Eros

Así en el amor como en el sexo: posibles comienzos, indecibles finales (I)

Por: | 16 de abril de 2012

"Una vibración lujuriosa mueve continuamente a Cloe, la más casta de las ciudades. Si hombres y mujeres empezaran a vivir sus efímeros sueños, cada fantasma se convertiría en una persona con quien comenzar una historia de persecuciones, simulaciones, malentendidos, choques, opresiones, y el carrusel de las fantasías se detendría". Fragmento de Las ciudades invisiblesde Italo Calvino.

Los habitantes de Cloe –una de las ciudades que Marco Polo describe al emperador Kublai Kan a la vuelta de sus viajes, en la novela de Calvino– parecen abstenerse del goce carnal y, sin embargo, transitan una ciudad en la que late un deseo que puede auscultarse con solo acercar el oído o apoyando, apenas, las yemas de los dedos. Contradicción e inquietud.

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Contradicción e inquietud desde el primer piropo, la mirada pícara o la grave, la que te atraviesa… ojos que bajan sin disimulo, para escrutar tu cuerpo, tus curvas, confirmar la pulsión erótica.

Hablamos de esa turbación que se acrecienta en cada estación del juego de seducción entre dos personas que ya han vivido un buen tiempo, muchos arranques y unos cuantos inefables y seguros desenlaces.

¿Qué adulto actual se ha librado de los finales, los que se pueden prever y los que dejan ese poso de decepción que no es más que el desvanecimiento de las propias expectativas y la desaparición del personaje que cada uno se ha creado para seguir enamorado del amor y para volver al sexo una y otra vez?

En la sintaxis del amor, las mismas ilusiones que abren los dos puntos chocan, en algún momento, contra el punto y coma de la imposibilidad, o el punto y seguido de las divergencias de ambas trayectorias o el del temor a las relaciones, como titulaba Ángel Gabilondo, días atrás, un post de su blog El salto del ángel.

Alguna vez llega el punto y aparte, después de varias exclamaciones, preguntas, paréntesis, y comas, o guiones. Conocemos los signos de puntuación, pero confiamos en seguir deleitándonos con el discurrir libre de nuestras emociones, con la continuidad de esos relatos del fluir de la conciencia, que no necesitan mayúsculas ni puntos suspensivos (ni llantos ni dolores).

Todos somos perdedores desde el principio, pase lo que pase, se concreten o no la primera cita, la segunda, la plácida convivencia o el afán de novedad, las rivalidades y la entrega, el cariño, el buen sexo y el caviloso, el que tiene bríos y el desganado, el júbilo y el aburrimiento. Y no por ello dejaremos de intentar ganar cada instante para la memoria de la generosidad y  nuestros goces.

 
Una escena decisiva de Drive, con Ryan Gosling y Carey Mulligan.

En Drive, esa película penetrante, tanto a nivel visual como sonoro, Ryan Gosling interpreta a un héroe perdedor (valga el oxímoron) que, sin proponérselo, sin voluntad de grandes epopeyas vitales, comienza una inmensa historia de amor. Así, sin querer, se embarca en problemas cada vez más irresolubles, con toda la pureza y el altruismo del que parece que somos capaces en ese estado de “embobados”.

No hay que perderse esta peli ambientada en la más intransigente L.A. ni perderle la pista a este director sensible, que hace sangre como Tarantino pero nos ahorra el manierismo, y que se llama Nicolas Winding Refn (nacido en Dinamarca y criado en los EE UU).

El cine nos ha acercado a algunos de estos antihéroes que, con cautela y conocimiento de causa, previenen a sus objetos de deseo: ellos mismos saben hasta dónde son capaces de llegar, conocen a sus propios monstruos y también descreen del idilio puesto en la adoración del otro, ese otro que será perfecto mientras lo conozcamos poco.

 
Tráiler de Redención (Tyrannosaur) de  Paddy Considine, con el gran Peter Mullan.

Son seres desamparados que se evitan todo lo que pueden, se disputan el territorio, pero terminan cobijándose juntos, casi a  la intemperie, pero juntos. Uno de estos ejemplares es el interpretado por el convincente actor escocés Peter Mullan en otra película imperdible: la británica Redención (Tyrannosaur), de Paddy Considine.

