Absténganse los racionalistas impenitentes y conspicuos, así como los coloristas avezados. Este manual está dedicado a los amantes del color. A los que pintan su casa de blanco o beige solo por temor a equivocarse o a desatar un juicio despiadado en los otros, pero anhelan tonos inusuales (lo que no significa estridentes). Para alumbrar la casa soñada, sin realizar obras o sustituir los muebles, ahí van consejos de expertos para saber qué tonos le sientan bien a una casa, lograr una gama de colores equilibrada e introducir toques cromáticos renovadores cada año. Y todo de forma fácil (lo que no significa sin esfuerzo o implicación personal).
¿Por qué no disfrutar de un menú cromático personalizado o a la carta? No propongo que nos comamos los colores, pero sí que aprendamos a escoger los tonos que alimentan nuestras emociones para pintar una casa con identidad donde nos sintamos más a gusto. De hecho, este fue el propósito de este banquete de colores ideado por CuldeSac para la firma Valentine en Casa Decor 2007: "Dotar al color de vida y de emoción". ¿Te apuntas?
¿Por qué nos asustan los colores? Según el artista inglés David Batchelor inspiran miedo porque amenazan con el desorden y se asocian "con lo primitivo y lo vulgar". Pero atraen, sostiene el autor, al prometer la libertad". "Brindan poder para soñar", decía el poeta Charles Baudelaire.
¿Es solo miedo a equivocarnos lo que amortaja la imaginación y da carpetazo a la creatividad cromática? “El temor a fallar es solo la punta del iceberg”, esgrime la interiorista y especialista en color Mercedes Casamor. “Lo que paraliza y lleva a la mayoría a vivir en casa blancas o beige, es el pavor a exponernos al juicio implacable de los otros". "Frente al color todos reaccionamos... Pero no todos podemos vivir en un espacio que no sea aceptado por nuestros allegados", apunta esta especialista. "Los colores nos atraen, nos emocionan e inspiran sueños, pero también nos abruman, amedrantan y amilanan en la misma medida”, sostienen desde Estudi Metro. "No es fácil, además, saber qué colores le sientan bien a una casa". "No basta con elegir nuestro color favorito", explica Casamor. "Elegir y combinar bien los colores para crear un interior armónico es una tarea tan apasionante como complicada. De fácil, no tiene nada... Éste es otro tópico decorativo que urge desmontar, como que los tonos neutros nunca fallan...”, aduce.
(Detengámonos un momento: ¿El beige, el blanco o el gris no son tonalidades que siempre quedan bien? ¿No son bazas seguras para triunfar? Los expertos dicen que no, y con mucha rotundidad. Aseguran, más bien, justo lo contrario. “Aunque la mayoría piensa que es fácil decorar con blanco, beige o gris, se equivocan”, confirma el interiorista José María Casaponsa. “Los neutros son tonos muy difíciles, porque no ambientan. No decoran. Solo realzan lo existente. Funcionan de maravilla en casas inundadas de luz natural, con arquitecturas potentes y muebles y objetos de cierto nivel (y precio). Pero el resultado puede ser bastante triste cuando el espacio no goza de sol a borbotones o carece de piezas de calidad (lo que ocurre en muchos casos)". Para insuflar personalidad a las casas más sencillas, y sin gastar (o gastando muy poco), el color parece ser la gran baza. Eso no significa apostar por los colorinches (otro lugar común muy extendido). Los entendidos reivindican que con color se puede pintar un ambiente tan depurado como con el blanco y tan atemporal como si fuera beige. "Es hora de descartar clichés", apostilla Casamor. "No es verdad que un clásico-actual se consigue solo con monocromos, que lo moderno, puro y luminoso es siempre blanco o que lo sofisticado es oscuro y delicado".
¿El beige nunca cansa? Pues, ¿por qué a tantos les resulta monótono, en lugar de sosegado? ¿Será por su falta de carácter? ¿Por su neutralidad? ¿Por qué carece de alma? ¿Existe alguna alternativa con personalidad pero igualmente atemporal y relajante? "Prueba con paredes en camel y toques en verde manzana, gris perla y marrón rosado", indica Casamor.
