Igualdad no implica ser iguales, y es un concepto que a veces despierta sensibilidades. Si bien todos tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones como personas, no debemos confundir el ámbito político y social, con el íntimo e individual.
¿Es cierto que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus? ¿Estamos condenados a no entendernos? Vivir en pareja se convierte en un reto si no somos capaces de aceptar nuestras diferencias, de buscar sinergias, y de hacer un esfuerzo por comprendernos mejor.
Como en los polos opuestos del Ying Yang, que a la vez se necesitan y se complementan, de forma similar se vinculan lo masculino y lo femenino
Por supuesto, siempre entendiendo que hablar de géneros es hablar de generalidades, y que al final cada persona será siempre diferente a otra, hemos querido conocer un poco más acerca de cuáles serían realmente esos puntos en común, y esas diferencias, entre hombres y mujeres, en cuestión de sexo.
Para hablar de esos clichés o falsos mitos, y de esas otras verdades quizás no tan reconocidas, hemos reunido a dos grandes expertos: Sylvia de Béjar* y José Bustamante**.
De Béjar es conocida por su libro Tu sexo es tuyo, en el que invita a la mujer a conocerse un poco mejor, y también por Deseo, en el que nos embarca a descubrir todo sobre la sexualidad en pareja. José Bustamante nos abrió los ojos en cuestión de sexualidad masculina con su libro ¿En qué piensan los hombres?.
El debate está servido:
¿Qué despierta nuestro deseo?
Sylvia: No hay una sola respuesta, porque cada mujer tiene su lista de necesidades a cubrir. Pero si tuviera que generalizar, diría que el conjunto, y que la higiene, sobre todo el olor, tiene enorme importancia.
¿Qué despierta el deseo masculino?
José: Todo y nada, depende de cada uno, pero es cierto es el hombre es muy visual, la mirada de ella puede moverte, la ropa que lleva, su cuerpo, lo que muestra y quizás más lo que insinúa.
¿Es cierto que aún usamos el “me duele la cabeza”?
S: A medida que entendemos cómo somos sexualmente y cómo lograr lo que necesitamos… tenemos menos dolores de cabeza. Aunque levante ampollas, creo que la mayoría de las faltas de ganas femeninas tienen que ver con nuestra escasa cultura sexual. Si entendiéramos cómo funciona nuestro deseo, desearíamos más.
¿Los hombres "siempre tienen ganas"?
J: No, otra cosa es que ellos mismos lo crean, y si lo saben, que se atrevan a admitirlo.
¿Se responsabiliza la mujer de su propio placer?
S: Nunca entenderé que las mujeres sean capaces de invertir tanto tiempo y esfuerzo en su profesión o sus hijos, dos "causas" clarísimas, y tan poco en reflexionar, aprender y mejorar su vida sexual. ¡Y para colmo luego se quejan! Pues que empiecen por preguntarse qué hacen para mejorarla.
¿Se siente responsable el hombre del placer femenino?
J: Sin duda, la mayoría de hombres, al menos, mide su autoestima sexual en la capacidad de hacer disfrutar a la pareja sexual.
Los protagonistas de nuestra entrevista: José Bustamante y Sylvia de Béjar.
¿Cómo definirías el orgasmo femenino?
S: ¿Mejor que el masculino? Cómo no he experimentado los dos no puedo saberlo, pero sí sé que a ellos el fuelle se les acaba pronto y nosotros podemos repetir muchas veces. Vamos, ¡qué no me cambiaría de sexo!
¿Cómo definirías el orgasmo masculino?
J: Cuando todo va bien, una explosión de placer acompañada de una relajación extrema. Cuando no es así, como una derrota, pues se acabó la fiesta antes de que empiece si quiera a sonar la música.
¿Qué satisface a una mujer en el momento postcoito?
S: Depende. A pesar del estereotipo “desean mimitos”, algunas preferimos que nos dejen en paz y punto. Pero si tuviera que optar por una respuesta, diría que, sea un polvo de una noche o algo más serio, lo importante es no sentirse minusvalorada. A nadie le gusta sentirse del montón, peor aun verse como una si-te-he-visto-no-me-acuerdo.