“Solo quería mirarte, ver tu sonrisa. Sabía que si te conocía más iba a descubrir las cosas en las que no eres perfecta”, le dice el iracundo Joseph (Mullan) a la aparentemente ingenua Hannah (Olivia Colman).

Así en el amor como en el sexo, no hay manera de congelar la perfecta postal del enamoramiento bobo, solo se puede disfrutar y rogar para que el afecto cubra las imperfecciones (y la intolerancia) que vayan entrando en cuadro, y/o refrescar la pantalla y volver a enamorarse.

Para poner la advertencia en verso, aquí está el chileno Nicanor Parra, el último Premio Cervantes, con su poema Atención:

A los jóvenes aficionados

A cortejar muchachas buenas-mozas

En los jardines de los monasterios

Hago saber con toda franqueza

Que en el amor

                        Por casto

Por inocente que parezca al comienzo

Suelen presentarse sus complicaciones.

 

Totalmente de acuerdo

Que el amor es más dulce que la miel.


Pero se les advierte

Que en el jardín hay luces y sombras

Además de sonrisas

En el jardín hay disgustos y lágrimas

En el jardín hay no solo verdad

Sino también su poco de mentira.

Hay 14 Comentarios

“Solo quería mirarte, ver tu sonrisa. Sabía que si te conocía más iba a descubrir las cosas en las que no eres perfecta”

Y que imperfección más perfecta.

Recuerdo perfectamente la primera vez que disfruté del sexo. Todavía conservo el recibo. Groucho Marx.

http://www.eroticashoponline.com

Lizzi B claro que hay cosas más tristes, hija mía, pero mucho más tristes, anda que no te queda nada por ver aún,
http://www.recetariodesirena.com

Hermoso post!
Necesitaba leer algo así para recuperar la sonrisa.
Mi estado actual: enamorada de alguien q no me ama... hay cosa más triste?

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“El enamoramiento es la acción y efecto de enamorar o enamorarse. Aunque se trata de conceptos de difícil definición, el verbo enamorar se refiere, según la Real Academia Española (RAE), a excitar en alguien la pasión del amor, prendarse de amor de alguien o aficionarse a algo.
El enamoramiento es un estado emocional, que supone la alegría y la satisfacción de encontrar a otra persona que es capaz de comprender y compartir la vida con uno. Para la bioquímica, se trata de un proceso que comienza en la corteza cerebral, pasa al sistema endocrino y se transforma en respuestas fisiológicas.
Este proceso implica la acción de diversos elementos. Al conocer a alguien y sentir atracción, el ser humano experimenta una serie de cambios químicos y psicológicos. Cuando la persona pone en marcha los mecanismos de seducción, conjuga su instinto animal (inconsciente) con la capacidad estratega propia de nuestra especie.
Por otra parte, el amor (en especial en sus primeras fases) se abastece fundamentalmente de química. La feniletilamina obliga la secreción de la dopamina o la norepinefrina, que genera un efecto de euforia natural cuando la persona está junto a su pareja.
En cuanto a la genética, los humanos comparten con los animales el instinto de procreación. De todas formas, los homo sapiens pueden relacionarse sexualmente para mostrar amor o para satisfacer impulsos sexuales, es decir, no necesariamente para procrear.
Puede establecerse una distinción entre el enamoramiento (la atracción y pasión) y el amor (un sentimiento en el cual una persona necesita a la otra). El amor verdadero se basa en la realidad, trasciende la idealización de la pareja y tiene una proyección estable y a largo plazo.”
Estas definiciones las he encontrado en “definición.de” y en general las comparto salvo en el último párrafo donde se adjetiva como “verdadero” el amor basado en la “realidad”, queriendo significar con ello que se “trasciende” la idealización de la pareja.
En este último párrafo pienso que vuelven a darse las manidas y estereotipadas imágenes del amor. Tan “verdadero” es el enamoramiento como el amor. Tan “real” es la visión de la pareja en el enamoramiento como la posterior, es decir, reales en la medida en que ambas responden a nuestra propia visión de la pareja que no necesariamente se corresponde con las cualidades o defectos que otras personas distintas a nosotros verían en ella. Y por último me parece inadecuado el empleo del verbo “trascender”, que tiene significados positivos de sublimación y altruismo por contraposición al egoísmo de la pasión que lo exige todo y que nos hace sufrir cuando no lo tenemos. Creo que el verbo “trascender” no esconde más que desilusión y temor a romper con hábitos personales y sociales. Creo que en muchas ocasiones lo que se llama amor verdadero, tipificado tradicionalmente en un matrimonio con largos años de convivencia, no es más que un acuerdo respetuoso, civilizado, de intereses sociales y materiales compartidos. Que tal acuerdo, al que se le suele dar el nombre de “amor verdadero”, no se mantiene por impulsos emocionales o sentimentales positivos sino que con los años el temor a la soledad, las cada vez más escasas fuerzas para comenzar un nuevo y siempre agotador proceso de enamoramiento que amenaza siempre con trastornar toda nuestra vida, el inevitable deterioro físico que restringe considerablemente las posibilidades de encontrar nuevas parejas, la presión social que nos induce a determinada edad a formar una familia, los propios intereses creados por los años en esa convivencia y, en definitiva, las cicatrices del tiempo que han formado una dura costra de escepticismo en el corazón, nos lleva a refugiarnos en esa relación que se nos presenta como trascendente cuando no es más que renuncia, miedo y asunción de nuestra debilidad.
A partir de ahí, claro que dicha convivencia, con el paso del tiempo, pueda ir descubriéndonos aspectos muy positivos en la otra persona, sobre todo si se han superado juntos dificultades y malos momentos, que siempre los hay. Pero para mí eso no es amor. Y es que el amor, el de verdad, es la mayor mierda, si lo analizamos fríamente. Duele, no nos deja pensar, nos esclaviza, nos desintegra. Un amor de pareja que no esté atravesado por la pasión arrebatadora del sexo, no es tal amor. Llamémosle matrimonio.

