En casa de Luta Valentina Morciano: "Los deshechos son diseños"

Por: | 01 de junio de 2014

Con palets abandonados, alumbra mesas o sofás. Con cajas de vinos antiguas, rastreadas en mercadillos, construye contenedores para sábanas. Y, con restos de telas, teje alfombras y cestos. La diseñadora Luta Valentina, en su piso de Murcia, ha convertido los desechos en diseños. Y su amor por el reciclaje en una app para móviles que pronto verá la luz, y con la que compartir, recoger y restaurar de forma creativa los muebles abandonados en las calles españolas. "La belleza está en todas partes", me apunta. ¿Quién ha dicho que lo hermoso se circunscribe a las tiendas de diseño?" 


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La diseñadora visual Luta Valentina Morciano (Milán, 1983) ha recorrido un largo camino para saber lo que podía llegar a hacer (y para llegar a saber quién era). Pasó de vivir en la mayor metrópoli de Italia a residir en una pequeña ciudad del sur de España. Y de enfocarse en el diseño a abrir los ojos a los desechos.Un acontecimiento actuó como detonante del cambio. Una tarde de 2.011, junto a un contenedor de basura, encontró un bonito aparador antiguo. Quiso llevárselo a casa para amueblar el piso que había alquilado en Murcia. Pero el mueble pesaba demasiado y no supo a quién pedir ayuda. Acababa de llegar de Milán y no conocía a nadie. 

Abandonar algo hermoso en la rúa le entristeció. Sabía, además, que no era un caso aislado. En sus paseos por Murcia, Valencia y Madrid, esta joven milanesa afincada en la capital murciana desde 2.011 (y en Madrid desde principios de mayo de 2.014) había observado que mucha gente tiraba muebles a la vía y que otros los recogían. "La calle era una tienda de mobiliario al aire libre". Le sorprendió. "En Italia, me dijo, nunca lo había visto". Este hecho cultural diferencial alumbró su proyecto final del Máster de diseño que cursaba en España: una aplicación móvil para que cualquiera que se tope gente con un mueble abandonado en la calle lo fotografíe y comparta su localización con el resto, y así quién quiera (y pueda) lo recoja, lo reutilice, lo restaure o, incluso, lo venda.

El proyecto bautizado como HE/DE. La guía de la ciudad amueblada fue premiado en noviembre de 2.013 por la Comisión Europea en la primera edición de los @diversity award, un concurso que reconoce ideas innovadoras que hacen uso de las TIC para crear, hacer accesible, difundir y financiar la cultura. Cuando en los próximos meses la aplicación HE/BE (Hecho/Deshecho) vea la luz y se convierta una aplicación móvil para iPhone y Android, la diseñadora italiana habrá creado una herramienta muy útil para los amantes del reciclaje (o para los que vemos un sofá donde hay un palé). Con esta aplicación, que invita a convertir los desechos en diseños, Luta Valentina quiere impulsar un estilo de vida más sostenible. Creando una comunidad para reciclar la basura con creatividad, intenta democratizar el diseño, igual que Peter Brinson (1920-1995) democratizó la danza. Ayudando a los demás, Morciano logra que sus pasiones confluyan con sus principios.  

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Desde que tiene memoria, Luta Valentina ama el reciclaje y el DIY (o el hazlo tu mismo), pero también le subyuga la belleza: la línea, el color, la textura y la forma. Esta licenciada en Producto Diseño en la Escuela Politécnica de Milán, además, vive su profesión con vocación de servicio. “Los diseñadores, apunta, debemos crear productos con un significado más profundo. Trascender la belleza”. Este compromiso le llevó a abandonar su tierra natal. En Milán, sus ideas para ayudar a la sociedad parecían locuras. En Murcia, primero, y ahora en Madrid, sus proyectos altruistas encuentran respaldo y eco.