¿Qué espera un hombre del momento de "después"?
J: Que ella no salga corriendo a asearse o charlar sobre los quehaceres. Cada vez más hombres reclaman ese espacio de complicidad.
¿Somos inseguras respecto a nuestro cuerpo y nuestra sexualidad?
S: Rotundo sí, y es el mayor obstáculo para disfrutar del sexo. Si estás pendiente de tu cuerpo o de tu desempeño sexual, no te permites disfrutar. La preocupación te tiene demasiado ocupada. Lo mismo vale para ellos: cada vez aparecen más problemas sexuales masculinos fruto, precisamente, de esas inseguridades.
¿Se sienten los hombres inseguros en cuestión de sexo?
J: No todos, faltaría más, pero sí, es cierto.
¿Qué es lo que más necesitamos de un hombre?
S: Puestos a pensar en un ideal, que nos acepte como somos (con nuestros miedos, defectos e inseguridades) y que nos ayude, incluso rete, a crecer sexualmente, ¡pero sin exigir o presionar! Casi nada. Advertí que era un ideal, que también valdría para definir a la compañera perfecta.
¿Qué es lo que un hombre más necesita de una mujer?
J: Tranquilidad y responsabilidad. Saber que no va a haber exigencia impositiva, que si se falla no se convertirá en un drama, y la aceptación de que el placer de ella depende en gran parte de ella.
Las portadas de 'Deseo' y '¿En qué piensan los hombres?'
¿Qué es lo que más nos une y lo que más nos diferencia sexualmente a hombres y mujeres?
S: Lo que más nos une, mejor dicho, asemeja, es algo que no tenemos en cuenta: todos tenemos miedo, todos queremos ser queridos, todos anhelamos gustar… Es decir, nuestras debilidades. Si tomáramos conciencia de ello y fuéramos más humildes y empáticos con quienes nos compartimos nos iría mejor en la cama. ¿Lo que más nos diferencia? Quizás, y aunque suene a estereotipo, la mochila emocional. En general, las mujeres sobrecargamos lo carnal de significado. Eso nos perjudica mucho a la hora de soltarnos la melena. El qué pensará de mí, las falsas creencias en torno a cómo se ha de comportar una mujer, la mala o inexistente educación recibida nos cortan las alas. Para colmo, en las relaciones serias, si algo no va bien en casa, suprimimos los encuentros por, lo dicho, no solemos separar sexo y emoción, ¡pero si el roce ayuda a todo lo demás! Ellos suelen saber compartimentar mejor, y eso sí se lo envidio.
J: Cada vez nos diferencian menos cosas. De hecho, en la consulta podrías describir los miedos, quejas y demandas sexuales de uno y otro, y costaría adivinar qué discurso es el femenino y cuál, el masculino. Lo que más une, sexualmente hablando, es el deseo de estar a la altura de las circunstancias, no defraudar y dejar en el otro la sensación de que se es un buen o una buena amante. Quizás el matiz se encuentra en que todavía los hombres miden su autoestima sexual en la capacidad de hacer disfrutar a la pareja, mientras ellas le ponen un mayor acento a sentir que encienden el deseo en ellos. A partir de ahí, cada uno carga con sus propios mitos y, en definitiva, "castigos". Ellas luchando por encontrar el equilibrio entre la liberación y la exigencia sexual; ellos tratando de encontrar la mezcla justa de emoción y pasión. La transición que provoca ese movimiento pendular ha llevado a muchos a permanecer en el más clásico de los roles sexuales y a otros a adoptar el rol opuesto, sin pensar en qué tenía de bueno y qué de malo el sexo del otro sexo.
¿Es posible llegar a un punto común de entendimiento, al menos, en cuestión de sexo? ¿Cómo?