¿Quién dijo que el blanco "ilumina"? Es cierto que es el tono que difunde mejor la luz, pero no la crea. La exige. Para que una estancia blanca no se perciba pobre y apagada, necesita mucha luz natural y piezas de nivel. ¿Tienes poco sol o unos muebles sencillos? Ilumina y eleva el ambiente, y construyendo la misma estampa depurada que proporciona el blanco, con una base gris plata y algunos detalles (o toques) en lima, cobre y negro.
¿El gris sofistica? Un ambiente de tonos plomizos modela una atmósfera urbana y chic, pero también puede resultar, en exceso, oscura e inadecuada en un espacio pequeño. ¿Deseas sofisticación luminosa sin aporte cromático? Contrasta, como en el ambiente de arriba (que pertenece al Hotel Arts) envolturas de distintos tonos blancos (puros y opales) con detalles en negro, muchas transparencias y texturas. El jarrón naranja es una buena opción para introducir calidez, pero un toque de oro viejo arropa el espacio manteniendo el refinamiento).
Cuando falta luz natural y piezas de cierto nivel, un espacio pintado de blanco (como el de la foto superior) despide tanto encanto como una sala de espera. Para insuflar vida, no hay que aportar color, pero si sofisticación y luz (como en el ambiente de la izquierda). En este caso, el blanco se combina con matices negros y grafitos, y muchas transparencias. Los toques naranjas refrescan. /JORDI MIRALLES
¿Proseguimos el discurso, tras esta digresión para desmontar tópicos? Decíamos que elegir los colores para una casa es difícil. Y, además, exige que nos impliquemos. La interiorista Anna Profitós del estudio Deu i Deu explica por qué: “No se trata de elegir un color, sino una gama de colores que funcionen entre sí y armonicen tanto con la casa como con muestras emociones". Y esto no se logra con solo desearlo o echarle creatividad al asunto. Según la especialista, "además de gusto y sensibilidad, se requiere práctica -años de probar y equivocarse- para visualizar e inventar sinfonías cromáticas a medida de una casa y de las sensibilidades de los que viven en ella". La periodista especializada en interiores Judith Wilson que lleva años transformando espacios con el color lo corrobora. “Aunque conseguir una combinación cromática es innegablemente un proceso creativo -dice- precisa de conocimientos y habilidades que hay que desarrollar y refinar”. No es de extrañar, por tanto, que hasta los interioristas o los arquitectos con las ideas más claras duden en cuestiones cromáticas.“Falta cultura del color”, apostilla con rotundidad la arquitecta Izaskun Chinchilla. “La mayoría de los proyectistas no saben usar los colores o incluso los desprecian o los discriminan por estridentes, vulgares y hasta primitivos alejados de lo bello y lo sublime", precisa Chinchilla. La estilista Judith Wilson redunda en la cuestión: "Al decir 'usar el color' en un contexto decorativo, la gente asume que son colores brillantes y chillones como un impactante rosa o un lima vivo".
¿Por qué asociamos colorear la casa con llenarla de tonos chillones? Es una opción, pero hay otras como demuestran las decoraciones cromáticas de muchos espacios. La practicada en este salón del Hotel AC es un ejemplo. Los tintes cobres y dorados insuflan calidez y vida, sin estridencias, a un espacio vertebrado con negros, grafitos, grises y blancos./JORDI MIRALLES
De ejemplos hay muchos... De dudas también. Y la pregunta que yo me planteo es siempre la misma: ¿Qué colores elegir para pintar la casa? ¿Tengo que olvidarme de combinar tonalidades y apostar por los neutros hasta que sea experta en la materia? Es una opción (y muy válida). Pero no es la única, me apuntan los que saben. ¿Por que no imitar (o "copiar") a los expertos? Ésta es la idea de esta guía: repetir fórmulas de éxito. Colorear una casa con una receta cromática ya probada. La invención vendrá más adelante... Para empezar, es más fácil (y mucho más rápido) reproducir la gama cromática de un interior que nos guste (y funcione). ¿Empezamos?
