisiera perder a George y esto le hizo buscar y encontrar una manera de seguir manteniendo la relación de una forma continuada. Decía Gandhi que el nivel de una nación se colige por como son tratados los animales y por ello, cuando se entiende la naturaleza de los animales se está mostrando una sensibilidad desarrollada.

Tengo un labrador, una pastora garafiana (bastante mayor), y dos chuchitos recogidos. Son el apoyo que necesito a diario para trabajar y lidiar con mi familia. Cuanto carińo a cambio de tan poco.

Se me escapa la risa y unas lágrimas, vuelvo a reír y me callo. Pienso, me conmuevo; observo la expresión de George y es la misma de John, suelto otra carcajada, se me escapan unas lágrimas. Cuánto se les quiere! Lo que nunca he conseguido es saber por qué nos quieren, no les tratamos con tanto cariño como ellos a nosotros. Alguien sabe por qué nos quieren tanto?

"La fotografía que abre este post" Sería deseable que escriban en CASTELLANO en los blogs de este diario ESPAÑOL, ya que para eso lo leemos. Si quisiera leer algo en otro idioma, iría a BBC, LeMonde, etc. Pero en estos sitios quiero leer en CASTELLANO.

EL DIA QUE ADOPTAMOS A TRASGU(,UN COCKER MALTRATADO) METIMOS EN CASA LA MAYOR DE LAS FELICIDADES: AMOR, COMPAÑIA, FIDELIDAD....

Gracias, Silvio. Creo que a todos nos aportan muchas cosas. Pero este es el caso más extremo que conozco, la verdad. Es impresionante.

Gracias por la historia, Ana, siempre leo tu blogs emperrados. No puedo estar más de acuerdo con tu post: tengo un pastor de brie y una labrador. No recuerdo mi vida antes de tenerlos. Sólo me jode no poder llevarlos conmigo a más sitios porque no aceptan perros...por prejuicios y miedos tontos; o sea, la misma cosa.

Felicitaciones por tu blog

Mi perrita Lotta, un Laphund Finlandés, me cambió la vida y es una de las cosas más maravillosas que me han pasado http://goo.gl/wpogvY

Yo, que trabajé en Shoreditch por unos años, siempre lo veía. Ahí estaba, dibujando con George a su lado cual estatua. Ahora tiene su propia galería más o menos por donde pedía, a la que por supuesto voy siempre que puedo. Me alegro muchísimo por los dos.

Es verdad, cuando bajo la basura hay un perro negro junto al contenedor que me ordena hacer cosas.

interesantes comentarios, resulta que solo agunas personas tienen sentimientos y esos son los que le gustan los perros, el ser humano a manipulado la genetica de estos hermanos de los lobos para conseguir un ser que se amolde a sus caprichos( algunos viven una vida de sufrimiento por ello desde el primer dia que vienen al mundo), que nunca diga que no, que aunque apaleado le vuelva a lamer la mano a su torturador, el perro es solo un ejemplo mas del egoismo y del miedo a si mismo y a los otros del ser humano

Ellos cambian a la persona que tiene sentimientos, yo también era antiperros, hasta que conoci una rubia que cuando le echaba de comer me miraba, después, me gruñía, y un dia me fue dejando poco a poco que me acercase a ella, hoy le quito la comida de la boca y no me hace nada, bueno si, me da todo el amor que nadie me da, desde por la mañana con sus ganas de levantarse e irse a la calle, pero con ese regusto, de ¿para qué ir a la calle,? después se dice: si no voy me pierdo mi paseo de la mañana, hasta que llega la noche, y cuando va llegando la hora del paseo mas largo, va ella protestando, como diciendo ¿ se habrá olvidado de que es mi tiempo? he llegado a un punto, en que no conozco a los dueños de los demás perros, si no van con ellos, no cambio mi vida anterior por esta con ella. Es mas, me da envidia, nadie jamas me cuidara y se preocupara nadie de mi como yo de ella.

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Emperrados

Sobre el blog

El día en que un chiquitajo o un gigante peludo entra por la puerta cambia tu vida. Aunque nadie te hable en casa, tú ya tienes asegurados fiesta, perplejidad y cariño. Somos unos cuantos autores con ganas de contar su peculiar verdad sobre perros y gatos. Coordinados por Matilda, una schnauzer (superdotada, cómo no) adicta a los calcetines de Ana Alfageme

Sobre las autoras

Ana AlfagemeEn una de sus vidas, Ana Alfageme es periodista en EL PAÍS, donde durante 26 años ha saltado desde la información científica y social a los sucesos y la cultura. Hoy trabaja en proyectos especiales. Su aventura más nueva y apasionante es compartir techo con Matilda y sobrevivir para contarlo aquí.

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