“En España es más fácil encontrar mentes creativas con las que llevar a cabo proyectos sin fines de lucro que fomenten la discusión positiva o promuevan el pensamiento crítico. La conciencia social está muy desarrollada”, me cuenta. Y también la vida social. “Aquí la gente trabaja, pero goza el instante”. 

El apartamento de alquiler en Murcia que aparece en las imágenes, donde ha vivido estos tres últimos años con su pareja, el fotógrafo Emanuele Sangalli, y tres gatas Carey recogidas de la calle, es un reflejo de esta dualidad. Aquí converge el diseño y el reciclaje; la profesión y la vida; los sueños y las realidades. Luta Valentina lo explica así: 

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En casa de Luta Valentina hay gatos, piezas de diseño, muebles de los contenedores y alfombras de ganchillo./EMANUELE SANGALLI. 

 

“Mi casa es refugio y estudio. Un lugar donde trabajar y ser, al mismo tiempo, nosotros mismos. Sin imposturas. Pero con imaginación, porque el presupuesto es pequeño y los metros pocos. Estamos en un apartamento de 45 metros cuadrados, con dos dormitorios y un salón no demasiado grande pero muy vivo. Recibe mucha luz natural, que nosotros incrementamos al pintarlo de blanco. Convertimos el piso en un lienzo y lo llenamos de estímulos y de gente. Nos gusta mucho invitar a los amigos a degustar comida italiana".

"Es un espacio ecléctico y bohemio. Me gusta combinar estilos para dibujar espacios acogedores y muy personales. No me siento a gusto en esos “pisos Ikea” que tanto se ven en los anuncios de alquiler, ni tampoco en una vivienda 100% de diseño, en los que parece que no vive nadie. La casa es para vivir y vivirnos, para sentir y sentirnos, y dejar que nuestra personalidad se refleje, incluso en los días más negros".

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"De nuestras profesiones, los motores de nuestras vidas, hablan las fotografías, los bocetos y los libros. Uno de los que más me inspiran es uno de ilustraciones para niños que aparece en la foto. Me abre la mente. Ocurre igual con los juguetes. Lo lúdico encauza y estimula mi creatividad. Las figuritas que muestro son de Tim Burton. Las compré durante un viaje. Forman parte de un libreto raro y hermoso que relata la historia imposible de dos personajes destructivos: la madera y el fuego". 

"Tengo una colección variopinta de objetos de diseño (un mix de estética italiana, española y norte de Europa) diseminados por todos los rincones. Soy milanesa. Me gusta tener piezas que puedan acompañarme toda la vida porque encajan, como los buenos viajeros, en cualquier entorno". Es el caso de la lámpara Falkland (1964), del artista y diseñador italiano Bruno Munari (Milán, 1907-1998). Una luminaria inspirada en las de papel de arroz, realizada con nylon y anillos plegables para poderla guardar en una caja como las de las pizzas. "Hay algunos elementos de firma, pero conviven sin reparos con las piezas rastreadas en la calle y en los mercadillos que yo misma reciclo y personalizo. Además de con la mente, me gusta trabajar con las manos. La maceta de cartón poliédrica es un buen ejemplo de ello. La copié del blog de Riikka, una chica aficionada al DIY, a la que sigo desde hace tiempo".

"Aunque parece una afición de abuela, me gusta y me relaja tejer alfombras y cestas con trapillo, esas tirelas de telas recicladas procedentes de excedentes de fábrica. Yo adquiero las que vienen en bobinas u ovillos y son aptas para hacer ganchillo". 

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"Nuestro hogar, cuenta Luta Valentina, es la representación visual de nuestro camino de vida juntos"./EMANUELE SANGALLI.