S: Sí, pero para ello es necesario que cada uno se exija a sí mismo madurar. Eso de culpar a la pareja o a la pésima educación recibida de todos mis males; es decir, lanzar balones fuera, no vale. Llega un momento en que has de responsabilizarte. Si realmente te importa, no te exijas menos que en otras áreas de tu vida. Y si renuncias a tu poder, ¡no te quejes! ¿Mi receta? Humildad (palabra hermosa donde las haya) para reconocer que tenemos mucho que aprender, mucho, porque nadie nace sabiendo. También valor para aceptar nuestros miedos y los suyos (muy difícil, pero revelador) y aun así, retarnos a avanzar y a crecer.
Por supuesto, habrá algún mal momento, bache, dificultad, ¡nadie se libra!, pero el sexo, como la vida, es una oportunidad constante para descubrir, crecer, realizarse. No la desaprovechemos.
J: Claro, estamos en ello. Se trata de desterrar los mitos y complejos que han acompañado a cada uno de los sexos, y aprender de lo que el otro sí hacía bien. Por suerte, cada vez hay más mujeres que aprenden a conservar lo positivo de su clásica feminidad (la emoción en el sexo, por ejemplo), y tomar del hombre aquello que le hace sumar (la actitud activa y sinvergüenza). Y aunque algo más rezagados, también aparecen los hombres que conservan la seguridad clásica del hombre , pero que aprenden a incluir la emoción en el sexo.
Para todo ello lo fundamental es sentir que en el terreno erótico no hay "minas", sentir que podemos hablar, explorar, fallar, proponer o descartar, sin que ello suponga un problema en la pareja.
*Sylvia de Béjar es escritora, experta universitaria en Sexualidad humana y Educación Sexual (UNED), y master en Programación Neurolingüística. Da talleres de empoderamiento sexual femenino, es muy activa en las redes sociales y en su propia web.
**José Bustamante es actualmente secretario general de la Asociación de Especialistas en Sexología y miembro permanente de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual. Máster en Psicología Clínica y Sexualidad y Pareja, ejerce su profesión en Elche (Alicante) y también on-line.
Hay 14 Comentarios
Les compartimos un texto vinculado con el artículo que nos pareció excelente, esperamos lo disfruten y los invitamos a ver más en http://bit.ly/2q47Z1y
Cuando voy por la calle y camino detrás de vos me pongo nervioso porque sé que no te gusta darte cuenta que llevás un tipo en la espalda. Me alejo, trato de pasarte rápido, lo más rápido posible, para que sepas que no hay razón para asustarse, que soy inofensivo, que vengo con los ojos hundidos en alguna imagen que nada tiene que ver con la tuya.
Cuando el subte se llena y te apretás a mi lado me da miedo rozarte la falda con mis dedos, torpes y distraidos. Entonces, pongo las manos en los bolsillos y viajo así, como diminuto, o tal vez como disminuido del susto, retorciendo el cuerpo para acomodarme en el frasco como se retuerce la arena adentro de uno de esos souvenirs de ciudad balnearia.
Cuando te veo venir de frente, llevo la mirada a la vereda y espero así hasta que cruces. Te percibo por el rabillo del ojo, como escapando, consciente de que a lo mejor suspirarás con alivio porque no me escuchaste comentar cuán corta es tu falda o cuán grandes son mi ganas de que tu feminidad bastardeada me haga macho.
Cuando la ciudad es muy grande y se me ha perdido una calle y te veo ahí, de pie, esperando el colectivo, me acerco pisando fuerte las baldosas flojas para que notes mi presencia. Te pregunto de lejos, levantando la voz, si sabés cuál es Curapaligüe. Nunca me aproximo demasiado por miedo a tu miedo. Y vos me respondés que no, que ni idea, y no disimulás esas ganas desconfiadas de ver cómo me alejo por Rivadavia hasta perderme de vista.
Cuando subís al colectivo a las dos de la mañana y somos sólo hombres los que viajamos yo te veo poner los ojos en el piso porque no querés cruzarlos con la mirada lasciva de nadie, después de haber laburado tantas horas, con este frío que se roba un poquito la esperanza.