Enamorarse es algo q no se puede evitar...te pasa sin esperarlo, involuntariamente, te atrapa y no puedes escapar...y entras en otra dimensión llamada "estar enamorado". El amor es un acto voluntario, un proceso lleno de matices, amar es una decisión. Uno empieza por enamorarse y luego ama (tras aceptar a la otra persona) ¿es posible amar a alguien de quien no se está enamorado y enamorarse después?

Felicidades por el artículo y por esa sabia visión de las cosas. Por tus palabras se adivina de que nunca te enamoraste en vano, fuese cual fuese el final.

Siempre me han resultado interesantes los malos comienzos; porque los finales, en el amor y en el mucho sexo, ya todos sabemos que son malos.

Una vez más, magnífico post. Qué satisfacción da descubrir más y más cosas nuevas.
Saludos.

Seguramente, el final final... será una puesta de cuernos. De ahí que lo mejor, desde mi punto de vista, es que sea consentidos.
http://www.corneador2011.blogspot.com.es/

¡Ah, el bendito estado de enamoramiento! Sabemos, sentimos, el instante en el que comienza, pero no podemos preveer cuándo va a acabar ni sus consecuencias. A veces es tan devastador que se lo lleva todo a su paso, consume a los que lo experimentan reduciéndolos a cenizas, otras, deja tan sólo deja una estela, un pobre espejismo de lo que fue, en algunos casos, los menos, madura un amor más profundo, pero desde luego menos excitante...
Complicado, esto de las química humana.

http://www.apaga-y-vamonos.com/

Mira por donde, con eso de los ojos que escrutan sin disimulo me has recordado a una novia muy hermosa que tuve. Era como dice Sabina, con la frente muy alta, la lengua muy larga, y la falda muy corta, y los tíos babeaban cuando pasaba. Y ella solía comentarme en voz alta: "los tíos tenéis la sensibilidad en la punta de la polla". Suerte que se terminó en asunto, porque de seguir mucho mas tiempo habría terminado a hostias con alguien.

http://elgatocuanticodesheldon.blogspot.com.es/

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Sobre el blog

Ni enciclopedia ni consultorio sexual al uso. He aquí un rincón erótico festivo dedicado a las relaciones y la atracción entre seres humanos, esa faceta que nos hace la vida más placentera, tierna, amorosa, plena… Un blog coral, con cinco autoras de todo origen y condición, que apuesta por el juego, la provocación, lo sensual y el sexo como acto libre, adulto, compartido, real o ficticio, siempre divertido... Eso sí, si tu mirada no es amplia y tolerante, mejor no te detengas aquí. Coordina Analía Iglesias. No sólo se admiten firmas invitadas, sino que son deseadas.