Un toque de color lo cambia todo. Pero no es suficiente. Si deseas colorear tu vivienda no se trata de elegir un color, sino una gama de matices que funcionen entre sí y armonicen tanto con tu casa como con tus emociones, para que te ayuden a sentirte a gusto y ser feliz./ VALENTINE
PASO 1. Busca un ambiente que te inspire. Olvídate de los colores, y céntrate en la atmósfera que deseas. “Empezar por elegir los tonos suele ser el gran error”, asegura Mercedes Casamor. Si no eres un experto, difícilmente llegarás a buen puerto, porque la amplia gama de tonos disponibles y las infinitas combinaciones te desbordará. ¿Solución? Darle la vuelta al tema y visualizar el objetivo: el ambiente que buscas y anhelas (no él que ahora tienes).
-Basta una foto. Para encontrar un ambiente que te inspire, puedes hojear revistas de decoración y de arquitectura, catálogos de firmas de mobiliario y textiles o libros de diseño de interiores y hasta de hoteles (que suelen ofrecer ejercicios cromáticos muy trabajados). O, cómo no, rastrear imágenes en Internet. Pinterest o Instagram son dos buenas opciones (qué os voy a contar...).
-Fíate de tu instinto. Quédate solo con la foto (el ambiente) que excite más tu imaginación y que te haga soñar con vivir allí. Si te emociona (o te hace vibrar) es porque utiliza tu paleta natural. Así lo subrayó el pintor y diseñador suizo Johannes Itten en 1.920: “Los espacios que nos atraen son los que tienen nuestros colores emocionales”, aseguraba. Y no es el único que lo piensa y lo aplica. “Los colores -redunda Casamor- tienes que sentirlos. Un color no es solo un pigmento. Es un sentimiento. Una emoción. Pasa directamente al subconsciente. Apuesta por las cromáticas que te inspiren". ¡Fíate de tus reacciones!
-Confía en el poder transformador del color. No te preocupes si tu espacio o tu mobiliario no encajan con el de la foto. No es necesario. Todos los elementos de una casa (y esto incluye muebles además de paredes) se pueden transformar (tunear) con el color. "El color lo cambia todo. Puede ser todo", precisa Casamor. Para que sea así, lo esencial es caminar en dirección a la atmósfera cromática deseada para poder reproducirla con creatividad.
¿Por qué no inspirarse en el ambiente de un hotel? El refinamiento de esta atmósfera, por ejemplo, se logra utilizado como color básico (en paredes y sofás), un púrpura en su versión más clara: un lila casi gris muy difuminado y luminoso. Como tonos complementarios: negro mate (en el muro de la chimenea), negro brillante (en la mesa de centro), blanco (en detalles como las lámparas de sobremesa) y un cálido tono vino (en los pufs y las pantallas de las luminarias)./JORDI MIRALLES
PASO 2. Sigue la receta al pie de la letra. Para reproducir el look que te gusta, analiza y escudriña la foto con la que vibras, para reproducir (¡copiar!) la gama cromática utilizada. ¿Para tener éxito con un plato nuevo no sigues paso a paso la receta de un chef (desde los ingredientes hasta los tiempos de cocción)? Pues para crear una carta cromática por primera vez, aplica, y sin saltarte ni un matiz, la receta cromática de la imagen escogida.
-Extrae los colores. Por regla general, hay un tono que domina y colorea el 60% del ambiente, es el color básico (y suele emplearse en paredes y grandes superfícies) y unos tres o cuatro matices complementarios (en asientos, cortinas y accesorios) que se reparten el otro 40 % del esquema cromático, con porcentajes de entre un 10% y un 13% cada uno.
-Fiel a la pauta. Para que la composición funcione, no elimines ni sustituyas ningún color de la gama, porque romperás el equilibrio cromático. Lo apunta la arquitecta Chinchilla. Y explica por qué: "Ningún color funciona en solitario, sino que interactúa con los otros y crea un todo armónico (en un juego de contrastes y complementariedades)". De ahí, la importancia de respetar todos los colores (o ingredientes) y en el matiz elegido (en lugar de cambiarlo por otro tono que nos guste más). Este punto es básico (y quizás la clave del éxito). "Más que el color, lo esencial es respetar el matiz", explica Anna Profitós. Y añade más: "La intensidad de un color -esa propiedad es como un sabor o un olor y solo se siente en 'vivo y en directo'- lo cambia todo. Variendo el matiz, un rosa puede pasar de sutil y elegante a remilgado y cursi".