Las calles que para mí son venas de cemento para vos son el campo de una batalla eterna por llegar a casa a salvo. Los auriculares que separan mis pensamientos del mundo, para vos son escudo entre tu cuerpo y sus silbidos, entre tus tetas, que son tuyas, y esas ganas de verlas, que son de ellos.
Pero yo no soy cómplice, te lo prometo.
A veces escucho que alguno te grita algo y lo miro con impaciencia. Casi siempre son más grandotes que yo y de seguro me cagarían a trompadas, pero si se te vinieran encima igual te defendería. Yo y muchos otros, en serio.
Porque no estás sola. Porque nosotros entendemos que tu libertad ficticia es nuestra libertad incompleta y que si no somos iguales no es porque no querramos, sino porque no nos dejan.
Vení, caminá conmigo, vamos a tomar las calles juntos para que el mensaje reverbere en los rincones de esta ciudad adormecida por el hedor del prejuicio, silenciada por la comodidad de la sumisión a la que te han condenado, conforme con la ficción de cine de terror, donde las rubias siempre son ingenuas y las negras siempre mueren primero.
Vení, caminá conmigo, uno al lado del otro, para que cuando me toque ir detrás de vos no me pienses amenaza, sino compañero.
Publicado por: Relajemos | 10/05/2017 1:37:02
La ley de la selva que rige al animal humano ha marcado las diferencias entre varones y mujeres. El varón se dedicaba a la caza y por ello requería de la fuerza física, incluida la violencia. Sobre esa base social surge en la antigua astrología occidental el mito de Marte, el planeta rojo, convertido en el referente masculino de la guerra y el poder. La mujer, se dedicaba a la crianza para mantener la continuidad física del grupo y por ello requería del amor, de aquí el papel afectivo de lo maternal. Sobre esta base social surge el mito de Venus, el referente femenino de la ternura. Pues bien, durante milenios ha regido y rige aun esa bipolaridad social, condicionada por los contextos políticos y religiosos, que en algunas sociedades, aun hoy día, lo femenino sigue condicionado a un criterio donde la mujer no es persona, es cosa, al servicio del varón. En siglos pasados a las mujeres les estaba prohibida la enseñanza, épocas en las que imperaba el analfabetismo femenino.... y paradojas de la propia vida, gracias a la primera guerra mundial 1914-18 fue cuando comenzó (en Occidente) la liberación de la mujer... millones de varones en los frentes de guerra y millones de mujeres trabajando en fábricas y talleres. O sea, lo económico fue el motor de ese cambio social. La igualdad no debe entenderse en sentido sexual, sino en sentido social de oportunidades para todos.
Publicado por: RAMÓN | 01/07/2013 20:47:43
Salud y pedal
http://bicicleta-electrica.blogspot.com/
Publicado por: Kits bicis eléctricas | 01/07/2013 20:42:38
Ni blanco ni negro: gris.
Publicado por: niña | 01/07/2013 1:25:06
Como en la película he visto usted en lá calle con una rubia. Yo estava en autobus. No me hás visto, Lara! Yo, el Dr Jivago
Publicado por: Ragnild | 30/06/2013 9:26:46
Hombres, mujeres y viceversa no es un programa de la tele donde salen mujeres muy lindas como esta?: http://xurl.es/1kf3v
Publicado por: Dg | 29/06/2013 20:48:17
Como en cualquier película, si alguien por descuido o desafortunadamente, nos cuenta el final de la peli, nos fastidia la tarde de cine.
Y nos pone de mal humor.
Con su falta de tacto y de sentido común.
Con las personas pasa lo mismo, si se empieza por el final se nos fastidia el futuro, y perdemos el encanto y la vivencia que nos refuerza.
Los hombres y las mujeres empezamos a conocernos ya de niños, en el colegio, jugando en el patio, zurrándonos la badana, y cogidos de la mano de los padres.
somos diferentes, a unos por lo general nos gustan unos tipos de juego de acción y a las chicas, también por lo general les gustan por el contrario actividades más pausadas.
De jóvenes nos buscamos para salir en grupos, distinguiendo sintonías en aficiones y afinidades carácter.
Es cuando se empieza a sentir el tirón.