Sobre las autoras

Anne Cé. Nació en el sur austral (Argentina), en un tiempo beatle y en un país con altísima densidad de psicoanalistas y jugadores de fútbol. Periodista, quizá incluso a su pesar, narra lo que se le ponga delante. Y narra, y narra. Un día descubrió que el simple roce de una clavícula le erizaba la piel y entonces comprendió por qué le gusta tanto abrazar a un hombre.

Esther Porta. Segoviana, fue becaria en el mítico Tentaciones y allí hizo de todo hasta que sus conocimientos de sexo la convirtieron en Beatriz Sanz. Y gracias a ella, publicó artículos semanales de sexo, dos libros y fue reclutada como sexperta guionista del programa de Canal +: 'Sex Pópuli'. Cuando casi se le había olvidado (lo de escribir de sexo...) se mete a bloguera. Y aquí está, con tantas ganas de sexo (del uno y del otro) como siempre...

Venus O'Hara, de Reino Unido, con raíces irlandesas. Modelo fetish, actriz y escritora. Licenciada en Ciencias Políticas y Francés, reside en Barcelona, ha sido columnista sexual en varias revistas, tiene su propio blog de fetichismo y es creadora de 'No sabes con quien duermes', un confesionario para personas que llevan una doble vida. Publicó su primer libro junto a Erika Lust, 'Deséame como si me odiaras', en 2010.

Tatiana Escobar, de Venezuela (1976), ha escrito ensayos y poesía en español. Traductora y editora, en 2004 abrió en Madrid junto a sus socios la primera boutique erótica de España, La Juguetería Erotic Toys, para no tener que vivir de la literatura. Desde entonces vive del sexo. Y escribe, a veces, para sus amigos.

. Madrileña. Soñó con escribir y pronto descubrió una vía: el periodismo. Pero como tampoco valía narrar sobre cualquier cosa, eligió suerte y remató la faena con un posgrado en Sexología. Ha trabajado en suplementos de salud y medios especializados. Con la práctica ha acabado por darle un toque más sensual a sus letras. Y con ellas sueña en escribir, ahora, un libro.

Ilustracion
Venus O'Hara, Anne Cé y Silvia C. Carpallo, según 'Mi Petit Madrid'.

Nuevo libro

El orgasmo de mi vida. Si ya no sueñas con príncipes azules, locos por pedirte en matrimonio, ni esperas que aparezca un millonario atormentado pero diestro en amores, con una Visa en una mano y un látigo en la otra, este libro es para ti. Porque El orgasmo de mi vida habla de eso, de mujeres realistas, lúcidas, independientes y eróticamente vivas, capaces de combinar esa cotidianidad que todas conocemos, con sus pasiones más salvajes. Ellas son las protagonistas de los relatos, sin guionistas que les digan lo que tienen que hacer, pero sobre todo, son las compositoras, directoras e intérpretes de los orgasmos más armoniosos de sus vidas.

Lux eróticaLux erótica. "Escribir sobre sexo era la propuesta y me sentí estimulada. Después de tantos años como periodista cultural y con mucha vida hecha en torno a la información y a la actualidad, tenía ganas de ponerle carne a la crónica. Porque nuestra más genuina actualidad como personas pasa por el relato del erotismo. Porque de atracción y de relaciones hablamos todo el tiempo en este tiempo occidental con ciertas libertades individuales garantizadas y rebosante de espíritu lúdico pero también algo desafectado y con nuevos descompromisos adquiridos...". Anne Cé.

Inglés para pervertidosInglés para pervertidos."Se dice que la mejor manera de aprender un idioma es a través del sexo con un extranjero. Pero ¿qué haces si estás en la cama y no sabes qué decirle? Con Inglés para pervertidos puedes aprender todas las palabras y expresiones que siempre has deseado saber, desde lo más elemental al sexo más salvaje. El libro cuenta con ocho capítulos centrados en las partes del cuerpo, la cama, el LGBT, las compras sexis, el lado oscuro, el porno, el chat y la salud sexual. Cada capítulo contiene vocabulario, gramática y unos ejercicios muy originales que no encontrarás en ningún otro libro. Aprende todo lo que tu "English teacher" no se atrevería a enseñarte nunca. Y... si te cansas de estudiar, el libro incluye un montón de fotos mias para distraerte". Venus O'Hara.

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