Vivimos en tiempos de crisis, recortes, escándalos financieros y corrupción. No son estos la clase de escándalos que a mi me gustan, desde luego, porque yo sueño con uno político de mucho sexo. Es decir gobernantes que arriesgan, no solo sus matrimonios, sino también sus reputaciones, su credibilidad y sus carreras, todo por un polvo ilícito. Me imagino que el sexo en estas relaciones prohibidas debería ser lo mejor para compensar la paranoia y el miedo a ser pillado.
Venus O'Hara por Andrew O'Hara
No tengo preferencias en cuanto a los partidos políticos y tampoco voto. Es más, según me han dicho en mi ayuntamiento, no tengo el derecho a votar en las elecciones generales por ser extranjera. A pesar de esto, tengo un cierto fetish por los políticos del partido de los conservadores del Reino Unido (The Conservative Party o los Tories). Supongo que será porque, por lo general se considera a los de derecha como aquellos que llevan una vida acorde con los valores más tradicionales, incluso cuando su verdadera naturaleza les dicte lo contrario.
Justo antes de las últimas elecciones generales en el Reino Unido tuve una idea. Fue una época de celibato largo y mis fantasías habituales me estaban cansando. Ya era hora para algo más elaborado. Entré en la página web de los conservadores y encontré un listado de todos los Members of Parliament. Al hacer click en sus nombres, accedí a una página que contenía sus perfiles, fotos y sus direcciones de email y decidí escribirles a todos.
Pasé una tarde en una nube de copiar y pegar hasta enviar cientos de mensajes, deseándoles suerte para las próximas elecciones. Además adjunté una foto mía vestida de catwoman con el eslogan “Britain Needs Discipline!” (Gran Bretaña necesita disciplina). Mientras tanto, mi mente volaba con una fantasía.
Venus O'Hara por Sebas Romero
Esta. Es un día gris, de aquellos típicos ingleses en que el sol no sale nunca... me encuentro en la recepción del despacho de un político porque he concertado una reunión urgente para discutir la falta de disciplina en el Reino Unido. Es la hora del té y soy su último appointment del día. Llevo una gabardina, medias con liguero y tacones. En la mano, un maletín de cuero que contiene todo lo necesario para sacar el máximo partido de nuestro encuentro. Me siento como una espía.
Una secretaria mayor me recibe y me mira sospechosamente a pesar de que ha estado esperándome. Me acompaña a su despacho. Pasamos por un pasillo decorado de cuadros y alguna cabeza de animal disecado que parece que me está mirando. Cuando llegamos a su oficina, la secretaria llama a la puerta. “Está aquí Miss O'Hara”, dice antes de hacerme un gesto con la cabeza e irse.
Entro en su despacho. Es grande y está lleno de libros antiguos de leyes y British Encyclopaedias. También hay certificados incontables de diplomas y premios enmarcados en las paredes. No faltan muestras del buen ciudadano que se supone que es. Noto un olor a polvo, madera y cuero que me enciende y el sonido de un reloj que hace tictac en el fondo. Y entonces le veo. Está sentado a un escritorio firmando papeles. Lleva traje, pero se ha quitado la americana. Parece todo un gentleman.
Levanta la cabeza para mirarme con una mezcla de temor y deseo antes de dejar su bolígrafo de un lado. Ni siquiera nos saludamos. No hace falta. Me acerco a su escritorio y pongo el maletín encima de los papeles que ha estado firmado. De repente baja la cabeza con vergüenza.
- “Me he portado muy mal”, me dice.
- “Lo sé. He estado leyendo los periódicos”.
Se levanta de su mesa lentamente, con la cabeza todavía baja y se arrodilla delante de mi y espera. Desato el cinturón de mi gabardina y así empieza nuestra reunión de disciplina inglesa...".
Venus O'Hara por Sebas Romero y Andrew O'Hara
Me preguntaba si la misma fantasía podría funcionar con un político del PP. Teniendo esto en mente, para las últimas elecciones generales en España, tenía la intención de repetir la idea del mailing con el Partido Popular. Sin embargo, encontré que su página web no era tan fácil de navegar como la de los Tories, entonces descarté la idea y hice mi propia campaña publicitaria electoral para el PSOE y el PP. La que ven arriba.
Viendo las noticias últimamente, no puedo negar que estoy tentada de hacer otro envio. Ahora estoy más convencida que nunca, que un poco de disciplina inglesa iría bien a algunos políticos. En realidad, yo no deseo ser la próxima Lewinsky, pero sé que lo más importante en cualquier tipo de escándalo es no ser pillado nunca. Nunca.