Autora invitada: Silvia C. Carpallo ( periodista y sexóloga)
Hay tríos que pueden resultar peligrosos. Uno de ellos es en el que te encuentras a ti mismo/a, junto a la palabra "sexo", y a la palabra "padres".
En realidad, parte de nuestras primeras incursiones en la sexualidad están directamente relacionadas con nuestros progenitores. Todo empieza con pequeños gestos: por ejemplo, ese carraspeo seguido de un cambio rápido de canal, cuando en la película el beso empieza a ser demasiado apasionado; o el “niño vete a tu habitación”, cuando en el salón se van a tener conversaciones “de mayores”. Es en ese momento en el que estás más predispuesto a hablar de sexo con tus padres, porque te pasas el día preguntándoles... aunque a decir verdad nunca llegas a obtener muchas respuestas. Cuando creces un poco es cuando comienzas a recibir información, pero esta es, digamos, no deseada. Por ejemplo, cuando descubres que tus padres “lo hacen”.
El descubrimiento, muchas veces, llega en ese momento en el que estás en la cama, pero no te has conseguido dormir, cuando de pronto suena el pestillo de su habitación…. Y no hay almohada que te libre de lo que viene a continuación. Entonces eres tú quien querrías poder tener el mando, hacer censura, y cambiar de canal. Eso si tienes suerte y no tienes que convivir eternamente con el trauma de haberlos "pillado en faena” en vivo y en directo.
Llega un momento en el que dejas de preocuparte por su práctica sexual, y son ellos quienes se preocupan por el tuyo. El primer síntoma de alarma es cuando un día, sin venir a cuento, te empiezan a explicar algo sobre las abejas y las flores… que es obvio no terminas de entender muy bien. Dado el fracaso inicial, deciden dejarlo en manos expertas (que hay muchas, de todo tipo y condición), es decir, cualquiera menos las suyas. Por ejemplo algunos programas de televisión, o algunos de esos libros que pese a ser infantiles, algunos son demasiado técnicos, y que pese a tener mucho dibujito, no terminan de explicarte de donde viene tanto misterio.
Así que esto era el sexo… que cuando mamá y papá se quieren mucho, él un día decide introducir su pene en su vagina y entonces naciste tú… ¿y por qué después de nacer yo decidieron seguir haciéndolo?
La siguiente charla, se produce en esa etapa en la que no quieres hablar con tus padres de nada, y nada es nada, ni tu vida, ni tus amigos, ni el instituto, ni mucho menos de “eso”. Esta vez no hay pestillo que valga, ni si quiera el de tu habitación, para que tus padres te hablen del concepto único y clave, “el condón”. Nadie te explica nada sobre el placer, sobre el deseo, la seducción, el enamoramiento, tu orientación sexual… pero te dejan muy clara una palabra: “protección”.
Pese a las advertencias de peligro, tus hormonas deciden por ti pasar a la práctica, y no hay mejor lugar para ello que esa cama en la que empezó todo, la cama de tus padres. La experiencia puede resultar muy agradable, a no ser que se repitan errores del pasado, y esta vez, sean tus padres quienes te descubran a ti en faena, en el momento más inesperado.
Por suerte, creces, y finalmente tus padres acaban por medio aceptar el hecho de que tienes vida sexual, y de que ya no es necesario que se involucren en ella. Ya eres un adulto, y te consideran como tal. Pero no todo son ventajas. Las conversaciones sobre sexo varían, y de nuevo, recuerdas que tus padres también tienen vida sexual, y peor aún, ahora te hablan sobre ella. Comentarios jocosos de tu padre a tu madre tras un cachete ocasional, o susurros de tu madre que te cuenta uno de esos detalles que está demás, por mucho que te empeñes en decir ese “¡por favor, mamá!”.
Pero cuando realmente todo cambia, es cuando dejas de ser el hijo para convertirte en el padre. Sí… en esa pareja que ha de buscar un momento de intimidad acostando a los niños temprano, y cierra el pestillo por si acaso. En esa pareja que no sabe cómo abordar el tema del sexo con sus hijos, que ahora hacen muchas más preguntas de las que ellos hicieron. En esa pareja que ahora mira a sus padres, y desearía poder tener una vida sexual tan plena y tan larga, al menos, como la de ellos.
Hay 10 Comentarios
Muy buenooooo!!!!!!!!!!!!
Publicado por: Sex Shop | 27/10/2012 21:21:12
Muy buen artículo. Felicito a Silvia, la autora invitada.
Me ha encantado!! :) espero leerte más en el País
Un saludo
Publicado por: Mary Miró | 07/02/2012 12:16:54
¡Que lindo escuchar a tus padres traca-traca!! ¿Y si se acompasa con tu traca-traca? ainsssss
Mira el baile nupcial previo al traca-traca.
Publicado por: Uol Free | 06/02/2012 19:01:21
Soy una "mami". Creo que todo lo que he leído es muy cierto y creo también que aunque se debería tocar este tema con naturalidad, es muy difícil cuando tus hijos son adolescentes. No ha pasado solo en mi generación (nacimiento años 50), lo veo actualmente en la generación de los papis de 35-45 años. Tampoco a nosotros se nos dio clase para poder luego aplicarla a nuestros hijos/as. SERIA IDEAL PODER HACERLO Y ADEMÁS MUY CONVENIENTE PARA ELLOS/AS. ESTE ARTICULO PUEDE AYUDARNOS
Publicado por: RAQUEL | 06/02/2012 14:41:08
el tema es complicado, muy complicado, porque solo abordas el tema de tus padres, ¿y cuando oyes hacerlo a tus suegros? ¿y a una hermana?
Publicado por: quique | 05/02/2012 20:53:50
¡Sexo! ¡Uau!
Publicado por: Clemencio | 05/02/2012 12:56:50
Si hablamos de sexo, o de la educación familiar del sexo, no hay que olvidar hacerlo como manifestación común y natural dentro del grupo, la familia, sin más comedura de coco ni pretendido analisis científico como el que ponemos en el estudio de otras vivencias diarias como la la limpieza, el baño, la sentada en el sofa, etc. Que se sepa, los monos en el zoo y no digamos en la selva lo mismo se acicalan que se penetran...y no me vengan con cuentos...que a la hora de enjuiciar comportamientos éticos también echamos mano de los animales diciendo por ej......ni mi perro se comportaría asi, o ese es peor que mi perro..
Publicado por: josemanuel | 05/02/2012 11:54:23
Si hablamos de sexo, o de la educación familiar del sexo, no hay que olvidar hacerlo como manifestación común y natural dentro del grupo, la familia, sin más comedura de coco ni pretendido analisis científico como el que ponemos en el estudio de otras vivencias diarias como la la limpieza, el baño, la sentada en el sofa, etc. Que se sepa, los monos en el zoo y no digamos en la selva lo mismo se acicalan que se penetran...y no me vengan con cuentos...que a la hora de enjuiciar comportamientos éticos también echamos mano de los animales diciendo por ej......ni mi perro se comportaría asi, o ese es peor que mi perro..
Publicado por: josemanuel | 05/02/2012 11:54:23
yo creo que la clave es hablar con naturalidad, abordar el tema como algo natural que es lo que es, yo por suerte he recibido esa educación, mis padres me lo han planteado como algo natural y sin tabúes ni morbosidad exagerada y creo que tengo mucho que agradecerles.
http://www.recetariodesirena.com
Publicado por: sirenas | 05/02/2012 11:10:53
LA FAMILIA QUE FOLLA UNIDA PERMANECE UNIDA
Publicado por: CARDENAL ROUCO VARELA | 05/02/2012 9:02:48