PASO 3. Adapta los colores a tu vivienda. Aunque tu casa sea pequeña, sencilla y oscura, no cambies los matices empleados en el ambiente elegido. No son los metros, el mobiliario o la luz los que determinan las tonalidades. Es el estilo decorativo, el ambiente que quieres conseguir, el que define los tonos a emplear. Eso sí, para que los colores funcionen en tu casa, "adáptalos, después, a las características de ésta (metros, luz y mobiliario)", subraya Casamor. ¿La argucia? "Ubicar e iluminar los colores con criterio".
-A la hora de colorear el espacio, la fórmula es la siguiente: aplicar los colores más claros en las paredes que deseas que desaparezcan y los matices más oscuros para destacar algunos muros o marcar divisiones espaciales sin necesidad de dividir físicamente la estancia.
-Si la estancia es pequeña, es mejor colorear con los tonos claros las grandes superficies (paredes, techos y sofás) e introducir los matices más intensos en los detalles. Pero también en paredes con ventanales (si entra el sol sin cortapisas) porque, al situarse a contraluz, el color no resta luz diurna pero, al llegar la noche, ambienta.
-En habitaciones muy amplias, para que los ambientes no parezcan desangelados, se recomienda utilizar el mismo tono (aunque éste sea claro) en dos paredes enfrentadas. De esta manera, los muros visualmente se unen y te "arropan".
-Cuando el techo es muy bajo, resulta útil aumentar la distancia visual entre el suelo y el techo pintándolo en el mismo tono utilizado en las paredes (nada de recurrir al típico blanco, a menos de que sea el tono empleado en los muros). La técnica se conoce como "envoltura" y logra algo muy práctico: difuminar los límites físicos, al propiciar la continuidad espacial. De este modo, no se sabe dónde acaba la pared o dónde empieza o termina el techo.
-En pasillos en forma de tubo, una argucia que funciona es burlar la estrechez con un tono oscuro en la pared de fondo para que se ésta ópticamente se "acerque", los laterales se "alejen" y la estancia parezca "ensancharse" como por arte de magia.
-La luz siempre ayuda. Es imprescindible apoyarlos colores con luces artificiales adecuadas, para disfrutar la casa tanto de díacomo de noche. Eso sí, la idea no es reproducir el día en la noche. Cuando la luz se va, apunta desde el estudio de Egue y Seta es mejor alumbrar una escenografía propia, sensual y polifacética, multiplicando los encendidos (en lugar de las luminarias). Con esta práctica, que recomendaban a Marcos en el consultorio de febrero, bastan pocas lámparas para disponer de una gran riqueza lumínica. De un espacio, surgen muchos (y mutantes).
-¿Cuándo colorear los muebles? Si los formatos de las piezas se ajustan al estilo que quieres conseguir, los entendidos en color proponen cambiar la estampa de los muebles de madera (o melamina) con pintura (desde pátinas hasta lacas) y el de los asientos con tapicerías que repliquen la atmósfera.
PASO 4. Multiplica las opciones de color. Además de las paredes, el color puede transformar techos, suelos, carpinterías, muebles y complementos. Pero incluso si solo quieres cambiar el color de los muros no todo se reduce a pintar. Además de pintura, las paredes admiten papeles pintados y telas.
