Fotografía de Alex Romero, incluida en el relato 'Bajo', de Inma Viguera.
A veces un título es la mejor tarjeta de presentación. El de este librito es tan sugerente, Preposiciones indecentes, que lo sugiere casi todo... Pero ANTE la tentación, o por ella quizá, hemos elegido otro circular y algo más crecido para encabezar este comentario acerca de un pequeño proyecto colectivo. Se trata de una obra autoeditada en Barcelona, un volumen breve y de contenido desigual que nos acaban de enviar. Un libro breve de relatos eróticos igual de breves.
Los libros del género abundan. Las editoriales lo trabajan con gusto; lo sexual siempre fue materia apetecible; desde los frisos en los edificios al papel impreso, de los tiempos clásicos a los modernos. Hay en el mercado volúmenes explícitos o no. Sobre culos, tetas, penes, posturas mil, hombres suculentos y/o mujeres poderosas; sobre lo carnal y lo imaginario, lo más duro y lo más blando, lo sencillo y sofisticado, el hambre y las ganas de comer... Mucho para contar e ir contando.
Pero este nos ha llamado la atención. Primero, porque por el tamaño parece un diario del nuevo año. Una agenda. Y al abrirlo, resulta que podría, pero no es; que aquí hay sexo y no sólo, también mucha esperanza vana, mucha decepción y fracaso de amor, muchas noches en vela y mucho deseo. Segundo, porque su cubierta es de tono carne, como de piel blanca transparente, y lleva letras rosadas, ruborosas, en el título y el nombre de la editorial: Adicciones Porquesí, que también ya dice bastante. Y luego añade una lista de palabras, ordenadas una encima de otra, cual cuerpo de torre empinada y en equilibrio ("a, ante, contra, de, desde...") con las que cabe jugar.
Y juegan. Jugaron los editores a invitar a autores a escribir historias eróticas. Con una premisa: cada cual debía usar como punto de partida una de esas 25 preposiciones de la lista previa ("... durante, en, entre, excepto, hacia..."). Así, piden textos y esperan hasta juntar 25 relatos... ("hasta, mediante, para, por, pro, salvo, según, sin, so, sobre, tras y vía").
Preposiciones bien indecentes todas.
De ellas nacen los ruegos como este de Inma Viguera: "Acaríciame antes, amor".
Expectativas, como las de Lola Pantoviani: "Como en una aventura a media noche subimos a la azotea. Dos copas, vino tinto, tú y yo".
Rutinas: "Paulina vive en el piso de arriba y cada día a eso de las diez se despierta haciendo el amor".
Y evidencias a ojos de Nereida V.: "La vara carnosa de Alphonse resbala por la única superficie de piel que queda al descubierto entre el liguero y las puntas de encaje del corpiño de Ernestine".