Sostienen los psicopedagogos que aprendemos jugando. Entonces, ¿si los juguetes cambian, varían las enseñanzas? ¿El que las casitas victorianas cedan el paso a los mini lofts ecológicos alentará la sostenibilidad en la vivienda real? De momento, la única certeza es que la cotidianidad se impone en las miniaturas. Junto a las casas y piezas de superdiseño, despuntan versiones casi de andar por casa como los muebles de muñecas de Ikea o los kits de Arquitectura Mini que invitan a construir maquetas customizables. La idea es fomentar, a través de lo lúdico, una cultura del espacio doméstico más cercana y sensible a la realidad de las personas. ¿Será posible?
Una casita de muñecas vanguardista, ecológica y de madera, sin atisbo de plástico ni de rosa. Para que jueguen niños y niñas. Esto es lo que propone Miniio.