-Pinturas. La elección variará según las necesidades de resistencia (interior o exterior), la función (pared, muebles o carpintería), el tipo de soporte (yeso, pladur, madera...) y tu sensibilidad ecológica (convencionales o ecológicas). Las pinturas convencionales son las sintéticas (Valentine, Titán...), de venta en droguerías y grandes almacenes. Son baratas, fáciles de aplicar, resistentes, cubren bien, secan rápido y ofrecen infinitas tonalidades. Para preservar el entorno (tanto en la fabricación, la aplicación, el uso y el reciclaje de las pinturas), yo apuesto por las versiones eco de última generación (como Keim o Biofa). Realizadas con resinas (vegetales) o silicatos (minerales), las encontrarás listas para aplicar en ecotiendas. Suelen ser más caras, pero duran más, se ensucian menos, evitan humedades por condensación al ser permeables y seducen por su riqueza cromática (y una gama de tonos cada vez más amplia). Actualmente, además, hay pinturas minerales que se adhieren a pinturas plásticas.
Bloques de cemento, superficies en relieve o murales pintados a mano (y que se realizan a la medida de cada muro) son algunas posibilidades de los papeles pintados de última generación./ De BLOOMPAPERS y TRES TINTAS
-Papeles pintados y telas. Para impulsar el diseño y las texturas, sin cambiar los muebles, lo último es vestir algunas paredes con papeles pintados o hasta con telas. ¿Clásico? Vuelve a ser tendencia y las opciones te sorprenderán. No todo son flores o rayas. Hay papeles vinílicos -100% lavables incluso con lejía- que imitan la textura y el look de los retales de cuero cosidos o del hormigón para elevar a nuevas alturas hasta el interior más anodino. ¿Te atreves a explorar nuevas posibilidades?
PASO 5. Ajusta la receta a tu sensibilidad. Antes de comprar la pintura, los papeles o las telas, yo suelo experimentar la receta. Intento "vivirla". Algunos fabricantes de pintura para decoración ofrecen la posibilidad, en los puestos de venta o través de su web, de colorear una imagen patrón (la foto de tu propia casa) con determinadas tonalidades. El invento ayuda a visualizar el resultado, pero no a sentirlo. No es lo mismo ver un interior resuelto con una combinación de azules y verdes que sumergirse en ellos. Lo que quiero decir es que no se trata de imaginarse una atmósfera sino de ajustar una gama cromática a tu ojo y a tus emociones.
-Escala emocional. Calcular la cantidad óptima de cada color es, quizás, lo más dificil. Además de los metros de la casa, juega la sensibilidad (que es distinta en cada persona). Por eso, ayuda realizar un cuadrado grande del color base o dominante (60%) y 4 cuadrados más pequeños (10%) con los cuatro tonos complementarios para ir recortándolos hasta encontrar la medida en que cada color te funcione. Una vez precisado el tamaño de cada tono, es más fácil decidir si se utilizará para reciclar una pared, un mueble o un cojín.
-Muestras grandes. A partir de pequeñas muestras de color es imposible saber cómo quedará una habitación entera y cómo interactuará con tu espacio y con la luz que éste tenga.Para evitar sorpresas, los expertos adquieren botecitos de muestra con los colores claves y pintan (en lugar de la pared) grandes trozos de papel blanco (mínimo 1 m²), que pegan en los muros para vivir con estos colores durante unos días y observarlos por la mañana, al mediodía y por la noche. Hay que tener en cuenta que, aunque los colores se eligen de día, funcionan a todas horas.
-Pintar paso a paso. Si las muestras no bastan, los expertos apuntan otra estrategia: empezar pintando las grandes superficies (las paredes), y ver cómo sienta cada color en esa cantidad. A veces, lo que parece un suave y definido gris en un muestrario de pintura desaparece en una habitación grande y se percibe como un blanco apagado. O al revés: una muestra de color estimulante puede resultar cargante cuando invade toda la pared. ¿No te acaba de convencer? Pues, repinta todas las paredes (o alguna de ellas) con otro de los tonos. Se trata de experimentar...
-Toques futuros. Para actualizar la gama cromática cada temporada, la clave es mantener el color base (que suele ser el empleado en las paredes) e ir añadiendo elementos (desde un pequeño mueble auxiliar hasta un cojín) con los tonos complementarios. Si quieres impulsar un ambiente más arropado, la clave es introducir detalles en los tonos más oscuros de la gama cromática elegida y apostar por los más claros si deseas aportar frescura y activar el ambiente.
