Elogio de la amistad se llama el libro de Tahar Ben Jelloun en el que el escritor marroquí ensaya una aproximación al misterio de la amistad. Lo no dicho, lo no atado, lo a medias cosido intenta hilvanarse para explicar apenas los contornos.
La amistad es un concepto de amor y no: porque no lo alcanza o porque lo desborda. Compañía circunstancial u órgano vital. Virtud. Cuando Eros se inmiscuye en la amistad, cuando la sensualidad interfiere con el alma, se desatan todas las preguntas; de lo contrario, cuando el enamorado no logra la confianza del amigo, se deshilachan las certezas.
Al mencionar a su amigo el Nobel Jean Marie Le Clézio, Ben Jelloun no puede separarlo de su esposa: "Disfruto de la presencia de la pareja, juntos y separados. Siempre leo en sus caras la felicidad de existir y de amarse (...) Cuando los veo vivir a Jean-Marie y Jemia, me pregunto por qué una esposa no puede ser, ante todo, una amiga; por qué será tan difícil convertirse en amigo de la mujer que uno ama".
Algo parecido se pregunta y se responde el filósofo francés André Comte-Sponville, en Ni el sexo ni la muerte. Tres ensayos sobre el amor y la sexualidad: "La dimensión sexual es decisiva: esta es, en el fondo, más que la pasión, lo que diferencia el amor de la amistad. El amor sensual es prisionero de la falta, del cuerpo, de la finitud. Y esto mismo, que lo hace violento, lo condena a la desaparición: el placer es su meta y su término, y por ello también su fracaso. La amistad, al contrario, porque es espiritual (goce no de los cuerpos sino de las almas), está abierta al infinito y, aparte de la muerte, a la eternidad. Soñamos con reconciliar ambos sentimientos, o vivirlos simultáneamente. ¿Por qué no puedo hacer el amor con mi mejor amigo/a? ¿Por qué no puedo convertirme en el amigo/a de mi amante?".
La asimetría de Eros en un fotograma de 'Dos madres perfectas'. Xabier Samuel y Robin Wright (ex Penn): cuando 20 años (o 25) de diferencia no son nada.
El placer como meta y prioridad, sin perder la infinita confianza de la amistad es lo que parecen poder conjugar dos mujeres que se mantienen unidas, cómplices, como cuando niñas, incluso en el momento en que Eros invade el territorio de los lazos más primitivos: el de una madre con su hijo. La película Dos madres perfectas, sobre libro de otra Nobel, Doris Lessing, convoca a todos los demonios de la pasión, el amor y el sexo al paraíso de la amistad.