Se impone la atracción en torno a la juventud, amparada por la vida tutelada en familia por los padres.
Y el matrimonio, y los hijos, el trabajo, las sostenibilidad familiar y la lidia con la vida.
Cada cual desde su rincón y en compañía.
Y en esta etapa distinguimos una variedad de situaciones según cada persona.
Que puede ser de éxito, de ir tirando o de fracaso.
Influye la educación recibida, el carácter, el respeto mutuo, los empellones de la vida, y la suerte que tengamos.
Pero si sigue viva y florecida la chispa de la atracción que nos juntó, bajo las sábanas, se refuerzan los vínculos y se recuperan los ánimos.
Aun siendo diferentes, el complemento mutuo se transforma en cariño.
Y es entonces cuando el vínculo dura hasta que la muerte nos separe.
Publicado por: Lorena | 29/06/2013 10:27:42
las mujeres son tan jodidas que ellas han sido las únicas que han podido dominar a la Iglesia. Para que se tomen una idea de este asunto lean el contenido RECORDEMOS COSAS Y LEYENDAS DE MUJERES FAMOSAS, en mi blog literario. http://eduardodavidlopezespinosa.blogspot.com/
Publicado por: Eduardo David Lopez | 29/06/2013 1:22:25
Cuidado con la aceptación de los estereotipos!
Describir y proponer terapias sin contextualizar ideológicamente ayuda a de darle a los roles discriminatorios precisamente aquello que están pidiendo para abundar en su discriminación.
El sexo “amoroso” es causa directa del sexo masoquista misógino, como se explica aquí:
http://www.contraelamor.com/2013/06/sexo-encuentro-de-forma-y-fondo-iii-el.html?zx=3654125d06073816
Para abordar la propuesta de un replanteamiento cooperativo e igualitario de nuestra sexualidad:
http://www.contraelamor.com/2013/03/sexo-genero-y-follar.html
Publicado por: contra el amor | 28/06/2013 22:21:38
Nunca se sabe, las apariencias engañan…
Nueva App Android: bondage con el presidente español. App con las mejores frases de Mariano Rajoy.
Merkel: "Spain is my bitch"
http://www.warrantsyquinielas.com/2013/06/merkel-spain-is-my-bitch.html
Publicado por: Warrants_1X2 | 28/06/2013 13:18:18
En cierta ocasión esperaba en la cola de la caja de un súper. Delante de mí sólo había mujeres despotricando de los hombres: que si somos tal, que si cuál, que si pascual. Aquella diatriba no me dejó indiferente y mascullé para mí una reflexión que sin embargo sonó más alto de lo hubiese querido y todas la oyeron: "...Y cómo quereis que seamos si nos parís vosotras...". Todas enmudecieron al instante.
Publicado por: Semen | 28/06/2013 11:42:50
Buen artículo, aunque hace publicidad de estos libros y sus autores. Para mi todo se resume a algo tan fácil como que la mujer es muy complicada y el hombre muy simple. ¿Cómo reaccionan ustedes ante esto?: http://xurl.es/1kf3v
Publicado por: Lector | 28/06/2013 10:29:24
Ambos expertos son peces gordos dentro del ámbito de la sexualidad. Esta entrevista se queda (no cabría todo lo que tienen que decir, claro) para toda la información que pueden aportar. Recomendaría a todas las personas que leyesen sus libros. Es más, deberían ser lectura obligatoria en los últimos cursos del colegio, porque te descubrirían muchas cosas. Y ojo, que con esas edades la mayoría ya se han iniciado en su vida sexual, así que no nos engañemos.
http://www.laplumadepandora.com/
Publicado por: Dora | 28/06/2013 9:58:03
A los tíos nos encanta lo evidente y palpable, a las tías os encanta lo oculto y la imaginación
Por ejemplo, a mi como tío, me gusta: la novia de John Carew, exjugador del Valencia, tiene frío
http://www.warrantsyquinielas.com/2013/05/la-chica-de-wyq-la-novia-de-carew.html
Publicado por: Warrants_1X2 | 28/06/2013 9:31:53