Hay 15 Comentarios
Coincido contigo, Camila. Yo también creo que los colores adecuados varían de una persona a otra, y hasta de un país a otro... Pero siempre es un placer experimentar con ellos. Basta cambiar un color para que todo cambie.
Publicado por: Ana Martinez Nebot | 16/02/2014 19:47:21
El tema de los colores es muy relativo, depende de nuestra personalidad y gustos, pero estas ideas están excelentes, espero hacer un cambio en casa y poder aplicarlo. Saludos y gracias por compartir esta entrada!
Publicado por: CamilaFernandez | 07/02/2014 20:43:43
Apreciado X-Ternon,
Gracias por compartir tu experiencia. Tomo nota de lo que cuentas, pero mis datos me hacen caminar en la dirección opuesta. Llevo desde 1991 entrando en casas ajenas y hablando con arquitectos e interioristas especialistas en color y la mayoría apuestan por el blanco cuando hay luz natural porque la refleja. Y emplean colores cuando hay carencia de sol. Eso no significa abonarse a las pinceladas estridentes.
Yo, particularmente, soy de tonos indefinidos. Matices claros pero híbridos y que repliquen la luz. Por riqueza lumínica y cromática, además de por salud y ecología, me decanto por pinturas minerales o vegetales.
Publicado por: Ana Martinez Nebot | 23/12/2013 22:23:28
Entre el año pasado y este inspeccioné cientos de viviendas y vi auténticas aberraciones cromáticas, hoy en día prefiero el blanco, introduciendo de manera muy cuidada y meditada algún material o textura para aportar profundidad.
Y bajo mi experiencia el blanco siempre es más luminoso independientemente de las condiciones de la luz, de hecho es en condiciones de luz intensa donde soy más propenso a introducir colores que ayuden a matizar la luz y a jugar con el paso del tiempo
Publicado por: x-ternon | 18/12/2013 11:23:03
Apreciado Ramón,
Gracias por compartir un fragmento de tu vida... Es un regalo. Un privilegio. ¿No sé qué pensará el resto? Hoy, has coloreado mi jornada con tus palabras. Ojalá pudiéramos disfrutar de alguno de tus dibujos... Vuelve a pintar, por favor. Vuelve a pensar con los colores... Explica tu mundo, tu casa, tus pasiones a través del pincel.
Publicado por: Ana Martinez Nebot | 11/06/2013 15:27:28
Estimada Ana, con cerca de 24 años de edad, sin estudiar pintura, fui capaz de dibujar y de pintar a una chica de la cual me había enamorado, sin siquiera tener una foto de ella. La pinté una tarde, concentrando su imagen en mi mente, en especial el rostro, el vestido y la proporción del cuerpo. Una compañera de trabajo, a la que mostré la pintura, se quedó estupefacta y maravillada. Se la dedique a la chica con unos versos de un gran poeta... "¿a quien envuelve, con sus suaves, alas nubosas, mi amor errante?..." Ella nunca me respondió.
Publicado por: RAMÓN | 08/06/2013 20:19:12
Apreciado Ramón,
¿Eres de lo que han aprendido a mirar dibujando? Todos los dibujantes y pintores que conozco tienen esta extraordinaria facultad. Siempre he creído que el ejercicio diario de dibujar les lleva -os lleva- a mirar mejor la realidad. Vosotros detectáis más colores que el resto... Vuestros ojos tienen una mirada pictórica. El poeta alemán Rilke sostenía, y yo también lo pienso, que toda la riqueza de un artista procede de su infancia. En ella, fuiste pintor, ¿por qué no volver a serlo? ¿Por qué no volver a mirar el mundo con más colores? ¿O a intentarlo? "Intentarlo de nuevo, fracasar de nuevo, fracasar mejor", como decía Samuel Beckett.
Publicado por: Ana Martinez Nebot | 08/06/2013 19:42:58
Estimada Ana, llevas razón suficiente en lo que expones. Tengo una hija que estudió Bellas Artes y en una ocasión me dijo que habían mas de 700 tonalidades o matices de colores. Tema aparte, soy un frustrado pintor. De niño, dibujaba en segundos lo que otros tardaban mas de una hora. Pero, se juntaron dos casualidades: mi madre, me obligó a estudiar una carrera universitaria y yo padecí la alergia a los tintes del óleo. En fin, esa es la vida...
