Ejercicios para la eyaculación precoz

Chica conoce a chico. Chico conoce a chica. Se gustan, quedan, van a un cine, después a cenar, y al final, la noche acaba en el asiento de atrás. Ella está expectante, y él está nervioso, porque quiere quedar bien, y con los nervios, la cosa acaba casi antes de empezar. Se dice que en España alrededor de un 15 por ciento de los hombres padece de ‘eyaculación precoz’, pero ¿qué es precoz? 

Getty Images.

Tengo una amiga que suele decirme que su chico no dura mucho, pero que no importa porque, realmente, ella consigue llegar al orgasmo antes. Esa es la cuestión: no hay un tiempo estipulado como ‘correcto’ para llegar al clímax, sino que todo depende de lo que nuestra pareja tarde en alcanzar su orgasmo. Y, por cierto, la eyaculación precoz no es una dificultad exclusiva de los hombres, sino que se trata del ajuste de los tiempos de (y con) la propia pareja.

Sexo por diversión, amor legal y fantasías femeninas

"¿Qué piensas?", me dijo él, cerca de mi orgasmo. Yo pensaba en él, y en mí, en los dos, unos minutos antes. Y es raro, porque las fantasías a las que echamos mano en ese momento crucial antes del clímax suelen quedar bien lejos del instante compartido. Pero el caso es que él es ese "lejos", porque es casi un desconocido, un compañero erótico ocasional, pero fijo, con el que nos encontramos al mejor estilo Último tango en París, así, sin más, a compartir placer.

No nos conocemos ni creo que deseemos hacerlo. Cada uno le inspira al otro 'sexo' y todo lo que evoca el sexo con ganas: lo oculto y también la magia del roce, callejones oscuros, algo de rudeza (firmeza, complacencia y sumisión en dosis perfectas), mucha humedad, urgencia.

Leandro Lamas.

Con él siempre es la primera vez, y siempre está prohibido.

"Prefiero ser una puta", le hacía decir Bernardo Bertolucci a Maria Schneider frente a Marlon Brando, en Paris, mientras se jugaban un 'último tango' en el suelo de un apartamento vacío.

¿Importa más la infidelidad sexual o la emocional?

Por Cristina Callao*

La infidelidad, uno de esos temas arduos, a muchos nos inquieta y a mí, a la vez, me interesa muchísimo. Tanto que decidí realizar una tesis sobre el tema, para intentar saber si todas las infidelidades afectan por igual, y si hay diferencia entre hombres y mujeres.

Antes de entrar en materia, habría que responder a una primera pregunta: ¿qué entendemos por infidelidad? Hay millones de definiciones y cuesta dar con una que englobe todo lo que para mí  es o no es infidelidad pero, entre todas ellas, la que más me gusta es la de "ruptura de un pacto de exclusividad afectiva y sexual".

'Infidelidad' (2002), una película de Adrian Lyne, con Diane Lane y Olivier Martínez (fuera de cuadro estaba Richard Gere).

Cabe, por tanto, decir que, como todo en esta vida, los límites los pone uno mismo. Así, es posible que lo que yo tolere, mi compañero sentimental y/o sexual  no lo acepte, ni lo comparta, o viceversa. En este punto llegamos a una de las ideas claves: la comunicación en la pareja. No hay que dar por supuestas estas cuestiones, y lo mejor será hablar todos estos temas si queremos que la relación vaya viento en popa. Porque ni somos adivinos ni tenemos bolas de cristal para saber qué tipo de relación quiere mantener cada persona que encontremos a lo largo de la vida.

Celebración de las faldas, el amor y el arco iris

Que seas hombre y te gusten las faltas (ponerte faldas) no quiere decir que te atraigan los hombres. Que hayas nacido mujer no significa que te gusten los hombres (o no necesariamente los hombres vestidos de ídem). Que vivas en Madrid o en Berlín y vayas cada julio al Orgullo Gay no implica necesariamente que quieras ser travesti, por ahora. 

François Ozon, un maestro en el arte del equívoco sensible, un director provocador y versátil, rinde homenaje a las travestis y a las amigas, y al sexo y a la libertad, en Una nueva amiga, una película esencial para desembarazarse de los últimos prejuicios y el mejor programa para después de la mani del Orgullo LGTB de este fin de semana en Madrid. 

Romain Duris y Anaïs Demostier en el filme de Ozon.

Ozon confiesa que quiso hacer esta película cuando en Francia se discutía con virulencia si matrimonio gay sí o no. Abrumado por la violencia con que se manifestaban los que querían excluir de su manera de expresar el amor a quienes no fueran heterosexuales, se lanzó al ruedo con un puntito pedagógico, como él mismo reconoce.

"La identidad sexual es un asunto complejo", asegura Ozon y entonces nos dedica una película plena de luz, para rozarnos con cada gesto del bueno de Duris queriendo verse 'linda' como mujer. 

Una nueva amiga es nuestra recomendación para estos días de calor, orgullo y faldas 'a lo loco'.

 

Tráiler de 'Una nueva amiga' de François Ozon.