"Cada elemento de mi apartamento tiene una historia. Un significado especial. Más que objetos, son recuerdos. Las serigrafías con las que me obsequió mi compatriota milanés Giorgio, por ejemplo, son también una parte de él. Ocurre igual con los cojines. Proceden de Paparajote, un estudio de diseño de Murcia en el que trabajé algunos meses. Antes de marchar a Madrid, Pilar Larrotxa y Sonia de la Iglesia, amigas más que jefas, me arroparon con varios almohadones. Además de cojines, para mí, son ropajes emocionales. Y los aprecio tanto como los necesito. Soy nómada y permanezco poco tiempo en un sitio, pero me llevo conmigo las vivencias con las personas". 

"Para no olvidarme de mis orígenes, conservo detalles de mis abuelos y de mi madre, como la radio cubo de Brionvenga que me regaló tras mi graduación. Y para evocar mi primera visita a la Feria de Milán cuando era estudiante, adquirí algunos platos cerámicos de Seletti que uso en la cocina. De todas las ciudades, países y lugares por lo que hemos transitado Emanuele y yo, intentamos llevarnos algo. Son trocitos de vida que nos acompañan de mudanza en mudanza. Este hábito convierte nuestro hogar en la representación visual de nuestro camino de vida juntos".

 

 

Hay 7 Comentarios

Para tomar nota. Me ha gustado mucho la propuesta.

Buenísimo artículo y mejor idea!!!

Me parece muy agradable el ambiente que se ha creado en este piso, gracias a la creatividad de sus habitantes. Considero que los diseños de Luta muestran no sólo utilidad sino belleza y armonía con el ambiente. Se me hace muy interesante, además que importante, el hecho de poder reutlizar objetos cuya vida útil aún no termina pero que sus dueños ya no quieren conservar. El hecho de convertir los desechos en cosas útiles y bonitas, ayuda no sólo a la economía sino al medio ambiente, que es bastante necesario. A nombre personal digo que, si no se te da bien el DIY puedes adquirir mobiliario fabricado a partir de desechos. Luta, apoyo tu proyecto, te felicito por tus ideas y te auguro muchos más éxitos.

Mi novia y yo cogimos una silla de la calle y la restauramos junto; la verdad quedó genial y pasamos un rato divertido.
Me gusta mucho tu trabajo ¡espero ver pronto tu app!

Me ha encantado!!!!! Super bonito, además de elegante. La verdad es que en los tiempos que estamos en que se favorece el uso de reciclados, ver que se puede conseguir una estética y un ambiente confortable alienta para que se siga en esa dirección. Ya no se trata sólo de la disposición del mobiliario sino también del gusto y buena elección a la hora de combinar colores, espacios, y objetos de diseño innovadores (adoro Paparajote Factory) con objetos que se supone que ya no se pueden utilizar.
En definitiva, me ha encantado.

¿Una casa de 45metros llena de cosas de la basura y tres gatos? Mucho DIY y todo lo que quieras pero en esa casa por mucho que se haya pintado de blanco, además de haber una peste que tira para atrás, se tiene que pasar mucha hambre...

Artículo muy interesante. Me parece muy bonito y creativo lo que hace Luta Valentina, además compartimos afición, aunque yo soy menos creativo, pero no me corto un pelo a la hora de meter medio cuerpo dentro de un contenedor. He encontrado verdaderos tesoros, que bien me han servido para mi casa o para sacarme mis buenos € ( que también son necesarios). Eso sí, alguna vez he pasado vergüenza, y familiares mios creen que estoy en la indigencia. Un consejo: deshacerse del material cuando deje de cumplir su función. El síndrome de Diógenes siempre está al acecho.
Gracias Ana, por el artículo

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Sobre el blog

Abordar la casa y sus aledaños desde el punto de vista de la gente que la inventa, la construye y la disfruta con ideas frescas, desprejuiciadas y transversales. Para ayudar a soñar a la mayoría en su día a día.

Sobre la autora

Ana Martínez Nebot

. Estudié periodismo para conocer a las personas que cambian las cosas. Trabajé en revistas económicas para financiarme la carrera. Impulsada por la pasión me centré en la decoración. Y descubrí que las cosas y las casas cambian a las personas.

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