Publicado por: RAMÓN | 08/06/2013 11:29:22
Apreciado Ramón,
Interesante y perspicaz reflexión. Coincido contigo en que los colores dependen de los ojos del que mira. Son totalmente subjetivos (no hay dos personas que reaccionen exactamente igual frente a un mismo color) pero también creo que son culturales, como determinó David MacCandless. Según la época y hasta el país en donde nos encontremos, el significado de los colores varía, incluso varían los colores mismos. www.informationisbeautiful.net/visualizations/colours-in-cultures.Los vietnamitas y coreanos, por ejemplo, no diferencian con claridad entre el verde y el azul. Y para nombrar este último tono los rusos tienen dos colores, no dos matices, sino dos términos distintos, de la misma manera que para nosotros el rosa no es rojo claro…. Y si hablamos de los esquimales el blanco deja de ser uno para configurar una gama cromática. Seguramente como mecanismo de supervivencia (al vivir rodeados de hielo), estos pueblos indígenas distinguen más de 30 tonos distintos de blanco.
Publicado por: Ana Martinez Nebot | 07/06/2013 17:14:46
La elección de los colores para pintar una casa, o pintar un lienzo, o un mural, o para elegir una ropa, una cortina, etc., etc. depende del ojo de cada uno, y sobretodo del sentido estético que damos a la vida. Luego, todo depende del creador, o del artista. Sin embargo, es importante observar que en la gama de los siete colores,cada uno tiene un significado... por ejemplo, el blanco (la pureza), el negro (lo oculto), el rojo (la fuerza, el vigor), el azul (lo espiritual), etc., sin olvidar, claro está, los matices.
Publicado por: RAMÓN | 07/06/2013 14:26:46
Un post muy interesante y útil.
Publicado por: Acevi Hotels | 06/06/2013 9:55:47
Apreciado Hurl,
Qué razón tienes: repintar un paño de pared con un tono ligeramente distinto al existente queda fatal. Rompe la armonía cromática. Para la repetibilidad óptima de los matices de un color (incluidos los del blanco o negro elegidos), yo aconsejo recurrir a las máquinas tintométricas disponibles en todos los puntos de venta de pintura. Si las máquinas son de calidad, se consigue reproducir exactamente el mismo tono y, además, literalmente al instante. Para repintar un trozo de muro igual que el resto ya no es necesario disponer de restos de la pintura utilizada en su día. Basta con tener las referencias del color (y reproducirlas). Espero te sea útil esta información.
Publicado por: Ana Martinez Nebot | 06/06/2013 9:04:29
Las ideas dadas aquí son muy buenas, pero hay un factor importante a tener en cuenta y es el mantenimiento. Según que combinación de color a veces no es fácil de encontrarla o queda distinta de cuando se pintó por primera vez. El blanco siempre es blanco (al igual que el negro siempre es negro) y es el más fácil cuando hay que repintar un trozo de pared por una gotera o un cambio de un cuadro, mueble...
Publicado por: Hurl | 05/06/2013 15:12:14
Estoendo post, a mi amiga le va a venir genial leerlo porque sigue iondecisa en los colores de los muebles para su cocina,jeje.
http://ladimi.blogspot.com.es/search/label/Pitilleras
Publicado por: Creativa | 05/06/2013 13:12:03
Mucha gente piensa que por pintar su casa color camel en lugar de blanco y quitarle ese gotele, feo y dificil de limpiar, de toda la vida han dado un cambio radical pero para nada. Una casa con color denota personalidad. Aunque es necesario tener en cuenta a la hora de elegir el color más que el que te guste las caracteristicas de la habitacion. Mi casa tiene cada habitacion de un color todo estudiado detenidamente mirando gran cantidad de factores tanto internos como externos. Empezad dando un cambio a vuestras vidas y pintad vuestras casas. jijijijiij
Publicado por: mabaonline | 05/06/2013 11:38:16